webnovel

Survivors of the End

Cien Millones de Personas se Salvaron del Final, Cien Millones de Sobrevivientes que ahora vivirán en Otro Mundo muy Diferente al Suyo. Autor: The Wind Jaeger. Editor: The Wind Jaeger. Fan #1: The Wind Jaeger.

The_Wind_Jaeger · Fantasy
Not enough ratings
61 Chs

El Mensaje de los Dioses

Afuera del segundo edificio de los guardias, Glover no tenía ni la mínima idea de que hacer, después de todo, para él le costaba mucho en creer en las palabras que Luciel le había dicho, o eran mentira, o Luciel estaba loco.

Aun así, él presentía que sí echaba a Luciel a las afueras del pueblo, lo más seguro es que el joven moriría.

'¿Qué hago?' – se preguntó Glover, cuando de pronto, un guardia se acercó a él.

"¡Vicecapitán!" – gritó el joven guardia sin casco ni espada.

"Kyle, ¿Qué sucede?" – así es, se volvía a tratar del joven guardia Kyle.

Kyle quien recuperaba el aire después de haber venido corriendo rápidamente, con su mano derecha le señalo a su superior que le esperase, Glover sonrió mientras veía al más joven de los guardias, al novato, recuperándose.

El rostro joven y amigable de Kyle no se parecía para nada a la de su padre, se podría decir que Kyle tuvo suerte en parecerse más a su madre que a su padre.

Cualquier novato se sentiría nervioso al hablar con Glover, después de todo es el Vicecapitán de los Guardias, y alguien que había luchado inclusive contra bandidos más de una decena de veces, era un experimentado guardia con más de veinte años de experiencia.

Aun así, era gracias a que Glover conocía a Kyle desde que era pequeño, y que el propio padre de Kyle le parecía más atemorizante que el joven guardia nunca se encontraba nervioso con Glover, aunque sí un poco asustado como cuando golpeó dejando al borde del desmayo a su amigo Evans.

"Traigo una carta del Sacerdote Phillip." – dijo Kyle una vez se había calmado, entregándole la carta al Vicecapitán.

"¿Carta del Sacerdote Phillip?" – preguntó Glover.

'Y ahora que quiere esa serpiente.' – pensaría Glover quien tomó la carta que le entregó Kyle y la empezó a leer.

[Vicecapitán Glover, como ya es sabido, usted es el encargado de la única entrada del Pueblo de Esperanza, por eso es por lo que esta carta que escribo se la envió a usted.

Vera, hace poco recibí un mensaje celestial de mi Dios, el Dios Rhun, no mentiré cuando dijo que me sorprendí, y aun siento la calidez de su Gracia al haberme otorgado el regalo de poder escuchar su voz.

Lo que el Rhun, el Dios del Fuego me dijo es que en el día de hoy aparecerían unas personas provenientes de un mundo llamado Tierra, y que debíamos de recibirlos con los brazos abiertos.

Por tal razón, sí algún de estas personas provenientes de la Tierra a los que Su Gracia Rhun llamó como Terrícolas fueran a aparecer, por favor dejarles la entrada.

Después de todo, fue una orden de un Dios.

Atentamente, Sacerdote de la Iglesia de Rhun – Phillip Cino.]

"Esto…" – Glover estaba sorprendido, no podía creer lo que leía. – "Así que Luciel… realmente decía la verdad."

"¿Señor?" – Kyle se mostró interesado en la reacción del Vicecapitán Glover. – "¿Todo bien?"

"Ah, sí, todo esta bien Kyle." – dijo Glover. – "Llévale esta carta a tú padre, él también debería leer esta carta."

"¿Eh? Pero Vicecapitán, mi padre descansa el día de hoy, sería malo que le molestará en un día como este, ¿No lo cree?"

"Vamos, no pasará nada, al contrario, tú padre realmente debe leer esto."

"¿Pero…?"

"Vamos, ve, que ahora estoy ocupado."

"…" – Kyle se puso pálido, a lo que al final dijo: "Entendido…"

Viendo a Kyle ir rumbo a su casa en donde su padre se encuentra en su día de descanso con lentitud causo una leve sonrisa en el rostro de Glover.

"En serio, deberías de ser menos estricto con tú hijo." – dijo Glover quien volvió a entrar al segundo edificio de los guardias.

Glover volvió al Cuarto Oscuro en donde Luciel seguía esperando nervioso a ver qué es lo que sucedería con él, al ver a Glover entra, causó que Luciel estuviera más nervioso y ansioso por saber qué pasaría.

"Ven, es mejor que sigamos esta conversación en mi oficina." ��� dijo Glover.

"¿Eh?"

"¿Qué esperas? Vamos." – dijo Glover que salió de la habitación.

"Ah…" – Luciel se paró y le siguió sin saber lo que ocurría, todavía sosteniendo el libro y la moneda en sus manos.