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Survivors of the End

Cien Millones de Personas se Salvaron del Final, Cien Millones de Sobrevivientes que ahora vivirán en Otro Mundo muy Diferente al Suyo. Autor: The Wind Jaeger. Editor: The Wind Jaeger. Fan #1: The Wind Jaeger.

The_Wind_Jaeger · Fantasy
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61 Chs

El Baño

"Hola." – habló María. – "¿Todo bien?"

"Sí…" – contesto Luciel. – "Yo… vengo para rentar una habitación." – dijo Luciel que se sorprendió por el recibimiento y por el pelo verde de María. – '¿Sera natural?' – se preguntó Luciel en su mente.

"Ah, sí, ¿Por cuantos días? Ten en cuenta que un día entero de hospedaje son 250 Jules, aunque bueno, viendo que ya paso la mitad del día, te podría cobrar 150 Jules, además de eso, sí deseas incluir el uso del baño, se agregara 50 Jules, y sí deseas las tres comidas por día son otros 200 Jules, por lo que un día con todo incluido son 500 Jules, pero viendo que ya paso la mitad del día como te dije, y el desayuno y la comida ya se dieron… te puedo cobrar el día de 270 Jules."

"Eh…" – Luciel no sabía que decir, la explicación de María le dejo algo sorprendido, después de todo, no sabía que era un Jule, o sí era algo caro o barato, aunque según la explicación de Glover, la Posada de María era mucho más barata que la Posada del Galeón de Oro.

Luciel no tenía idea de cuanto valía las monedas que le dio Glover, ni siquiera sabía sí la moneda que él poseía valía más que las monedas que Glover le dio, por lo que decidió descubrirlo.

"Disculpe, con esta moneda será suficiente." – Luciel le entrego la moneda dorada a María.

"Oh, pero claro que sí, después de todo una Moneda de Oro vale Diez Mil Jules." – dijo María como sí fuera lo más común del mundo, aunque claro, Luciel aún no tenía idea de muchas cosas.

"Entonces, ¿Por cuantos quieres quedarte?"

"Hoy… y dos días más." – dijo Luciel.

"Entiendo, ¿Todo incluido?"

"Sí por favor."

"Ya veo, entonces dos días más lo que queda de hoy… por lo que serán 1270 Jules."

"Ok."

"Bien." – dijo María que empezó a poner más monedas sobre la mesa. Ella le dio ocho monedas plateadas, siete de bronce y 3 monedas de color negro. – "Aquí tienes tú cambio, 8730 Jules."

"Gracias."

"Ah, casi se me olvida, me permites ver tú Tarjeta de Identificación."

Al oír eso, Luciel le dio rápidamente la carta que Glover le dio.

"Hm." – María se sorprendió al recibir la carta, pero al leerla, entendió la situación. – "Ya veo, sí el Vicecapitán Glover te da el visto bueno, entonces no veo ningún problema."

Ella le regreso la carta a Luciel.

"Aunque, no eres demasiado joven como para andar viajando por tú cuenta."

"¿Eh? En la carta del Vicecapitán no dice de donde provengo."

"No."

"Bueno, digamos que vengo de un lugar lejano donde no existen las Tarjetas de Identificación, y pues, por cierto, motivo ahora me encuentro aquí." – dijo Luciel quien, aunque no decía toda la verdad, tampoco decía mentira alguna.

"Ya veo." – María empezó a sentirse un poco intrigada por saber más acerca del joven frente a él, claramente él todavía era menor de edad, y cargaba con él una Moneda de Oro, y no solo eso, sino que él no poseía ninguna Tarjeta de Identificación, pero aun así recibió el respaldo de Glover, y oír las palabras del joven le hizo tener todavía más curiosidad.

"¿Algo más?" – preguntó Luciel.

"No, pero, por favor espera un momento." – diría María quien entonces entró a la habitación detrás de ella.

'Por lo que veo estas monedas plateadas deben valer mil Jules, las monedas de bronce cien Jules y las monedas negras diez Jules.' – pensó Luciel quien seguía esperando a María. – 'Aun así, en serio, que demonios hago en Otro Mundo, ¿Cómo es esto posible?'

Cuando finalmente María regresó, junto con ella venía un joven. El joven chico se veía inclusive más joven que el propio Luciel, y no solo eso, él poseía pelo corto de color verde y ojos también de color verde pero más claros.

'¿Sera natural?' – volvió esta vez a preguntarse Luciel por el pelo del joven.

María presento rápidamente al chico: "Él es mi hijo Fred, él me ayuda a llevar a los clientes a sus respectivas habitaciones, él te mostrará tú habitación y en donde está el baño, también él te llamara cuando la cena esta lista para servirse."

"Hola, soy Fred." – dijo el joven chico un par de centímetros más bajo que Luciel. – "Sí necesitas cualquier cosa me lo puedes decir."

"Mucho gusto, me llamo Luciel."

"Bien, ven, te llevare a tú cuarto."

Los dos comenzaron a caminar rumbo a unas escaleras que llevaban al segundo piso del establecimiento, una vez en el segundo piso, Fred le llevo al fondo de la parte derecha.

"Esta puerta de aquí conduce al baño." – dijo Fred que tocó primero para ver sí había alguien, para luego abrir. – "Puedes usar el baño siempre y cuando hayas pagado para su uso, que ya me dijo mi madre que es lo que has hecho, por lo que te daré una llave para que puedas entrar, pero no te olvides de tocar primero para ver si hay alguien, siempre que termines de usarla cierra la puerta con seguro, y por favor, procura no dañar nada."

Los dos entraron al baño, y Luciel vio algo que le sorprendería demasiado.

"Este es el retrete, y la bañera esta aquí." – Fred entonces miro a Luciel que veía con curiosidad al retrete. – "¿Algún problema?"

"Eso…eso es…" – dijo Luciel señalando al retrete.

"Es un retrete, acaso no sabes lo que es." – dijo Fred.

"No, claro que sé que es, es solo que…"- dijo Luciel. – 'Viendo la clase de lugar que era este no pensé ver un retrete tan sofisticado.' – pensó el joven.

"Bueno, como decía, ese es el retrete, y aquí está la bañera, aquí te puedes bañas, sí sabes lo que es una bañera, ¿Verdad?"

"Claro que sí." – dijo Luciel algo avergonzado.

"Bien, aquí te puedes bañar, pero solo hay agua fría, ¿Entendido?"

"Sí."