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Survivors of the End

Cien Millones de Personas se Salvaron del Final, Cien Millones de Sobrevivientes que ahora vivirán en Otro Mundo muy Diferente al Suyo. Autor: The Wind Jaeger. Editor: The Wind Jaeger. Fan #1: The Wind Jaeger.

The_Wind_Jaeger · Fantasy
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61 Chs

El Restaurante del Espadachín Carmesí

Año 9987, Día 27 del Mes de las Flores.

En el tercer día para Luciel en el Gran Mundo de Gea, después de que Fred le volviera a hablar, Luciel volvió a levantarse con cansancio. Al salir, tal como el día de ayer se dirigió primero al baño, tocando para ver sí había alguien para luego poder entrar.

"Ah…" – después de aliviar sus necesidades y bañarse con algo que parecía jabón liquido y agua, Luciel salió del baño y bajo al primer piso.

"Buenos días." – María saludo a Luciel cuando lo vio venir.

"Buenos días."

"Ven, te presento a mi marido." – dijo ella con una sonrisa, mostrando al hombre que se encontraba al lado de ella. Su marido medía alrededor de 180 centímetros de altura, piel clara, cabello rubio y ojos azules. – "Luciel, él es mi marido Ron, Ron, él es Luciel, nuestro más joven huésped." – dijo ella.

Ron era el chef encargado de la comida en la posada.

"Mucho gusto." – dijo Ron al saludar a Luciel.

"Hola." – saludo Luciel.

"Dime, ¿Qué tal mi comida?"

"Está muy rica señor."

"Que bueno, me alegra oírlo, me asegurare de poner un poco más de comida extra en tú plato." – dijo Ron, que guiño su ojo derecho al joven antes de entrar a la cocina.

"Gracias." – agradeció Luciel.

"Bien, ve al comedor Luciel, que pronto la comida estará lista." – dijo María.

"Sí."

Luciel entró al comedor, y se dirigió a una mesa que estaba vacía.

'¿En donde estarán?' – se preguntó Luciel al no ver a Alec y los otros. – '¿Se habrá desvelado otra vez?'

Finalmente, Fred se acercó para ver que es lo que Luciel quería beber.

"Un jugo del Edén." – dijo Luciel. – 'El Jugo del Edén sabe a jugo de manzana, y el Mateso sabe a mango. Claramente prefiero el jugo de manzana.'

Después de desayunar, Luciel decidió salir a caminar para conocer un poco más el pueblo, pero apenas salió, se topó con el Vicecapitán Glover y Kyle.

"Luciel."

"Vicecapitán, buenos días."

"Sí, buenos días Luciel." – dijo Glover.

"Hola chaval." – y Kyle saludo a Luciel.

"Luciel, te tengo grandes noticias."

"¿Grandes noticias?" – Luciel no sabía que era lo que podían ser grandes noticias.

"Sí, te he conseguido trabajo."

"¿Trabajo?"

"Así es, ayer estuve pensando en como poder ayudarte, y luego me acorde de un buen amigo que tengo, él es dueño de un restaurante, así que fui a visitarlo, y mientras hable con él, le hable de tú situación y logré conseguir darte una oportunidad para que obtengas un empleo con él."

"¿En serio?"

"Sí."

"¿Y que restaurante es?" – preguntó Luciel.

"Es un buen restaurante, uno de los tres más populares del pueblo, es el Restaurante del Espadachín Carmesí, su comida esta solo por detrás de la comida de Ron." – dijo Glover.

'Restaurante del Espadachín Carmesí.' – Luciel repitió el nombre del restaurante en su mente.

"Kyle te llevará hacia allá."

"¡¿Ya?!"

"Sí, para que hacer esperar lo inevitable, esta casi totalmente asegurado que él te contratará, aunque me dijo que te entrevistara primero."

"¿Entrevistar?"

"Sí, me dijo que es algo administrativo que debe de realizar siempre que contrata a alguien, aun así, no te preocupes, estoy un noventa y nueve por ciento seguro de que él te contratará, así que no te pongas nervioso."

"¡Pero ya estoy nervioso!" – dijo Luciel que no pensaba que sería entrevistado para un trabajo tan pronto.

"No te preocupes, todo irá bien." – dijo Glover que se marchaba mientras dejaba a Kyle con Luciel.

"Bueno, vámonos." – dijo Kyle mientras comenzó a caminar hacia donde el restaurante se encontraba.

En frente de un restaurante que arriba de la puerta tenía un letrero que decía: Restaurante del Espadachín Carmesí. Con una Espada Carmesí como símbolo.

"Aquí es, habla con la recepcionista y dile que vienes de parte de el Vicecapitán, ella ya te dirá lo que tienes que haces." – dijo Kyle. – "Bueno, nos vemos."

"Gracias." – dijo Luciel quien entonces miró el restaurante. – "Uff…"

Después de respirar profundo, Luciel entró y vio el restaurante, lleno de mesas con clientes sentados sobre sillas, meseros con camisas rojas con pantalones de color blanco. Luciel se acercó con la persona que debía ser la recepcionista.

Era una mujer de unos treinta años, medía 180 centímetros de alto, era guapa, con piel blanca, pelo de color rojo corto, y ojos de color negro. Cuando Luciel se acercó ella le sonrió.

"Oh, tú debes ser Luciel, el Vicecapitán Glover vino ayer a hablar con mi padre y conmigo, él nos contó tú situación, yo soy Susan, la Gerente de Piso, Recepcionista e hija del Dueño, mucho gusto." – dijo Susan que saludó a Luciel.

"Mucho gusto, soy Luciel."

"Ya lo sé." – dijo Susan con una sonrisa. – "Aun así, es sorprendente que en verdad seas de otro mundo, ¿Es en serio?"

"Sí."

"Whoa, increíble. Bueno, dejemos la platica para luego que no te quiero poner más nervioso de lo que ya estas." – dijo Susan que claramente notaba el estado actual de Luciel. – "Bien, ves esa puerta." – dijo ella señalando a una puerta.

"Sí."

"Bueno, esa es la puerta que lleva a la oficina de mi padre, ve para allá y toca, una vez él te permita entrar, entras y le dices quién eres, ¿Entendido?"

"Sí."

"No estés nervioso, todo estará bien, mi padre es una buena persona, y solo te entrevistará por seguir las reglas del gremio al que él pertenece, así que tranquilízate y ve con seguridad."

"Sí."

"Bueno, ve."

"Sí." – dijo Luciel, y, entonces él lentamente se dirigió a la puerta, y cuando estaba enfrente de ella, tocó.

[Toc, Toc.]

"Pasad." – sonó la voz de un hombre mayor. Luciel abrió la puerta y entró.

"Cerrad." – dijo el hombre, era una persona de pelo canoso, unos increíbles ojos color carmesí, y que era algo alto y musculoso.

Luciel hizo caso y cerró la puerta.

"Viendo tú aspecto, tú debes de ser el mocoso del cual Glover me habló, así que, tomad asiento." – dijo el hombre señalando una silla en frente de él y su escritorio, en su escritorio había diversas hojas regadas.

Luciel se sentó.

"Mucho gusto, soy…"

"Sí, ya sé quien eres, Glover me habló de ti Luciel, por lo que no hace falta que me digas quien eres, aunque no planeaba contratar a nadie en estos tiempos, al oír que vienes de otro mundo y de que eres muy joven él logró convencerme un poco sobre contratarte, y ahora que te veo, sí que eres débil." – dijo el hombre. – "Mi nombre es Armando, puedes decirme Don Armando o simplemente Don."

"Okay."

"Bien, aun así, sí que eres débil, muy débil, apenas logró sentir una pequeñísima cantidad de World Energy en tú cuerpo, acaso toda la gente de tú mundo es realmente tan débil como tú, vaya, sí es así, no quiero ni pensar lo peligroso que es vivir con tan poco poder."

"Aja…"

"Habla con confianza, sí eres un hombre debes de hablar con confianza, no malgastes tus palabras y aliento."

"…"

"Bien, Glover realmente te describió bien, joven de alrededor un metro y medio de altura, piel clara, pelo corto de color negro, ojos azules y una persona muy nerviosa. Realmente deberías de tranquilizarte."

"…"

"Vamos mocoso, no te pasará nada sí hablas, no seas un cobarde y no te pongas nervioso, sí sigues así, en serio dudare sobre sí contratarte o no, dime, como alguien como tú que es tan nervioso, ¿Desea conseguir trabajo?"

"Por… por la necesidad."

"¿Necesidad? ¿Necesidad de qué?"

"…" – Luciel miró a Don Armando, y aparto su mirada al ver sus ojos carmesíes. – "La necesidad de obtener dinero para tener un lugar donde dormir y tener dinero para conseguir comida."

"Ya veo, bueno, las cosas no se obtienen de manera fácil, en especial al estar nervioso, por lo que debes de tener más convicción y confianza al tratar de realizar algo, no seas tan tímido, cobarde y nervioso, después de todo, en unos pocos años serás un adulto, y será tú total responsabilidad cuidarte a ti mismo, ya no será necesario para Glover en preocuparse por un chaval como tú."

"…"

"Bien, aun así, hace tiempo que conozco a Glover, y es la primera vez que me pide un favor, y el primer favor que me pide es que te permita trabajar aquí, pero antes de aceptarte, deberé de entrevistarte primero."

"Sí."

"Bien, empecemos." – dijo Don Armando.