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The Legend Of Zelda Ocarina of Time

Link es un niño de la tribu kokiri, habitantes del bosque, pronto se ve empujado fuera de su hogar para cumplir una tarea encomendado por la Deidad Protectora del Bosque y partirá hacia una aventura de proporciones épicas. Conocerá diversas razas, reinos y desafíos en su camino por establecer la paz a su mundo. Hará aliados de todo tipo que le guiaran para establecerse como un héroe legendario. Visitará y participará en distintas culturas adoptando sus costumbres y protegiéndolos de aquel hombre que busca hurtar el tesoro para dominar el mundo. Dos niños nacidos del destino, uno en el desierto y otro en los bosques serán quienes forjen el futuro del Reino de Hyrule

Gabo96 · Fantasy
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67 Chs

Un cambio Frio

De niño no conocía bien su destino, pero ahora pareciera que éste le decía a Link que sus primeros tres retos debían ser los bosques, las montañas y los ríos. Bajó la Montaña de la Muerte y salió a toda prisa de Kakariko. Junto a las escaleras estaba Epona, así que montó en ella y se dirigieron a donde comenzaba el río Zora.

Ciertamente estaba haciendo mucho calor aquel día, pero aun así se sentía un viento gélido que hasta Navi sintió. Link bajó de Epona y la dejó pastando en la Llanura mientras él comenzaba a caminar a un lado del río. Al principio nada cambiaba, pues la muralla seguía allí y del agua seguían saliendo Octoroks, pero Link no les hizo caso y siguió avanzando.

Cuando llegó a la cerca donde estaba el hombre que le vendió las habichuelas mágicas, éste ya no estaba, pero a Link no lo desconcertó mucho, pues parecía un poco tonto y era probable que se perdiera en la Llanura. Cerca de ahí vio una planta extraña en el mismo lugar donde había plantado una habichuela mágica. ¿Sería posible?

La planta tenía una anchura lo bastante grande para que Link se parara encima de ella y se veía bastante fuerte. Link se animó y subió a la planta; ésta, de pronto comenzó a ascender y llevar a Link por las diferentes partes del río hasta que dio la vuelta en cuanto llegaron al puente que se alzaba encima del río. Link, al ver que la planta regresaba sobre sus pasos, decidió saltar al puente. Así lo hizo, aunque por poco se cae.

Entonces se dio cuenta de que estaba nevando. Eso o era ceniza blanca que caía desde la Región de los Zora, aunque Link creyó más posible que nevara. No se había fijado en las nubes que amenazaban tormenta como las que había sobre Kakariko, aunque allá no había caído ni una gota. Entonces, ¿por qué ahí estaba nevando? Era todo un misterio. Sin embargo, la nieve se derretía muy rápidamente; quizá era por el calor.

Llegó a las repisas que estaban antes de la cascada del río y al parecer todo estaba igual que hace siete años. Link subió a la repisa enfrente de la cascada y vio en el suelo el símbolo de la Trifuerza. Tocó la Nana de Zelda y, como había pasado cuando era niño, la cascada se abrió en dos partes, mostrando el túnel por el cual se accedía a la Región de los Zora. Entró y lo que vio lo dejó paralizado.

No sabía qué había pasado, pero en parte explicaba el por qué estaba nevando. La cueva de la Región de los Zora estaba más fría que el Polo Norte, pero eso no era lo más preocupante. El agua y la cascada que hacían que la cueva tuviera ese aspecto hermoso, estaban congeladas. Desde donde estaba Link no se veía ningún zora, pero recordó que de niño tampoco, así que comenzó a explorar la región.

Llegó a la tienda y vio que ésta estaba tapada por unos cristales helados de color rojo. Quiso romperlos con el Martillo, pero no lo logró. Volteó hacia un lado y vio que el zora que antes estaba junto a la tienda no estaba, aunque quizá tampoco estuviera en la región. Entonces un pensamiento invadió su cabeza, pero no lo creía posible. No podría ser que, ante las circunstancias, todos los zora hayan quedado congelados en el agua.

Todo era culpa de Ganondorf, no tenía duda de ello, aunque cómo podría haber hecho eso. Y si de verdad congeló a todos los zora... Hasta ese momento no se había acordado. ¡El Rey Zora! ¡Ruto! Corrió rápidamente al salón del trono y vio que ahí también estaba congelada el agua. A excepción de eso todo estaba igual, aunque había dos pequeños detalles: el Rey Zora estaba en su lugar de costumbre, pero congelado con ese cristal rojo que vio antes; y Ruto ya no estaba junto a él.

Link quiso hablar con el Rey Zora, pero éste no podía mover ni una parte de su cuerpo, aunque sentía que un ojo bizco lo observaba y seguro en su mente se alegraba de volver a verlo. Link no se precipitó por ver al Rey Zora así, de modo que fue a la Fuente Zora a ver qué información podía obtener. Mientras caminaba hacia allí, el suelo de hielo se fue derritiendo hasta que llegó a la fuente y de nuevo todo era agua.

Link no sabía hasta qué punto podía ser malvado Ganondorf, pero ya se lo estaba imaginando cuando no vio a Jabu-Jabu en su lugar. ¿Qué le habría pasado? Y aún no sabía dónde estaba Ruto. En donde antes había estado Jabu-Jabu ahora había un iceberg y más allá, flotando en la superficie de la fuente había más icebergs. Todos mostraban estar flotando en dirección a la cueva a la cual Link no podía llegar de niño.

Sin pensarlo, Link comenzó a caminar por los icebergs. Algunos Octorok salieron del agua, pero Link los eliminó con el escudo. Llegó por fin a la cueva y entró muy rápido.