webnovel

Tu Perfume [Omegaverse]

Elián es un omega de una exitosa familia de alphas. Debido a sus feromonas dominantes, todos han tratado de ponerle las manos encima, incluido sus dos medio hermanos mayores. Pensando que jamás podrá a amar a un alpha, su padre condena nuevamente su vida volviéndose a casar, y se ve obligado a convivir con un hermanastro guapo y sexi, lleno de misterios. ¿Podrá ser él la salida que Elián busca? ¿Y sería él capaz, de revivir las pasiones que Elián perdió, en un pasado lluvioso? Entre tres alphas, un omega y un beta, ¿Estará entre ellos la salida de nuestro protagonista? — Esta historia contiene sexo explícito, queda bajo tu responsabilidad leer la suculencia. — Hay escenas levemente incestuosas. — Es un omegaverse y BL, yaoi, en otras palabras es una historia enfocada en un romance de dos personas del mismo sexo (chico x chico), en un mundo con jerarquías repartidas en Alphas, betas y omegas.

Samanta_Ruiz · LGBT+
Not enough ratings
46 Chs

El sonido de la olas

Acostumbrarme a convivir con mi familia fue difícil para los dos. Varias veces mis madres colapsaban de preguntas a Sieg. Además, que mi madre lo obligó a cocinar un par de veces.

—Es un plato sencillo, que la esposa de un Rous debe saber preparar— Él no tenía inconveniente en seguir los requisitos de mi mamá, sin embargo se vió presionado y más de una vez botó accidentalmente algún utensilio o parte de la comida al suelo. —¡Mira nada más, eres un desastre!—

—Ya es suficiente, madre— Ayudé a levantar a Sieg del suelo, quedó manchado en la salsa blanca que preparaba. —Lo estás presionando— Él se aferró a mí temblando, pero me ensució con su delantal.

—¡Hick! L-lo siento... Perdóname— Estaba derramando lágrimas. —Perdóname—

—Sieg, puedo comprar toda la ropa que desee— Lo abracé y miré a mi madre con ira. —Vamos...— Le saqué el delantal y lo tiré al piso.

—Hugh...— Siguió llorando sin parar, incluso cuando salimos de la situación.

—Sieg, perdóname... No quería traerte aquí por esto mismo... Mis madres pueden ser realmente crueles—

—¡Soy un incompetente!— Gritó. —No estoy a la altura de lo que tu familia quiere... Yo no merezco estar a tu lado—

—¡Sieg! Mira, ni siquiera a mí me quieren... Así que tranquilo, perdóname, mejor nos vamos de aquí— Me levanté para cambiarme la polera, tomar el bolso de Sieg y llenarlo de las cosas importantes.

—¿Fred?—

—Nos vamos, ahora... Ya no puedo aguantar más meses en este lugar. Además, has estado enfermo últimamente— Hablé tomándole la mano. —Tu apetito ha estado extraño y ya vomitas del estrés— Él bajó la mirada.

—Respecto a eso... Puede que el estrés no sea el motivo...— Movió sus manos nervioso y su nuca se puso roja.

—¿Entonces, qué?—

—También me he sentido mareado últimamente y te das cuenta que... No me ha llegado el celo ¿Verdad?— Me miró con miedo.

—...Definitivamente nos vamos— Lo llevé casi corriendo fuera de la mansión.

—¡Espera, Fred...! ¿Sabes a lo que me refiero?—

—Lo sé, es muy posible que estés embarazado y por eso mismo te saco de aquí, no voy a dejar que esas mujeres toquen a mi hijo— Él me detuvo en la entrada.

—Fred... ¿Estás seguro que estás bien con esto?—

—Sieg, tú te convertiste en mi familia desde el momento que comenzaste a vivir conmigo. Tú eres mi razón de existir— Confesé y sus ojos volvieron a ponerse llorosos. —Ceresita, no llores más— Acaricié su mejilla. —Bien, vámonos antes de que nos descubran.—

—¡Fred!—

—Hablando del diablo...— Le di las llaves a Sieg. —Espérame en el auto—

—Padre...— Gruñí.

—¿Acaso te tomas vacaciones?—

—¡Nos vamos, ya no aguanto vivir aquí! ¡Estresaron a Sieg y ni les importó! Creí por un segundo que querían que fuera parte de la familia, pero ya veo que no... Que nunca fue así... Nunca podré ser amado por ustedes y mucho menos amaran a Sieg— Una lágrima cayó de mi ojo izquierdo directamente al suelo. Apenas rozó mi piel antes de caer. —Y renuncio... Ya no seré más el vicepresidente de tu anticuada empresa—

—¡Fred, tú no solo puedes renunciar así...!—

—¡Mañana haré todo el puto papeleo que quieras! Pero, eso será todo... Ya ni siquiera quiero verte— Me fui corriendo sin esperar una respuesta.

Entré al auto bastante agitado y me recargué sobre el volante. —¿Fred?— Dijo con su pequeña vocecita.

—Estaremos bien, lamento que hayas tenido que soportar a mi madres—

—Está bien, quería agradarles aunque fuera solo un poco, porque es ahí donde te criaste... Por más indiferente que fue tu vivencia en esa mansión, trataba de imaginar tus antiguos y pequeños pasos en ese lugar— Sonrió.

—Te amo, Sieg—

—Yo también te amo— Lo besé.

Lo siguiente que hablamos fue de las probabilidades de su embarazo, pero todo encajaba con que lo estaba, así que pensé en pedirle ayuda a Elian, para hacerle un chequeo silencioso a Sieg. Él respondió que sí, e incluso se alegró por nosotros. Y al final, resultó que Sieg tenía 4 meses de embarazo. Obviamente, uno de mis espermas logró fecundar al pequeño pelirrojo en esa semana calurosa que estuvo en celo.

Y terminamos viviendo en la casa en la playa que tenía con Guinea. —¿Por qué no ocupabas este lugar, Fred?— Preguntó sentado, mientras me veía mover las cajas.

—En verdad, no es solo una casita— Le apunté una puerta. —Mira ahí— Él se levantó para explorar la habitación que le indiqué.

—¡Wow! ¡Fred, no me digas!— Daba saltitos en su lugar.

—Sí, aquí grababa las canciones con Guinea— Lo abracé para que dejara de moverse tanto. —Es un estudio de grabación, por eso es tan pequeño— Solo había una habitación con un baño y una cocina minimalista, aparte del estudio.

—¡Hay de todo, incluso un violín!— Exclamó alegre.

—Sí— Sonreí y cerré los ojos volviendo a los viejos tiempos.

—¿Multicolor?— Preguntó ella leyendo la letra.

—¿Algún problema?— Sonrió maléfica.

—Si pones directamente su color de ojos creo que entenderá esa indirecta. ¿Te confesaras con esta canción?— Enseguida reaccioné borrando esa parte de la canción. —¡Ahaja, no te alteres! ¿Qué tal azul?—

—¿Azul?—

—Sí, le recordará al color de tus ojos, no se sentirá especial del mismo modo—

—Oh... Es una buena idea— Ella cambió el primer verso.

—Lo demás me gusta. ¿En serio buscaste en cada extraño como la canción—

—Hermanita, esos son detalles que una niña como tú no debe saber— Sonreí forzosamente.

—¡Fred!—

—Ahaja, está bien... Bueno, solo "probé", pero no llegué a acostarme con nadie así que deja de mirarme con esa cara— Yo continuaba riéndome. —No sabía que tenía una hermana celosa— Ella rió por lo que dije.

Sieg me sacó de mis memorias. —¿Cómo grababan—

—¿Quieres una canción en vivo?— Encendí la pantalla que estaba detrás con las grabaciones del estudio. —Escoge una canción—

—Mhm...— Miró los estantes. —¡Oh! ¡Ésta!— Justamente era la canción que recordaba hace unos instantes.

—¿Coincidencia? No lo creo... La escribí después de nuestra primera vez— Él se sonrojo hasta las orejas.

—Ahora todo tiene sentido...— Moví la silla más cómoda para que tomara asiento frente a la pantalla, coloqué el vídeo y apagué las luces.

En el vídeo salía tomando la guitarra eléctrica en el lado izquierdo. Nos grabamos en tres diferentes vídeos que juntamos en uno. En el lado derecho estaba ella tocando el bajo. Y en el medio aparecía ella cantando y yo atrás en la batería.

...Un azul...

...En tus ojos hay...

...Es amar...

...O todo Perder...

...Falsedad...

...O la verdad...

...Nada o alcohol...

...No quiero elegir...

...¡Quiero sentirme...

...Como aquella noche...

...Aún más...

...Más!...

...Ebrio con mis sensaciones...

...La Luna y el mar...

...¡He corrido sin cansancio...

...He corrido por la orilla!...

...Sí, por tí...

...Solo por tí...

...¡He seguido a la Luna...

...Y a su lado oscuro vi!...

...Solo por tí...

...Solo por tí...

...¡Busqué amor en cada extraño...

...Y tardé en calmar el daño!...

...Fue por tí...

...Sí, fue por tí...

...He corrido sin cansancio...

...He llorado a la Luna...

...Sí, por tí...

...Solo por tí...

...Fue por tí...

......

...Para llegar a tí...

......

...Para llegar a tí...

......

...Arte en mi piel...

...Tú trazarás...

...Caminos que...

...No conocí...

...A oscuras yo...

...Te seguiré...

...Un paso más...

...Hoy debes dar...

...Quiero sentirme...

...Como aquella noche...

...Aún más,...

...Más...

...Ebrio con mis sensaciones...

...La Luna y el mar...

...¡He corrido sin cansancio,...

...He corrido por la orilla!...

...¡Sí, por tí!...

...¡Solo por tí!...

...He seguido a la Luna,...

...Y a su lado oscuro vi...

...Solo por tí...

...Solo por tí...

...¡Busqué amor en cada extraño,...

...Y tardé en calmar el daño!...

...Fue por tí...

...Sí, fue por tí...

...He corrido sin cansancio,...

...He llorado a la Luna...

...Sí, por tí...

...Solo por tí...

...Fue por tí...

......

...Para llegar a tí...

......

...Para llegar a tí...

...He corrido sin cansancio...

...He corrido por la orilla...

...Sí, por tí...

...Solo por tí...

...He seguido a la Luna...

...Y a su lado oscuro vi...

...Solo por tí,...

...Solo por tí...

...Busqué amor en cada extraño,...

...Y tardé en calmar el daño...

...Fue por tí...

...Sí, fue por tí...

...He corrido sin cansancio,...

...He llorado a la Luna...

...Sí, por tí...

...Solo por tí...

...Fue por tí...

...♪ ♬ . . . ♬ ♪...

—No pensé que tuvieras un vídeo así, donde aparezcas tocando ¡Deberías publicarlo!—

—¿Para qué...?—

—Podrías ganar mucho dinero con esto—

—Ya tengo lo suficiente— Dije.

—¡Es mejor a que sobre!—

—No quiero—

—Eh... ¡Pero, Fred...! ¡Podrías hacerte famoso!—

—No me interesa— Opiné.

—¿Guinea tuvo que aguantar esto también?— Yo asentí. —Eres muy raro, Fred... Muchos quisieran tener la oportunidad de subir sus vídeos ¿Por qué no lo intentas?—

—Ahg... Bien, pero solo subiré la canción que me dejó en su testamento—

—¿Te hizo una canción?— Yo asentí, mirando por la ventana el mar.

—El día que murió, encontraron sobre el piano, que está junto a la ventana de su habitación, un sobre con sus últimas palabras... Mi padre me dió el sobre porque estaba estrechamente dirigido a mí y no dijo nada. Y la primera vez que intenté abrirlo, solo vi las partituras de una canción—

—Fred...— Se paró a abrazarme. —¿Por qué no tratas de leer su testamento?— Debería leerlo, pero aún no tengo la fuerza... ¿Cuándo se supone que la tendré?

—¿Podrías leerlo... Por mí?— Por alguna razón creía que me tranquilizaría un poco el que lo leyera con su tierna voz.

—Bueno— Respondió.

Saqué el sobre y sin abrirlo se lo entregué. Se notaba el grosor de su contenido. —Lee todo... No te contengas con ninguna palabra... Por favor— Me senté en la otra silla, y miré hacia las afueras el abatido mar de verano.

—Bien, comenzaré— Inhaló, antes de pronunciar las primeras palabras. —Querido hermano, estoy segura que no leerás mis palabras en mucho tiempo. Tal vez las estás leyendo días después, meses, o en incluso en muchos años... Lo importante es que por fin hayas abierto el baúl de mis secretos. Te contaré una muy extensa historia, creo que ya lo imaginaste, porque tú eres la única persona con la que parloteo.

Desde que te conozco has sido por cara una persona fría, espero que ahora no estés en una mala situación leyendo mi carta... No, estoy segura que no leerías mi testamento en un momento así. Siempre quise que palmaras tus sentimientos e instantes en cada una de tus canciones, pero sabía que si seguías haciéndolo terminarías dejando todo ahí... En una simple canción que jamás quisiste entregar. En palabras que fueron llevadas muy lejos por el viento, en sensaciones que jamás te atreviste a profundizar. Quise ser tu receptora, pero no servía de nada serlo, porque nunca te sentiste mejor contigo mismo, al contrario, con cada letra y nota te apagabas aún más. Tenía miedo que te consumieras como una vela, para finalmente ni siquiera dejar señales de tí, solamente una pisada en un lugar que a nadie le importó, como la cera restante.

Sin embargo, en el azul de tus ojos podía ver la claridad del cielo y la profundidad del océano. En un lugar escondido de tu ser aún vivías con pasión. Para mí es indescifrable el color de la pasión que te mantenía con vida, pero alguna vez dijiste que la persona de la que te enamoraste tenía unos ojos multicolor. Imaginé un arcoiris entre el mar y el cielo, tan precioso que seguramente era capaz de guardar 7 personas en su corazón, como el color de sus ojos. ¿Me equivoqué al imaginarlo? Pienso que la persona que debe estar a tu lado debe ser amable, comprensible, alegre, extrovertida y alguien que te controle... Creo que una persona así, sería como yo, ahora que lo pienso... Mejor no, creo que pasarían discutiendo como nosotros. Entonces, alguien amable y lindo sería suficiente, tal vez que sea algo caprichoso para que te atrape, en serio no necesitas alguien que puedas entender fácilmente, estaría genial que alguien te haga desesperar un poco.

En fin, creo que no esperabas un comienzo así... ¿O tal vez sí?

Fue bastante frustrante vivir entre la espada y la pared, aunque siempre fuiste bueno conmigo, yo creo que merecía un golpe de tu parte. Una vez, te enojaste tanto conmigo que levantaste tu mano, pero no hiciste nada, ni siquiera me rozaste. Seguramente por temor a que te golpearan más de lo habitual. Nuestras madres eran extremadamente estrictas, a pesar de todos sus cumplidos, ellas realmente me compararon muchas veces contigo. Seguro te sorprenderá saber que una vez dijeron «A pesar de que tu hermano es un beta le iba excelente a tu edad». O tal vez lo sabías, en tus últimos años empeoraste tu promedio y papá no volvió a gritarme. Madre era diferente con los dos, era como ver dos lados distintos de una moneda. Me sentía culpable que a pesar de todo me protegieras. ¿Entiendes que mi existencia te hace daño? ¿Entiendes que si yo no hubiera nacido no irías a clases con moretones en la espalda y brazos? Yo no soportaba ver eso... Muchas veces traté de decirle a nuestras madres, pero si decía que tú merecías más me golpearían hasta que rogara. Se me pasó por la cabeza muchas veces que si yo desapareciera por fin podrías sonreír, por fin podrías correr tras la persona que amabas y nunca más nuestras madres te golpearían... Sin embargo, seguro no estarías contento con eso... Lo sé, no quiero verte llorar, no quiero que estés triste por mi causa.

Yo tan solo tenía 14 años cuando me comprometieron con un hombre mayor que yo. «¡Me opongo!» Saltaste de la mesa. «¡Ella tan solo tiene 14 años! ¡Ese tipo tiene como 20!» Y mamá te golpeó hasta llevarte arrastrando a tu habitación y encerrarte quedándote sin cenar. Estaba agradecida que hiciera eso... Realmente ese hombre era detestable e intento abusar de mí muchas veces. A pesar de que le lloraba a mamá por eso y a papá, me decían que lo soportara, porque él pertenecía a una familia importante, que subiriamos de ranking en la élite... ¿Tienes alguna idea de eso...?

Fred, ya no lo soporto, no soportaba a nadie, solo quería que me tomaras la mano como cuando eramos niños, para tocar y cantar junto al piano.

Fred, tú eres la única persona que amo, eres el mejor hermano del mundo. Espero tú puedas ser feliz en esta vida y continues cantando tus canciones por tí... No puedo continuar cantando tus canciones, alguien sin voz y sin conocer el sentimiento de ser verdaderamente amado no merece que cante tus hermosas canciones. Fui genuinamente feliz a tu lado, porque eras el único que me quería.

Aunque oiga el sonido de las olas, no merezco morir en el precioso mar que tanto amas. Pero, tal vez esté bien morir en este lugar que tanto aborrecemos. Desde mi ventana puedo oler el salado mar. Gracias al aire fresco de esta helada que aparece cada 15 años, puedo caer a los brazos de un mar blanco.

Y en honor a esta bella muerte, no descansaré hasta que toques el réquiem que preparé para tí con vista al hermoso mar que tanto amas. Junto al piano de nuestra casa en la playa, mi espíritu aguarda—

Sieg alzó su vista entristecido, pero yo estaba destrozado en el llanto. Sabía que ni podría leer la mitad para cuando comenzaran a caer mis lágrimas. Por eso, era mejor escuchar.

—Fred...— Dejó la carta junto al sobre, pero me mostró la partitura. —Date un tiempo antes de verla ¿Sí?— Tiré suavemente de su cintura abrazándolo desde mi asiento.

—Ella estaría feliz de saber que estoy con la persona que amo... Guinea hubiera aceptado a su sobrino y se hubieran llevado bien... Tan bien que me hubiera dado miedo que terminaras enamorándote de ella— Sonreí aún llorando.

—Fred...— Se sentó en mis piernas abrazándome con dulzura, por lo que continué derramando lágrimas sobre él.

Las llamadas de mi padre eran constantes. Había renunciado a mi trabajo y comenzado a planear con Sieg qué sería mejor para nuestro hijo.

—¿Tienes dinero, Fred?— Preguntó de camino al cajero. —Si no tenemos suficiente aún queda mi club nocturno, en verdad lamento que hayas tenido que encargarte de las finanzas de mi negocio... Yo no sé nada de eso. Apenas me enseñaron matemáticas básicas en mi escuela, tú sabes que a los omegas no los educan con el mismo contenido— Yo abrí mi cuenta, mientras él aún hablaba. —A ver... Tienes... ¡¿Cuántos 0 son esos?!— Yo le tapé la boca.

—No debes decir cuánto dinero guardo en un lugar así— Él asintió aún sorprendido.

—Ni siquiera nuestros nietos necesitarán trabajar— Se emocionó. —Estoy tan feliz... Sabía que algo bueno saldría de lo tacaño que eres— Lloraba.

—Amor, no soy tacaño, tú desperdicias como se te da la gana— Apreté sus mejillas.

—¡Ay, ay...!— Lo solté. —Pobre de nuestro hijo que tendrá que sufrir esto—

—No pasará... Nuestro hijo será un adorable omega— Sonreí.

—¿Cómo lo sabes? No se define su género hasta los 6 años, aveces hasta los 12—

—¡Porque no puede vivir esta humillante vida como beta!— Dije sacando el dinero e inmediatamente guardándolo. —Si es un beta lloraré todos los días de mi vida, te lo juro—

—Vas a hacer que pierda su autoestima como tú si haces eso... De todos modos es un... ¿45 y 45?—

—Es imposible que nuestro hijo sea un alpha, digo solo hay un 10% de probabilidad que eso pase, normalmente el sexo de un persona varía en un 50 y 50 si sus padres son de diferentes sexos— Expliqué.

—Claro, pero en tu familia han sido alphas por generaciones, así que la doctora dijo que había un 10% de probabilidad que resultara alpha— Yo asentí molesto.

—¿Quieres que nazca alpha?—

—Sería mejor para los dos, tú sabes, Fred—

—Sí, pero al menos que le reces a una rosa todas las noche no será alpha, ceresita— Sonreí forzosamente.

—Si nace omega estará obligado a casarse... No quiero eso, Fred—

—Nosotros lo protegeremos— Lo calmé. —Además, podemos casarlo con los hijos de Eli— Solté una carcajada, a lo que el embarazado me golpeó. —Serían los hijos de Eli, él los va a criar como ciudadanos decentes.—

—Aún así... Es duro que te comprometan desde la infancia, quiero que mi hijo ame a alguien y sea feliz— Él pasó por esa experiencia, así que mejor no agrego más.

Transitamos hasta la cafetería Tu perfume, en el último tiempo había estado cerrada debido a las remodelaciones y Eli con su familia se hospedaron momentáneamente en la mansión Rosset.

Al llegar, vimos en la pequeña plaza al rubio jugando con sus gemelos. —Ve a saludar a Eli iré a pedir algo de comer, ¿Quieres algo?—

—Tráeme el desayuno ¿Sí?— Yo entré a la cafetería. Después de pagar por mi pedido, atisbé a Kenny por lo que no dudé en acercarme.

_¡Kenny! ¿Cómo has estado?—

—Hey, Fred...— Sus ojos revelaron unas grandes ojeras.

—Luces muy cansado...—

—Los gemelos no pararon de llorar en toda la noche, incluso ahora siguen despiertos... Espero duerman toda la tarde...— Tomó apresuradamente un café.

—Vaya, ya me está preocupando ser padre— Comenté.

—Tendrás mejor suerte si es solo uno—

—Eso espero, no sé mucho sobre bebés, pero Sieg tuvo una clase de maternidad así que confío en él— Kenny me miró engorroso.

—¿Los omegas tienen una clase de maternidad? ¿De casualidad, cómo le fue a Elián?—

—Si no me equivoco, pasó con el peor promedio de la escuela de omegas—

—Eso lo explica todo...— Deslizó su mano por su cara.

—¿Tan malo es cuidando a los bebés?—

—¡Sí, hasta ahora no ha podido cambiar los pañales!— Dijo frustrado. —Pero, es muy bueno distrayendo a los bebés como haciéndolos llorar— Se hundió sobre la barra.

—¡En verdad, nunca hubiera imaginado a Elián siendo madre! Pero, estoy seguro que cuando crezcan será el único que sabrá controlarlos—

—¿Tú crees?— Se quedó pensativo. —Sí, fue capaz de cambiar todo mi mal temperamento de mi niñez—

—¿Verdad? Elián, tiene talento para hacer madurar a las personas.— Estábamos conversando de lo mejor teniendo de tema a Elián.

—¿Qué pasa? ¿Hablaban de mí?— Ambos nos sonrojamos y negamos al verlo. —Los bebés por fin se han dormido—

—¡Genial, a dormir!— Kenny corrió a la casa que estaba al lado de la cafetería.

—¿Te quedarás despierto, Eli?—

—Es mi turno de dormir en la habitación de los bebés—

—¿Por qué no te echamos una mano?—

—¿No tienen cosas qué hacer?— Sieg traía la bandeja con su desayuno y mi café.

—Creo que deberían dormir juntos en paz ustedes dos—

—Además somos los padrinos de Ellie— Él nos sonrió esperanzado.

—¡En serio, gracias! ¿Hasta que hora podrán cuidarlos?—

—¿Qué tal si los cuidamos por un día?— Ofreció el pelirrojo.

—¿Lo dices en serio? ¡Sieg, te adoro! ¡Bien! ¿Puedes acostarlos?— Elián me pasó los bebés y rápidamente se fue.

—Pobre, Eli... Se estaba durmiendo mientras cuidaba de los bebés— Sieg continuó pidiendo más comida.

—¿Vas a comer papas fritas?— Era extraño ver al pelirrojo descuidar su dieta.

—Tengo hambre...— Se apenó llevándose todo un manojo a la boca.

—No puedo creerlo... Te tomaría una fotografía si pudiera. Iré a acostarlos, así que me alcanzas cuando termines de comer—

Ambos gemelos eran idénticos, por lo que no podía diferenciarlos, pero en su ropita uno tenía una «J» y el otro una «E», además de llevar pulseras con su nombres.

Ellos me daban tanta tranquilidad, creo que podré ser un buen padre, sus caritas durmientes me dieron ese presentimiento.

—¡WHHA!— Su lloriqueo despertó a su hermano.

—¡Mierda!—