30 Insano

"Sabes que existen pocas cosas que no soporto y la cobardía es una de ellas"

Susurro Adán, sentándose a un lado de Eva, para luego apoyarse en sus muslos junto a su 'hija'.

"¿Que haremos con ella?"

Susurro Eva, acariciando el suave cabello de Adán.

"La llevaremos a casa... Tendremos que decirle algo a mamá..." Susurro con amargura Adán "No me gusta mentir... Pero no quiero que ella se involucre en un mundo diferente a lo que está acostumbrada …"

"Sabes que tarde o temprano tendremos que decirle... ¿No crees que ahora es el mejor momento?"

"*Suspiro* No lo sé... Es tan raro tener padres... Pero de alguna forma se siente bien"

Susurro Adán, volteándose un poco para abrazar la cintura de Eva, enterrando su cara en su suave estómago.

"Entonces déjamelo a mí, puedo decir que es una amiga con problemas en casa..."

Murmuro Eva, acariciando los oídos de Adán con ternura.

"¡Mn!"

Acepto Adán, sin apartar la cara del estómago de Eva, relajándose con su suave olor.

"E-esto... ¿La llevaremos a casa?"

Nervioso por la situación, issei pregunto.

"Si..."

Murmuro Adán, saliendo de los muslos de Eva, poniéndose de pie, mientras se quita la chaqueta de la escuela.

"Pero... ¿Dónde dormirá? No tenemos más habitaciones..."

Susurro Issei con duda, mirando fijamente como Adán tapa el cuerpo de la mujer con su cacheta antes de levantarla en sus brazos como princesa.

"¡En mi cama~!"

Sonrió Eva, tomando el brazo de Adán.

"Vamos a casa..."

-----X-----

"Dime, Issei... ¿Qué piensas de todo esto?"

Hablo Adán, mirando de reojo al delgado chico a su lado.

"..."

"La verdad me siento cansado..." Susurro Issei, mirando hacia Adán con una mirada complicada

"Encuentro muy emocionante todo este mundo oculto que descubrí, pero todo es tan... Difícil"

"Mi hermano y hermana resultaron ser nuestros antepasados... Las chicas más lindas de las escuelas son demonios... Casi muero dos veces por ángeles caídos... Tengo un artefacto de dios parecido a lo de los mangas o animes..." Issei susurro, mirando sus propias manos con confusión.

"Y han pasado tantas cosas en tan poco tiempo que no he podido ni usar mi poder... Ni siquiera se sacar mis alas" Sonrió Issei con amargura.

"No tienes que preocuparte mucho por eso... Solo deja que todo fluya y todo llegara de forma natural, además nos tienes a nosotros" Sonrió Adán, golpeando con su hombro al chico de cabello castaño a su lado, sacándole una sonrisa.

"Oh mierda..."

Susurro Issei, abriendo ampliamente los ojos, mirando fijamente a la mujer que lo espera con brazos cruzados frente a la casa.

"¡Mamá~♥!"

Sonrió Eva, soltando el brazo de Adán, para acercarse a ella con un gran abrazo.

"*Suspiro* Me tenían tan asustada" Palmeando su pecho, Miko los mira con alivio, solo para que su mirada cambie a una ceñuda segundos despues "¿Que les dije de llegar tarde? ¿No sabes que a estas horas las cosas son peligrosas?"

"M-mamá-"

"No intentes explicarte Issei, llevo mucho tiempo diciéndoles que, si quieres llegar tarde debes llamarme, pero nunca te acuerdas" Reprendió Miko, mirando con enojo a Issei.

"Además, ustedes dos, siempre les he dicho que deben comprar un celular, pero nunca hacen caso"

"¿Qué pasaría si tienen algún accidente? No podrían avisarnos y las cosas serian mucho más peligrosas" Hablo Miko, ahora mirando con enojo a Eva quien la abraza con una sonrisa.

"Espera... ¿Quién es ella?"

Pregunto Miko con preocupación, acercándose con cuidado a la mujer en los brazos de Adán.

"¡Oh dios mío! ¿Por qué esta desnuda?" Exclamo con incredulidad, mirando con horror a Adán.

"No me digas que Issei la ataco..." Susurro con horror, llevándose las manos en la cabeza en el proceso.

"Sabía que algo así pasaría en algún momento..."

"¡Le dije a Gotou que no era normal que un niño vea tanto porno!"

"¡Dios mío, que haremos!"

"¡Pffff~!

Tapándose la boca intentando contener la risa, Eva miro con diversión al pálido Issei, mientras Adán solo observaba todo con una pequeña sonrisa en sus labios.

"El no hizo nada mamá"

Susurro Adán, mirando con suavidad a la mujer en sus brazos.

"No me digas... ¿F-fuiste tu?"

Susurro Miko, con aun más horror en su cara.

"No... imposible... Adán no necesitaría llegar a tales extremos"

Negó rápidamente la cabeza Miko, haciendo que Issei se tire su cabello por la frustración.

(Yo podría ser un violador, pero no Adán... ¿Qué piensa de mí?) Pensó Issei con tristeza, mirando hacia su mamá en blanco.

"Sus padres murieron..." Susurro Eva, acercándose detrás de Miko para ver a la mujer.

"Ella es una amiga mía, cuando murieron sus padres ya no quería vivir más..."

"Así que pensé en traerla a casa para que se sienta mejor ¿Podemos~?" Pregunto Eva, parpadeando lindamente hacia Miko.

"Pobre niña..." Suspiro Miko con tristeza, aceptando todo al instante, sin indagar más en el tema, acariciando la cara que aun esta manchada con lágrimas.

"¡Entonces llévala a la casa, se puede enfermar estando tan expuesta!"

Exclamo Miko con preocupación, tomando el brazo de Adán, empujándolo rápidamente hacia el hogar.

"A casa, potencial violador~♥"

Sonriendo con picardía hacia Issei, Eva avanzo con pequeños brincos detrás de Adán, dejando a un tembloroso Issei.

"¿Porque piensan así de mí? ¿Sera por la cantidad de porno que tengo?"

"¿Quizás por el hecho de que siempre grito Oppais? ¿O debido al hecho que espió a las chicas en el baño?"

"No... Ellos deben querer molestarme, nada más... No soy un potencial violador..."

Convenciéndose a sí mismo de que la gente está mal, Issei les siguió el paso con amargura.

"Yii" (Hola)

Llegando a la casa, una pequeña bola corre con los brazos extendidos, para terminar, tropezando en el camino, cayendo directamente de cara.

"Hehe~♥"

Riendo por su ternura, Eva acaricio la cabeza del pequeño Pochi.

"Iré a dejarla a tu habitación"

Hablo Adán, sonriendo levemente ante la caída del panda.

"Oh, te acompaño"

Sonrió Eva, dando pequeños brincos hacia el segundo piso, otorgándole una hermosa vista de sus bragas a Adán.

"Esta mujer..."

Negando la cabeza, susurro Adán con una sonrisa en su rostro, observando con atención la vista frente a él.

Llegando a la habitación, Adán se acerca a la cama y deja con suavidad el cuerpo de la mujer. Al dejarla ya tapada con una colcha, la observo con tristeza, limpiando con cuidado las marcas de lágrimas en su cara con su pulgar, mientras Eva se acercaba, abrazándolo por detrás.

"No tienes que culparte, sabes que cosas así pueden pasar todo el tiempo..."

Susurro Eva, enterrando su cabeza en el cuello de su amado.

"Si... pero no puedo evitar sentirme impotente... nuestros hijos sufren a diario y no puedo hacer nada para evitarlo... me siento tan inútil" Susurro Adán, cerrando sus puños con frustración.

"Cariño... No tienes que llevar todas las cargas y lo sabes" Susurro Eva, lamiendo su oreja.

"No eres un ser omnipotente ni todo poderoso, eres Adán, un humano; Tu eres Adán, el padre de toda una raza, un hombre que siempre busca el bien para sus queridos, un hombre que dio todo de sí mismo por sus descendientes, un hombre que peleo hasta su último aliento para mantener a sus hijos a salvo, un hombre con un gran y hermoso corazón, un hombre algo perezoso, pero increíblemente amable"

"Eres Adán, quien es mi todo, mi pasado, mi presente y mi futuro... Tu eres mi hombre~♥" Susurro suavemente Eva, soltando su cálido aliento en la oreja de Adán.

"Lo que pase con nuestros descendientes no es tu culpa, ni mucho menos tu falta de fuerza, son cosas que tienen que pasar, aunque sea duro y difícil para la mayoría... Somos sus padres y sabes que todo lo que vivan servirá para que se superen ellos mismos, nuestro deber es cuidarlos de extraños y guiarlos cuando pierdan su camino"

"Así que por favor borra esa cara de tristeza en tu cara, que solo me causa dolor cada vez que la veo ¿Si~♥?" Susurro Eva, girando su cabeza para conectar cortos besos por toda la cara de Adán, logrando sacar una pequeña sonrisa de su cara.

"No sé qué haría sin ti..."

Susurro Adán con una pequeña sonrisa, sintiendo la calidez de su mujer en su corazon.

"Ni yo me imagino vivir sin ti~♥"

Susurro Eva, empezando un gran beso con Adán, disfrutando por completo la calidez del otro.

Mientras tanto Adán y Eva compartían un hermoso momento, Rias y su nobleza estaban pasando un momento tenso y desagradable.

"¡Koneko! ¿¡Estas bien!?"

Exclamo con inquietud Rias, mirando con preocupación la herida de bala en el brazo de la pequeña niña de pelo plateado.

"Mn" Asintió Koneko, mirando con tranquilidad al hombre frente a ella "Es fuerte..."

"¡Yahoo! ¡Veo que todos los demonios están aquí!" Sonrió de alegría el hombre.

El tipo es bastante peculiar, en su mano derecha empuña una espada de lo que parece ser energía sagrada, mientras en su izquierda maneja una pistola, tiene el cabello plateado, mientras sus ojos son rojos y tenebrosos, pero lo más llamativo en él es su traje antiguo con una cruz en su cuello, dando a entender que es algún tipo de agente de la iglesia.

"¡Parece que has estado acosando a mi linda Koneko!" Rias exclamo con ira en su voz, mirando fijamente al hombre frente a ella.

"¡Oh, que bella mujer, me quería divertir con la monja y la niña demoniaca antes de matarla, pero quien diría que dios me bendeciría con más mujeres!" Sonrió con lujuria el hombre, lamiendo su pistola en el momento.

"Muere"

Susurro Akeno, lanzando rayos desde sus manos al instante, cubriendo toda la vista con un amarillo chirriante.

En este momento la cara sonriente de Akeno no se ve por ninguna parte, solo quedando una cara estoica y algo enojada en donde estaba su eterna sonrisa.

En el momento que los rayos llegaron al hombre, este se puso serio de inmediato, levantando su espada de luz para golpear con lo que parece ser todas sus fuerzas hacia los rayos, causando que estos despues de unos segundos se lucha, desaparezcan.

"Oh ¿¡Tú eres la más poderosa!?"

Exclamo con una sonrisa el hombre, mientras el sudor corre por su frente.

"¡Desaparece!"

Grito Rias con enojo, lanzando al instante un rayo de energía de la destrucción, causando que el hombre se vuelva aún más serio al recibirla.

Levantando rápidamente su espada, cubrió su cuerpo del rayo carmesí entrando, logrando frenarlo despues de una ardua lucha, reemplazando al instante su mirada grave por una loca sonrisa.

"Si, si, la he estado acosando ¿Algún problema con eso?"

Sonrió con locura, levantando las manos al aire en el proceso.

"¡Akeno!"

Exclamo Rias, juntando una gran masa de energía carmesí sobre su mano, mientras Akeno solo asintió, invocando al instante los rayos sobre ella.

"Esto... parecen demasiado poderosas" Hablo en voz baja el hombre, retrocediendo unos cuantos pasos de donde estaba.

Pero cuando Rias y Akeno iban a lanzar el ataque, Koneko hablo.

"Muchos ángeles caídos..."

Cuando sus palabras terminaron, un gran portal purpura empezó a crecer desde la cabeza del hombre, causando que este se alivie visiblemente.

"Hahaha ¡Todos ustedes desaparecerán en la luz!"

Grito con alegría, mientras el portal se hacía más y más grande sobre él.

"¡Presidenta!"

Exclamo Akeno, mirando de reojo a Rias.

"Nuestra prioridad es recuperar a Koneko, prepara el salto" Hablo Rias al instante, girando su cabeza hacia donde Akeno empezó a crear un portal, percatándose algo importante en una esquina

"Espera... Lleven ese cuerpo, se lo daremos a Adán"

"¡Si!"

Asintió Yuuto, llegando rápidamente hacia el cuerpo, para luego levantarlo sobre su hombro y dirigirse hacia el portal.

"Presidenta... Ella me ayudo a quitar la barrera"

Susurro Koneko, mirando hacia la monja rubia inconsciente en una esquina.

"Sabes que no es posible llevarla Koneko"

Murmuro Rias, mirando de manera complicada a la monja en el suelo.

Antes no se habría preocupado por ella, pero con la llegada de Adán, tuvo que considerar a todos los humanos con un punto de vista diferente, puedo que aún no lo note ella misma, pero el cambio es obvio para el ojo de un tercero.

"¡Malditos demonios, no los dejare ir!"

Grito con enojo el hombre, apuntando su pistola hacia Rias y su gente, solo recibiendo una bola carmesí sobre el en respuesta y al segundo siguiente, Rias ya se había ido.

avataravatar
Next chapter