La caída de una estrella

...—Narra Julen—...

Para mí la vida era un cielo gris. Con tormentosas gotas frías, cayendo sin piedad sobre mí. Yo no crecí con las cosas en la mano, y mucho menos las conseguí fácilmente, tampoco diré que el esfuerzo me ayudó. Tenía una meta inalcanzable, pero logré tener lo que quería. No obstante, en el momento de alcanzar fama, premios y fortuna, me perdí a mí mismo.

¿Qué podía esperarse de un niño pobre que un día lo consiguió todo? El día que alcancé mi meta es como si nada hubiera tenido sentido. La actuación había sido siempre mi pasión, desde que vi a artistas en las calles crear la mejor comedia que he visto.

¿Debía darme el crédito? ¿Debía agradecerle a Dios por esta vida llena de lujos y comodidad? Sí, ya no sentía el frío por las mañanas, tenía una frazada y una cama lo suficientemente amplias para disfrutar, no moría de hambre como los viejos tiempos y las goteras del techo no existían. Aún así, este mundo me parecía tan extraño. De todos modos, lo único que tenía para hacerme sentir mejor era rezar. Algo estúpido pensando que todo me lo gané pisoteando a los demás, con mi larga lengua maliciosa.

—¡Qué incompetente! te consideras un alpha y ni siquiera puedes actuar mejor que yo— Grité en el estudio de filmación, ese inútil había hecho mil veces la misma escena y no me había dejado actuar mi parte. Sus ojos llenos en colera era algo gracioso de ver y si no demostraban aquello, su razón se iría en su contra hasta perder toda su autoestima. Las palabras pueden dañarte más que un golpe, y no hay nadie mejor que yo para manejarlas.

Por su puesto, tuve que pelear con muchos omegas chillones y alphas superiores. Sin embargo, todos se dejan provocar tan fácilmente que dan lástima. Son tan aburridos... Después de un tiempo ya me empezó a cansar recibir tanto por actos tan maliciosos.

Tal vez, debería probar algo nuevo.

Un día después del trabajo, vi a un grupo dando folletos de un club de béisbol. —¿Qué es esto?— Tomé el volante.

—Estamos reclutando nuevos para prácticas de béisbol, muchos lo toman como un pasatiempo. ¿Quisiera unirse?— Me quedé con el papel.

Creo que necesito ejercitarme, ese juego no sonaba tan mal, tal vez deba ir.

Y sin pensarlo mucho me inscribí.

Esa decisión cambió mi vida por completo. Porque fue ahí donde conocí a la persona que se convertiría en mi más grande amor.

—¿Estás nervioso?— Me preguntó alguien con una escencia dulce.

—¿Qué? No— Respondí bruscamente.

—Entonces, levanta la cabeza— Sonrió.

Para mí, él representa un Sol que brilla a través de un cielo nublado. De ese cielo gris, que tanta penuria me trajo.

—¡Bip! ¡Bick!

—¡Ya te oí!— Le di un golpe al despertador.

Esta es mi usual mañana, suelo ser perseguido en mis sueños por el chico que amaba. A pesar de que ahora solo nos vemos por trabajo, mi corazón aún late febrilmente por él.

—¿Cómo eres tan estúpido?— Me preguntaba a mí mismo en el espejo y escupí la pasta dental en el lavadero, después de un largo cepillado.

—Ya me voy, Gigi, cuida de este departamento— Me despedía de mi gato que contestaba pasando su cuerpo por mis pantalones. —¡Ay, no, Gigi! ¡Tus pelos! ¡Me vas a dejar pelos!— Y después de huir de mi gato, iba en mi auto hasta el set de grabación.

..."Y todo hubiera ido mejor si la mañana de ese día hubiera sido tan solo un poco diferente..."...

—Hace frío...— Trataba de calentarme en mi abrigo. Iba entrando al lugar cuando una escencia dulce retorció mis sensaciones.

Esa escencia... Es perfecta, como un dulce de miel, muy parecida a la de Elián ¿Quién? Me topé con unos ojos idénticos a los de Eli.

Él iba conversando, pero dejó todo atrás, para detenerse a mirarme.

...—Tú eres mi compañero destinado—...

Hablamos al mismo tiempo. Sin embargo, sabía perfectamente quién era este chico, ese alpha era.

—Franchesco Rosset— Aunque trabajaramos en la industria del cine nunca nos habíamos visto, y solo lo conozco como el horrible hermano de Elián. Trabajamos en diferentes agencias, por lo que hasta ahora nunca habíamos hablado y mucho menos visto.

—Diste en el clavo. Nunca imaginé que tú podías ser mi compañero destinado— Sonrió.

—La vida es inesperada e injusta— Continué mi camino.

—¡Espera! ¿No crees que esta es una rara oportunidad? Digo, somos compañeros destinados, dos personas que nacieron para ser una—

—¿Hey, te das cuenta quién soy?— Le fruncí el ceño.

—Claro, eres Julen Zsickon— Mantuvo su desagradable expresión, y me sabia peor el que se pareciera a Elián. —¿Oh, estás preocupado por qué eres el ex de Elián? Mira, poco me importa que mi hermano te haya cogido antes... ¿O fue al revés?— Un profundo odio se dejó ver en mi rostro, incluso mis feromonas amenazaron a éste infeliz. —¡Tranquilo! Era una broma—

—¿Una broma? ¿Yo te parezco un chiste? Por su puesto, tú eres esa clase de persona... Realmente me das lástima— Hablé siseante.

Recibí un mensaje de Eli, advirtiendo que su hermano firmaría la escena de un personaje secundario el día de hoy. Lamentablemente me lo encontré antes.

Espero no tengamos la misma escena. Según mi libreto él aparece en el siguiente capítulo, así que no deberíamos vernos. Sin embargo, Franc es esa clase de chicos que insiste según la resistencia que le pongas.

—¿No te gustaría tener una cita después?— Incluso se coló mientras me maquillaban.

—Dame un razón lógica para salir contigo— Contesté aburrido.

—Que somos compañeros destinados— Lo miré de reojo. Nunca me interesó ese vínculo entre alphas y omegas, pero si el destino es algo impuesto por Dios, tal vez podría pensarlo.

—No es como si nos hubieramos encontrado por casualidad—

—Las casualidades no existen— Tenía una sonrisa fingida, esa clase de persona que adquiere un carácter alegre porque le gusta ser querido.

—Doble cara— Difamé. —Tengo una actuación ahora, no molestes novato—

—¿Novato? Yo llevo años actuando—

—Te falta talento— Me levanté de mi asiento.

—¿Eso significa que has visto mis películas?—

—Por supuesto, veo cada película contemporánea que surge y esta es la primera vez que te veo actuando en una película decente. No dejes mal a los profesionales— Escupí las palabras. —Ahora, apártate, me estás retrasando, inepto— Con un choque lo hice a un lado.

Aún así, ninguno de mis insultos lo hizo ceder. Él continuaba viniendo, ya sea a pedir mi número o pidiéndome una cita. Lo único bueno que tenía era su apariencia.

—Vamos~ Julen, una cita...— Hizo un puchero.

—¡Ahg, deja de joderme por amor de Dios!— Di un golpe en la mesa, ni siquiera me dejaba comer tranquilo.

—Julen, tan solo una oportunidad... Si no te gusta nuestra cita, entonces no volveré a acercarme a tí ¿Trato?— Sonrió desdeñoso.

—... ¿Me dejarás en paz?—

—Lo prometo— Afirmó.

—Bien, este viernes ven a recogerme a las 19:00—

—¿Qué? ¿Este viernes?—

—¿tienes algún problema?— Alcé la voz.

—¡N-no, estaré ahí...!—

—Bien—.

El estúpido llegó tarde, me dió más razones para fastidiar su orgullo de mierda. Pero, tengo que admitir que tiene un don de conquistador. Fue muy amable conmigo, extremadamente servicial.

—Hey, ya basta con tu porquería... Detesto a la gente falsa, sé que no eres una persona amable— Me hartaba su expresión de felicidad. Y en cuanto le dije aquellas palabras su temperamento cambió totalmente.

—Estoy siendo lo mejor para tí... Deberías ser más gentil conmigo—

—No sé qué diablo tienes metido en tu cabeza, pero para tu información, solo acepté esta cita porque si no me gustaba...— Me empujó contra el muro de la sala del cine.

—¿No deberías estar dándome una oportunidad al menos?— Su escencia me apuñalaba, no podía mover mis piernas. ¿Por qué este sujeto me daba tanto miedo?

—...Solo quería que me dejarás en paz— Articulé. —Por lo que no vi tu esfuerzo— Hablé bajito, y él transformó sus feromonas en unas agradables.

—¿Lo notarás ahora?— Yo asentí.

¡Qué humillante! Sentí mucho terror, no es justo... No es justo. ¿Así se sienten los demás cuando colapso su orgullo? Es tan hiriente, me siento tan mal, quería ocultarme en un rincón solitario y llorar en silencio.

Al final, le seguí la corriente por el resto de la cita. Fue una mala idea haber aceptado, era una mariposa cayendo en las redes de una horripilante araña.

..."Una pobre mariposa que terminaría siendo comida por la araña"...

Al final terminé acostumbrándome a su presencia, había algo que me obligaba a continuar aceptándolo. Claro, somos compañeros destinados, y ese es un vínculo inevitable.

Traté de ver en él a Elián, al menos cuando hablábamos, ya que él era una imitación barata. Debería ser al revés pensando que éste estúpido nació primero, pero no, ese hombre había copiado la personalidad de Elián superficialmente.

Y un día mis pensamientos sobre Elián se esfumaron. Como si nunca hubieran estado ahí, aún queriendo buscarlo, miré entre nuestras fotografías y me di cuenta que el gentil fantasma de Elián ya no me acompañaba. En cambio, un demonio si lo hacía.

—¿Al fin recordaste?— Como un susurro ese inútil alpha estaba dentro de mi cabeza.

Y sí, recordé... Todas las sombras del ayer volvieron a mí. La sonrisa rota de Elián. Sus lágrimas recorriendo su perfilado rostro, y la desesperación cuando le grité que lo odiaba. El momento en que descubrí la noticia, cuando las personas murmuraban y me llamaban «Anormal», y el segundo exacto cuando Cyer me pasó por el lado.

—Te lo advertí ¿No?—

La relación de Elián y yo la mostraron de una forma tan vulgar en la televisión. Los medios destrozaron esos dos preciosos años junto a Eli. Dos años en los que pude ser yo mismo sin preocuparme de herir a nadie. Los hicieron añicos y la gente los pisoteo hasta el grado de verse negros por la suciedad.

Y Yo estaba demasiado ocupado escuchando lo que todos los demás pensaban, que ignoré la voz dentro de mi corazón. Y el único que dejó que destrozaran mi amor por Elián fui yo mismo.

No vi que él que más sufría por los hechos era el mismo Elián. Cegado por la presión me encerré, y no aparecí en meses en pantalla, ni en las redes sociales, para cuando reaccioné ya era demasiado tarde. Lo único que dejó Elián para mí era una nota en nuestro apartamento junto a un anillo.

..."Se feliz sin mí,...

...perdón"...

Una frase tan corta fue suficiente para desgarrarme por mi error. Tiré el anillo lejos de mi vista.

Estaba frustrado conmigo mismo, por no verlo. Por no darme cuenta de lo egoísta y estúpido que fui. Perdí a Elián para siempre, la persona que más amé.

Y no hice nada para remediarlo.

Me mantuve como un muerto en ese apartamento, perdiendo el apetito, y cuando prendí la televisión, esperando no oír nada relacionado a mí o a Elián, me di cuenta que en el tiempo que pasó todos se habían olvidado de ese escándalo.

¿Por qué tuve que dejarme llevar por lo que los demás decían? Al final, solo fui un muñeco en la boca de los periodistas que no tienen más que contar. Y no es como que a todos les interesara mi vida privada. Prendí mi celular por primera vez en mucho tiempo. Las notificaciones lo tenían colapsado y habían todo tipo de opiniones, desde personas considerandome un rarito, otras desinteresadas, ya que mi actuación era espectacular y eso no intervenía en mis gustos, mientras otras me apoyaban.

Ya nada de eso importaba, Elián es un pan de Dios, que me dió trabajo aún después de lo que sucedió. Ahora, el problema era éste demonio que no me deja descansar, y que se aferra a mis pies, inmovilizandome.

Abrí la puerta de mi departamento encontrándomelo. —¿Qué diablos haces aquí?—

—¿No puedo visitarte de vez en cuando?— Entró sin mi consentimiento.

—No— Contesté.

—Bueno, está más ordenado que mi casa actual— ¿Qué mierda? Miré mis libros y DVD's esparcidos por el suelo, además de mi ropa mezclada, sin mencionar que no he limpiado en meses y probablemente me encuentre un nido de cucarachas, hasta mi gato estaba luchando por sobrevivir en mi caos. ¿Y éste tipo dice que está más ordenado que su casa?

—Debes ser un asqueroso cerdo entonces—

—Eres tan rudo— Se adelantó a ver mi habitación. —¿Qué es eso moviéndose entre tus mantas?—

—Probablemente Gigi—

—¡Ahh!— Gritó cuando mi gato se le lanzó encima a arañarlo.

—¡Gigi, no!— Traté de detenerlo. Pero, ya estaba sobre la cara del alpha. —¡Gigi!— Lo tomé y continuó bufandole entre mis brazos.

—Ahaja... Pero, que lindo...— Le rasguñó la cara.

—¡¿Qué te pasa, Gigi?! ¿Desde cuándo le saltas a las otras personas? Gato endemoniado te leeré la biblia antes de irme a dormir— Mi gato reclamó con un fuerte maullido, tuve que mantenerlo alejado de Franchesco. —Lo siento, no sabía que Gigi era agresivo con los extraños— Curé los rasguños que le hizo en la cara y le puse unos cuantos parches.

—Deberías sacrificarlo—

—¿¡Qué!? ¡No! Aunque te haya atacado no es razón para hacer algo tan cruel, además entraste sin permiso, ya puedes lárgarte— Lo llevé hasta la puerta.

—¡Pero es un gato terrible! ¿¡Qué hubieras hecho si me saca un ojo!?—

—¡Te doy uno de vidrio!— Contesté.

—¿¡Qué!? ¿El gato es más importante que yo?—

—¡Pero, por supuesto!— Lo corrí y cerré de un portazo. —Es tan molesto...— Empecé a reírme al recordar su cara llena de arañazos. —¡Ahaja, bien hecho, Gigi!— El gato se acercó a hacerme cariño.

—Sal conmigo— Dijo en la mañana.

—Nop—

—¿Quieres salir conmigo?— Saltó en el camerino.

—No— Suspiré.

—¡Por favor, sal conmigo!— Me mostró un regalo, por lo que tomé y lo abrí viendo un peluche.

—¡Aww qué lindo!—

—¡Sí! ¿Saldrás conmigo?—.

—No— Respondí sonriendo.

Y estuve aguantandolo por meses, y aunque buscara todas las maneras para decirle que no quería, continuaba pegándose. —Deja de seguirme—

—No hasta que aceptes ser mi novio— Me detuve a admirar el cielo lluvioso.

—Dame una razón, que no sea el que somos compañeros destinados—

—Porque te amo—

—Eso es imposible— Dije sin dejar de mirar hacia arriba con mi paragüas. —Tú solo estás obsesionado con la idea de obtener a tu compañero destinado... No tienes sentimientos por mí...— En un despiste, él hizo un acercamiento y juntó sus labios con los míos.

Su mano en mi hombro, sultimente me acercó a él, ni siquiera el paragüas fue un inconveniente para que disfrutara de su beso.

Dicen que es suficiente una mirada a primera vista con tu compañero destinado para enamorarse, y que un beso sacará a la luz tal vínculo, como si hubieran sido creados para estar juntos.

En una tarde lluviosa, yo caí enamorado por mi compañero destinado.

Comenzamos a salir, de vez en cuando subíamos fotos a las redes sociales. Nunca había visto a alguien tan lleno de haters como Franchesco. En verdad muchos fans me dijeron que no saliera con él y a decir verdad tenía mis dudas, pero nuevamente no vi lo que tenía delante. Por primera vez decidí no escuchar la opinión de los demás.

—¡Hey, Franc!— Marqué su número.

—El número que está tratando de contactar...— En verdad, solía pasar a veces que no contestara mis llamadas.

—¿Por qué no contestaste mis llamadas?— Exigí una explicación.

—Lo siento mucho, lindo, estaba ocupado practicando... En verdad el papel que me dieron ahora es muy difícil—

—¿No quieres que te ayude?—

—Oh, claro, eso estaría bien— Parece que se está esforzando por mejorar.

La mayoría de las veces pasamos el rato fuera, pero un día me invitó a su casa, y realmente era un chiquero ese lugar, incluso apestaba.

—¡Uhg! ¿Qué no limpias?— Critiqué.

—Solo tuve tiempo de limpiar mi habitación— Entramos y nos dirigimos a su pieza, que por suerte no estaba asquerosa.

—Marrano, contrata un empleado de limpieza—

—Es demasiado costoso... Ya sabes que mi papá me echó de la mansión y trato de vivir por mí mismo—

—Te lo merecías, no puedo creer que te hayas metido con Mónica Roller y Peter Mergher al mismo tiempo— Fui directo.

—Ahaja, no fue mi culpa, ellos me embriagaron, creo que pusieron algo en mi bebida—

—¡Eso es ilegal! ¿Por qué no le dijiste a tu papá?—

—Ya me había metido en muchos problemas, simplemente ya no confía en mí— Confesó.

—Oh, bueno, ten cuidado la próxima vez— Me senté a orilla de la cama junto a él.

—Sí, gracias, Julen, te amo— Me besó y mientras más intenso se hacía el beso, pude sentir una atemorizante e intoxicante escencia viniendo de él.

Me recosté sobre la cama y recorrió mi cuerpo bajo la ropa, entonces nuevamente sentí esa escencia malvada proviente de él y lo empujé a un lado.

—Ah... Lo siento, yo creo que no estoy listo para esto— Me levanté.

—¿Julen, a dónde vas?— No me permitió abrir la puerta. —¿Qué sucede?— Habló con su típica voz dulce. —¿Vas a dejar así a tu novio plantado?— Le propiné un golpe en la canilla que lo botó de imprevisto y salí corriendo de su casa.

¿Qué había sido eso? ¿Por qué estoy temblando aterrorizado? Tal vez hacerlo con un alpha es más difícil de lo que pensé, él realmente me dió una mala y fría vibra.

Por unos días no vi a Franchesco, y estaba preocupado de que mi acción lo hubiera herido, además ni si quiera estaba contestando mis mensajes y llamadas.

Por lo que me dirigí a su casa, ya que no había ido al set de filmación tampoco. —¡Franc!— Toqué la puerta y el timbre, pero nada. Entonces noté que la puerta estaba abierta. Y su casa estaba extrañamente ordenada, por lo que entré sigiloso, hasta oler una escencia que me mareó por completo. Una horrible escencia se había mezclado con la de Franchesco.

Giré el pomo de su habitación y vi algo que no debí haber visto. Franchesco se había acostado con alguien más y estaba sucediendo delante de mis ojos.

Una avalancha de sentimientos me habían acorralado, apreté los dientes y saqué mi celular para fotografiarlos. —¡Espera, Julen! ¡Esto no es lo que crees!— Casi se cae desnudo de las sábanas.

Di media vuelta para irme. Sabía cómo era ese tipo, y aún así, confié en él. Me creí sus dulces mentiras, cada uno de sus actos...

—¡Julen!— Me persiguió en bata. —¡Déjame explicarte, por favor!— La escencia que desprendía me provocaba nauseas. Una horrible sensación decepcionante.

—¡Eres una maldita mierda!— Le di una patada directo a su entre pierna. —¡Ojalá te quedes sin descendencia! Asqueroso cerdo avaricioso— Y volví a darle una patada en las pelotas. —¡VETE AL INFIERNO Y PÚDRETE AHÍ!— Grité.

—¡Julen!— Pisoteé su mano.

—Retiro lo que dije cuando te conocí... Tú eres mejor actor que yo—.

No podía creerlo, había caído en el juego de ésta mierda, realmente soy muy estúpido.

Él pasó buscándome, y como mi filmación había acabado podía descansar un tiempo en casa. Y la foto que le saqué la publiqué disculpándome con mis seguidores y diciéndo que "Tenían razón, es un maldito bastardo que no dudó en ponerme los cuernos cuando no quise tener relaciones sexuales con él. Qué bueno que no le di mi cuerpo a un asqueroso cerdo como él". ¡Vaya que se hizo viral! Incluso en la televisión dijeron lo patético que era, hasta me defendieron diciendo que era un omega inocente que podía caer en las redes de cualquier bicho extraño.

—Así es sufre, mierda— Dije tirado en el sillón, mientras ese inútil rogaba para que le abriera la puerta. —¿Alo, policía? El loco de mi ex novio está tratando de entrar en mi departamento... ¿Podrían ayudarme? Estoy realmente asustado— Fingí miedo en mi voz. Ellos dijeron que en seguida vendrían a llevárselo, lo arrestaron y eso hizo que los periodistas causaran estragos.

Y decidí actuar como la completa víctima en esta situación, incluso lloré en plena entrevista cuando me abordaron de preguntas y dije que intentó forzarme y que le seguí la corriente de que eramos novios por miedo. Y ahí surgieron más trapos sucios, Franchesco Rosset recibió un montón de denuncias sobre violaciones y abusos. Incluso Elián dijo a los medios como era y que estaba profundamente indignado que no haya cambiado, cuando Franchesco le suplicó por trabajo.

—¡Siento mucho que esto te haya pasado, Julen!— Elián me abrazó enseguida visité su cafetería.

—Está bien, yo también fui estúpido por creerle— Y el mal nacido merecía pagar por lo que le hizo a Elián también.

—Lo malo es que debido a su gran influencia solo le dieron arresto domiciliario...—

—La justicia es una mierda en este país...— Me senté a pedir un café con leche.

—Cierto, Julen, creo que deberías cambiar de aires con todo esto—

—¿Mhm?— Lo miré desconcertado.

—Una agencia de Estados Unidos te quiere como el protagonista en su teleserie— Lo escuché atento. —¿Por qué no aceptas?— Me dió los papeles. —Además, creo que necesitas acomodarte en un lugar seguro, donde nadie te persiga. Como tu patrocinador quiero que estés seguro, Julen, así que pediré guardaespaldas confiables para tí—

—Irme a Estados Unidos... Y vivir una vida de estrella de cine. Lo pensaré—

—Llámame o envíame un mensaje, decidelo con calma. Pero, déjame decirte que es una oportunidad única, te estoy ofreciendo alojamiento allá también— Yo asentí.

—Bien, también creo que es una buena oportunidad—

No lo pensé mucho, tampoco tenía algo mejor que hacer. Así que empaqué a mi gato, que era lo único que iba a llevarme hasta allá. —¡Nos iremos a vivir a Estados Unidos! ¿No te parece fantástico?— Le decía a través de su jaulita. Aparte de mi gato me llevé el anillo que me dió Elián. —Por un momento pensé en pedirle matrimonio a Franchesco, menos mal que no lo hice— Sonreí. Pero, a pesar de haberme vengado de él, no me sentía prácticamente satisfecho, la verdad es que me sentía muy solo.

Cuando abordé el avión, me senté en solitario junto a la ventanilla, y de a poco veía las luces de la ciudad alejándose una vez el avión despegó.

—Adiós, Franchesco— La primera lágrima cayó. —¿Yo por qué estoy llorando?— Las lágrimas no pararon de caer. —Maldición... ¿Por qué? ¿¡Por qué!?— Me recargué en la ventana. —Te odio, Franc— Aunque sabía que era todo lo contrario.