webnovel

Mundo Shinobi - Virtud - 241

Después de conversar con Shishio y reírse de lo bien que estaban saliendo las cosas, Kain se despidió de él y Aki y se fue para su casa. Una vez que llegó a la puerta torii de madera roja, miró el camino hecho de pastelones de piedra y jardines de flores a los costados. Rei estaba de pie en la puerta, esperándolo como muchas otras veces.

Rei llevaba el cabello recogido con un palillo de plata sujetando el moño. Su rostro tierno y expresión amable, la convertían en una mujer de ensueño. Ese pequeño lunar debajo del ojo derecho la hacía ver sexy, mientras que sus grandes ojos con el iris azul la hacían ver tierna. Ella vestía un kimono verde que hacía juego con el de Kain, mientras llevaba un obi blanco que hacía juego con el haori. Sus senos se veían llenos y sus caderas pronunciadas. Ella era perfecta, demasiado para Kain, y por eso mismo, él mantenía las distancias. Después de todo, ella no solo era hermosa, sino que también astuta y hasta manipuladora. En muchos sentidos era una adiestradora de personas, que con pequeñas atención, palabras y cortesía educaba a las personas para que se comportaran de cierta forma. Kain se preocupó e incluso hizo que Shiori Aburame la vigilara. Sin embargo, jamás encontraron alguna inconsistencia en su carácter o algún movimiento extraño. Ella, era así para autoprotegerse. Al parecer, su padre había creado una gran herida en su corazón y ahora trataba de que todos los que la rodearan se comporten de forma calmada y amistosa.

Kain avanzó por el camino mientras corría una brisa fresca.

—Okaerinasai, danna-sama— dijo Rei con una sonrisa amable

—Tadaima— respondió Kain a medida que se acercaba —¿Por qué me esperas aquí todos los días? Cuando llegue el invierno te resfriaras—

—En ese momento puedo ocupar un haori de danna-sama. Seguro que son muy cálidos y llenos de amor—

Kain sonrió y negó con la cabeza, avanzó hasta la puerta corredera y la abrió —vamos, no te quedes aquí afuera. No me gustaría que te resfriaras y Aki me culpara—

Rei asintió y avanzó por delante contoneando sus caderas mientras Kain miraba ese trasero redondo. Después su vista subió por una delicada espalda hasta un cuello de piel clara. Entonces sintió un agradable aroma a cereza que se sintió tan real como si le pasaran la fruta por los labios y después le dieran una mordida sintiendo la suavidad y dulzura en su boca. Kain tomo una profunda respiración para calmar sus sentidos y avanzó por el dintel hasta entrar a la casa y cerrar la puerta por detrás de él.

—La comida ya está preparada— dijo Rei con voz suave

—Gracias, sería bueno, el ramen de los carritos en el distrito Ino-Shika-Cho me abrió el apetito—

—¿Le gustaría que preparara ramen para mañana?—

Kain tomo una profunda respiración y viendo esos hermosos ojos azules, le costó negarse —está bien— dijo —pero no es necesario si no quieres—

—Si mañana hace frio, todo el mundo estará feliz de comer ramen—

—Puede ser— respondió Kain, se sacó las sandalias, las puso a un costado de la entrada y Rei hizo lo mismo. Entonces Kain puso su mano en la espalda de Rei y la condujo a través del pasillo con piso de madera. La casa estaba impecable y mucho más limpia que cuando solo eran Kain y Mito. Todos los muebles a los costados del pasillo estaban ordenados y los cuadros en su posición. No obstante, un trote por los pasillos rompió la tranquilidad.

—Kiyomi, ven acá, okaa-san quiere que te vayas a bañar— dijo Nagisa

Entonces Kain vio a Kiyomi corriendo a toda velocidad, llegó al cruce y los miró sin detenerse. No obstante, continúo corriendo al siguiente pasillo del frente y se perdió mientras a los pocos segundos después paso Nagisa.

—La casa está bastante animada— dijo Kain algo sorprendido de que su sensei aguante tal comportamiento. Cuando él era niño y hacia lo mismo, lo regañaban.

—Bueno, el bullicio de la alegría es mejor que la incomodidad del silencio— respondió Rei mirando la nada, como si recordara algo.

—Puede ser— respondió Kain mirando esa expresión triste, por el carácter de Rei no sabía si era real o solo estaba fingiendo para que él se preocupara por ella —vamos al comedor—

—Sí— respondió Rei mientras Kain la conducía con su mano puesta en la espalda. Una vez que llegaron al comedor se encontraron con Mito y el pequeño Nawaki de un año y medio. El pequeño ya vestía kimono y su pelo había crecido denso de un color castaño. Sus ojos emitían chispas de energía y diversión. Mito y Kain amaban esa expresión de felicidad. Al mismo tiempo, Mito se divertía dándole la comida.

—Nii-chan— grito Nawaki y sin previo aviso, salió corriendo mientras dejaba a Mito con la mano estirada sosteniendo la cuchara con comida. El pequeño corrió y se lanzó contra la pierna de Kain. Este último mostro una sonrisa amable, sintiéndose cercano del niño, se agacho y lo tomo en brazos.

—Eso no está bien, Nawaki— dijo Kain con expresión suave —dejaste a sensei con la comida servida—

—Lo siento, nii-chan— dijo Nawaki con esos hermosos ojos llenos de vida

—Ven, vamos— dijo Kain y lo llevó al lado de Mito. Kain se sentó, después sentó a Nawaki en su regazo y Mito acercó la cuchara con comida. Kain continuo —sensei, eso no está bien, Nawaki ya es lo suficientemente grande para que coma por su cuenta—

—Cállate, mocoso, es mi nieto, lo puedo consentir lo que yo quiera— respondió Mito con una amplia sonrisa

Kain soltó un suspiro, abrazo a Nawaki por la cintura y dejo que Mito le diera la comida. Kain miró a Rei que aún estaba de pie y le guiño un ojo. Ella entendió el mensaje, asintió y fue a la cocina para traerle la comida.

—Pareces feliz— dijo Mito

—Mm, me fue bien con algunas cosas y creo que podría hasta celebrar. Sin embargo, sería más sensato esperar hasta tener el contrato y el dinero en mano—

—Sería bueno, podríamos ir a una barbacoa—

—Sí, no sería ningún problema—

Mito continúo alimentando al revoltoso Nawaki que molestaba a Mito haciendo como que no quería comer, pero cuando ella se descuidaba, él se comía lo que había en la cuchara. Al final, Mito entre que se reía y enojaba al ser burlada por este pequeño.

Una vez que Nawaki se terminó la comida, se acurruco contra el pecho de Kain y se quedó dormido. Kain lo acuno entre sus brazos y lo dejo dormir. Al mismo tiempo, Rei volvió de la cocina con una bandeja y dejo los pocillos sobre la mesa, frente a Kain.

—Tome sensei— dijo Kain entregándole a Nawaki, Mito estiro sus brazos para recibirlo, pero el pequeño tenía las manos tan apretadas que nunca soltó la ropa de Kain. Este último soltó un suspiro y equilibro sostener a Nawaki con su mano izquierda y tomar los palillos con su mano derecha.

Por su parte, Rei se sentó del lado izquierdo mientras Mito lo miraba desde la derecha, sonriendo y divertida de la situación.

—Cuando eras pequeño te quedabas dormido igual que este gordito— dijo Mito llevando su dedo y picoteando las mejillas de Nawaki —y tu tío tenía que comer de la misma manera. Puedes llamarlo karma—

Kain sacó un poco de carne, la deposito sobre el arroz y después lo condujo a su boca. Comió saboreando las especias y después dijo —entonces estoy feliz, es un buen karma—

—¿Cómo era Kain-sama de pequeño?— preguntó Rei

—Un bribón— dijo Mito con una sonrisa burlesca —cuando le empecé a enseñar, se aprovechaba de mi noble corazón y hacia trampa—

Kain torno los ojos al techo, recordando las cosas un poco diferente, como cuando tenía que correr por su vida porque su sensei no conocía la palabra moderación. Sin embargo, desautorizar a su sensei frente Rei tendría sus repercusiones. Así que mejor se dedicó a comer hasta que llegó Tsunade y abrió la puerta de un solo golpe.

—¿Abuelita, porque este tipo tiene a Nawaki?— dijo Tsunade en un tono molesto y mirando a Kain como su enemigo —ahora lo tendremos que bañar para que no apeste—

—Tsunade, deja de ser sin respeto con Kain— dijo Mito anestesiada contra sus berrinches —Kain cuida de Nawaki y de todos nosotros, no tienes derecho de hablarle de esa manera—

Tsunade soltó un bufido llenó de desdén y respondió —espérate sucio Uchiha, cuando mi sensei me enseñe a luchar te daré la paliza de tu vida y te echare como la basura que eres—

—¡Tsunade!— grito Mito furiosa con ella. Tsunade dio un respingo del puro susto, pero no recibió castigo porque Nawaki se despertó llorando.

Kain acurruco a Nawaki y lo calmo diciéndole que él estaba ahí y que no pasaría nada. Mito se preocupó por el niño, pero al ver lo bien que lo manejo Kain, soltó un suspiro de alivio y después miró hacia atrás, solo para encontrar que Tsunade había arrancado antes de que la pudiera regañar.

—Sensei, ya es bastante tarde, prepare el futón de Nawaki— susurro Kain al ver al pequeño dormitando. Mito asintió, fue a preparar el futon y Kain se quedó con Rei. Ella lo miraba con ternura, tanto a Nawaki como Kain. Era una visión un tanto extraña, Kain se veía maduro, pero solo tenía once años. No obstante, se comportaba como un adulto, teniendo negocios, socializando con personas como Hiruzen y Sasuke y otros adultos. Manteniendo la compostura al ser atacado por Tsunade. Ella pensó que, si fuera Aki, su hermano, sería todo lo opuesto. Estaría gritándole a Tsunade que no se metiera con él. Kain y Aki tenían solo un año de diferencia, pero eran tan diferentes.

—Kain-sama va a ser un buen padre— dijo Rei con una sonrisa rebosante de felicidad

—Es muy pronto para eso— dijo Kain mirando a Nawaki —como dijo sensei, esto solo es karma. Mi tío hizo esto por mí y ahora yo lo hago por su nieto—

—Entonces es un buen karma como dice usted— respondió Rei

Kain la miró a los ojos, ella se ruborizo, pero aprovecho que él tenía las manos ocupadas y acercó su rostro. Llevo sus hermosos labios de color cereza a la boca de Kain y cuando estaban a solo unos centímetros de los de él. Alguien tosió y los interrumpió. Rei se echó hacia atrás y miró en otra dirección, con el rostro ruborizado.

—Está listo el futon de Nawaki— dijo Mito

—Gracias sensei— dijo Kain poniéndose de pie mientras cargaba a Nawaki, miró a Mito y sonrió, ella miró en otra dirección como si estuviera molesta y Kain negó —gracias por la comida, Rei, estaba deliciosa—

—Me alegro de que le haya gustado, Kain-sama— dijo Rei con las mejillas ruborizadas mientras sonreía

—Puedes ir a descansar, voy a ir a acostar a Nawaki—

Entonces Kain salió del comedor y Mito lo acompaño. Él avanzaba por el pasillo en silencio mientras ella lo investigaba con la mirada.

—Pensé que estabas en contra de que ella se quedará— dijo Mito

Kain sonrió y negó —lo mismo puedo decir de sensei. Eres bastante tolerante con ella a diferencia de cómo era en un principio—

—Ella es servicial y amable, no puedo responder con enemistad—

—¿No te habrá amaestrado a base de esos dulces que te hacen engordar?—

Mito le dio un puñetazo en las costillas que hicieron a Kain detenerse y cerrar los ojos. Como siempre, su sensei no conocía la palabra moderación y le dio un golpe que demolería a cualquier shinobi.

—Me las vas a pagar— dijo Kain con un tono de voz ahogado, con su mano izquierda sostuvo a Nawaki, pero con su derecha tuvo que apoyarse en una viga de madera para no caerse al suelo.

—No es mi culpa, soy tu sensei, pero no tienes ningún problema en decirme esas cosas. Parece que he sido muy servicial—

Next chapter