12 Capítulo 11.

Rápidamente Liam corrió por los pasillos algo solitarios escuchando ruidos extraños, pensó que era algún tipo de almacén pero fue todo lo contrario. Subió unas escaleras y se encontró con unos pasillos desolados, los gritos se escuchaban al fondo de muchas habitaciones y al final había como una luz, supuso que sería la salida, no había cámaras ni guardas, los pocos que se encontró estabab durmiendo por lo que fue fácil pasarlos.

Todo iba bien hasta que se chocó con alguien más haciendo que ambos dieran un gemido de dolor.

— Uh... ¿Que demonios te pasa?

El rubio frunció el ceño al escuchar esa voz conocida y grande fue su sorpresa al verlo frente a él.

— ¿Jael?

El nombrado levantó la mirada y abrió los ojos al ver aquel niño que nunca pudo olvidar.

— ¿Liam?

Jael DuPont, el protagonista de esta novela le miraba algo sorprendido y Liam tampoco lo dejó de ver. Ambos parecían estar consternados por este encuentro y sobre todo por el lugar en donde estaban.

— ...

Hacía mucho no lo veía, se había ido al exterior justo como en la novela y no había manera de comunicarse aunque no es como si Liam también lo quisiera, realmente estaba feliz de que se fuera para no tener que tenerlo a su lado.

— ¿Que estás haciendo en un lugar como este?

— Puedo decir lo mismo de ti Liam, este no es un lugar para niños de tu edad.

El Omega puso los ojos en blanco. — Tu también eres un niño.

Ahora que lo miraba bien Jael debía ya tener 11 años pero al igual que Alek estaba bastante alto gracias a su condición de alfa pero no tanto como Alek. Su rostro se veía más maduro y se notaba que había estado entrenando, sus feromonas ya eran mucho más fuertes con un olor agrio y molesto para Liam.

Jael tampoco se quedó atrás mirando al Omega de 6 años, como siempre lo pensó desde que lo vió en aquella fiesta de cumpleaños, Liam se estaba convirtiendo poco a poco en una belleza extraordinaria y su cuerpo lo estaba demostrando al igual que sus feromonas dulces.

— No me has respondido.

— Me han secuestrado. ¿Feliz?

El alfa estaba estupefacto aunque no era una sorpresa teniendo en cuenta de que Liam era la joya de la sociedad aristócrata y el favorito de la familia Kaiser además de su hermosa belleza.

Liam se alejó de el soltándose de su agarre algo desconfiado. — ¿Tu por que estás en un lugar como este?

Había algo raro en todo esto, definitivamente Jael estaba haciendo algo aquí con su familia o también puede estar relacionado on su secuestro.

— Mis padres me trajeron, hay muchos casinos aquí así que están apostando. — Explicó sin mucha importancia. — Me trajeron a conocer gente pero me aburrí y decidí salir un poco.

— Ya veo.

— Y tu... ¿Cómo es que fuiste secuestrado?

Liam levantó los hombros. — Un chófer lo hizo y ahora estoy aquí para ser supuestamente vendido o quien sabe que porquería quieren hacer conmigo. — Bufó con cierta ira.

— Tus padres no deben estar contentos.

— Claramente. — Seguía siendo desconfiado con Jael, no era un personaje que le gustara y ahora que se lo había encontrado justamente aquí le daba un mal presentimiento. — Este no es un buen lugar, aquí hacen negocios horribles, lo sabes ¿Verdad?

El alpha asintió. — Lo se. Aunque parece un casino común y corriente para los demás, se sabe que dentro de sus muchas instalaciones hay negocios ilegales pero no pensé que llegaran tan lejos.

— Malditos... — Murmuró.

Un ruido rápidamente los alarmó, Jael estaba perdido y Liam no tenía aún la fuerza suficiente para salir, aún eran niños y si los encontraban quien sabe que les harían.

— Vamos Liam, es peligroso que te vean por aquí. — Murmuró tomándolo de la mano y sacándolo de ahí, Liam estaba en shock por verlo aquí pero decidió seguirlo.

Sin embargo a lo lejos entraron aquellas personas en lo que parecía ser la puerta de la salida exterior. Jael se detuvo mirando a todos lados, sería un problema si los vieran a los dos, quizás a él no le hagan nada (aunque no daba seguridad de ello) pero a Liam si y por alguna razón no quería que le hicieran algo al Omega.

El rubio rápidamente lo llevo hacia una puerta que parecía estar abierta y la cerraron.

— Aquí ellos no nos encontrarán. Solo esperemos un poco. — Dijo Jael pero Liam estaba más pendiente de algo.

— ¿Que es esto?

Habían entrado a una especie de prisión, habían muchas jaulas con niños y adolescentes adentro de todas las edades, todos parecían ser alphas y omegas que tenían una mirada vacía. Liam apretó sus manos con fuerza al ver esto, en la novela nunca fueron claro con este tipo de situaciones porque no era la trama principal para el protagonista pero ahora viendolo en persona se le hacía horrible.

Liam de acercó a una de las jaulas viendo a dos niños mirarle con algo de miedo.

— ¿Están bien?

No le respondieron pero era seguro que no lo estaban, habían unos 15 niños y niñas de todas las edades enjaulados como si fueran animales cosa que al Omega le hizo hervir la sangre. ¡¿Cómo era posible que nadie hubiese hecho algo por estos niños?!

— Seguramente jóvenes que han secuestrado, ya sabes, está gente se especializa en eso. — Susurró aún pendiente de la puerta. — Debemos irnos ya, ya se fueron.

— No me iré y dejaré a estos niños aquí. Debemos llevarlos.

Jael se volteó a verlo. — No podemos, no hay tiempo y además no tenemos la llave para sacarlo, no le tomes importancia. — Dijo con simpleza. — Al fin y al cabo morirán.

Liam no podía creer lo que estaba escuchando, pensar que ese niño podía hablar así le daba asco y sobre todo por ser el protagonista alfa principal. ¿Que clase de persona era?

— No lo haré, vete tu.

— Liam, no queda tiempo y no podrás salvarlos a todos. — Expresó con disgusto en su voz. — Son gente sin importancia.

— Yo seguro estaría en la misma posición si no hubiera podido salir. — Su voz también sonó molesta. — Hay que salvarlos.

El niño alfa se acercó tomándolo del brazo con fuerza. — Liam, no acabes con mi paciencia, vamos.

El Omega abrió sus ojos y apretó sus dientes haciéndolos crujir. ¿Cómo se le ocurría decirle algo así?¡No podía permitir una cosa como esa! Con rabia acumulada le pegó en el estómago con mucha fuerza y luego en su cuello haciendo a Jael caer desmayado sin si quiera darse cuenta de lo que había pasado.

"Ja, tu y yo no somos nada para que me trates de esa forma." - Pensó pateando su cuerpo a un lado y buscando las llaves para abrir las jaulas.

Liam no era estúpido, sabía bien las salidas y también que estos chicos no dudarían nada, los venderán dentro de poco para pervertidos o locos desquiciados y era algo que él no podía permitir.

Los chicos encerrados lo miraban ya esperanzados, reconocía a algunos quienes eran de familias importantes y otros más comunes pero aún así todos estaba asustados, y Liam no dejaría esto pasar.

— Los liberare y saldremos todos de aquí. — Dijo encontrando en uno de los cajones de escritorio que había allí el juego de llaves de todas las jaulas. — Pero deben hacer silencio.

Abrió las jaulas poco a poco y muchos le agradecieron.

— Muchas gracias. — Dijo un niño Omega que se le hacía conocido.

— No hay de que. Ahora debemos salir con cuidado, somos muchos y nos podrían atrapar. ¿Entendido? — Explicó lentamente a todos.

Sin embargo había mucha gente afuera, la gente parecía estar corriendo y eso lo alertó, seguramente se había dado cuenta que había escapado y ahora lo estaban buscando como loco. Debía actuar rápido y buscar un plan para salir.

De la nada se escucharon fuertes ruidos y explosiones en varios lugares del casino, Liam estaba confuso y tomó el palo que tenía en sus manos con fuerza. Los demás niños no se quedaron atrás e hicieron lo mismo con lo primero que vieron, no sabían que había detrás de esa puerta y quién entrara se llevaría una golpiza.

Unos pasos llegaron por el pasillo asustando a los demás pero Liam se mantuvo firme mirando fijamem la puerta, los pasos se detuvieron por muchas partes hasta que se detuvo frente a su puerta. Entrecerró los ojos y espero pacientemente para ver quién era hasta que está se abrió por completo.

El Omega soltó un gran suspiró cuando frente a él vio a Alek quien abrió los ojos y se lanzó hacia el rubio.

Alek abrazo con fuerza al pequeño niño que tenía una gran sonrisa, estaba feliz de saber que aquel chico estaba bien y que había logrado salvarlo antes de que alguien más los hubiera pillado.

— Alek.

El aroma fuerte llegó a sus fosas nasales, las feromonas de Alek lo calmaron por completo. El pelirrojo por otro lado aspiró ese aroma floral y tranquilizador del Omega sintiendo que el peso que tenía sobre sus hombros de repente se esfumó.

No permitiría que esto volviera a pasar, aún si tuviera que amarrar sus tobillos con una cadena, Alek protegería con todo su corazón al rubio.

— Liam, mi Liam.

...

avataravatar
Next chapter