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Y vivieron felices para siempre.

El protagonista despierta junto a su hermana en un misterioso Bosque, sin saber dónde se encuentran deber comenzar a explorar el lugar donde Irán descubriendo que están en un lugar más extraño y peligroso de lo que pensaban y desearan poder escapar de allí lo más pronto posible ¿Serán capaces de sobrevivir? Quizás más importante aún ¿Descubriran por qué están allí? Una historia que da un enfoque muy diferente y oscuro a historias clásicas como infantiles.

Lukamido_Tula · Horror
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Los tres Cerditos

¿Cuanto tiempo llevábamos inmóviles allí? Las llamas que antes iluminaban los alrededores mientras devoraban aquella cabaña se habían extinguido casi por completo dejando detrás unas humeantes ruinas donde antes había un lugar en el que creímos inocentemente que estaríamos a salvo, mi hermana aun tenía su rostro oculto en mi pecho mientras se aferraba a mi pero su llanto había ido mermando poco a poco convirtiéndose en un leve sollozo mientras que su agarre en mis ropas perdía fuerza, quería abrazarla y decirle que todo estaría bien, que ya había pasado, que saldríamos de esta, pero aquel cuerpo aun humeante de aquella monstruosa criatura de madera que había intentado matarnos me impedía hacerlo ¿Cómo podía decirle que estaríamos bien después de haber vivido aquello? No tenía la fuerza necesaria para hacerlo pero si podía hacer una cosa, no, tenía que hacerlo, tome a mi hermana de los hombros y la aparté de mi, ella me miró confundida pero yo no podía devolverle la mirada aun, si la miraba a los ojos podría ver en los míos el miedo, la inseguridad y la desesperación, por lo que simplemente me levante para ayudarla a ella también a levantarse y tomé el hacha en una mano y su mano en la otra para comenzar a caminar, ella aunque confundida no mostró ningún tipo de resistencia y obedientemente me seguía aunque obviamente parecía querer preguntar algo, aunque confiaba plenamente en mí como para seguirme de esa forma era normal que tuviera dudas por lo que sin detenerme ni voltear a verla comencé a hablar.

– Tenemos que movernos… no se como funcionan esas "cosas" pero las llamas de la cabaña podrían atraer a más de ellas.

"Esas Cosas", era obvio a que me refería, a las aterradoras criaturas que parecían vivir en este bosque, ella pareció entenderlo rápidamente ya que su expresión de desconcierto paso a ser una de miedo y era normal, el simple hecho de pensar en más criaturas como esas deambulando por el bosque dirigiéndose a donde nos encontrábamos o aun peor… cazandonos, era una idea que solo podía provocar miedo en nuestros corazones, miedo que debíamos enfrentar para seguir adelante y buscar la salida de este bosque de pesadillas.

¿Hacia dónde nos dirigíamos? La verdad no estaba seguro, no recordaba por donde habíamos llegado a la cabaña ni nuestro camino original por lo que solo intentaba alejarme lo más posible de esta y no detenerme, incluso si no sabía a donde ir todo mi cuerpo gritaba "No te quedes quieto", incluso si teníamos un destino incierto avanzando a ciegas sentía que si dejábamos de movernos, de avanzar, estaríamos sellando nuestro fatídico destino por eso solo quería avanzar, caminar, seguir adelante, mi mente gritaba que avance y mi cuerpo obedecía a tal punto que había comenzado a caminar demasiado rápido, casi comenzando a correr, sin siquiera prestar atención a mi hermana quien intentaba seguirme el acelerado paso lo mejor que podía.

– ¿H-hermano…?

Me habló desde atrás intentando llamar mi atención seguramente porque le comenzaba a costar seguirme el paso y al estar siendo jalada de la mano por mi no podía solo detenerse, sin embargo su voz no me alcanzaba por lo tenue que era y por el caos en mi cabeza que solo me decía que continué, no me percaté de lo que estaba haciendo hasta que ella por seguirme el paso no pudo equilibrarse bien al pisar una rama y cayó al suelo soltándose de mi mano y al fin haciéndome volver a la realidad al sentir aquello, volteandome a verla algo confundido por el repentino "regreso" que tuve, sin embargo mi confusión no duró mucho ya que pronto los sollozos que venían de mi hermana quien estaba de rodillas con las manos en el suelo por la caída me hicieron despertar totalmente, ¿Qué diablos estaba haciendo? Se suponía que quería protegerla, hacerla sentir segura y sacarla de esta pesadilla y sin embargo la duda y el miedo se habían apoderado de mi a tal punto que ni siquiera pensé en ella, apreté los puños con fuerza al notar lo patético que estaba siendo en ese momento, quería gritarme por ser tan idiota pero ese no era el momento adecuado no, en su lugar simplemente tome una bocanada profunda de aire para acercarme a mi sollozante hermana agachándome para estar a su altura mientras dejaba el hacha a un lado en el suelo y sin dudarlo un instante abrazarla con fuerza, ella al inicio se sorprendió por aquello pero pronto las lagrimas que había intentado mantener terminaban por estallar en un llanto genuino mientras yo solo mantenía aquel suave abrazo intentando ser el amable y confiable hermano que ella quería y necesitaba en este momento tan desesperado.

– Tranquila… Todo estará bien… perdoname por no haberme dado cuenta antes. – Decía aquellas palabras que no había podido decir frente a la cabaña en llamas mientras me separaba del abrazo y le dedicaba la sonrisa más amable que podía en aquel momento. – ¿Estas bien?

Ella no dijo nada pero asintió con la cabeza mientras su llanto se acallaba poco a poco, al ver como ella también se esforzaba no pude evitar llevar mi mano a su cabeza acariciándola con cuidado.

– Eres una buena chica, muy valiente y fuerte, pero no tienes que esforzarte tanto… yo estaré aquí para protegerte ¿Si?

Con solo escuchar esto parecía que estuviera a punto de volver a romperse a llorar desahogando todas sus emociones pero en lugar de eso se contuvo con todas sus fuerzas y volvió a asentir con la cabeza para luego darme una leve sonrisa en medio de las pocas lagrimas que quedaban en su rostro, ella era realmente fuerte y por eso mismo debía protegerla a toda costa, eso era lo que pensaba en este momento pero como si el destino se mofara de mí y mis deseos justo en el momento donde me volvía a proponer proteger esa sonrisa un chillido que parecía burlarse de aquella escena haría eco a mi derecha, un chillido que reconocí al instante, el chillido de un cerdo, sin embargo este chillido fue seguido por una risa del mismo tono y "voz" que el chillido.

– Vaya, vaya, vaya, que tenemos aquí…

Una voz chillona del mismo tono que aquel chillido sonaba desde mi derecha, una voz juguetona y maliciosa que hacia erizar mi piel de solo escucharla, tanto yo como mi hermana estábamos congelados con una expresión de terror en nuestros rostros sin siquiera intentar responder o pedir ayuda ya que ambos lo sabíamos perfectamente… esa no era la voz de una persona ya que era como la voz de aquella criatura de madera, voces que parecían intentar sonar humanas pero entre más lo intentaban mas irreales sonaban por eso mismo al voltear en dirección de esa voz ya esperaba encontrar otra de aquellas monstruosidades pero incluso esperándolo o incluso con la poca visibilidad de la noche al estar la luna oculta mi expresión de horror solo se volvió más profunda al ver aquella "cosa" acercarse lentamente a nosotros, la silueta a primera vista parecía ser la de una persona robusta de unos dos metros, pero pronto se podía distinguir que no podía ser nada más alejado, un cuerpo grande, redondo y deforme de un color rosado rancio y con protuberancias, costras y ronchas por todo su cuerpo junto a un brazo corto pero grueso e igual de deformes que el resto de su cuerpo daban en unas manos de solo tres dedos y aunque uno parecía ser el pulgar los tres dedos eran del mismo tamaño, unas piernas similares a su brazo las cuales si terminaban en las pezuñas normales de un cerdo pero las cuales sobresalían de manera anormal, solo mencioné uno de sus brazos porque el otro era un simple palo largo de más de un metro directamente clavado en el hombro de este, hombro que aun escurría un líquido aguado y morado de la zona en la que el palo estaba clavado, sin embargo nuevamente lo más escalofriante era su rostro si es que se le podía llamar así, tenía una cabeza perfectamente redonda del mismo color rancio de todo su cuerpo la cual se deformaba en lo que parecía ser un hocico que ocupaba casi todo el centro de su cara pero teniendo una forma totalmente deforme e irregular con ambas fosas nasales no paralelas si no que en diagonal la una de la otra, dos ojos pequeños y redondos de color totalmente negros, una comisura por debajo del hocico que parecía ser su boca y unas orejas triangulares pero caídas a ambos costados de su cabeza. Apenas estaba procesando aquella imagen que se acercaba a nosotros con una mueca que parecía ser una sonrisa cuando una segunda voz resonó a nuestra izquierda.

– Parece que dos pequeños se perdieron hermano. – Sonó una voz similar a la del primer "Cerdo" pero ligeramente más aguda.

Rápidamente volteé a ver alarmado en dirección a esta nueva voz y para nuestra desesperación si se trataba de un segundo "Cerdo", era igual al primero en casi todos sus aspectos pero este si tenía ambos brazos pareciendo al inicio no faltarle nada pero mientras este segundo "Cerdo" se iba acercando también a nosotros pude divisar mejor su rostro el cual goteaba aquel liquido morado también pero esta vez este líquido provenía del ojo derecho de este "Cerdo" el cual no estaba y en su lugar había una bola ensangrentada de paja casi clavada en su cavidad ocular ya que parecía haber sido colocada por pura fuerza.

– Así es hermano… parece que hoy tendremos un buen festín…

Para mi horror una tercera voz hizo presencia justo detrás mío y a diferencia de las otras dos que al inicio sonaron a la distancia esta sono justo detrás mío a pocos metros, la oscuridad y la presencia de los primeros dos Cerdos habían hecho que ni yo ni mi hermana nos hubiéramos percatado de esa tercera criatura que se había acercado tanto, yo estaba totalmente paralizado, el simple hecho de voltear a ver una de esas cosas tan cerca mío era aterrador y tristemente mi hermana no tuvo la suerte de tener que voltearse a verla, ella estaba viendo con lagrimas de terror en sus ojos como directamente de frente a aquel ser y su expresión de pánico y terror mientras negaba con su cabeza era suficiente para entender que tipo de visión terrible estaba teniendo, yo no podía verlo pero era seguro que seria un tercer Cerdo y aunque yo no lo sabía en ese momento, este ahora no tenía una pierna y en su lugar un extraño bulto de ladrillos y cemento encajados en el muñón de su muslo harían de soporte para que el caminara aunque debido a estas caminaba de una manera extraña y tambaleante, sin embargo eso no era lo importante, no podía perder tiempo alguno ya que si los tres llegaban hasta donde nosotros estaríamos acabados, lentamente moví mi mano hacia el hacha que había dejado en el suelo y al mi mano apretar el mango de esta comencé a levantarme de mi posición mientras me volteaba y gritaba balanceando el hacha con fuerza hacia la criatura que estaba a mis espaldas pero lo siguiente que sentí fue un golpe seco en mi cabeza el cual me mandó a volar varios metros hacia un costado haciéndome soltar el hacha y dejándome de cara en el suelo como si fuera un muñeco de trapo, mis sentidos fallaban y no tenía fuerzas ni consciencia suficiente para siquiera reaccionar a lo que acababa de ocurrir, aquel "Cerdo" había reaccionado a mi movimiento y antes de poder siquiera terminar de darme la vuelta me había golpeado el costado de la cabeza con una fuerza que solo me recordaba lo inhumana que esas criaturas eran, mis sentidos comenzaban a recuperarse lentamente y lo primero que llegué a escuchar eran esas desagradables risas mezcladas entre chillidos de cerdos, coloqué mis manos en el suelo y con dificultad comencé a levantarme mientras respiraba agitadamente por el mareo y el dolor que sentía, pero lo que era aun más notorio que el dolor era esa sensación de impotencia que me llenaba, no podía hacer nada, un simple movimiento de solo uno de ellos era suficiente para dejarme en este estado y eran tres de esas criaturas las que chillaban entre risas mientras un grito se escuchaba de fondo… ¿Un grito? Es verdad, con mis sentidos más en sí ahora podía escuchar aquel grito de pánico entre medio de las risas de esos "Cerdos", mi hermana gritaba aterrada cerrando los ojos con fuerza y encogiéndose en si misma mientras esas bestias parecían bailar celebrando alrededor de ella.

– ¡Una Hembra, es una Hembra hermano!

– ¡Nos sacamos la lotería!

– ¡No puedo esperar más, "Comamosla" aquí mismo!

Esas Inhumanas voces en verdad celebraban alrededor de mi hermana mientras discutían de algo que solo helaba mi sangre, ¿Hembra? ¿Están celebrando por qué es una chica? ¿Por qué?… En ese momento mis ojos se abrieron de par en par al entender lo terrible de esas palabras, incluso si ella quizás no lo entendía yo ya era lo suficientemente mayor para saber lo que esas abominaciones celebraban...

– ¿Pero qué hay del otro?

– ¿El otro? ¿Ah, el humano macho?

– Si, si, ¿Debemos llevárnoslo también?

Mientras yo apenas entendía las intenciones de esas criaturas una de ellas, la que tenía aquella pierna amorfa de ladrillos y cemento volteaba a verme por unos segundos antes de volver su mirada hacía mi hermana, esbozando una desagradable sonrisa no solo por su amorfa expresión si no por ese horrible sentimiento que mostraban.

– Hay que llevarlo, no podemos desperdiciar comida fresca después de todo.

Diciendo esto ese "Cerdo" daba un paso hacia mi hermana inclinándose para tomarla con brusquedad de las muñecas levantando con facilidad todo el pequeño cuerpo de mi hermana y manteniendola con los pies en el aire mientras ella gritaba con horror y lagrimas caían por sus mejillas no solo por el obvio daño que le hacían esos movimientos bruscos si no por el hecho de que el que tenía aquel ojo de Paja se acercaba relamiéndose mostrando una lengua llena de protuberancias solo para tomar el cuello de las ropas de mi hermana y jalar estas con fuerza provocando que se rasgaran mientras un grito escapaba de ella al estar siendo desnudada de esa forma tan brusca y para ella repentina. Yo por mi parte apenas había logrado ponerme de pie pero tenía que hacer algo, tenía que salvarla, todo saldrá bien... hasta ahora logramos sobrevivir de esas criaturas e incluso acabé con una, fue por casualidad, por fortuna o por simple destino pero lo habíamos logrado juntos, estoy seguro de que esta vez también… estiré mi mano hacía mi hermana mientras daba un paso hacia ellos quienes seguían disfrutando entre excitadas risas mientras rasgaban sus ropas, debía alcanzarla, debía salvarla, debía... sin embargo apenas daba un segundo paso hacia ellos el tercero de esos "Cerdos" se había acercado a mi y me miraba con una expresión burlona que parecía disfrutar verme en ese estado de desesperación, no, no había duda alguna, lo estaba disfrutando, lagrimas empezaban a caer por mis mejillas mientras repetía una y otra vez en mi mente que todo saldría bien intentando convencerme, esperando que repetirlo con tantas fuerzas lograra que de alguna forma se cumpliera o que todo esto fuera solo una terrible y larga pesadilla, ya ni siquiera estaba prestando atención al abominable ser que se reía a mi lado quizás tan excitado como sus hermanos al verme sollozante y solo me esforzaba por seguir avanzando hacía ella, no importaba lo que me pase a mi pero al menos ella, al menos ella debía ser salvada… fue en ese mismo momento cuando un golpe solido daba contra mi cabeza muy diferente del que había recibido antes, esta vez me había golpeado algo duro y contundente, el "Cerdo" que se había acercado a mi era el que tenía ese palo por brazo y lo había usado para golpearme sin contenerse en lo más mínimo, toda mi visión comenzaba a ponerse borrosa mientras sangre caía por mi cabeza de la herida abierta que tal golpe me había causado, mi hermana parecía estar gritando con desesperación y llamando mi nombre pero yo ya no podía escucharla, mi consciencia se desvanecía mientras mi cuerpo caía al suelo y todo empezaba a sentirse ligero, siendo mi ultima visión el horrible escenario en el que los pedazos de tela que antes eran las ropas de mi hermana caían al suelo entre escalofriantes risas mientras ella ahora con su piel cada vez más expuesta me llamaba desesperadamente una y otra vez... y entonces… oscuridad.