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Con un simple si…

Me gire sobre la cama para observar a Derek, creí que tal vez estaría dormido pero él también me miraba con sus hermosos ojos grises.

—¿En que piensas?—pregunté en susurro mientras acariciaba su mandíbula con la punta de mis dedos, él sonrió al sentir mi tacto.

—En que ya no hay secretos entre nosotros y me siento liberado por ello.

Asentí; tenia razón, ahora que me había dicho todo, podía comprender su actitud, y sinceramente me llenaba de confianza su modo de hacer las cosas.

—Te amo, Derek Evans—musité antes de tomar sus labios con los míos, Derek respondió de inmediato a mi beso, apretándome más a su cuerpo con sus brazos, tire de él levemente para que su cuerpo quedara encima del mío, el calor que desprendía era simplemente reconfortante. Lo envolví con mis piernas y brazos.

—Elaine…—gimió contra mi boca —¿No estas cansada?—preguntó mientras besaba mi cuello con delicadeza. Sonreí al escucharle decir aquello y acaricie sus muslos con mis manos provocando que cerrara los ojos.

—Nunca me cansaré de esto… ni mucho menos de ti—dije mientras tomaba su boca de nuevo.

Derek balanceo sus caderas y se deslizo lenta y deliciosamente dentro de mi, haciéndome temblar, y aunque nos tomamos las cosas con más calma, mi comentario anterior tomo un significado mas profundo, pues no mentí cuando le dije que, jamás me cansaría de él, ni de lo que sentía por él.

Después de hacerlo en dos ocasiones más, ambos caímos rendidos, acurrucados y exhaustos nos quedamos profundamente dormidos.

A la mañana siguiente me levante tras sentir el lado derecho de la cama vació, el sol entraba a raudales por la ventana haciendo que mis ojos dolieran un pongo, supongo que Derek había recorrido las cortinas cuando se levanto. Mire el reloj que estaba en la pared y casi me caigo de la cama al ver que eran casi las dos de la tarde… quizá si estaba más cansada de lo que había querido admitir.

Me quite las sabanas de encima y me levante cubriéndome con ellas, me dolían las piernas y la cadera, no pude evitar sonrojarme al aceptar que ese dolor era un recordatorio de mi reciente ejercicio nocturno. Caminé hacia el closet con lentitud y abrí la puerta, al observar el contenido sonreí de nuevo como una colegiala enamorada, pues al parecer Derek no solo había ordenado el vestido de la noche anterior, el closet estaba lleno de ropa de todos los colores y estilos, mientras buscaba que ponerme, vi por el rabillo del ojo que en la cómoda del lado derecho de la cama había una nota, camine hacia ella y la tome, la letra redonda y firme de Derek adornaba el papel.

Cariño, te dije que debías descansar…

Llevare a los niños a comprar algunas cosas para la cena, duerme un poco más y… en el botiquín del baño hay aspirinas, toma solo dos.

Te amo

Derek

Camine hacia el baño después de dejar la nota sobre la cama, necesitaba un baño, me sentía un tanto incomoda sintiendo el cuerpo sudado, abrí la llave de la tina y espere a que se llenara mientras elegía la ropa.

Acababa de entrar en la tina, cuando escuche la puerta de la habitación abrirse, asustada de que fuera la persona de limpieza o los niños tire de la toalla y estaba lista para levantarme, cuando Derek entro en el cuarto de baño, su mirada me hizo vibrar enseguida, ni siquiera me había tocado y ya estaba hiperventilando… jamás me había sentido de esa manera antes.

—Si te dijera que lo único en lo que pienso en este instante es en besarte…

Lo interrumpí levantándome de la tina y extendiendo mis brazos.

—Bésame—musité. Derek camino tan rápido que antes de que sintiera frio su cuerpo ya estaba pegado al mío, sus labios tomaron los mis labios, solo habían sido unas horas pero parecía que ambos nos habíamos extrañado.

—Sera mejor que lo dejemos aquí…—dijo contra mi boca —Los niños están ansiosos por verte y no creo que podamos hacer esto sin hacer mucho, mucho escandalo.

Me rei y lo observe tomar la toalla y colocarla sobre mis hombros, froto mis brazos y hombros con delicadeza, mientras yo lo observaba fijamente, comenzó a secar también mi cabello, sonreí al sentir sus dedos exprimiendo suavemente las puntas.

—¿Qué? —preguntó al sentir mi mirada fija en su rostro.

—Te amo—dije sonriendo, sus labios se curvaron hacia arriba y tras colocar su mano en mi mejilla se estiro para tomar la bata y colocarla sobre mi cuerpo.

—Yo también te amo—respondió mientras me tomaba en sus brazos y me sacaba de la bañera, tras depositarme suavemente sobre la cama, regreso caminando al baño y regreso con una aspirina, un vaso con agua y me ofreció ambos —Estaré en la sala con los niños, vístete con calma—Asentí como respuesta, Derek beso mi frente y salió de la habitación.

Me vestí tan rápido como pude y salí de la habitación. Derek, Cassie y mi pequeño Adrien estaban en la cocina, los niños jugaban con las verduras mientras Derek picaba una col con maestría. Los observe desde el umbral, se veían tan tiernos y apasibles. Mis ojos se posaron en el rostro de Adrien, sus ojos azules iguales a los de Steve… su nariz respingada idéntica a la mía, ahora que sabia que era mi hijo mi corazón se sentía pleno y por fin… en paz.

—¿Qué preparan?—pregunté captando la atención de los tres. Los niños corrieron de inmediato hacia a mi, los abrace con fuerza.

—Elaine… papá dice que ustedes se van a casar ¿Entonces vas a ser nuestra mamá? —Le sonreí a Cassie y acaricié su cabeza.

—¿Ustedes están de acuerdo?—pregunté con tono suave. Cassie asintió emocionada y tiro levemente de mi mano para me inclinara hacia ellos.

—Si—gritaron al unisonó—Mamá no nos quiere como tú—dijo Adrien, al escucharlo decir eso, los abrace con fuerza a ambos.

—Yo los amo… a ambos… los quiero mucho—susurré. Ambos pequeños correspondieron colocando sus pequeños brazos alrededor de mi cuello y enterrando sus rostros en mis hombros.

Sabia desde hace mucho tiempo que el maltrato que habían sufrido seria algo difícil de superar, pero cada vez que los veía reaccionar con ansia ante una demostración de afecto, no podía evitar querer asesinar a Abigail.

Tras comer la deliciosa ensalada y la carne que preparamos entre los cuatro, decidimos salir a caminar por la playa, los niños jugueteaban en la arena con una pelota, mientras Derek y yo los observábamos sentados en las hamacas que pendían de los árboles. Mi mente estaba tan relajada que las preocupaciones, el miedo… la incertidumbre que había estado sintiendo desde hacia tanto tiempo desaparecieron por completo, aunque aun había muchas cosas que resolver, en aquel momento… era inmensamente feliz… aquel si… trajo a mi vida mucho más que solo un prometido, trajo la promesa de un futuro brillante.

Lamento mucho el retraso, pero por fin... puedo retomar la publicación de esta segunda parte de "Como en los cuentos de hadas"

Ademas aprovecho la oportunidad para extenderles la atenta invitación:

Este sábado 7 de diciembre a las 18:00 hrs. estaré en la FIL de Guadalajara, México; firmando libros y presentando mi nueva novela "ALGO LLAMADO VIDA" que acaba de salir de la mano de la editorial Camelot America Ediciones.

Si, tiene tiempo pasen a visitarnos en el Stan E17!!!

AnaRomancreators' thoughts