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R3: El deseo de ser más fuerte

Dentro de un oscuro callejón en una calle sin nombre, como a eso de las siete de la tarde cuando el sol ya se está ocultando, se escucharon las voces de tres personas que abusaban de otra mas debil.

Los golpes y patadas de los atacantes, junto a los sollozos de la parte contraria se escuchan en conjunto afuera del callejón, aunque ahi afuera no hay nadie cercano para escucharlos.

—¡Eres un inutil, Soren!

—¡Jajaja!

—¿Y asi quieres ser de la guardia real? Tú no eres nadie.

Se escucharon dichas palabras dirigidas hacia Soren, un joven con el cabello del color de la madera de roble y de cuerpo lánguido, se veia que era el tipo de persona que preferia tomar un libro y quedarse en casa que tomar un arma e ir al combate. Sin embargo, Soren habia hecho una declaración hace poco que dejó boquiabierto a mas de uno, lo que dió lugar a su situación actual.

—¡Retráctate!

—¡No lo haré! ¡Yo seré el capitán de la guardia imperial!

—¡No lo lograrás! ¡Ni siquiera tu padre pudo! ¿Qué posibilidad tienes tú, flacucho?

A pesar de que todos parecían tener mas o menos la edad de 15 años, todo esto era mas una riña infantil. Al final, Soren no se retractó de sus palabras, pero al estar sangrando, los muchachos le dejaron en paz por ahora.

Con mucha dificultad, aquel joven se levantaba del suelo con la pared de aquel callejón como soporte para que evitara su caida debido a la falta de fuerza, caminaba poco a poco, con una mano que presionaba su estomago hasta salir de aquel callejón oscuro.

—Yo sé que soy débil pero ¿Por qué me golpean por desear ser alguien?

—Eso es porque te tienen envidia.

—¿¡Qu...!?

El joven Soren se sobresaltó debido a la presencia de dos individuos que no pudo notar hasta que uno de ellos habló. Eran 2 muchachos alrededor de su edad, un chico alto de cabello azabache de piel oscura y una jovencita con cabellos dorados de piel blanca. El primero parecía el tipo de persona que cuando le ves en la calle, te dan ganas de cambiar de banqueta, en cambio, la segunda era todo lo contrario, ya que parecia el tipo de persona que robaría las miradas de las personas al pasar a pesar de ser tan joven. Mientras que el primero estaba aproximándose a Soren, la chica se quedó sentada sobre un barril mientras comia una paleta, observando fijamente a ambos.

—Escuché que quieres pertenecer a la guardia real ¿Es eso verdad?

—Sí ¿Qué hay con eso?

Soren estaba a la defensiva en ese momento, parecía creer que este chico lo molestaría igual que los otros hace algunos minutos atrás. El contrario levantó su brazo derecho y lo bajó rápidamente. Soren cerró sus ojos esperando un impacto en la cara, pero no llegó. En su lugar, con un "tap" sintió una amigable palmada en su hombro izquierdo.

—¿Eh?

—¡Eres increible hermano! Si tuviera tu complexión estaría muerto de miedo de siquiera pensar en pelear ¡Y menos unirme a la guardia imperial!Digo, despues de todo la guardia imperial es capaz de hacerle frente a los temibles generales de Kibo ¿Sabes? Dicen que su monarca es el mismo desde que se fundó el reino. Si los rumores resultan verdaderos ¿No se te pondrían los pelos de punta?

Cuando Soren abrió los ojos se sorprendió, ya que el chico con aspecto de matón le estaba hablando de una manera tan amigable. Uno esperaría que le quitara su cartera o algo como eso pero ¿Lo estaba alentando? Permaneció un poco en shock por lo hablador que resultó ser a pesar de tener ese aspecto tan sombrio. Al final se perdió entre todo lo dicho, solo escuchando la ultima parte y respondiendo a su pregunta aún con algo de confusión en su tono.

—No lo creo... El gobernante es misterioso para nuestro pais, se dice que hacen coronaciones secretas para que crean que el primer monarca sigue ahi o que eligen a alguien muy parecido para ocultar eso, no estoy seguro que haya alguna criatura que viva tanto tiempo.

—Tienes razón. Aunque si los rumores acerca de los poderosos magos que viven ahi son verdad, entonces no tengo dudas acerca de que puedan extender la vida del gobernante si quisieran.

—Ustedes dos, ya dejen de parlotear ¿No le ibas a decir algo al flacucho, Mortis?

La que interrumpió aquella platica acerca del reino vecino fue la voz de la rubia que parecía estar malhumorada. Ella se acercó bajando del barril y al llegar, tan solo se cruzó de brazos esperando algo, a lo que el joven Mortis reaccionó rápidamente mientras asentia.

—Disculpame, fuí muy grosero ya que no me he presentado. Mi nombre es Mortis y esta es mi hermana, Kyla.

Al mismo tiempo que se presentaba se apuntaba a si mismo con su mano derecha, al terminar su introducción y continuar con la siguiente hizo el mismo gesto con la mano, pero ahora apuntando a la chica rubia.

—Tal vez no lo parece, pero somos gemelos.

Despues de eso, ella tan solo hizo un asentimiento como si estuviera dando por hecho algo. Su actitud era un poco altanera a decir verdad a comparación con su hermano. Al terminar la presentación, hubo un momento de silencio incomodo. Al darse cuenta de esto, Soren se presentó:

—¡Ah, si! Mi nombre es Soren, es un placer, joven Mortis, señorira Kyla.

— Cielos ¡No seas tan formal, hermano! Puedes llamarme por mi nombre sin agregar otra cosa. Creo que a Kyla tampoco le importa.

—Por mi haz lo que quieras.

—¿Lo ves? No le importa tampoco.

Soren actualmente estaba confundido debido a lo cómico y extraño que esto llegaba a ser "¿Cómo estos gemelos eran tan distintos el uno del otro?" solian ser los pensamientos que estaban en su cabeza mientras se desarrollaba todo frente a sus ojos. Al final, el chico frente a él se aclaró la garganta y con una voz clara dijo:

—Soren, nosotros estamos de camino a la capital del imperio Cyclus, al norte de aqui. Se dice que el ejercito imperial está reclutando gente ¿Qué te parece si nos acompañas?

—¿Uh? Esto es algo demasiado repentino, tu sabes, apenas los conozco.

—Cielos, no vamos a secuestrarte.

—Hermano, eso es lo que diría alguien que quiere secuestrar a una persona.

La ultima que hablo fue Kyla dando un punto a favor del joven Soren. Al darse cuenta de esto, Mortis suspiró pesadamente y observó a Soren con tranquilidad.

—Solo piensalo, nos iremos al amanecer en 2 dias. Si cambias de opinion, te esperaremos en las puertas del poblado por la mañana.

Diciendo eso, Mortis y su hermana dieron media vuelta y comenzaron a caminar hacia el lugar de las posadas de aquel pueblo. En ese momento, una voz se escuchó detrás de ellos.

—No sé si estoy listo para eso aún.

Dijo Soren con una mirada que se perdía en la inseguridad, como si hubiera algo que le impidiera tomar una decisión. Y aunque era completamente normal una negativa ante esa situación extraña donde dos completos desconocidos te dicen que vayas con ellos, no parecía esa la razón de su duda, habia algo que le mantenia cautivo. Escuchando las palabras de Soren, Mortis se detuvo de golpe, pero sin girarse, declaró:

—La cosa es que uno nunca sabe cuando será el momento adecuado. Pero si pasamos nuestra vida esperando a que algo suceda entonces estaremos muy decepcionados al final. Por esa razón, yo prefiero buscar el momento adecuado en lugar de esperarlo.

Soren no logró ver el rostro de Mortis en ese momento, pero imaginó que habia una sonrisa de confianza en su rostro. Inmediatamente después de esas palabras Mortis y Kyla caminaron lejos de la vista hasta que desaparecieron a lo lejos entre las calles del lugar. Cuando no logró verlos más, Soren comenzó a caminar hacia su hogar pensando en el extraño suceso.

Luego de unos minutos de dolorosa caminata debido a sus heridas, el joven que parecía no comer mucho llegó a unas grandes rejas de color marfil que separaban un gran patio donde al final se notaba la presencia de una gran casa, aunque no lo suficiente como para ser una mansión. A un lado de la reja se encontraba una pequeña caseta del mismo color, ahi dentro se encontraba un guardia de alrededor de 40 años de edad de aspecto apacible. Portaba una armadura ligera de color gris un poco oxidada. Parecía el tipo de persona que se sentaría en un parque para darle de comer a las aves pese a su edad, ya dicho eso, también portaba una barba de candado que aunque  estaba en buen estado, contaba con algunas canas.

—Wilfres, buenas tardes.

Saludó Soren al hombre en la caseta con un semblante adolorido. El hombre parecía ya haberse dado cuenta de su presencia desde hace tiempo, pero decidio esperar hasta este momento para saludar, asi como declarar sus observaciones con un tono tranquilo aún con su grave voz:

—Joven señor, buenas noches ¿Otra vez llegando con heridas? Su madre se preocupará.

—No te preocupes, mi cuerpo se acostumbrará en algún punto ¿No?

Respondió Soren tranquilo mientras avanzaba lentamente. Wilfres tan solo suspiró, negando con la cabeza con una sonrisa en su rostro. Parecia decir algo como: "Este chico es incorregible." en su mente, asi que tan solo se levantó para abrir la reja para que el joven pasase dentro y luego de que el joven hubo pasado, la cerró nuevamente.

—Gracias por tu trabajo como siempre.

—Gracias a ustedes por mantener a este humilde hombre con trabajo para poner el pan sobre la mesa.

Después de ese pequeño intercambio de palabras ambos se despidieron el uno del otro. Soren llegó a la gran casa, abrió la puerta con cuidado y delante de él había una mujer que parecia estar muy enojada, cruzada de brazos y piernas, sentada sobre una silla justo delante de la puerta.

—Woah, madre, de verdad has movido esa silla desde el comedor. La puerta debe ser interesante de estudiar para apreciarla hasta la tarde.

Soren intentaba aligerar el ambiente que el aura de su enojada madre generaba a borbotones, aunque parecia que el efecto era nulo ya que ella no cambió su expresión en absoluto. Soren en ese momento pensó que seria incluso mas tenebrosa si tuviera algun tipo de calzado en las manos por alguna razón. La madre de Soren habló mientras aún permanecia sentada, diciendo:

—Soren, ya habíamos hablado acerca de esto ¿Te presentaste de nuevo a la academia de artes marciales, no es asi?

—Parece que tu red de  información es bastante impresionante hoy también, madre.

Dijo aquel chico que parecía no tener intenciones de ocultarle a su madre en lo absoluto lo que habia hecho ese día mas temprano. Al obtener tal respuesta, la madre de Soren suspiró con pesar y se levantó de la silla, de esta manera se comenzó a aproximar a su hijo, hablando con un tono de preocupación.

—Soren, yo sé que admiras a tu padre. Yo misma estoy orgullosa de él, pero ser un guerrero no es para todos. Mírate, estas tan herido que apenas puedes caminar.

—No lo hago por mi padre, solo quiero hacerlo, no quiero estar encerrado para siempre leyendo libros y estudiando.

—Ya discutimos esto, Soren. No dejaré que te sigas lastimando solo por querer ser algo para lo que no estas hecho. Punto final.

Ella cambió su tono de voz a uno más severo en esas ultimas frases. Soren ahogaba palabras que deseaba decir respirando hondo y cerrando sus puños. Tenía un sentimiento de impotencia, como si quisiera gritar pero algo en su estomago lo retuviera. Su madre se separo de su lado y se dió media vuelta.

—¿Quieres algo especial para la cena?

Ella caminaba en dirección al comedor mientras el joven se mantenía en ese mismo lugar, teniendo en su rostro una mirada triste. Él de verdad parecía afectado por las palabras de su madre. Sentía la impotencia de ser derrotado por la autoridad indiscutible de una madre que sobreprotegía al amado  hijo que hace años habia perdido a un padre y por lo tanto, ella encadenó a su pequeño en una burbuja por miedo a perderlo a él también. Todo esto a costa de sus sueños.

—Yo...

—¿Mh?

En ese momento, las palabras de cierto chico pasaron por su cabeza una vez más. Este decidió por primera vez construir "El momento adecuado" que deseaba. La mujer de mediana edad volteó para observar a su hijo un tanto confundida, dando oido a lo que parecia ser algo como un inentendible balbuceo.

—¡Yo... Deseo ser mas fuerte, madre!

En ese momento el chico alzó la voz con los deseos de su corazón, dirigiendo su mirada hacia su madre, sin importarle en ese momento lo que ella diría en respuesta. Al mismo tiempo que él hacía tal declaración, la mujer abrió sus ojos como platos al ver de manera fugaz la silueta sobrepuesta de un hombre al lado de su hijo diciendo aquellas mismas palabras. Era un recuerdo de ya hace muchos años atrás, en la época en la que ella habia conocido a su marido ahora fallecido.

—(Gerson...)

Pensó en el nombre de aquella persona que anhelaba en su corazón. Aquel que le habia hecho tan feliz hasta el momento de su fallecimiento. Miró a su hijo por un momento con consternación en su semblante y algunos segundos después dirigió palabra a su hijo, el cual parecía esperar una respuesta.

—Ve a tu habitación, Soren.

Fue lo unico que ella pudo exprimir de su garganta en ese momento. Soren parecía seguir con una mirada triste, sin embargo, ahora ya no tenia esa espina en su corazón que le causaba tanto pesar. Asintiendo, subió por las escaleras hacia el segundo piso en donde se encontraba su habitación.

La mujer de mediana edad se mantuvo en esa misma posicion, continuando con la misma expresion severa hasta que escuchó cerrarse la puerta en la parte de arriba. Al oir aquello, la mujer se desplomo en el piso como si le faltasen fuerzas para continuar de pie, sosteniendo ambas manos sobre su rostro que ahora goteaba desde sus ojos.

—Gerson... Incluso pasando descaradamente tus sueños a través de tu sangre. Eres un tonto.

Dijo aquella madre entre susurros quedandose ahi por algunos minutos.

Dos días habían pasado desde entonces y en la mañana del segundo día habían dos jovenes esperando en la entrada de aquel poblado con mochilas de tamaño mediano, las cuales eran cargadas por cada uno. El chico y la jovencita estaban a la sombra de una casa como si estuvieran esperando algo, sobre todo el joven de piel oscura. Al final, la chica de cabellos dorados se desesperó y algo molesta le habló a su hermano, diciendo:

—¿De verdad estamos esperando a ese tipo? Él no va a venir.

—Algo me dice que él vendrá. Esperemos algunos minutos más.

La jovencita resopló con molestia ante la respuesta de su hermano, pero no podía hacer nada más que esperar. Siempre y cuando no se asoleara demasiado mientras lo hacia, podía estar ahi un rato más.

Habían pasado ya 40 minutos despues de eso y no habia señal de aquella persona. La chica rubia miró a su hermano con unos ojos que decían: "Bueno ¿Podemos irnos ahora?" El contrario atrapó la mirada de su hermana y mirando a su alrededor sin nadie que viniera en su dirección, simplemente asintió suspirando con pesar.

—Mis instintos jamas habían fallado antes.

—Bueno, supongo que hay una primera vez para todo, hermano.

Ambos individuos se prepararon y partieron, atravesando las grandes puertas de aquel poblado. Un par de minutos después de su partida, se escucharon los quejidos de una persona que caminaba con prisa con un gran baston en mano y una mochila mediana de viaje a sus espaldas. Él estaba mirando a su alrededor con prisa, buscando a alguién, sin embargo, parecia que habia llegado tarde.

—Se fueron...

Fin del capítulo.

[Si te gustó el capitulo, me ayudarías mucho con un voto 🐢 el próximo capítulo se sube la siguiente semana, tal vez.]

Si claro. Como no. 🐢

Soren se acercó a uno de los guardias mas cercanos a la entrada del poblado para preguntar con una respiración algo agitada:

—Disculpe ¿Usted vió a dos jovenes como de mi edad salir por aqui?

El guardia al ver su agitada respiración se sorprendió un poco, pero manteniendo su seriedad le contestó:

—Salieron apenas hace nada ¿Acaso te robaron algo?

—No es eso, planeaba ir con ellos, espero poder alcanzarlos.

Dijo sus intenciones y posteriormente pasó a caminar a prisa haciendo uso de su gran bastón, el cual le daba sostén ya que era muy dificil para él caminar con sus heridas. Sin importar el dolor que sentia en ese momento hizo lo que pudo para caminar tan rapido como podía con la esperanza de alcanzarlos.

El par de hermanos se encontraban caminando por una pradera verde con mas calma de lo usual, ya que el chico se encontraba pensativo, esto ocacionando que su marcha sea un poco mas lenta de lo normal.

—Deberiamos volver.

—¿Estas bromeando? No voy a volver. Estoy segura que esa posada barata tenia chinches. No dormiré una noche mas en esas condiciones.

—Pero los tenderos eran muy amables, me cayeron bien.

—En eso tienes razón, pero ¿Por qué quieres regresar?¿Olvidaste algo?

—Tengo una corazonada acerca de ese chico.

—¿Otra vez con eso? ¿No prefieres ir a buscarlo a su casa entonces?

—¡Excelente idea!

—¡No! Cielos ¿Por qué eres tan insistente con esto?

—Siento una extraña cercania con él, no lo entenderías.

—Hermano ¿Acaso bateas para el otr...? ¿¡Mhgg!?

En ese momento, parecía que el viento soplo un poco mas fuerte de lo usual, ya que parecía que les decia algo inentendible. En ese momento, Mortis tapó la pequeña boca de Kyla, estando ella claramente disgustada por tal acto.

—Shhh... Oye Kyla ¿Escuchas eso?

—¿Mm?

—¡Gan...!

A lo lejos se escuchaba algo, Mortis estaba seguro, eso no era el viento. Se giró y miró a su alrededor sin hallar nada. Sin embargo, Kyla apuntó en una dirección.

—¿No es ese...?

—¡Heey! ¡Oigaaan!

Se escuchó algo mas nítido el sonido, aunque aun lejano. Mortis miró en la direccion en la que Kyla apuntaba, logrando ver una silueta muy a lo lejos que parecia estarlos llamando, moviendose con un bastón y agitando su brazo libre para tratar de llamar su atención. Al hacer esto, Soren perdió el equilibrio y cayó a tierra. Al ver esto, Mortis corrió en su dirección para tratar de ayudarlo.

—¡Lo sabia! ¡Sabia que vendrías! ¿No te lo dije, Kyla?

Dijo el joven denotando una emoción de felicidad  bastante clara en su rostro mientras ayudaba a Soren a levantarse, Kyla por su parte, con su silencio le cedió la victoria esta vez a su hermano.

En ese momento, una voz femenina se escuchó en los oidos de Soren mientras sentia que lo movían de un lado al otro con urgencia, desvaneciendo aquel recuerdo cuando el hombre abrió los ojos.

—¡Soren! ¡Soren! El guardian ha dicho que nos preparemos para partir.

—¿Qué? ¿Kyla?

El caballero estaba algo adormilado todavia por despertar de manera tan repentina. Miró a su alrededor, estaba en su tienda de campaña con una hermosa chica de cabello dorado frente a él. El distante recuerdo lo hizo sentirse de mejor humor.

—¿Estás bien, Soren?

—Kyla, de verdad has cambiado bastante ¿No es asi?

—¿Estas borracho? ¿Por qué dices eso tan de repente?

Kyla estaba un poco confundida debido al comentario tan repentino de su compañero. Al darse cuenta de esto, Soren negó con la cabeza con una sonrisa y comenzó a prepararse para salir.

—Kyla.

—¿Qué sucede?

Soren extendió su puño hacía enfrente de la chica y declaró:

—Hagámonos más fuertes hoy tambien, Kyla.

La joven dudó por un momento, sin embargo, ella extendió su puño también hasta chocarlo con el del contrario y con una sonrisa dijo:

—¡Si, capitán!

Ahora si.

Fin del capítulo.

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