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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - Mokujin CIA. - 334

Kain, Mari, Reika y Sakumo dejaron a Aoi en su casa del árbol y salieron de los terrenos de Mito. Caminaron a la calle, avanzaron con dirección al municipio y se detuvieron frente al salón de té de la Luna y la Serpiente. Kain abrió la puerta de corredera y vio que la mayoría de los clientes ya se habían ido. Eran las cinco de la tarde. Una hora normal para que Kain almorzara, pero tarde para la mayoría de la gente. Tsubaki estaba sentada en una mesa comiendo con sus hijas, Kiyomi de nueve años y Nagisa de quince años. La primera de cabello rojo y la segunda de cabello naranja.

Kain avanzó y vio a Tsubaki queriéndose poner en pie para ir a atenderlo. Kain avanzó a paso rápido con la mano en alto para detenerla y ella desistió. Kain llego a la mesa, miró a las tres, pero se enfocó en Tsubaki.

—Hola, Tsubaki— dijo Kain preocupado por su enorme vientre. Estas mesas bajas con los cojines de corte tradicional eran inconvenientes en estas situaciones.

—Hola, Kain-sama, disculpe que no pueda atenderlo como siempre— dijo Tsubaki mirándolo desde su cojín. Ella se ruborizo ya que el vientre grande disminuyo su movilidad.

—Te dije que no era necesario, puedo pedirle a Itoe o Nico que me ayuden. Tu tranquila, come con Kiyomi y Nagisa—

—Sí—

Kain miró a Mari, Sakumo y Reika y les dijo —ustedes pueden tomar la mesa del lado. Yo hablare con las administradoras para que nos traigan comida—

Mari asintió y se dirigió a la mesa a un lado de la de Tsubaki y sus hijas. Lo siguió Sakumo y Reika.

—Tu debes ser, Reika-chan— dijo Tsubaki llamando la atención de Reika. Esta última quedó de pie y la miró. Tsubaki sonrió y le dijo —eres bastante alta, mi Nagisa me hablo de ti— miró a su hija a un lado. Era muy parecidas en físico, pero Nagisa tenía el cabello naranja a diferencia del rojo intenso de Tsubaki.

Por otro lado, Reika quedó mirando a Nagisa y después miró a Tsubaki. Tenía una relación parecida a la que tenía Kaoru y Aoi. Reika pensó en sus posibilidades y se preguntó si Kain-sama pondría sus manos sobre su vieja madre. Reika se rio y negó dentro de su cabeza. No, ni en un millón de años, pensó Reika. Su madre no se podía comparar a Tsubaki ni Aoi ni en un millón de años. Reika era la menor de cinco hermanos, así que su madre que en su juventud fue una belleza, hoy era una anciana con el cabello completamente largo y canoso, llena de arrugas. Su madre era de baja estatura, pero Reika salió a su padre y eso, bueno, le trajo algunas complicaciones.

—Hola, soy Reika— respondió Reika —espero llevarme bien con usted— e hizo una reverencia para la madre de una amiga. En realidad, no eran amigas con Nagisa, pero no sintió como si se pudiera llevar mal con ella.

—Mucho gusto, toma asiento, la cocina de nuestro salón de té es la mejor de Konoha, disfrútala— dijo Tsubaki con cierto orgullo en su voz

—Sí, oto-sama y okaa-sama me trajeron un par de veces— dijo Reika con una hermosa sonrisa en los labios —la comida es deliciosa—

—¿De verdad?— preguntó Tsubaki y el espíritu de dueño del salón de té emergió —ven, siéntate a mi lado y cuéntame tu experiencia. Uno rara vez tiene la oportunidad de hablar con un cliente de forma tan directa. No te cortes y dime todas tus impresiones—

Reika la quedó mirando y puso una sonrisa incomoda. Ella quería comer, no dedicarse a conversar con la dueña del local.

—Okaa-san— dijo Nagisa —Reika vino a comer, no la molestes con tus preguntas—

—Oooh, verdad, lo siento— dijo Tsubaki mientras sus mejillas se ruborizaban

Kain volvió al minuto y se sentó entre Tsubaki y Nagisa. La relación era clara entre los tres y Kain fue como un punto de atracción entre las dos. Al punto de que Kiyomi de nueve años y cabello rojo como su madre quedo olvidada.

—Onii-chan ¿Andas haciendo tus experimentos?— preguntó Kiyomi

Kain miró al otro lado de la mesa, vio a la joven Kiyomi de nueve años y sonrió —no, hoy no ando haciendo mis experimentos. Tuve algunas reuniones y estuve visitando a Rei, Aoi y ahora a tu madre—

—Seguro que onii-chan es un espíritu pecador— dijo Kiyomi con una sonrisa astuta

—Puede ser— respondió Kain, después miró a Tsubaki y le preguntó —¿No es un poco incomodo estos cojines y mesas bajas? ¿No quieres poner una mesa alta? De esas que ocupan los civiles. Aoi tenía una en su casa y como las sillas también eran altas, era fácil para ella levantarse y sentarse—

—Podríamos intentarlo. Cada día se me hace más difícil levantarme— respondió Tsubaki con voz mimada

—Sí, además, estaba pensando que este lugar no es adecuado para nosotros. Deberíamos tener un comedor aparte. De esa manera podríamos tener comidas familiares en privado—

—Sí, pero el salón de té se llena a la hora del almuerzo y estoy pensando en extendernos al segundo piso. Es un plan para el próximo año, pero tampoco es que falte tanto. Por otro lado, poner una habitación privada en el medio del primer piso nos quita la visibilidad de los clientes en el buen y mal sentido—

—Mmmm, en ese caso, deberíamos dejar un espacio amplio en el segundo piso, para construir una habitación privada para nosotros—

—¿Y las ventanas?—

—No son necesarias— dijo Kain —¿Qué tal esto? Tú me das la mitad del segundo piso para construir un comedor privado y a cambio yo coloco el vidrio en el techo para que sea visible el cielo—

—Un tercio del segundo piso— dijo Tsubaki con el rostro serio —la mitad sería demasiado espacio perdido. No siempre comemos en el salón de té—

—Está bien, un tercio del segundo piso. Pero vas a tener que cerrar el restaurante durante un día para hacer el cambio en el techo—

—Lo pensare. Déjeme revisar las estadísticas y revisar cuando será el día de menor audiencia. Se lo comunicare y usted puede hacer la remodelación ese día—

—Lo que usted diga, señora— respondió Kain

—Kain-sama— dijo Tsubaki con una amplia sonrisa, le dio una pequeña palmada en el brazo.

Kain la abrazó y le susurro —este salón de té es tu bebé, tú lo has hecho grande, lo has hecho bien—

Tsubaki se mordió el labio inferior y asintió, feliz por esas palabras. Después de todo, ella llevaba trabajando y gestionando el salón de té desde su construcción. Hoy era lo que era, gracias a su constante esfuerzo.

—Onii-chan— dijo Kiyomi, sacó un sobre y se la tendió por encima de la mesa —para ti—

Kain miró a Kiyomi, vio su mirada seria y la sonrisa en sus labios. Parece que Danzo había sido rápido en reclutarla. Kain recibió el sobre y lo abrió mientras preguntaba —¿Fue todo bien?—

—Sí, fue un poco complicado al principio, pero tengo grandes expectativas— respondió Kiyomi con una amplia sonrisa y los ojos cerrados

—Mmm, sabía que lo podías manejar—

—Aprendí del mejor—

—No te voy a fabricar armas o sellos, aunque me llenes de elogios—

—Lo sé, solo quería decirlo. Gracias onii-chan por esta oportunidad—

—Es solo una oportunidad— respondió Kain, sacó la carta y la extendió, pero al ver el contenido, se puso de pie y se alejó de Tsubaki y Nagisa —todo depende de lo que tú hagas de esta oportunidad. Tú sabes hasta dónde estás dispuesta a llegar—

—Lo sé, onii-chan— respondió Kiyomi y siguió comiendo su comida. Tsubaki y Nagisa la quedaron mirando con curiosidad.

Por otro lado, Kain comenzó a leer la carta que le envió Danzo, estaba en clave, pero decía que Hiruzen había recibido invitaciones de Daisuke Nara para reunirse, pero Hiruzen las había declinado sin dar una respuesta clara. Kain sonrió, arrugo el papel en su mano y soplo una tenue llamarada encendiendo el papel en llamas. El papel cayó al suelo hecho cenizas, se dio la vuelta y camino de vuelta a la mesa, pero al encontrarse con Tsubaki enojada, se detuvo. Miró hacia atrás y vio las cenizas en el suelo. Entonces entendió.

—Lo siento, Tsubaki, solo fue, tú sabes, la reacción del momento— dijo Kain con una sonrisa incomoda

—Por favor, no ensucie el salón de té— dijo Tsubaki con el ceño fruncido al punto que se le formaba una línea entre las cejas. El salón de té era su bebé y nadie lo podía ensuciar. Tsubaki miró a su hija y le dijo —ayúdame por favor, hay que limpiar eso—

—Madre, yo lo puedo hacer— dijo Nagisa

—Te lo agradecería mucho— dijo Tsubaki con seriedad

—No te preocupes, Nagisa, yo lo hago— dijo Kain y fue a buscar una escoba y pala.

La comida llego de mano de Itoe y Nico. Ambas ayudantes de Tsubaki trajeron las bandejas con comida y la distribuyeron entre la mesa en la que estaban Mari Hatake y Tsubaki. Por supuesto, la comida dejada en la mesa de Tsubaki tenía un poco más de cuidado, elegancia y contenido. Era la comida para el jefe.

Una vez que Kain termino de limpiar, se fue a sentar al lado de Tsubaki, quien lo miraba con el ceño fruncido. Kain le ofreció un poco de su comida, pero Tsubaki miró hacia otro lado muy enojada. Kain soltó un suspiro y continúo comiendo.

—Kain-sama— dijo Nagisa

Kain le dio una mirada y le preguntó —¿Sí?—

—¿Qué tiene que hacer en la tarde?—

—Seguir trabajando en mi proyecto ¿Por qué?—

—No, bueno, usted sabe, yo lo podría ayudar—

—Claro— dijo Kain con una sonrisa.

A pesar de haber superado sus miedos y volverse anbu, Nagisa seguía siendo de bajo perfil y se quedaba sin tema de conversación con facilidad. Ella era del tipo de persona que te hacia compañía en silencio y te apoyaba en todo. Lo cual era maravilloso, pero hacia un poco difícil a los demás entenderla.

Kain sonrió, siguió comiendo y después de procesar su comida, dijo —cuando llegaron los clanes nuevos a Konoha, los que habían enviado los nobles. Kazuhiko, Kaoru, Sakumo, Akane y yo nos subimos al techo de la casa y nos pusimos a ver su avance a través de las calles de Konoha— Sakumo en la otra mesa sonrió al recordar aquella época. Todavía no eran novios con Akane. Reika y Mari también miraron a Kain y este último continúo explicando —entonces con mi espacio de genjutsu compartimos la visión de Kazuhiko, lo que fue impresionante, pero cuando ocupamos la visión de Akane fue un completo desastre—

—Quede muy mal esa vez— dijo Sakumo recordando la experiencia. Todos lo miraron y él continuo —Akane no regulo el movimiento de sus ojos y nos mareo. El hecho es que tuvimos que separarnos por un par de minutos. Fue horrible—

—¿Nagisa se acuerda cuando aprendió a escalar por las paredes con chakra?— preguntó Kain —yo, si recuerdo bien, tuvimos una competición con Kenzo—

—Sí, Kain-sama— dijo Nagisa sin preocuparse por los demás y comenzó a relatar como fue todo y cuando llego a la última parte, dijo —entonces, cuando llegué a lo alto de la pared, vi todo el distrito Uchiha y más allá. Todo se veía pequeño y yo era tan grande que me sentí bien—

Nagisa no se dio cuenta, pero Tsubaki derramo un par de lágrimas al recordar esa época y lo retraída que era Nagisa. Esta última iba a la Academia Ninja, pero era para puro sufrir. Nagisa todavía conservaba parte del trauma de ser raptada por los shinobis de Iwa. Tsubaki se limpió las lágrimas con los dedos y miró a su hija. Nagisa sonreía y cuando hizo contacto visual con Tsubaki, esta última sonrió aliviada y le lanzó muchos besos en el aire. Lo cual hizo sonreír a Nagisa y ruborizarse al mismo tiempo. El resto la miraba apreciando su crecimiento. Por debajo de la mesa, Nagisa estiro su mano temblorosa y tomo la mano de Kain. Lo miró a los ojos y sonrió feliz recordando todo lo que había avanzado.

—¿Kain Uchiha? ¿Estás aquí? No te escondas— dijo una persona joven entrando al salón de té. Por su tono de voz parecía de malhumor. Lo que ensombreció el estado de todos los presentes.