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CAPÍTULO 8: CÓMO HAGO PARA QUE ME ENTIENDAS...

Christofer.

 

Han pasado varias semanas desde que Stefania Hayden se encuentra en nuestra empresa, monitorizando cada paso y cada detalle de la construcción de la naviera, y he de confesar que me sorprendí mucho cuando me enteré en la cena, que la autora de semejante proyecto era ella y de la cantidad de negocios de los que se tiene que hacer cargo para mantener la riqueza y la reputación de su familia.

 

Todas estas semanas que he logrado trabajar con ella por algunas horas, me he dado cuenta de porque la llaman en el mundo de los negocios la reina de midas, es un completo genio. Es una mujer muy interesante pero también un completo enigma con todo lo que la rodea y eso me intriga, pero también me agrada, ya que por ella, mi padre por fin se está dando cuenta de lo inútil y mediocre que es Joey para manejar cualquier cosa, solo es bueno para abusar de las mujeres y ya. Así que cada vez que hay reunión, mi hermano y yo nunca faltamos, porque nos divierte mucho ver como Stefania Hayden coloca en evidencia a ese idiota y cuando él pobre intenta invitarla a salir y ella lo rechaza de inmediato colocándolo más en su sitio, dejándolo ver como un primerizo que no sabe tratar a una mujer y es que es un completo tonto, nos alegra el día. A leguas se puede ver que ella no es una mujer común y corriente, por lo tanto, no la puedes tratar como a las demás.

 

Ella no es una mujer vacía, de esas a las que solo les importa la ropa, la marca, el peinado y el maquillaje. Ella es una mujer con la que puedes hablar prácticamente de cualquier tema sin aburrirte, no como Virginia, que llevo años y años diciéndole que no me interesa. Pero creo que ella tiene problemas mentales, porque sin importar el número de veces que la sigo rechazando, ella sigue insistiendo y no entiende que no es mi tipo y mucho menos por todo lo que le hizo a ella. Eso es algo que sin importar el tiempo que haya pasado y sin importar que ella ya no esté aquí con nosotros... yo no puedo perdonarla y por eso a veces me paso con ella y la hago quedar en ridículo. Es como una pequeña forma de vengarme por ella en silencio.

 

Últimamente, Virginia me está incomodando e impacientando más de la cuenta, se me está apareciendo más a menudo en casi todos los lugares a los que voy, incluso en la empresa y como ella es hija de Mark, no le pueden impedir la entrada en esta.

 

Un día, me encuentro trabajando con la señorita Hayden sobre los diseños de algunas secciones de la naviera y Virginia entró como si fuera un huracán para interrumpir mi trabajo. Me sentí muy incómodo y bastante molesto porque esto ya es el colmo de la intromisión, pero también me molestó que Stefania me viera con ella y pensara cosas que no son, porque?, no lo sé. Pero desde hace mucho tiempo, no me importa la imagen que pueda tener una persona sobre mí, pero con ella es distinto. Me importa la imagen que ella se pueda estar formando de mí.

 

Me encuentro en mi oficina ocupándome de mi trabajo, cuando alguien toca a la puerta, así que me reclino hacia atrás en mi silla.

 

- Adelante... - Digo al estirarme un poco.

 

- Hola Chris... - Me dice al entrar.

 

- Qué haces acá Virginia?, estoy muy ocupado y no puedes venir a mi oficina cada vez que te plazca...

 

- Solo vengo a invitarte a salir, hoy es viernes. - Me dice mientras se acerca de manera muy provocativa a mi escritorio, con su vestido corto de color negro, de abertura en su pierna izquierda, con su cabello recogido en una cola alta, color negro. La observo por un momento, encontrándome con sus ojos color café.

A pesar de todo, no puedo negar que es una mujer muy atractiva pero su forma de ser la vuelve horrible...

 

- Virginia... te voy a hacer una pregunta muy seria. – Le digo muy fastidiado.

 

- Si, claro...

 

- Yo hablo en un idioma que tú no entiendes o algo parecido?. - Le pregunto al levantarme un poco lento.

 

- Porque me estas preguntando eso?. - Me responde algo confundida.

 

- Es que... de verdad quiero entender cómo puedo hacer para que dé una vez por todas entiendas de que no me interesas ni como mujer, ni como amiga, ni como amante, ni como nada... Que solo te veo porque nuestros padres son amigos y trabajan juntos, por lo tanto, lógicamente nos encontraremos en algunas ocasiones pero hasta ahí. No sigas perdiendo el tiempo conmigo porque nunca va a pasar nada entre nosotros, por favor ya entiéndelo... - Le digo al abrirle la puerta de mi oficina para que se vaya.

 

- Solo te pido una oportunidad y te aseguro que no te vas a arrepentir... - Me dice al acercarse a mí, tratando de colocar sus manos alrededor de mi cuello.

 

- No, Virginia, no me interesas y te pido que te vayas. No te puedo prohibir la entrada a esta empresa, pero si a mi oficina. - Le digo mientras le hago una señal con la mano para que se vaya.

 

- Por favor, Christofer...

 

- Virginia... no quiero perder el control y maltratarte, vete ahora... estoy ocupado. - Le digo al sacarla del brazo de mi oficina al medio del pasillo.

 

- Ya Virginia, ten un poco de dignidad y deja a mi hermano en paz. - Le dice Terry al ir en mi ayuda alejándola de mí, luego le hace una señal a alguien para que se la lleven con mucha amabilidad.

 

- Esto no se va a quedar así, vas a hacer mío tarde o temprano. - Dice alzando un poco la voz por el pasillo mientras se la llevan.

 

- Vaya la loca que te conseguiste. - Me dice Terry mientras volvemos a mi oficina.

 

- Ni me digas, ya no sé cómo hablarle a esa mujer para que entienda que nunca va a pasar nada entre nosotros. - Le digo mientras vuelvo a sentarme, algo frustrado y cansado.

 

- Después de lo que vi, ya no me siento molesto con mi esposa, antes creo que es una princesa. - Me dice mientras sirve un par de whiskeys del pequeño bar que tengo en la oficina.

 

- Que hizo Bárbara ahora?. - Le pregunto mientras apoyo mi espalda en la silla.

 

- Me hizo ir a donde la señorita Hayden a preguntarle si había recibido el correo con los diseños...

 

- Porque hizo eso si se suponía que revisaría con ella eso en la próxima reunión y si algo yo se los mostraría... - Le digo mientras le recibo el vaso con el trago.

 

- Si, algo de eso me respondió ella y quedé como un idiota porque aparte de todo... la interrumpí en una reunión que tenía con alguien por video. - Me responde al sentarse de nuevo y beber un poco de su trago.

 

- Bárbara es un caso... - Le digo al reírme de él por los gestos de su cara.

 

- Si... a la señorita Hayden también le pareció gracioso y cuando vi que estaba divertida con la situación, me relaje un poco y controle la vergüenza que Bárbara me hizo pasar. Le di gracias a dios cuando vi que entendió que Bárbara está muy comprometida con el proyecto y que por eso se comporta un poco así y no le dio importancia a mi interrupción.

 

- Si... ella es una mujer muy especial... - Comento al beberme un trago.

 

- Cómo te va trabajando con ella?.

 

- Bien. De hecho, se me hace muy ameno el tiempo que paso con ella, a pesar de que la arquitectura no es su campo, sabe de qué le estoy hablando, hasta me da nuevas ideas y aprendo sobre otras cosas. - Contesto.

- Conmigo es igual, pero mi campo si es tema de su conocimiento total. Me voy, vienes?.

 

- No, pienso quedarme por un tiempo más.

 

- Esta bien, nos vemos. - Me dice mientras se levanta y se dirige hacia la puerta.

 

- Saludes a Bárbara... - Le digo sonriéndole, él se gira para mirarme y luego rueda los ojos antes de salir.

 

Sigo con mi trabajo hasta que comienzo a cansarme de la vista, los ojos me arden y se irritan un poco, me estiro y veo la hora. Me quedo totalmente sorprendido al verla y como es algo tarde, decido que es hora de parar por el día de hoy.

 

Al salir de mi oficina, comienzo a escuchar una música sonando algo cerca de mi posición, me parece algo extraño por lo que decido ir a investigar. A medida que me voy acercando, me doy cuenta de que la música proviene de la oficina de Stefania Hayden, así que comienzo a caminar más despacio, tratando de no hacer ruido y de que nadie me vea espiando. Aunque por la hora, es más que evidente que todos se han ido ya y que solo queda prácticamente el personal de seguridad.

 

Al estar parado frente a la puerta de su oficina, confirmo que la música viene de adentro, por lo que pongo mi mano en el pomo de la puerta y como si mi razonamiento se hubiera ido de vacaciones y como si algo más se hubiera apoderado de mí, comienzo abrir la puerta muy despacio hasta lograr una abertura que me permita ver dentro. Al instante, puedo ver como Stefania camina por la oficina de un lado a otro muy pensativa mientras bebe de su malteada de chocolate, descalza y se acerca a la mesa a comer papas fritas, cuando de un momento a otro, pega unos pequeños saltos como si fuera una niña pequeña, por lo que me parece muy gracioso y no puedo evitar sonreír. De inmediato, deja la malteada en la mesa junto a la hamburguesa y las papas que se está comiendo para dar un pequeño aplauso y sentarse en el escritorio para empezar a escribir en su laptop mientras tararea las canciones que suenan.

 

Dejo la puerta entreabierta y me siento en el pasillo al lado de la puerta para que no me vea, busco en mi celular la aplicación de música para saber que artista está cantando y cuál es el nombre de la canción, así lo hago con cada una que parece que es de sus favoritas. Lo sé, porque las canta un poco más alto cuando suenan.

 

Vuelvo a observarla en pequeños momentos y hace la misma rutina un par de veces, se levanta, come algo de su hamburguesa, come papas fritas y se pone a caminar de un lado a otro bebiendo de su malteada muy pensativa para luego encontrar la solución a lo que necesita.

 

Nunca la he visto tan relajada, ni haciendo gestos que son tan infantiles pero que a la vez son tan graciosos y dulces. Tampoco me imaginé que fuera de las mujeres que les gusta la hamburguesa y tomar malteadas, ya que las mujeres que conozco, se matan de hambre prácticamente para mantener la figura y solo comen ensalada con agua. Definitivamente esta mujer es una caja de sorpresas.

 

De repente, escucho que habla y que le dice a alguien que lo quiere, al hacerlo siento algo extraño y me pongo serio. Luego escucho que la llaman, ella contesta y después comienza a recoger todo para irse.

 

Me levanto rápidamente para esconderme antes de que me vea y no sepa cómo explicar porque motivo la estoy espiando, después de algunos segundos, la veo salir con varias cosas, por lo que me quedo escondido un par de minutos hasta que escucho al momento que voy avanzando hacia la salida de la empresa que un auto sale del parqueadero.

 

Llego a casa y me encuentro en la sala con mi abuela.

 

- Hola y eso?, pensé que habías salido hoy y que no llegarías ni a dormir. - Me dice mi abuela apenas me ve entrar por la puerta.

 

- No abuela, me quedé hasta tarde en la oficina trabajando. - Le contesto al acercarme y darle un beso en la frente como saludo.

 

- Me parece que hace rato que no sales en las noches como antes, pasa algo?.

 

- No, solo que en este momento estoy concentrado en mi trabajo y me da algo de pereza porque salgo algo cansado y por eso me voy a ir a descansar en este momento.

 

- mmm... bueno y ya comiste?. - Me pregunta mi abuela.

 

- De hecho, no. Podrías pedir que me hagan una hamburguesa con papas fritas y malteada de chocolate, se me antojo...

 

- Si, ya te la pido.

 

- Gracias abuela.

 

Voy a mi habitación y me doy un baño, cuando salgo, ya tengo en la mesa de mi habitación la comida que pedí, me seco el cabello con la toalla y tomo asiento en uno de los sofás de mi habitación y comienzo a comer mientras leo algunas noticias sobre arquitectura en mi tableta.

 

- Hola... - Me dice Terry al entrar sin tocar.

 

- Qué pasó?. - Le pregunto sin dejar de mirar la pantalla de la tableta.

 

- Nada, estoy aburrido y me hace falta Bárbara. - Me responde al sentarse a mi lado.

 

- Bárbara ya lleva mucho tiempo por fuera, cuando piensa regresar?.

 

- No sé, el tratamiento de su mamá se ha complicado un poco y aunque yo he estado yendo y viniendo, ella me hace falta.

 

- Por supuesto, no es lo mismo.

 

- Y eso?... hace rato que no te comías una hamburguesa.

 

- Hoy se me antojo mucho... - Le contesto aun mirando la tableta.

 

- mmm... y esa música?, nunca te la había escuchado oír antes.

 

- La escuche hoy por ahí y me gustó. - Le digo sin darle muchas explicaciones por que si le digo como la oí, no lo aguanto molestándome. Veo por el rabillo del ojo que se levanta para ir a mirar quienes son las cantantes que suenan en mi equipo de sonido.

 

- Muy interesante... - Lo escucho murmurar.

 

- Quién eres tú y qué has hecho con mi hermano?. - Dice al darse la vuelta y mirarme con los brazos cruzados y una ceja levantada.

 

- Ja ja ja... muy gracioso. - Le contesto.

 

- Bueno, me voy antes de que saques un tentáculo por ahí y me asesines. - Me dice al dirigirse hacia la puerta.

 

- Idiota. - Le digo al tirarle un cojín del sofá.

 

- Si como sea, eso de que ya no vas a discotecas y que te la pasas trabajando... esta como medio raro, yo creo que hay una personita que está haciendo algunas influencias en ti sin querer... - Al escucharlo, vuelvo y le tiro otro cojín, pero este lo esquiva cuando cierra la puerta a toda prisa para que no le vuelva a pegar.