Fernando no vio que Cristina estaba descontenta, así que se alegró:
—Cristina, casi no te reconozco vestida así, tienes demasiado buen aspecto, me lo creería si dijera que eres una estudiante.
Fernando observó a muchos hombres que miraban y silbaban a Cristina, así que agitó el pu?o y gritó: —?Compórtense todos, Cristina es mi maestra, soy su hombre más favorecido!
Cristina miró a Fernando y dijo:
—A partir de ahora, no tenemos nada que hacer.
Fernando estaba a punto de llevarla a la mesa de juego cuando escuchó esto y estaba desconcertado: —Cristina, no entiendo.
—Tengo un marido, no quiero quedarme con los hombres jóvenes. Y tú eres débil, no eres mi tipo —Cristina le dijo.
Fernando se congeló pero comprendió por fin. Cristina no le gustaba y quería romper su relación.
—Cristina... usted no me recuerda del todo?
Fernando era cauteloso como tenía una sensación de perder el refugio y perder al jefe...
Cristina miró a Fernando con dudas.