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Sentimientos desbocados

NOTA 1: Los derechos de la serie Tenchi Muyo NO me pertenecen. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.

NOTA 2: Esta historia contiene escenas de tipo LEMON (descripciones explicitas de contenido sexual) por lo que no es apto para menores de 18 años.

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Era un hermoso y caluroso día de verano. Los rayos de sol se colaban magníficamente por el gran ventanal de la sala de la casa Masaki, que se encontraba abierto de par en par, dejando ingresar una agradable brisa que refrescaba el lugar. Tenchi se encontraba recostado en el sillón de la sala de estar, descansando. Hacía mucho tiempo no podía darse un lujo como este, simplemente recostarse en el sillón, cubriéndose el rostro con un brazo para que el sol no le dé directo en los ojos, mientras disfrutaba de la suave brisa, el silencio y la tranquilidad.

Tenchi suspiró con felicidad disfrutando el momento de paz, que era imposible de tener desde que las chicas ingresaron en su vida. No es que le desagradaran, es solo que las chicas son demasiado enérgicas, algo problemáticas, posesivas y… bien, el punto es que es imposible tener algo de tranquilidad con ellas alrededor. Es por eso que se sentía tan a gusto con esta situación en que podía disfrutar una tranquilidad y paz, que añoraba desde hace bastante tiempo.

Esta agradable situación se había dado casi por accidente, como si los astros se hubieran alineado para darle algunos días de descanso de la locura que es su vida actualmente.

Primero, su padre estaba a cargo de un nuevo proyecto inmobiliario en la ciudad de Osaka, y como estaban atrasados, debía quedarse ahí de lunes a domingo para apresurar las obras. Su abuelo había ido a Tokio para una ceremonia importante en otro templo y se quedaría algunos días. Mihoshi se había ido a atender un caso que la tendría fuera por algunas semanas. Ayeka y Sasami debieron regresar a Jurai, llamadas por su padre, para una importante reunión donde toda la familia real debía estar presente. Ryoko estaba aburrida por lo que salió a hacer de las suyas, lo que por lo general la alejaba por una semana, y finalmente Washu anunció que estaría trabajando en un importante proyecto y no quería ser molestada, encerrándose en su laboratorio, cerrando la puerta con llave por dentro. Llevaba 3 días encerrada. La última vez estuvo así más de una semana. Como resultado, este era su segundo día de paz y tranquilidad. Suspiró nuevamente, acomodándose un poco más en el sillón.

Si, su vida había cambiado mucho desde el día que las chicas habían aparecido para transformar su mundo. Sabía que no lo hacían con mala intención, cada una de ellas era especial y particular a su manera; lo sorprendente es que no solo Ryoko y Ayeka parecían querer una parte de él. Podía sentir lo mismo del resto de las chicas. Eso era aterrador en cierto punto.

Primero está Sasami. Es evidente que la pequeña princesa le tiene mucho cariño, y a veces parecía que iba más allá de lo que se podía considerar como cariño por un hermano mayor sustituto. Por fortuna Sasami aún es una niña pequeña, por lo que no se preocupaba mucho; al menos por ahora. Luego estaba Mihoshi, un total desastre ambulante, que es compensado con su belleza exótica, dictada por el color bronceado de su piel, su simpatía y alegría que hace imposible el no quererla. Aun así, por su forma de ser tan ligera de cascos, no se la puede tomar muy en serio, y esto es lo que lo tenía tan confundido con ella. Había captado algunas insinuaciones sutiles y no tan sutiles de su parte. ¿Ella se le estaba insinuando, o solo era Mihoshi siendo Mihoshi? Por ahora lo dejaba en el terreno de la especulación, pero la perspectiva de que la hermosa y alocada policía sintiera algo por él, no dejaba de emocionarlo un poco… bien, tal vez no tan poco.

Por otro lado estaba Washu, la pequeña científica residente, que era capaz de crear cosas tan increíblemente descabelladas como una "Bomba de Agujero de Gusano Portátil"… ¿De verdad? ¿Quién demonios necesita una "Bomba de Agujero de Gusano Portátil"? Eso sin contar con la serie experimentos que la mantienen permanentemente ocupada, en los que tiene por costumbre usarlo como conejillo de indias en contra de su voluntad. Y cuando lo tiene ahí, sujeto, indefenso y desnudo, se le insinúa tan descaradamente, que de solo recordarlo se pone duro. No ayuda el hecho de que Washu tampoco es mal parecida. Hasta ahora siempre ha logrado escapar a tiempo, pero algo le dice que si no logra escapar, o si en un momento de debilidad, accede a sus avances, Washu no lo soltaría hasta dejarlo seco. Se estremeció y emocionó de solo pensarlo.

Finalmente estaban los dos tormentos que le quitaban el sueño y hacían que su corazón entrara en real conflicto: Ayeka y Ryoko. Ambas devastadoramente hermosas, y con un genio explosivo cuando él estaba de por medio, lo cual era más seguido de lo que le gustaría. Suspiró.

Ciertamente Ayeka, es una mujer bellísima, con grandes y expresivos ojos, y una figura de infarto. Elegante y refinada, cómo se podría esperar de una princesa de Jurai. Además es divertida y cariñosa, lo que hace que pasar tiempo con ella sea muy agradable y placentero, y eso a él ciertamente le gusta mucho. Pero por otro lado no podía dejar pasar que así como es cariñosa, es igual de celosa y tiene un genio bastante fuerte, listo a explotar si Ryoko está presente para provocar.

Por otro lado esta Ryoko, poseedora de una belleza salvaje, con unos intensos ojos felinos que parecen devorarlo cuando lo observan. Es de carácter fuerte, travieso y descarado, lo que se podría esperar de una pirata espacial. Sus avances e insinuaciones eran abiertamente descarados, los cuales sacaban lo peor de Ayeka, cosa que Ryoko disfrutaba hacer; además, era tan celosa y posesiva como la princesa de Jurai. Pero sorprendentemente, había ocasiones donde la ruda pirata espacial se mostraba femenina y linda. Demonios, le gustaba esa parte de ella.

Y es así como había llegado a una gran encrucijada, con todas las chicas haciendo un esfuerzo a su manera por llamar su atención, algunas más serias que otras, y otras abiertamente descaradas. Todo esto llevaba a Tenchi a la gran pregunta que rondaba por su cabeza desde un tiempo a esta parte: ¿Qué hacer?

Lo cierto es que la respuesta a esta pregunta no es para nada fácil, y dependiendo de lo que determine, las consecuencias podían ser malas, desastrosas, o una virtual Caja de Pandora. Entendiendo lo que buscaban las chicas de él, y siendo totalmente consiente que sus sentimientos estaban en conflicto, había tratado de mantener un Status Quo. Esto había resultado por un tiempo, un largo tiempo en realidad, pero si debía ser sincero consigo mismo, era hora de reconocer que ya estaba llegando a su límite.

Él había tratado de mantener la neutralidad, de no mostrar preferencia por una u otra, consciente de lo que esto podía desatar, pero el estar rodeado todo el tiempo de hermosas mujeres, la mayoría de ellas dispuestas, estaba haciendo que por momentos estuviera por perder los nervios. Después de todo, él es un joven totalmente sano, con un normal aprecio por las mujeres y un no menos normal deseo de poder hacer algún tipo de avance, por no decir que había veces que le costaba contener sus impulsos. Ciertamente no podía seguir así. Tenía que elegir.

Ese era el punto aquí. Debía hacer una elección. Sabía que las chicas lo querían, y él sentía algo por ellas también, pero no podía estar con todas a la vez. Debía tomar una decisión, y ese era el problema. No podía simplemente elegir una sobre otra. No quería herir a ninguna de ellas, pero tampoco era justo para ellas el mantener por más tiempo esta situación. Eso de paso lo estaba poniendo de los nervios a él, porque estaba llegando a su límite, y cruzaría la línea con alguna de las chicas de seguir así.

Nuevamente, esto no era justo para ninguna de ellas. Debía elegir, pero no quería hacerlo. No quería que esta vida que llevaba acabara, porque por problemático que fuera en algunas ocasiones, aunque fueran un completo dolor de cabeza en otras, aunque trajeran más problemas de los que podía imaginar, definitivamente quería a las chicas en su vida, a todas ellas. Sí, era un maldito imbécil, un patán y un egoísta.

— ¿Qué demonios se supone que debo hacer? — se preguntó en voz alta, dando un suspiro de resignación.

— ¿Hacer con qué, Tenchi? — preguntó una voz juguetona.

Tenchi se sobresaltó al escuchar esas palabras dichas en su oído, y se sentó de golpe solo para encontrarse con una sonriente Ryoko flotando frente a él, con su rostro a centímetros del suyo, con una de sus típicas y lindas sonrisas traviesas.

— Ryoko… ¿Qué haces aquí? — preguntó Tenchi sorprendido.

— ¿Qué pregunta es esa Tenchi? Yo vivo aquí — respondió Ryoko ampliando su sonrisa traviesa.

— Sabes a qué me refiero. Se suponía que estarías fuera por varios días.

— ¡Oh! Eso. Bien, decidí volver antes, y por lo que veo fue una buena decisión. Estamos los dos solos en casa — respondió la pirata espacial, ampliando su sonrisa traviesa, transformándola en una de sus típicas sonrisas depredadoras.

Un sudor frío recorrió la espalda de Tenchi mientras miraba los ojos felinos de Ryoko que parecían traspasar su alma, junto con esa sonrisa depredadora que prometía devorarlo como si fuera su presa. No podía negar que se sentía algo emocionado ante la perspectiva de que Ryoko hiciera realidad alguna de las cosas que le había insinuado en tantas ocasiones; cualquier hombre en su sano juicio se emocionaría ante esa perspectiva, pero nuevamente, no podía simplemente dejar libre sus emociones por mucho que lo deseara. Las cadenas de la cordura nuevamente dictaron sus acciones. Debía mantener el Status Quo.

Se alejó de Ryoko apegándose en el respaldo del sillón para mantener una distancia prudente de ella, buscando una forma de escapar de los sentimientos que lo estaban invadiendo en ese momento. Pero al verla flotando frente a él, no podía dejar de sentir como con su sola presencia lo hacía estremecer, a la vez que lo invadían las ganas de capturar sus labios y robarle en un beso. Pero tristemente no podía hacer eso, no podía dejarse llevar, porque para bien o para mal, sentía lo mismo por Ayeka.

Tenchi echó la cabeza hacia atrás mientras suspiraba con resignación a la vez que se cubría el rostro con las manos. Esto lo confirmaba: Era un imbécil, un patán y un egoísta.

Ryoko estrechó los ojos y su sonrisa desapareció ante la reacción de Tenchi. Pudo ver algo en los ojos del joven ante ella. Fue solo un momento, fue cosa de un par de segundos, pero estaba segura, pudo ver anhelo, deseo y… se estremeció. El corazón de la pirata espacial dio un vuelco, pero al ver la evidente frustración en el joven frente a ella, no dejó se sentirse mal. Ella tenía parte de la culpa en esta situación. Era la que más había provocado y llevado las cosas al extremo; aunque Ayeka no dejaba de tener su parte en el asunto. Suspiró.

— Tenchi… ¿Estás bien? — preguntó Ryoko flotando un poco más cerca del objeto de sus afectos, estirando los brazos para apartar las manos de la cara del joven, pero este, intuyendo el movimiento, se deslizó hacia un lado para escapar de su agarre, quedar recostado una vez más en el sillón.

— Estoy bien. Es solo que me sorprendiste apareciendo de pronto aquí. Pensé que estaría solo por unos cuantos días más — respondió Tenchi, quitando las manos de su cara para mirar a la mujer que seguía flotando sobre él.

— ¿No te alegras de verme, Tenchi? — preguntó Ryoko, flotando un poco más cerca de él.

— No es eso. Solo pensé que… bien, tendría más tiempo a solas para descansar… para pensar.

— ¿Pensar en qué? — preguntó Ryoko, flotando aún más cerca, ahora directamente sobre el joven recostado el sillón — ¿En mí?

En ese momento Tenchi cayó en cuenta de que fue una muy mala idea deslizarse a un lado para recostarse en el sillón. Ahora con Ryoko flotando directamente sobre él, no tenía ruta de escape si la pirata espacial decidía hacer un avance. Le dedicó una mirada algo temerosa, pero se sorprendió al ver la cara de la mujer. La sonrisa depredadora había desaparecido, la traviesa mirada felina en sus ojos tampoco estaba ahí, por el contrario, la cara de Ryoko estaba seria y su mirada era de… ¿esperanza?

Tenchi tragó sonoramente, esa última pregunta de la mujer, y esa mirada que parecía traspasarlo, lo estaba estremeciendo de pies a cabeza. Su corazón comenzó a latir con fuerza, atrapado en la salvaje belleza de esa mujer, en esos ojos que lo miraban esperanzados, en esos labios que lo invitaban a besar. Su respiración comenzó a agitarse, mientras podía ver como los labios de Ryoko se acercaban inexorablemente a él, ¿o era él quien se acercaba a ella? Entonces la imagen de Ayeka vino a su mente, y Ryoko dio un chillido de sorpresa.

La pirata espacial, que hace solo unos segundos estaba flotando sobre Tenchi, perdiéndose en esos ojos que la observaban como nunca antes en su vida, con una intensidad que parecía ver hasta en lo más profundo de su alma, sintió que las cosas finalmente iban avanzando en la dirección correcta. Pudo sentir la respiración agitada de Tenchi, pudo sentir su aliento mezclándose con el suyo cuando sus labios comenzaron a acercarse, pudo sentir la anticipación, el deseo de finalmente hacer aquello que llevaba tanto tiempo añorando, sentir que ella, finalmente… entonces dio un chillido de sorpresa al sentirse repentinamente atrapada en un fuerte abrazo.

Por una vez, Ryoko no supo qué hacer. En un momento estaba por compartir un beso largamente añorado, y al siguiente estaba atrapado en los brazos de Tenchi. Se congeló en su lugar, con sus brazos atrapados frente a ella, con las palmas de las manos tocando el pecho de Tenchi y el rostro enterrado en su cuello, mientras él la estrechaba con fuerza, apegándola a él. Se sonrojó al sentirse tan cerca de él, al sentir sus brazos estrechándola en forma tan posesiva, al sentir como el rostro de él, estaba apegado al suyo, como sus labios acariciaban su frente, mientras su respiración agitada la hacía estremecer, a la vez que sentía como su rostro comenzaba a arder.

— ¿Tenchi? — preguntó con cautela casi en un susurro. Todo atisbo de su usual travesura o actitud depredadora completamente olvidados por las cosas que estaba experimentado en ese momento, cosas que, contra todo lo que pudiera desear, la estaban haciendo actuar como si fuera una damisela enamorada, pero, ¿no era esa su situación?

Tenchi Masaki aún estaba tratando de procesar lo que había pasado; los ojos anhelantes de Ryoko, su proximidad, esos labios que lo invitaban a besar, las cosas que ella le hacía sentir, entonces por su mente pasó la imagen se cierta princesa de Jurai, y de un momento a otro tenía a la pirata espacial atrapada en el abrazo más fuerte y posesivo que había dado en toda su vida, y contra todo lo que pudiera pensar, se sentía demasiado bien, pero: ¿por qué abrazarla?

Porque la iba a besar, porque iba a dejar salir todas esas cosas que tenía atoradas dentro de él, porque cuando sintió que iba a cruzar la línea, Ayeka apareció en su mente y se contuvo por acto reflejo, y solo atinó a abrazar a la pirata espacial como único medio para evitar eso que ya era inevitable, pero sintiendo ahora que había sido el peor movimiento posible. 

Escuchó la voz de Ryoko pronunciando su nombre a modo de pregunta, su voz apenas un susurro, cautelosa, temerosa. El corazón de Tenchi de estremeció al sentir ese tono de voz, y por reflejo estrechó aún más a la mujer que tenía entre sus brazos. Su rostro junto al de ella, sus labios en su frente y su nariz enterrada en su sedoso y rebelde cabello. Inspiró y pudo sentir su aroma. El arma de Ryoko era intoxicante y adictivo. ¿Desde cuándo ella olía tan bien?

Inconscientemente Tenchi cerró los ojos e inspiró, llenando sus pulmones con la esencia de Ryoko, disfrutando de ese aroma de mujer que había estado pasando por alto de alguna forma, pero que ahora le resultaba tan placentero. Estrechó nuevamente a la mujer, comenzando a pasar las manos lentamente por su espalda, acariciándola suavemente, fundiéndose en ese abrazo, sintiendo su calor, sus curvas presionarse contra su cuerpo, sus piernas entrelazarse. Se sentía tan bien el tenerla así, atrapada entre sus brazos, presionada contra él, sintiendo el deseo de nunca dejarla ir. 

Ryoko se estremeció. Sintió como era estrechada con más fuerza, como él comenzó a recorrerle la espalda con las manos, acariciándola mientras enterraba la nariz en su cabello y lo sentía inspirar con fuerza, como si se quisiera llenar de su esencia de mujer. El corazón de Ryoko bombeó como nunca antes en su vida al sentir como Tenchi por primera vez la tomaba de esa forma, como disfrutaba de ella. Jadeó cuando la mano de Tenchi pasó de su espalda a su cadera, acariciando sus curvas, entonces lo sintió, él había besado su frente. Volvió a jadear cuando sintió un nuevo beso, al que le siguió otro y otro. 

Una lágrima de felicidad se deslizo de uno de los ojos de Ryoko. ¿Hace cuánto tiempo que estaba esperando esto? Esperando una reacción por parte de él, que dejara de verla como la pirata espacial que tomó por asalto un lugar en su casa, y pasara a verla como una mujer. Un sollozo escapó de sus labios cuando movió sus brazos para pasárselos por el cuello.

Cualquier atisbo de razonamiento lógico o de intención de mantener el Status Quo por parte de Tenchi, había quedado definitivamente en el olvido. Todos sus conflictos sentimentales, su indecisión, sus sentimientos por Ayeka, y la atracción que le causaban Mihoshi y Washu, todo eso había quedado de lado. Aquello que tanto temió finalmente había pasado: Se dejó llevar.

No podía seguir negando más lo que sentía. No ahora que tenía a Ryoko entre sus brazos, no ahora que podía sentir su calor, su aroma, el sollozo que escapó de sus labios cuando le pasó los brazos por el cuello. Sintió como ella se estremecía en sus brazos, y como las manos de Ryoko mandaban descargas eléctricas por su cuerpo cuando lo estrechaban, cuando una de sus manos se posó en su nuca y acaricio su cabelló. Se le escapó un jadeo. La sensación era simplemente electrizante.

No hubieron palabras de cariño, ni miradas cargadas de ternura, sus rostros simplemente se movieron al unísono y sus labios se encontraron segundos después. El beso fue intenso, con fuego, con pasión. Sus labios se trabaron en combate, como si con se acto pudieran recuperar todo el tiempo perdido por peleas tontas, celos e indecisiones.

Ryoko temía que su corazón fuera a estallar de lo fuerte que latía, por todo lo que estaba sintiendo en ese momento, sus ojos lloraban de felicidad, mientras jadeos y gemidos escapaban de sus labios sin poder contenerlos. Tenchi ya no estaba pensando, solo era capaz de sentía en ese momento. Sentía el cuerpo de Ryoko entre sus brazos, sentía sus curvas al recorrerla con las manos, sentía su calor, su aroma, sus jadeos, sus gemidos, el dulce sabor de su boca, la sensación electrizante de sentir los brazos de ella rodeándole el cuello, como le acariciaba el cabello.

La pirata abrió los ojos y dio un gemido cuando sintió la lengua de Tenchi entrando en su boca, casi con desesperación. Sus lenguas se encontraron y se trabaron en combate, buscando dar tanto como recibían. Ryoko gimió, mientras su cuerpo se retorcía como si fuera una serpiente, buscando más contacto, más roce, necesitaba más, quería más de él, emborracharse en él. Un nuevo gemido dejó su garganta cuando su deseo fue cumplido, y sintió como una de las manos de Tenchi dejó su cadera y pasó a tomar su trasero. Volvió a gemir perdiéndose en las sensaciones, en lo que ese hombre le hacía sentir.

Tenchi estaba totalmente entregado a las sensaciones, embriagado en la mujer que tenía entre los brazos, acariciándola, besándola. Podía sentirla gemir entre los besos, sentir su cuerpo retorcerse y restregarse contra él, buscando más. Él también quería más, necesitaba más. Su mano fue a su trasero y le escuchó y sintió gemir entre el beso. Necesitaba más. Dejó la boca de Ryoko y sin pensarlo atacó su cuello, ella gimió, un gemido gutural, ronco, erótico… lo amó. Quería más. Chupó su cuello, lo lamió y lo besó, mientras ella volvía a gemir una y otra vez, mientras decía su nombre. Quería más, necesitaba más.

De pronto Tenchi se encontró remangando el vestido de Ryoko, ese largo vestido con franjas horizontales que le sentaba tan bien, pero que ahora estorbaba en su búsqueda de tener más de ella, de embriagarse aún más en esa mujer que tenía entre sus brazos. Ryoko sintió las intenciones de Tenchi y un calor que se estaba extendiendo por su cuerpo, comenzó a arder como un fuego fuera de control, un fuego en el que deseaba quemarse.

— Sí… sí… sí… quítamelo — susurró entre jadeos cuando sintió a Tenchi comenzar a remangarle el vestido.

Los esfuerzos de Tenchi se intensificaron mientras que Ryko maniobró una mano para desabrochar el cinto que rodeaba su cintura, que cayó a un lado mientras su vestido era remangado por completo. Ryoko se irguió, quedando a horcajas sobre Tenchi para lanzar a un lado el vestido que tanto estorbaba, dejándola en bragas y una lycra ajustada en la parte de arriba, de la que se deshizo pasándola por sobre su cabeza, dejando sus senos expuestos.

Tenchi tragó sonoramente al ver a Ryoko en toda su magnificencia. Era hermosa, condenadamente hermosa, con una piel blanca y a primera vista suave como la ceda. Sus miradas se encontraron. No había miradas felinas o depredadoras por parte de ella, no había miradas de desaprobación, o nerviosismos por parte de él, solo había expectación, y deseo por parte de ambos. Tenchi tocó sus senos y Ryoko gimió, un gemido fuerte gutural y erótico.

Ryoko se estremeció por su toque. Era suave y firme a la vez, quemando su piel al tacto, deseando más, ya no había vuelta atrás, no se podía detener, y sabía que él tampoco podría hacerlo. Habían pasado ese punto hacer mucho. Gimió nuevamente al sentir como el acariciaba sus senos, masajeando, y apretando con gentileza. Volvió a gemir cuando sintió su erección presionando aún más duro su entrepierna. Él la de deseaba, tanto como ella a él.

Tenchi, que estaba disfrutando de la más impactante sensación que habían sentido sus manos al acariciar y amasar los senos de Ryoko, de pronto sintió como esta se iba sobre él y lo atrapaba en un beso feroz y desesperado. El respondió de la misma forma, tan deseoso y desesperado como ella, necesitaba más, quería más de ella, no podía detenerse, no ahora, no en este punto donde todo aquello que retuvo por tanto tiempo había salido de forma desbocada. Ya no podía negar sus deseos y sentimiento por Ryoko, no más.

Ryoko terminó el beso y puso la boca junto a su oreja, respirando tan pesadamente como él.

— Tómame Tenchi… quiero ser tuya… hazme tu mujer… — dijo Ryoko entre jadeos, mientras Tenchi sintió que cada vello del cuerpo se le erizaba ante esas palabas.

Tenchi apartó suavemente a Ryoko para poder verla a los ojos. Su respiración era pesada, y sus ojos estaban nublados por el deseo, pero había algo más en ellos, pudo verse reflejado en esos ojos; ojos en los que vio lo mismo que él sentía por ella. Toda duda que pudiera haber quedado murió en ese momento. Le acarició la mejilla mientras sonreía travieso.

— ¿Aquí en el sillón o en mi cuarto? — preguntó con una sonrisa.

Por respuesta ambos desaparecieron gracias al poder de Ryoko, para volver a reaparecer en el cuarto de Tenchi, flotando sobre su cama. Cayeron y rebotaron sobre la cama entre risas, hasta que se besaron otra vez con renovado fervor, mientras Ryoko pugnaba por quitarle la ropa a Tenchi, para terminar desgarrándola en su desesperación por estar en iguales condiciones. El hizo su parte quitándole lenta y tortuosamente las bragas a Ryoko, haciéndola gemir y estremecerse, para finalmente mostrarse por completo desnuda ante él. Tenchi la observó con deseo, era simplemente hermosa. Se fue sobre ella, haciendo que cayera de espaldas sobre la cama, ella lo abrazo con fuerza entrelazando sus piernas, sintiendo el cuerpo del otro. Tenchi la besó con fiereza para luego poner su boca junto a su oído.

— Te amo Ryoko — susurró, arrancando un jadeo de la mujer. 

Si, definitivamente ya no había vuelta atrás para él, para bien o para mal, ya no podía contener lo que había desatado, no podía reprimir más lo que sentía por esta mujer. Atrapó nuevamente los labios de una impactada Ryoko, sin dejarla responder nada, simplemente perdiéndose en el deseo, perdiéndose en ella, haciéndola suya, tan suya como él era de ella.

Continuará...

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Notas del Autor: Hola a todos. Acá estoy con una nueva historia que la verdad no es tan nueva, ya que lleva muchos años en la carpeta de "Proyectos Pendientes", tal vez demasiados años, tantos que mejor no voy a contar cuantos son, solo digo que son muchos.

¿Por qué rescatar esta historia ahora? Primero porque siempre me gustó Tenchi, en todas sus distintas historias, y segundo, porque hace poco vi las temporadas 4 y 5 que le da un cierre a "Tenchi Muyo" y la verdad me decepcioné. Hubo muchas inconsistencias ahí, y los personajes no se sintieron bien. Eso me llevó a revisar mis propios fics de Tenchi, y vi esta historia ahí echando polvo.

"Todo por un Abrazo" era originalmente un One-Shot enfocado solo en Tenchi y Ryoko, que comenzaba muy similar al inicio de este fic, el que fui modificando para poder adentrarme un poco más en los sentimientos de los personajes y sus motivaciones, dejando de lado la comedia, para tomar las cosas con más seriedad, junto con poner una dosis de erotismo, que a estas alturas de la historia, creo que era algo obvio y necesario.

Este es mi intento de cerrar a mi manera los dilemas de Tenchi en "Tenchi Muyo". Espero sea de su agrado. 

Saludos.