El Plan de Malon

Link se regresó algo decepcionado y, para su sorpresa se encontró con Malon una vez dada la vuelta de regreso a la ciudadela, la cual estaba cantando muy bonito. Link se le acercó y la niña dejó de cantar y le dijo:

—¿Vas al castillo, niño del hada? ¿Te importaría buscar a mi papá? Seguro que se ha quedado dormido cerca del castillo. ¡Un adulto no debería hacer esas cosas! A cambio de buscarlo, te daré esto. Llevo mucho tiempo incubando este huevo con mucho cuidado —y le dio un huevo que parecía muy extraño.

Link vio unas enredaderas detrás de Malon que no había visto antes. Las subió y llegó a un lugar alto, lo suficiente para poder cruzar la muralla con rejas. Quizá estaba mal, pero él debía ver a la princesa y buscar al papá de Malon. Así que llegó hasta donde el camino superior terminaba, pero en la muralla, en el techo, había un hueco con una escalera de mano para llegar a un cuarto dentro de la muralla. Link bajó con cuidado y abrió la puerta que estaba ahí y, para su suerte, salió al otro lado de las rejas.

Con mucha cautela siguió caminando. Ya era de noche y al parecer la pradera que anteponía al castillo estaba muy bien vigilada, porque había guardias por aquí y por allá. Link tuvo que tener extremo cuidado de que no lo descubrieran. Siguiendo derecho por el camino a las rejas había un callejón sin salida, y a la izquierda seguía el sendero para llegar al castillo y a la izquierda de todo el sendero había un campo bastante amplio y no estaba tan lleno de guardias. El árbol donde Link había visto al búho estaba pegado a ese campo.

Link decidió ir por el campo, estando cerca del sendero para no perderse y llegó a donde terminaba el sendero, es decir, a donde comenzaba los alrededores del castillo. Link nuevamente descubrió unas enredaderas a la izquierda del sendero, en un piso superior. Las subió y al llegar al final se lanzó a la tierra que anteponía al castillo, en el cual no se hab��a fijado por tener cuidado en que no lo vieran. Era muy alto y hermoso.

Sin fijarse mucho, siguió avanzando por la derecha que era a donde estaba la entrada, pero había más guardias. Había un arroyo como el que estaba entre la ciudadela y la pradera de Hyrule, así que no se la pensó dos veces y se arrojó, y nadó lo más lejos que pudo, pues más a la derecha se veía que seguía el camino. Y en efecto, una vez que se alejó de los guardias, llegó a tierra firme y el camino daba vuelta a la izquierda, en dirección al castillo, y a lo lejos vio una puerta para entrar en éste.

Pero antes de llegar vio que ya estaba amaneciendo, lo cual se le hizo un poco extraño debido a que era muy poco tiempo para que pasara toda la noche. Aún así, siguió avanzando y sintió algo raro en sus bolsillos. Y entonces algo lo picoteó. El huevo que Malon le había dado se había roto y un gallo se estremecía en sus bolsillos. Para Link eso fue lo más extraño del día, porque normalmente debería haber salido un polluelo, pero a pesar de eso se lo quedó.

Cuando llegó a la puerta vio unas cajas con una vaca inscrita en ellas y a un señor durmiendo y roncando muy alto, mientras decía en sueños: "Nuestro rancho es el mejor, visítalo"

Link supuso que era el papá de Malon, pero ¿cómo despertarlo sin verse tan grosero? Su problema se solucionó cuando el gallo cacaraqueó tan alto que el señor se despertó gritando:

—¡¿Qué diantres?! ¿Será posible? ¡Ya ni se puede dormir! ¿Quién eres tú? —Antes de contestar, Link le preguntó si él era el dueño del rancho, por lo que el señor prosiguió —Sí, me llamo Talon. Vine al castillo a hacer una entrega de leche, pero me senté a descansar y parece que me dormí —Link le explicó que su hija lo estaba esperando —. ¡¿Qué?! ¿Malon me estaba buscando? ¡Ahora sí estoy en apuros! ¡He metido la pata! ¡La dejé esperándome! ¡Me va a decir de todo menos bonito! —Y se alejó corriendo despavorido.

Link se rió un poco y después trató de abrir la puerta, pero no pudo. Entonces vio que el agua que alimentaba al arroyo provenía de una cascadita proveniente de un túnel pegado a la pared del castillo. Link quiso saltar hacia allí, hacer lo que fuera por entrar. Así que se le ocurrió una idea al ver las cajas. Las usó para saltar hacia el túnel y por poco se cae, pero llegó y se metió en el túnel, sin importarle si se mojaba o no.