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Nuevos conocimientos

El primer día de entrenamiento comenzó temprano, con el sol apenas asomando sobre el horizonte. Hong shen llevó a Huo shen al dojo, donde las puertas de madera maciza y el olor a tatami viejo evocaban una sensación de tradición y respeto.

"Hoy empezamos con lo básico", dijo Hong shen, mientras colocaba un pequeño altar en el centro de la habitación. "Antes de dominar tu Alma Espiritual, debes fortalecer tu cuerpo y tu mente".

Huo se acercó con gravedad. Aunque en su vida pasada ya había experimentado entrenamientos rigurosos, sabía que en este nuevo mundo las reglas podían ser distintas.

Primero, Hong shen le enseñó una serie de ejercicios de respiración y meditación para centrar su energía. "La respiración es clave", explicó. "Una mente calmada es una mente poderosa. Cuando puedas controlar tu respiración, podrás controlar el fuego de tu Fénix."

Después de varias horas de meditación, pasó a ejercicios físicos. Hong shen demostró movimientos fluidos de Aikido, mezclando ataques con defensas, y luego hizo que Huo los replicara. Huo, a pesar de su joven edad, mostró una destreza notable, lo cual era obvio pues antes había sido un prodigio en las artes marciales.

"¡Muy bien, Huo!" exclamó Hongshen, impresionado por la rapidez con la que aprendía. "Ahora, intenta canalizar tu Alma Espiritual mientras realizas estos movimientos".

Huo cerró los ojos y se concentró en las enseñanzas de su padre. Sentía el calor del Fénix dentro de él, una llama ardiente y vibrante. Al abrir los ojos, sus manos comenzaron a emanar un suave brillo rojizo. Al moverse, las llamas seguían sus movimientos, creando figuras elegantes en el aire.

A lo largo de las semanas, Huo siguió entrenando bajo la guía de su padre. Aprendió a manejar su fuego con mayor precisión, creando llamas de diferentes tamaños y temperaturas. También comenzó a comprender la importancia del equilibrio entre el poder físico y espiritual.

Huo, a medida que entrenaba con su padre, pudo notar algo importante: en este mundo, las artes marciales no parecían ser solo un estilo de pelea, sino más bien un método de entrenamiento espiritual. Cada movimiento, cada postura, estaba diseñada no solo para fortalecer el cuerpo, sino también para canalizar y armonizar la energía del Alma Espiritual.

Una tarde, después de un entrenamiento particularmente extenuante, Hong shen y Huo se sentaron en el tatami del dojo, tomando un merecido descanso. La luz del atardecer se filtraba a través de las ventanas, creando un ambiente sereno y casi místico.

"Padre", comenzó Huo, rompiendo el silencio, "cuando empecé a entrenar junto a ti me di cuenta de algo, en este mundo las artes marciales tienen un propósito muy profundo. No son solo técnicas de combate como yo pensaba, sino una forma de conectar con nuestro espíritu y nuestra energía interior."

Hong shen asintió, satisfecho con la percepción de su hijo. "Así es, hijo. Aquí, las artes marciales son una vía para alcanzar la armonía entre el cuerpo y el alma. El verdadero poder proviene de esa conexión. Y para ti, con tu Alma Espiritual del Fénix, es aún más crucial dominar esa armonía."

Con esta nueva comprensión, Huo se entregó aún más a su entrenamiento. Cada día comenzaba al amanecer y terminaba mucho después de que el sol se había puesto. Hong shuen le introdujo a técnicas avanzadas de control de la energía, enseñándole cómo manipular el fuego de su Fénix de maneras más sofisticadas y precisas.

Finalmente, 2 años de arduo entrenamiento pasaron, Huo alcanzó el nivel 10. Su control sobre el fuego del Fénix era impresionante, y su fuerza física y espiritual habían crecido exponencialmente.

"Has alcanzado un gran hito, Huo", dijo Hong shen con orgullo. "Es hora de que vayamos al bosque sagrado. Allí, tendrás la oportunidad de obtener tu Cristal Espiritual, pero primero debes demostrar tu valía enfrentándote a una bestia espiritual."

El bosque sagrado estaba a unas pocas millas de la aldea, envuelto en un aura de misterio. Se decía que era un lugar donde los espíritus antiguos residían y que aquellos que se aventuraban allí podían obtener una mayor comprensión de sus Almas Espirituales.

Cuando llegaron, Huo sintió una energía diferente en el aire, una vibración casi tangible. Hong shen se detuvo en un claro y señaló hacia una densa área del bosque. "Este bosque está repleto de bestias. Deberás encontrar una que sea compatible con tu Alma Espiritual y no olvides que: cada bestia tiene distintos años de cultivo y mientras mayores sean los años mayor será su poder."

Hong shen enumeró los tipos de cristales de bestias:

- 1-99 años: color blanco

- 100-999 años: color amarillo

- 1000-9999 años: color morado

- 10000-99999 años: color negro

- 100000 años: color rojo, extremadamente raro

Luego de un rato buscando por el bosque, por fin pude encontrar una bestia adecuada al tipo de Alma Espiritual de Huo. Era un lobo de fuego, sus ojos brillaban con una intensidad feroz y su pelaje parecía estar hecho de llamas.

"Esta bestia es perfecta para ti", dijo Hong shen."Tiene alrededor de 150 años de cultivo, lo que la hace lo suficientemente poderosa para ser un desafío, pero no tan peligroso que no puedas manejarla."

El lobo de fuego se abalanzó hacia Huo, sus garras dejando rastros de fuego en el aire. Huo se movió con agilidad, registrando las enseñanzas de su padre. Con cada ataque del lobo, Huo respondía con movimientos precisos y poderosos, sus manos envolviéndose en llamas mientras lanzaba golpes ardientes.

El enfrentamiento fue feroz, pero Huo mantuvo la calma y la concentración. Hong shen observaba, preparado para intervenir si era necesario, pero confiando en las habilidades de su hijo. Finalmente, Huo encontró una apertura y desató una explosión de fuego que derribó al lobo.

Con el lobo de fuego derrotado, su cuerpo comenzó a desvanecerse, dejando atrás un cristal amarillo brillante. Huo lo reconoció, sintiendo una oleada de energía fluir a través de él.

"Este es tu Cristal Espiritual", dijo Hong shen orgulloso. "Has demostrado tu valía, y ahora este cristal te otorgará tu primera habilidad."

Huo tomó el cristal, y se consentro en absorber su energía sintiendo una conexión inmediata con su Alma Espiritual. Durante los siguientes días, se dedicó a entender y dominar su nueva habilidad. Aprendió a invocar alas de fuego, capaz de cortar a través de la oscuridad y fortaleció su capacidad de combinar su fuego con movimientos de artes marciales para aumentar su daño y potencia. Su progreso fue tan rápido que pronto alcanzó el nivel 11.

Un día, mientras entrenaba con sus nuevas habilidades, Hong shen y lengfeng lo llamaron.

"Huo", comenzó su madre, con una mezcla de orgullo y tristeza en su voz, "Has crecido mucho y tu progreso es asombroso. Pero tu padre y yo creemos que es hora de que continúe tu entrenamiento en una academia espiritual. Aquí ya No hay mucho más que podamos enseñarte."

Huo, aunque sorprendido, entendió la lógica detrás de las palabras de sus padres. "Estoy listo", dijo con determinación. "Quiero seguir mejorando y aprender todo lo que pueda."

Hong shen ascendió. "Mañana partiremos hacia la Academia Espiritual de la Ciudad Sagrada Tian. Allí encontrarás maestros que podrán llevar tus habilidades a niveles que ni siquiera puedes imaginar".