Mundo Shinobi - Resultados - 236

—Oto-sama tenía un problema— dijo Rei con voz suave y un toque de tristeza —a él como a la mayoría de la familia, le gustaba apostar. Al principio le iba bien, lo recuerdo alegre y siempre bromeando. Sin embargo, había personas dentro del clan que eso no les gustaba. Sobre todo, un tío segundo de la rama secundaria. Él siempre miraba con malos ojos a okaa-sama, pero como no le podía hacer nada, solo miraba. No obstante, él y algunos amigos se las arreglaron para llevar a oto-sama a un lugar de apuestas donde perdió mucho dinero. Recuerdo ese día, porque oto-sama por primera vez en mucho tiempo llegó serio y se sentó en el patio trasero, mirando la nada. No comió en todo el día y discutió con okaa-sama. Después vinieron los problemas, porque oto-sama empezó a perder más y más dinero, hasta que empezó a pedir dinero a los prestamistas. Esa gente venía a la casa y preguntaba por oto-sama mientras él se ocultaba en el interior. Ellos se iban dejando una pequeña amenaza y gracias a eso okaa-sama discutía con oto-sama. Ella le decía que hablara con el patriarca o los ancianos del clan, era mucho más seguro endeudarse con ellos. No obstante, oto-sama en su orgullo se negaba a contarle a los demás que era un perdedor. Después de un año de constantes visitas, los prestamistas atacaron la casa, golpearon a okaa-sama y quisieron raptarnos. Sin embargo, oto-sama los ataco de vuelta y en medio de la lucha, los mato, pero okaa-sama también fue herida y murió. Después de eso lo culparon por todo lo sucedido, pero como era hermano menor del patriarca, nadie le pudo hacer nada. No obstante, el incidente ensucio el nombre de los Sarutobi como malos apostadores y pagadores, por lo que nadie se quiso asociar con él. Oto-sama cayó en depresión, siguió jugando, apostando y perdiendo en un círculo sin fin. Las cosas de la casa empezaron a desaparecer hasta que solo quedó lo necesario para vivir o lo que era demasiado grande para cargar. Después de eso las borracheras y golpizas, hasta que oto-sama perdió su mente y trato de robar la estatua del Sabio Rey Mono. En ese momento tío no pudo hacer la vista gorda y tuvo que actuar—

—Padre idiota— murmuro Hiruzen, sin entender porque no se explicó correctamente

—Solo fuiste burlado— dijo Kain frente a él, ellos se miraron y Hiruzen pudo ver el fastidio en la mirada de Kain —más importante ¿Qué vamos a hacer?—

—Yo seré una novia— dijo Rei con seriedad —ese fue el acuerdo con tío—

—Rei-chan— dijo Hiruzen —no es necesario, Kain no hizo ningún acuerdo con mi padre. Es todo cosa de él—

Sin embargo, Rei negó —eso no es posible, oto-sama debía demasiado dinero y tío se hizo cargo de todas esas cosas. A cambio, dijo que yo me convertiría en esposa de Kain Uchiha—

—Yo no he aceptado nada— dijo Kain frunciendo el ceño

Rei sonrió con dulzura y respondió —tío dijo que usted diría eso, pero también que no me abandonaría—

Kain frunció las cejas y recordó la frasecita en la carta << Tú mataste a su padre, así que ahora tú te haces cargo de ella>>. De seguro ese viejo Sasuke le había tomado la medida.

Rei después miró a Aki a su izquierda y le dijo —Aki debe volver al clan, tío dijo que se encargaría del entrenamiento y haría todo lo posible para que te convirtieras en un shinobi ejemplar. Solo debes evitar adquirir los malos hábitos del tío—

—Nee-chan— dijo Aki con los ojos llorosos

—No hay nada que hacerle, Aki— dijo Rei con voz calmada —las cosas tomaron este rumbo y tenemos que agradecer que el tío se hizo cargo de arreglar las cosas por nosotros—

—No me gusta— dijo Mito al lado de Kain —ese viejo solo se aprovechó de Kain—

—Yo, yo— dijo Hiruzen sin palabras, se postro delante de ella y continuo —lo siento, Mito-sama, todo es mi culpa—

Mito soltó un suspiro y en vez de mirar a Hiruzen, miró a Rei. Era linda, una de las muchachas más lindas que haya conocido, sobre todo por su mirada cándida y su rostro inocente.

—No serás la novia de Kain— dijo Mito —puedes vivir en esta casa todo el tiempo que sea necesario, pero no te hagas idea. Aquí el patriarca de tu clan no tiene ningún poder. No te abandonare solo por amabilidad, pero hay reglas en esta casa y ayudaras en todo lo que sea posible—

Rei asintió y dijo —como usted diga, Mito-sama, pero se equivoca. Seré esposa de Kain-sama, él me elegirá, ya lo vera. El destino es inevitable—

Mito soltó un bufido y respondió —ya lo veremos— después miró a Hiruzen y continuo —este es un asunto que tu padre le entrego a Kain en contra de su voluntad. Kain no abandonara a Rei, pero eso no significa que todo vaya a ser tan fácil—

—Dígame en que la puedo ayudar. Si hay algo que alivie este problema, haré todo lo que este en mis manos— respondió Hiruzen

—Necesito agrandar esta casa, las piezas no son suficientes. Te dejaré los gastos y mano de obra. Como hokage y joven patriarca del clan Sarutobi no creo que sea un problema ¿cierto?—

—No, no lo será— dijo Hiruzen con un aspecto cansado

Después de acordar que Rei estaría en la casa, Mito se la llevo para mostrarle una habitación, sin antes susurrarle a Kain que para la próxima tuviera más cuidado y no fuera tan impulsivo. Las apuestas no traían nada bueno, menos si era con un viejo zorro como Sasuke Sarutobi. A lo cual, Kain concordó. De principio a fin danzo en la palma de su mano. Bueno, ya dice el dicho "más sabe el diablo por viejo, que por diablo".

Kain acompaño a Hiruzen a la salida y caminaron juntos por el jardín acompañado de Aki y los anbus. Aki no estaba muy feliz por como terminaron las cosas y gracias a eso, miraba a Kain con como si él tuviera la culpa de todo. Por su parte, Kain lo ignoro y cuando llegaron a la puerta torii, le preguntó a Hiruzen —¿Por qué la estatua es tan importante para ustedes? Yo entiendo que sea de oro, pero algo me dice que es algo más que el valor material—

Hiruzen soltó un suspiro, asintió varias veces y le dijo —acompáñame, te contaré en el camino—

Kain lo siguió de cerca mientras lo anbus se dispersaban, pero se mantenían cerca. Aki avanzó detrás de ellos en completo silencio, pero Kain podía sentir como le aguijoneaba la nuca con la mirada.

—Según dicen las leyendas del clan, nosotros lo Sarutobi descendemos de la décima generación del Sabio Rey Mono. Él en su misericordia y al ver a los humanos sufrir en medio del mundo shinobi, tomo a una mujer y tuvo un hijo. Ahora, yo no lo sé, pero se dice que hace cien años el Sabio Rey Mono viajaba a la tierra de los shinobis a compartir su sabiduría, pero de un momento a otro desapareció—

—Pero Hiruzen tiene una invocación ¿No le puedes preguntar?— preguntó Kain

—Le he preguntado, pero Enma me dice que es algo que no puede ser compartido con los humanos—

—Mmm, el abuelo Orochi dijo que su familia también descendía de las serpientes. Pensé que me estaba contando uno de esos cuentos estrafalarios que le cuentan los viejos a los niños, pero parece que hay más verdad que ficción—

—El linaje de las serpientes es más joven que el de nosotros— dijo Hiruzen —incluso tengo algunos manuscritos de aquella época en donde apareció el primer descendiente—

—¿De verdad?— preguntó Kain sorprendido

—Sí— respondió Hiruzen —pero no es algo que le podamos mostrar a cualquiera. En muchos sentidos, los sabios son dioses que han ayudado a la humanidad, pero le tienen prohibido a los humanos comunicar su ubicación. Ellos dicen que si es "destino" la persona indicada llegara al lugar correcto. Hashirama-sama sabia más que la mayoría de nosotros, pero nunca compartió sus conocimientos. Incluso si puedo invocar a Enma, no puedo alcanzar el estado del modo sabio—

Kain se quedó pensando durante un momento, evaluando si compartir su conocimiento con Hiruzen o no. Su tío le enseño a realizar el modo sabio, pero nunca lo pudo dominar y en su lugar ocupo su Técnica de Fortalecimiento Celestial. Sin embargo, al final se calló, ya que no sabría anticipar que clase de repercusiones tendría compartir esto con alguien que no ha sido "destinado". Como Hiruzen dijo, incluso si él puede invocar a Enma (un rey mono), eso no quiere decir que los sabios lo hayan elegido.

Al final, Kain acompaño a Hiruzen solo hasta la mitad del camino y se despidieron. Al mismo tiempo, Aki miró a Kain con resentimiento y se volteó para irse por su cuenta, pero, aunque lo quería esconder, empezó a sollozar. Después de todo, su familia se había derrumbado, su hermana se fue a vivir a otro lugar y a él solo le quedaba esforzarse. Kain pensó que en este juego hubo muy pocos jugadores, pero muchos damnificados en un juego que ni siquiera los respeto.

Kain se sentía desanimado y doblo por una calle a la izquierda, adentrándose en el distrito Ino-Shika-Cho. Necesitaba algo que endulzara su día, todo parecía demasiado negativo. No obstante, una vez que llegó al puesto de dangos, su día se volvió más amargo.

—Esto está muy bueno— dijo Sasuke Sarutobi, sentado en una de las bancas afuera de la tienda de dangos mientras saboreaba una pelotita de dango y sostenía una brocheta.

—¿Qué haces aquí, viejo? No te quiero cerca— dijo Kain con el ceño fruncido

—Vamos, no seas un mal perdedor— dijo Sasuke con una sonrisa en los labios —en vez de repeler el desafío, búscalo y aprende de él. Yo creo que estas siendo demasiado negativo, te di a mi sobrina, hermosa como una estrella. Una muchacha bien dotada, con educación y carácter, te ayudara a mejorar tu forma de razonar las cosas. Ella es una Sarutobi, ella también es una jugadora. Ten cuidado, te podría comer— entonces soltó una risita.

—No necesito que me ayuden a mejorar mi forma de razonar las cosas—

—¿En serio? Porque a mí me pareces un tonto del montón—

Kain entrecerró los ojos, le dio la espalda y comenzó a caminar.

—¿También crees que es malo ver a las personas por lo que son?— preguntó Sasuke en un tono fuerte que muchos transeúntes escucharon, miraron al viejo y después siguieron avanzando.

—Eres materialista y despiadado— respondió Kain sin voltear para mirarlo

—¿Eso crees? Te puedo decir unas cuantas cosas buenas que te harán pensar de otra forma— respondió Sasuke y después se comió los últimos dos dangos de una brocheta. Dejo el palillo en un pocillo, mastico los dangos y tomo una taza de greda con té verde.

Kain se dio la vuelta para mirarlo, curioso y molesto a la vez. Vio la desagradable sonrisa en los labios del anciano obeso y quiso golpearlo. Entonces avanzó y se detuvo a un metro de él. Sasuke le hizo el gesto con el dedo índice para que se acercara un poco. Kain lo hizo, pero no fue suficiente. Así que Sasuke hizo el gesto de nuevo, dejo la taza de té verde a un lado de la banca y cuando Kain estuvo a una distancia conveniente, lo tomo por el kimono y lo atrajo cerca suyo. Entonces Sasuke le susurro en un tono mordaz —si hubieras sabido el valor exacto de Ooyama él no hubiera muerto—

Kain le dio un manotazo en la mano, Sasuke lo soltó y Kain retrocedió dos pasos mirándolo con intenso odio. No obstante, Sasuke solo sonreía disfrutando de la frustración de Kain.

—Saber evaluar a la gente por lo que es, te da un gran poder y te confiere la capacidad de moverlos según sea su capacidad- dijo Sasuke -los pones al frente del tablero si se pueden defender, pero si no, los haces retroceder y sacas otras fichas. Parece cruel, pero es más cruel y doloroso cuando las cosas pasan sin tu consentimiento ¿Cómo te sentiste ayer al ganar bajo mis términos? ¿Cómo te sentiste al saber que la persona que te empujo a la guerra te quería muerto desde el principio?—

—Lo dices como si fueras el mejor, pero tu hermano murió ayer—

—Eso es diferente, es algo mental y si la otra persona está en un espiral de auto destrucción, no hay nada que hacerle. En todo caso, si hubiera una opción, sería encerrarlo en un cuarto y no dejarlo salir jamás—

—Excusas, al final, no eres tan buen jugador—

—Puede ser, pero tengo la experiencia y quiero compartirla contigo—

Kain y Sasuke se miraron a los ojos, evaluándose el uno al otro. Kain pensó en la intención detrás de este viejo, algo había hecho que tenía miedo por Hiruzen, así que, como todo padre, trataba de generar una deuda que se cobraría a futuro. Maldito anciano tramposo, pero lo que dijo de Ooyama era verdad. Si Kain hubiera sabido que no estaría a salvo a menos que Tobirama muriera primero, hubiera tomado a Ooyama y lo hubiera escondido en la mina de mineral de chakra. Incluso si corría el peligro de que lo traicionara a futuro. Llevar su muerte en su conciencia ya era una carga extra a todos sus asuntos por resolver.

Entonces salió la esposa de Ooyama desde el interior de la tienda y le trajo otro cuenco con brochetas de dangos a Sasuke. El viejo sonrió con astucia, saludo a la señora y se llevó una brocheta con dangos a la boca. Al mismo tiempo, Kain pensó en Ooyama y maldijo a Sasuke por haberle tomado la medida. No obstante, haría algo para aliviar su culpabilidad. No era justo, después de todo, él intento ayudar a una persona a pesar de que estuvieron a punto de traicionarlo.