CAPITULO 2: Corazón robado 2da parte

El príncipe característico por faltarle la paciencia quería desollar a quien había abierto la puerta de la jaula de la vendía bestia quien no había perdido el tiempo al haberse libre y huir despavorido, si no fuera un regalo para su pequeña sobrina lo hubiera flechado antes de que alcanzará a salir de palacio.

Detestaba toda esta conmoción que el regalo había causado y al ser informado que una ninfa del bosque de Faúl se había adueñado del estúpido animal le causaba una rabia que comenzaba a dolerle la cabeza.

La noche había caído y se encontraba sentado enfrente de su cama en un enorme sofá que estaba adornado con pieles de animales que el mismo había cazado, que la apariencia del príncipe no te cause ternura por que su belleza sólo era como la piel de oveja ocultando al lobo bajo ella. El príncipe era frío y cruel no por regalo era heredero al trono el había comandado 3 batallas de las 7 que había ganado el reinó contra invasores y conquistas para ampliar su territorio era tan malo y retorcido en el campo de batalla como su padre el difunto rey.

Desde esa posición el podía ver toda su habitación llena de trofeos como el le llamaba a cada artilugio obtenido a lo largo de su vida no era nada simple el joven pero sí algo estaba claro que en esa cabeza cubierta de una melena de cabello rojizo se maquinaba la peor escena para la ninfa que pasaría a ser parte de su pared.

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Ani quién le había costado un mundo salir del bosque y no es por qué no lo conociera sino que por la distancia que había entre el lugar donde ella estaba y la aldea, le había tomado mucho tiempo alcanzar la salida, cansada, ambiental y sucia no era una de las cualidades que ella tenía y que las personas al verla llegar en ese desastre se había apresurado a llegar a ella y ver si la chica estaba bien hasta la curandera había salido a su encuentro para verificar si la chica está bien tanto física como psicológicamente al cerciorarse que solo había sufrido un par de raspones por la caída como Ani le había contado la dejó ir para que se encargaré de ella misma y descansará.

No todas las personas parecieron satisfechas por las respuestas de Ani y por su edad las críticas no se hicieron esperar dando a los pueblerinos unos cuantos chisme que contar.

Después de todo el tiempo que llevó a Ani alistarse se tomó un tiempo para serenar su mente y arreglar las cosas, no fue mucho después que el poner en orden sus pensamientos y esperar que la chica hiciera un conteo de sus pertenencias descubriera que había perdido su lazo de cuero con todos sus trabajos y dibujos, estaba decepcionada por lo sucedido pero le importaba muy poco todo el revoltijo como para no alistar todo y salir a la mañana siguiente los mas temprano que pudiera a buscar su objeto perdido pero freno en la entrada de su cuarto, no podía ir a buscarlo eso era claro pues el día de mañana a primera hora tenía clases que imparte y por la tarde llegaría una novia para tomar los últimos detalles de su vestido, y estaba claro que su búsqueda no sería de un ida y vuelta pues no sabía con ciencia cierta a dónde lo había perdido si fue en su huida o cuando volvía era mucho por recorrer y le llevaría bastante tiempo hacer una revisión del área, se sintió devastada y desconsolada no había solo perdido sus trabajos si no que también la cubierta que su padre le había hecho a su madre cuando se casaron.

Esa noche fue larga pues todos los recuerdo de ellos vinieron a su mente como una tormenta que se empeña con arrancar todo con cuánto tocará con su agua que abre paso por doquier y para una Ani sola y sin el apoyo de una familia era como un detonante para hacerla llorar hasta quedar profundamente dormida.

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El príncipe quería ver correr sangre la noche anterior no le habían dado mucha información y con lo nuevo que le había contado su jefe en armas lo dejaba inquieto le habían entregado una funda de cuero que contenía páginas cosidas rústicamente diciendo que era de la ninfa, le importaba un ogro ahogado, el quería el animal perdido, no un cuaderno viejo y mal cuidado lo había tirado en la mesa del comedor después de que habían casi torturado a quien escondía dicha cosa, el príncipe se paseaba como león enjaulado que no había comido por varios meses y que en cualquier momento saltará sobre lo que se cruzará frente a él.

No pasó mucho tiempo cuando mandó todo al carajo y se sentó en una de las tantas sillas y comenzó a curiosear el cuaderno para su sorpresa tenía muchas cosas hermosas diseño de ropa, armaduras con letras y nombres extraños, figuraban números, medidas, dimensiones, cantidades, con tanta cosa parecían recetas para hacer alguna comida pero eso no detuvo su curiosidad, había recordado que el había visto muchos de este escribo rumanos era de uno de las tierras con las que tenía alianza y había tenido que aprender de mala gana puesto por ser joven lo subestimaban pero su padre lo había instruido muy bien --"aquel que no aprende de su pueblo, jamás su pueblo aprenderá de él" -- con esto en mente se enfrasco en leer, ver, apreciar y hasta alabar todas las cosas que en el estaba escrito pero una cosa llamó su atención era un nombre que no lograba pronuncia bien - - An, Aner, Ane-- nada que ver; su estudio le indicaba que no era de esa forma y fastidiado tiró su cabeza hacia atrás y siguió repitiendo en su cabeza hasta que de tanto repetir de sus labios brotó como agua fluyente el nombre - ANA- sorprendido por su rápido acierto leyó lo demás - - bella, Bell, vell-- VELAR- había pronunciado aquello casi como pregunta rápidamente tomó el libro y se dirigió hacia la salida sólo había un pueblo al sur de Alunia y ese era Luzal que colindaba con el bosque de Faúl y era una oportunidad para capturar a la ninfa ladrona llamada 'Ana Velar'.