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The Guardian [Spanish/Español]

Viajaron a otro mundo a través de una máquina de realidad virtual creada por un Dios en el cual durante un gran tiempo creyeron que solo era un juego, pero termino siendo real. Pasaron por un 'Gran Cataclismo' que cambio el mundo a través de la energía mágica, logrando transformar el mundo de una forma impensable. Ha pasado treinta años desde que la humanidad se enfrentó a la máquina virtual y veinte años tras el 'Gran Cataclismo' que despertó habilidades y dio comienzo a un mundo mágico y maravilloso muy diferente al antiguo. Ahora una joven llega a una ciudad en medio del mar para asistir a una academia. ¿Cuál es su objetivo? ¿Cuál es la razón de su llegada? Y principalmente... ¿Quién es ella? Sigue la aventura de Aurora cuya vida, valores y actitud irán conociendo a su debido tiempo junto a su pasado, secretos, virtudes y defectos. ---- Para aquellos que desean, pueden unirse al Discord: discord.com/invite/WG8FX75 Géneros: Fantasía, Acción, Aventura, Mundo Moderno, Magia. Frecuencia: Cinco capitulos a la semana.

Evil_Warlord · Fantasy
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957 Chs

Ya no podemos retrasarnos más.

La oscuridad brotó desde la esquina de un viejo edificio. Las paredes, que ya habían perdido el color, estaban manchadas de sangre y la oscuridad se deslizó por el suelo. Era una oscuridad sólida que avanzó con rapidez y se adentró por debajo de la puerta de uno de los tantos departamentos.

"No, por favor… No…" Una voz baja y débil vino desde una habitación. La oscuridad se movió por la sala desordenada y entró con rapidez a la habitación. En el interior estaba un hombre forzándose sobre una mujer que estaba en una cama. La mujer lloraba y suplicaba, mientras que el hombre sonreía disfrutando de la resistencia que su víctima estaba poniendo.

Alice reaccionó de inmediato y, convirtiendo su oscuridad en una lanza, lo atravesó por la costilla y empaló al hombre en la pared. El hombre no tuvo oportunidad de gritar debido a que la oscuridad lo tragó, y en el interior esa oscuridad lo devoró lenta y cruelmente hasta que el cuerpo se convirtió en parte de la oscuridad, parte del todo en el que Alice se había convertido.

"Quédate en tu departamento. No salgas. Las autoridades vendrán pronto", dijo Alice.

Un aviso cortó antes que ella abriera sus ojos. Lo primero que sintió fue el viento en su piel, y luego la gran ciudad Abiyán que estaba en silencio. Un silencio que no mostraba calma, sino que ocultaba una profunda oscuridad.

La mujer que ella acababa de ayudar no era la única que se encontraba en una situación difícil. La república era un sitio en donde existían más criminales que inocentes, y la guerra y el caos que ésta traía llevaba a que esas personas aprovecharan este momento para mostrar su naturaleza. Y esta vez era igual.

En los barrios bajos, pandillas se enfrentaban a las autoridades de Zerzura, quienes no tenían abasto cuando ellos también se enfrentaban a las autoridades de la república. Las personas inocentes sufrían cuando esta clase de enfrentamiento sucedía. Ella lo sabía, y Aurora también.

¿Si Zerzura controlaba y anexaba a la república, la situación cambiaría para mejor? Probablemente lo haría, pero era innegable el sufrimiento inmediato.

Aun así, su hermana aceptó lo que iba a suceder y Alice quiso disminuir esas consecuencias por más mínimas que fueran. Aunque si era realista, su intervención no era mínima.

"…" Alice sonrió y cerró los ojos. Ella vio cientos de escenas en su mente como si tuviera ojos en muchos lugares a la vez… Miles de ojos en diferentes partes de la ciudad. Cada mota de oscuridad era ella y, por ende, Alice era capaz de sentir y captar todo alrededor de su oscuridad y, a la vez, moverse y cumplir su objetivo. Y eso hizo.

"¡Ahhh!" Ella entró a un bar de usuarios de habilidades y, al ver a una pareja ensangrentada rodeada de cadáveres, ella los engulló en su oscuridad y los devoró. No hubo dudas. La sonrisa que la pareja daba al mirar los cadáveres, la indiferencia y el disfrute, era fácil de reconocer para Alice. Un asesino reconocía a un colega.

En otra parte, en un tiroteo de pandillas con paladines de la iglesia, ella intervino y atravesó a los pandilleros. Luego, en otro sitio donde militares de la república se reunían, ella apareció y, usando cientos de lanzas, los empaló a todos y la oscuridad de las lanzas los tragó sin dejar caer una gota de sangre.

Alice no dudó en matar. Ella tomó el papel de jueza y de verdugo. Si creía que alguien merecía morir, ella los asesinaba sin dudas, pero ella no era extrema.

Aquellos que realizaban crímenes menores como robos eran tragados por su oscuridad y lanzados a las prisiones de los cuarteles militares que las fuerzas de Zerzura controlaban.

La velocidad de movimiento no era lenta. Alice mataba a decenas de personas, vigilaba a otros miles y capturaba a otros cientos.

Alice abrió sus ojos y miró desde el edificio. Su oscuridad estaba en gran parte de la ciudad, oculta en cada esquina y siempre en movimiento.

Ella no deseaba mostrar que era un rango SSS, al menos por ahora, así que se ocultaba bien, pero era imposible ocultarse por completo.

¿Cómo podía ocultar el hecho de que estaba en distintos sitios al mismo tiempo? La oscuridad crecía por cada usuario de habilidad que devoraba y sus límites de control, en este punto, eran indefinidos. Después de todo, en este momento no existía ningún cuerpo físico que la limitara y ella era la oscuridad de la ciudad.

Hace años, Alice había temido alcanzar esta etapa en la que se podía decir que ya había cruzado los límites humanos, pero ahora lo aceptaba más que nunca. Al volver a cerrar sus ojos, los abrió y vio la misma ciudad, solamente que cubierta de nieve y hielo. La vista era tal que el mundo parecía cubierto de blanco.

Al ajustar sus sentidos y recrear su cuerpo, Alice se movió por el hielo hacia la presencia que podía percibir.

"Hahahaha…" Una risa desconcertante y frenética se extendió por este mundo de hielo. La risa revelaba felicidad y orgullo, pero también locura y tristeza. Alice caminó en calma y, en medio de la nieve, vio varias figuras de hielo en guardia y luego a la persona que rodeaban: una mujer de cabello rubio y ojos celestes. Era guapa incluso mientras estaba cubierta de sangre y lloraba de dolor.

La mujer se limpiaba la boca con un pañuelo, quitándose la sangre que todavía caía de un ojo cortado de forma profunda. La línea iba desde el ojo a la nariz y cruzaba a la mejilla y, a pesar de que parecía que utilizó artefactos de curación, la herida no cerraba.

"Hahaha." Érica siguió riéndose mientras miraba a la Marquesa que estaba a unos metros de ella.

Eliana estaba congelada en un pilar de hielo y, a centímetros de ella, en el mismo pilar de hielo se encontraba un brazo.

A pesar de que Érica lo ocultaba con la túnica ella había perdido todo el brazo derecho.

"Hahaha... Lo hice", dijo Érica al mirarla. La risa era en parte de shock por el dolor y por la idea de que había cumplido su venganza.

"Necesitamos interrogarla. Necesitamos descubrir todo lo que sabe", dijo Érica en un tono que seguía mostrando ira.

Alice caminó y se puso delante del pilar, notando que Eliana podía verla y reaccionaba a pesar de estar congelada en esa prisión de hielo.

¿La Marquesa sabría algo? Fue ella quien cooperó con aquel miembro del gremio de asesinos y si Alice era sincera no tenía esperanza de descubrir más de lo que ya sabía.

"No sabrá nada", dijo Alice, no siendo pesimista sino realista.

Una verdadera organización secreta se mantendría oculta, aunque sus miembros fueran capturados, y si bien algunos sabrían sobre otros, no significaba que conocieran a todos.

Que Eliana haya usado el hechizo de Raiden mostraba que esa mujer estaba desesperada por mostrarse valiosa.

Después de todo, si alguien se infiltraba en la red de Raiden, habría descubierto la verdad.

Quizás ellas habían estado mirando a otra parte, pero Zerzura y Atenea investigaban todo y una vez que pasaran de investigar los asuntos internos llegarían a los externos. Y habría sido cuestión de tiempo para descubrir los negocios turbios de Raiden.

Alice suponía que Eliana tenía confianza, pero también tomó un riesgo para caerle bien a un superior.

Al final, un hecho era claro.

"Ya no podemos retrasarnos más", murmuró Alice y a pesar de que sintió que Érica temblaba, ella mantuvo su mirada en Eliana.

Alice había estado pensando en un plan. Uno que le daría la libertad que ella buscaba y que los llevaría más cerca de aquellos que se ocultaban.

Un plan que tenía sus riesgos y consecuencias. Sería un espectáculo que involucraba directa e indirectamente a muchas personas.

Para iniciar este plan solamente faltaba una pieza… La aceptación y cooperación de Aurora y Alice esperaba que su hermana tomara su decisión pronto y una vez que Aurora se decidiera, no habría vuelta atrás.

******

Aurora observó de reojo cómo Edward era tomado prisionero por los paladines de la Iglesia del Tiempo y el Espacio. El hermano de Clémentine estaba vigilante y hablando con la Cardenal Brousseau.

Por la expresión tan seria del hermano de Clémentine, estaba claro que la Cardenal Brousseau no quería retroceder y Aurora estuvo agradecida. Ella prefería que la Iglesia del Espacio y el Tiempo tomara a Edward prisionero y de esa forma ella podría comunicarse con él sin tener que pasar por tantos problemas como lo hubiera sido con la Iglesia del Orden.

Al ver que Edward era llevado con magia espacial, ella miró el campo militar y vio a los militares sin parar de moverse. Estaba anocheciendo y las tareas no iban a detenerse.

La República de África Occidental estaba siendo controlada por Zerzura y la causa no fue el ataque terrorista. Las autoridades querían encargarse de aquellos que atacaron la ciudad y de ello no había duda, pero querer detener a atacar otra nación existía un abismo. Y la razón por la cual se cruzó ese abismo fue ella... Este conflicto llevó a que todas las fuerzas de Zerzura se movilizaran para atacar a la República y enfrentarse a los militares, mercenarios, aventureros o gremios de jugadores de esta nación y la causa fue ella.

Fue ella quien reveló la verdad en Zerzura y en vez de detenerse y tomar una decisión en calma, ella optó por borrar la República. Aurora lo aceptaba y no se arrepentía de su decisión y por tal razón no se lamentaba de las consecuencias.

¿Cuántas personas estaban muriendo a cada segundo en este momento? Existían numerosos gremios de jugadores siendo atacados, mercenarios siendo capturados o mafiosos siendo eliminados a cada segundo y 'eliminados' era la palabra correcta. La República estaba habitada por muchos criminales y en vez de dejarlos vivos y tener que lidiar con los conflictos en el futuro, se decidió encargarse de ellos con anterioridad. De esa forma, evitaban que esos criminales causaran problemas que después dañarían a la ciudad o a sus aliados.

Tomar esa decisión significaba que ellos estaban asesinando a cientos, si no es que miles, de personas por el simple hecho de que lidiar con ellos en el futuro sería una molestia y una carga. Se podían excusar en que Zerzura no tomaría riesgos y trataría de detener criminales cuando ellos oponían resistencia y eran peligrosos, pero era una excusa simple.

Viendo cómo el hermano de Clémentine se iba y la cardenal Brousseau se acercaba, Aurora volvió a controlar su expresión.

"La situación parece complicada para él. La Iglesia del Orden parece tener pruebas directas", dijo la cardenal Brousseau con calma al mirarla. "Lo enviaremos a la prisión de nuestra iglesia y dejaremos que su abogado contacte con él".

La expresión de la cardenal Brousseau era seria y solemne, mirándola fijamente, queriendo preguntarle si ella sabía algo más y a la vez sin querer hacer la pregunta que la pondría en una situación difícil.

"Me tomó por sorpresa tanto como a usted", dijo Aurora, y mirando a los militares que seguían moviéndose y usando portales para teletransportarse, agregó: "Y ya tengo suficiente con lo que lidiar".

Ella no estaba relacionada con lo que hizo Edward y si era sincera, no lo estuvo por el simple hecho de que él no mencionó nada. Aunque incluso sin ser cómplice de un criminal acusado por una iglesia, ella ya tenía demasiados problemas.

"No necesitas preocuparte. No tienes que cargar con todo tú sola. La Iglesia del Tiempo y el Espacio dará un comunicado. La República de África Occidental es una peste que era necesario eliminar antes de que esto sucediera", dijo la cardenal Brousseau y poniéndose a su lado, añadió: "El Sumo Pontífice Abraham dará un comunicado sobre este ataque y respaldará a Zerzura. Estamos tratando con criminales que vendieron armas a sectarios y terroristas".

Aurora miró a la cardenal y la forma en que hablaba con calma, tratando de decirle que no lidiara con todo, y ella lo sabía.

Entendía que ella no tenía que cargar con las muertes de aquellos criminales que habitaban en la república, al igual que tampoco tenía que cargar con aquellos militares de Zerzura que saldrían heridos o incluso morirían.

Una orden había llevado a que el ejército de Zerzura, que había permanecido entrenando bajo el general McLean y el coronel Makeba, se movilizara, y ellos estaban determinados a detener a aquellos que atacaron la ciudad.

Sin embargo, ya no podía ignorar lo que sucedía.

"¿Por qué el Sumo Pontífice Abraham apoya a Zerzura?", preguntó Aurora, observando a la cardenal.

¿Por qué el Sumo Pontífice Abraham, la cabeza de la iglesia, apoyaba a Zerzura? Tal pregunta ocultaba otra pregunta aún más profunda… ¿Por qué la apoyaba a ella?

Era innegable en este punto que Zerzura se movía a su voluntad. No se trataba de que las autoridades, como la cardenal Brousseau, no tuvieran su propio modo de pensar, pero el punto era que la apoyaban.

Aurora entendía que el General McLean la apoyaba en todo desde hace tiempo, así como James seguía las órdenes de Alice sin dudarlo. También lo entendía de los líderes del gremio Orisha Oko que la acompañaban en todo, así como de la misma Cardenal Brousseau, pero el Sumo Pontífice no tenía sentido.

Sus padres ya no estaban en la Tierra desde hace tiempo y Aurora apenas se comunicaba con ellos. Era probable que nadie de la Iglesia pudiera comunicarse con ellos por medios normales.

El Sumo Pontífice podría deshacerse de la influencia que el Gigante de Acero y la Luz de Plata tenían sobre la Iglesia y tomar sus propias decisiones sin apoyar a las hijas de esas dos personas, pero no lo hizo.

La Cardenal Brousseau puso una expresión seria al recibir su mirada y, a pesar de que entendió a lo que ella se refería, dio una sonrisa.

"¿Importa?" preguntó y, sonriendo al mirar a los militares, reveló: "Cuando llegué a África creyendo que Agatha o Antón le pidió un favor a Abraham para enviarme, imaginé muchos escenarios y ninguno fue lo que esperaba. Al llegar encontré a una niña perdida y solitaria que simplemente quería ayudar para ocultar sus pesares."

¿Eso era lo que la Cardenal vio cuando llegó a África? ¿La vio a ella llevando su pasado a cuestas?

"Me quedé para ayudar a esa niña, para apoyarla y de ese modo ayudar a todos aquellos a quienes esa niña quisiera ayudar. No fue Abraham quien me obligó, ni tus padres o un dios. Fui yo quien decidió quedarse", dijo la Cardenal Brousseau y, mirándola directamente, reveló: "Desconozco las razones por las cuales el Sumo Pontífice Abraham te apoya a ti como apoyó a tu padre y madre antes que a ti, y si soy sincera, ya no me importa. La Iglesia no está aquí por la voluntad de Abraham o alguien más. Está aquí porque yo, como todos los paladines que están en Zerzura, creen que esto es lo correcto. Defender la ciudad es lo correcto."

La Cardenal Brousseau no sonaba orgullosa y evitó mencionar que la razón por la cual la Iglesia la apoyaba era ella misma, la segunda al mando de la Iglesia y la que probablemente se convertiría en la próxima Sumo Pontífice.

Aurora volvió a mirar a los paladines que estaban protegiendo los portales y vigilando el cuartel militar. Cada paladín revelaba seriedad, y era probable que ella había luchado al lado de ellos.

A algunos les gustaba dividir la Iglesia del Tiempo y el Espacio de la Iglesia de Zerzura, y la razón era que la segunda se movería incluso sin la aprobación de aquellos que lideraban todo, y la razón era que la Cardenal Brousseau tenía la autoridad de movilizar la Iglesia por su cuenta.

Aun así, no había duda de que el Sumo Pontífice ayudaba y la razón no era la insistencia de la Cardenal Brousseau.

"Gracias por tu apoyo, Fiona", dijo Aurora. Mirando a la mujer que revelaba preocupación, sonrió. "Solamente tengo muchas cosas en mi mente. Pronto lo resolveré todo".

El Sumo Pontífice Abraham apoyó a sus padres como a ella por aquel a quien ese prestigioso hombre adoraba, el mismo que era su sistema.

Ese hombre no podría responderle su pregunta al igual que no podía hacerlo Fiona y la única manera de encontrar la verdadera respuesta era hablando con su sistema… con Aión.

Fiona con sus palabras quiso señalar que Aión no dio la orden de que la iglesia estuviera aquí y que él no había guiado la voluntad de todos los paladines que arriesgaron sus vidas. Tampoco guió a Fiona, quien había aceptado por su propia voluntad quedarse en la ciudad y convertirse en parte de la ciudad.

Sin embargo, era innegable la influencia de su sistema en la decisión de Abraham y ella ya no podía retrasar la verdad.

"Volveré a trabajar. Esta noche será ocupada", dijo Aurora para relajar a la cardenal y al recibir un asentimiento, ella caminó en dirección del campamento militar, donde se reunían los militares.

Aurora no mentía cuando decía que tenía miles de asuntos en su mente. Estaba el plan de su hermana, que cada vez le atraía más, pero también su sistema y, más allá, ella misma.

¿El rango SS era suficiente para proteger a aquellos que quería proteger? Quizás era muy precipitado pensar en su fuerza y en el avance cuando apenas había ascendido hace un par de horas, pero el desafío que estaba delante de ella era grande.

La organización secreta de la cual Eliana era parte y aquellos que iban detrás de ella no solamente apuntaban a su vida, apuntaban a una carrera para convertirse en dioses y una vez que lo hicieran, ella no podría hacer nada.

Aurora no quería ver a las personas que apoyaba morir a causa de algunos bastardos que querían alcanzar la divinidad.

Ella podría tomar el camino fácil y suplicar ayuda a su cuñada o a su sistema, pero ella había aprendido que los Primordiales no eran omniscientes. Tanto su cuñada como su sistema no estaban atentos todo el tiempo a ella y no lo estarían de cada persona que ella buscaba cuidar.

Para Aurora era normal. Vivía su vida con un sistema que la vigilaba, pero únicamente a ella, y lo aceptó cuando sucedió lo de Malik hace años o cuando Zerzura se enfrentó a dificultades.

Si quería proteger lo que ella quería, entonces era ella quien necesitaba ser fuerte y estar cuando era necesario y para ello, necesitaba mirar más lejos.

Si aquellos que tanto luchaban por alcanzar la divinidad lo lograban, ella necesitaba hacerse una pregunta... ¿Los enfrentaría e intentaría detenerlos? Y si la respuesta era positiva, entonces se necesitaría averiguar qué se necesitaba para detenerlos de tal modo que ella no saliera perdiendo.

Solamente una persona podría darle una respuesta en todo este planeta y esa era su cuñada, quien parecía saberlo todo.