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Mundo Shinobi - Virtud - 251

Cuando Kain llegó a la casa de Mito para cambiarse de ropa, se encontró a Rei esperándolo en la entrada. Ella estaba sentada en el borde del pasillo de madera que precedía a la entrada. Vestía un hermoso kimono azul oscuro que hacía resaltar sus ojos azules y los hacia ver más claros. Ella sonreía como siempre, linda, con ese lunar bajo su ojo derecho, su pelo ordenado en un moño mientras un mechón caía en el lado derecho de la cara.

—Lo estaba esperando— dijo Rei poniéndose de pie

Kain cerró la puerta corredera detrás de él y alzó una ceja al escucharla. Sin embargo, negó y le dijo —no tengo tiempo, Rei—chan. Solo vine a cambiarme de ropa y después tengo que volver a la mansión de los Hyuga—

—Solo será un momento, Kain—sama— insistió Rei

Kain exhalo y asintió —está bien, tienes 30 minutos de mi tiempo—

—En ese caso, hagamos una apuesta— dijo Rei

—¿Qué tipo de apuesta?—

—Yo lo sorprenderé y usted no tendrá forma de defenderse—

Kain entrecerró los ojos y continuo —ok ¿Y qué apostamos?—

—Sí usted gana, no lo sé, pero le dejaré a usted decidir lo que quiere— dijo ella con las mejillas ruborizadas, pero manteniendo una actitud optimista.

Kain la quiso poner nerviosa y avanzó hasta detenerse a unos centímetros de ella. Rei ponía ver desde cerca los ojos de Kain, después mover su vista a la nariz, a los labios y de vuelta a los ojos. Sin embargo, a pesar de que estaba ruborizada, se mantuvo en control y sonrió como un ángel.

Por otro lado, Kain se acercó pasando muy cerca del rostro de Rei y al final llegando al oído para susurrarle —Y si tú ganas ¿Qué es lo que quieres?—

Rei se puso roja desde el cuello hasta las orejas, pero no se perturbo, al menos en su expresión y dijo con una sonrisa —quiero su haori—

Kain apartó su rostro, la miró a los ojos y noto como sus pupilas se dilataban con la ansiedad. Kain pensó que sería mejor aceptar la apuesta, después de todo ¿Cómo lo podría sorprender? Bueno, si ella le dijera que se metió en su habitación sin su consentimiento y saco las cosas de su caja fuerte, sería una verdadera sorpresa. Sin embargo, eso era inútil, para lograr todo eso necesitabas tener chakra del tipo madera.

—Ok, Rei—chan— dijo Kain con una sonrisa en los labios que mostraba dos corridas de dientes blancos —dime ¿Cómo hacemos esto?—

—Vamos a mi habitación, juguemos una pequeña partida de shogi—

Kain frunció el ceño esperando que fuera algo más rápido, pero asintió intrigado por como ella lo iba a sorprender. No obstante, extendió su mano derecha apuntando al pasillo para indicarle que guiara el camino. Ella asintió y camino por delante contoneando las caderas. Entonces Kain al avanzar un paso por detrás de ella y se dio cuenta que la tela del kimono era bastante delgada y marcaba la generosa circunferencia de las nalgas. Seguramente era algún truco para distraerlo, así que, a pesar de que la vista era muy tentadora, decidió mirar por el pasillo. Una vez que llegaron al cruce, vieron a Tsubaki vestida con un kimono café oscuro y un delantal blanco atado a su cintura.

—Hola, Kain—sama— dijo Tsubaki con un brillo especial en los ojos y una sonrisa cómplice. Llevo su mano derecha al cabello rojo del lado derecho y tomo un mechón para dejarlo detrás de su oreja mientras le daba a Kain una mirada significativa.

—Hola, Tsubaki— dijo Kain con una sonrisa tranquila —¿Todo ha estado en calma?—

—Fue un poco repentina su salida, todos lo extrañamos— dijo Tsubaki mirando a Kain de manera coqueta mientras se mordía el labio inferior.

—Veo, ve a mi habitación después de que termine de atender mis asuntos con Rei, te diré algunas cosas que pasaron—

—¿En serio? Bien, estaré ahí—

—Disculpa— dijo Rei interrumpiendo la conversación, Tsubaki y Kain la miraron mientras ella conservaba su sonrisa amable y continuaba —tengo el tiempo de Kain—sama durante 30 minutos ¿Puedes llevarnos algo de té y galletas?—

Tsubaki frunció el ceño, pero asintió sin decir palabras. Después miró a Kain y le dijo —llevare el té y las galletas y después conversamos—

—Sí, después conversamos— respondió Kain con una sonrisa tranquila

Tsubaki se dio media vuelta por el pasillo de la derecha y camino a paso rápido hasta la cocina. Por otro lado, Kain miró a Rei y se preguntó que estaba tramando al pedirle algo así a Tsubaki. Ella no era la sirvienta de la casa, ella solo ayudaba por mientras que encuentra un trabajo. No obstante, era difícil encontrar un trabajo bien remunerado en Konoha que no tuviera que ver con hacer misiones shinobis. De lo contrario, debías montar un negocio. Entonces Kain cayó en la cuenta de que el Salón de La Luna y Serpiente que quería levantar podría dejárselo a ella. Habría que conversarlo después de "conversar en profundidad".

Rei solo sonrió y dijo señalando con el brazo al pasillo de la izquierda —por aquí, Kain—sama—

Kain asintió y Rei avanzó por delante contoneando las caderas. Sin embargo, Kain ignoro la bonita figura pensando en lo que se traía entre manos. Rei llegó a su habitación, la primer de la derecha, frente a la habitación de Naomi Yamanaka. Ella abrió la puerta corredera, espero a que Kain pasara primero y después entró ella para después cerrar la puerta por detrás de ella.

Kain vio el tablero de shogi preparado en el centro de la habitación con todas sus piezas puestas y dos cojines a los lados. Rei señalo el asiento más cercano y Kain se sentó. Después ella rodeo el tablero y se sentó mirando a Kain del otro lado.

—Por favor, adelante— dijo Rei con una sonrisa tierna y mirada tranquila

Kain se quedó mirando esos hermosos ojos durante unos segundos, pero después de un tiempo asintió y miró el tablero. Entonces comenzó a recordar las reglas y las condiciones para la victoria. Entonces llevó su mano a un peón en centro y lo movió una casilla hacia adelante.

—¿Le importa si conversamos?— preguntó Rei tomando la manga derecha de su kimono y recogiéndola hasta el codo. Después extendió su mano derecha y tomo un peón imitando el movimiento de Kain. La pieza de madera sonó sobre la base de madera del tablero, ella levantó la vista para mirar a Kain y él asintió.

—Hoy fui donde mi tío— dijo Rei con toda naturalidad y manteniendo su aspecto amigable —le conté como estaban resultando las cosas entre los dos y las reacciones no se hicieron esperar. Él me dijo que estaba decepcionado conmigo porque pensó que sería más asertiva y ya estaría dominando su corazón. Sin embargo, yo le dije que no quería eso— Kain movió otro peón y asintió a la jugada y a lo que decía Rei, para que prosiguiera. Ella asintió y lo imito moviendo otro peón —yo le dije que después de este año viviendo juntos lo encontraba interesante y más que amarrarlo a mí, quería que usted me amara—

—No creo ser merecedor de tal privilegio— respondió Kain con una gran sonrisa

Rei mantuvo su sonrisa y respondió —pero yo quiero que me ame. Bueno, ese no es el punto principal. Lo que importa es lo que dijo mi tío a continuación. Él dijo que usted tenía miedo de muchas cosas y por eso no podía ser un jugador. Por eso usted siempre me tendría miedo y jamás me abriría su corazón. Dijo también que es gracias al anterior hokage que usted tiene miedo a las apuestas. Mi tío lo denomino un jugador pasivo, con algunos movimientos inteligentes que sobrepasaron al adversario en muchos sentidos, pero que al final, termino perdiendo—

Kain frunció el ceño enojado y respondió —el viejo mono está loco, no deberías escucharlo. Él no sabe todo lo que se perdió. Yo recuerdo las caras de todos los que él considera solo piezas de una apuesta. Yo recuerdo a muchos que ni siquiera fueron jugadores en el dichoso juego del que el habla. Decir que tengo miedo es algo fuera de lugar ¿Qué tal él?— Kain bufo hacia un lado y continuo aún más molesto —él también perdió y tuvo que ensuciarse las manos, por eso me quiere cerca de su hijo para salvarle el culo—

—Pero eso fue parte de la perdida que él tenía contemplada— respondió Rei sin perder su sonrisa, lo que molestó a Kain, pero ella no demostró nunca el estar asustada o incomoda —mi tío fue un jugador activo, haciendo movimientos y buscando la victoria, lo cual logro, pero no sin repercusiones—

Kain le iba a gritar furioso por las estupideces que estaba diciendo de parte de ese viejo mono, pero justo alguien abrió la puerta corredera y se detuvo. Él volteó para mirar y vio a Tsubaki y su hermoso cabello rojo, tomo una profunda respiración y se calmó. Después miró a Rei quien sonreía y la vio hacer el gesto a Tsubaki para que ella entrara.

—Permiso— dijo Tsubaki entrando con la bandeja y se arrodillo a un costado de la mesa de shogi. Dejo la bandeja en el suelo y después dejo una taza de greda con té verde del lado de Kain, sobre el tatami mientras lo miraba con una sonrisa cómplice. Kain se relajó un poco y sonrió para ella. Ella sonrió y se mordió el labio inferior mientras sus ojos destellaban con anticipación.

—Veo que se han compenetrado muy bien— dijo Rei

Tsubaki se congelo, se puso roja y la miró sorprendida. Después agacho la mirada y busco la otra taza de greda con té verde.

—Ella parece que lo disfruto bastante, Kain—sama, bien hecho—

Tsubaki dejo caer la taza de té verde sobre la bandeja y el líquido se aposo dentro de la bandeja ya que tenía bordes.

—Perdón, lo arreglo de inmediato— dijo Tsubaki en un estado nerviosa mientras lo quería tomar con las manos, pero Kain la detuvo. Ella lo miró a los ojos y él negó.

—Déjalo, Tsubaki, puedes limpiarlo en cualquier momento— dijo Kain

—Pero se derramará de la bandeja y caerá sobre le tatami— respondió Tsubaki

Kain soltó un suspiro, hundió su dedo índice sobre el té verde de la bandeja y al instante se congelo. Entonces él miró a Tsubaki y le dijo —solucionado—

Tsubaki sonrió satisfecha y más tranquila.

—¿Ella bebió tu semen varias veces?— preguntó Rei

Tsubaki abrió los ojos amplios, miró hacia otro lado y trato de arrancar de la habitación. Kain se puso de pie, la sujeto y después miró a Rei quien todavía sonreía, pero sus ojos no lo hacían.

Kain abrazo a Tsubaki y le susurro al oído —déjalo, ella solo te está molestando, no es necesario que te preocupes—. Ella miró a Kain a los ojos y él asintió, ella asintió en respuesta y él le dio un tierno beso en los labios. Tsubaki se puso colorada, pero sonrió.

—Ve, no te preocupes y ve a buscarme en unos quince minutos ¿entendido?— susurro Kain

—Sí— respondió Tsubaki mientras se olvidaba de la bandeja y Rei.

Kain se volvió a sentar en su cojín mientras escuchaba como Tsubaki cerraba la puerta corredera. Por la sonrisa incomoda de Rei, pudo intuir que Tsubaki la miró con resentimiento.

Kain miró el tablero y vio que faltaban varias piezas suyas y de ella. Todo se veía más o menos empatado, así que se preguntó si ella ocupo su descuido para hacer trampa. Sin embargo, a pesar de que Rei podría ser buena, todavía sentía que la podía vencer.

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