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Mundo Shinobi - Mokujin CIA. - 333

Kain volvió de su reunión con "A", salió del campo de prácticas subterráneo y fue a buscar a Mari Hatake, Sakumo y Reika. Ellos estaban en la entrada de la casa, pero lo que no esperaba Kain era encontrarse a la gran Reika jugando con el pequeño Nawaki. Ella lo llevaba en sus hombros mientras Nawaki gritaba "adelante, adelante" como si estuviera galopando en un gran corcel.

Reika se dio la vuelta y vio que la puerta se abrió. Entonces apareció Kain y ella se puso roja desde el cuello a las orejas. Ella tomo a Nawaki y lo bajo al suelo. Se puso firme, con los brazos a los costados y los pies juntos —señor— dijo con nerviosismo —solo estaba cuidando de Nawaki-sama—

—Es Nawaki, solo Nawaki. Reika-chan es un poco tonta— dijo Nawaki, este último fue a donde Kain, lo tomo del borde del haori y tiro de la ropa —¿Cierto que Nawaki se llama Nawaki? No Nawaki-sama. Suena tonto—

—Sí, Nawaki es solo Nawaki— dijo Kain y sonrió. Lo tomo en brazos y pensó que ya era hora de enseñarle sobre honoríficos —sin embargo, Reika es un adulto, no la puedes llamar tonta. Es un insulto y eso no se hace—

—Entiendo, nii-chan— dijo el pequeño Nawaki con su cabello corto, castaño y alborotado. Él miró a Reika y le dijo —lo siento, Reika-chan, Nawaki no lo volverá a decir—

Reika miró a Nawaki, sonrió y asintió.

Kain miró a un lado del camino y vio a Mari Hatake con una expresión seria. Ella miró hacia otro lado, pero Kain no la regaño. Después de conocer a Reika, era un poco difícil ser duro con ella. Kain miró al otro lado y vio a su amigo, Sakumo, apoyado en la pared igual que en la mañana. No era un gran problema, pero estaba dejando su maldito pie marcado en la muralla.

—Sakumo, saca el pie de la muralla o le diré a sensei que tu ensuciaste su muralla— dijo Kain con el ceño fruncido.

Sakumo entendió de inmediato la amenaza, se apartó de la muralla y con la mano trato de borrar las marcas sobre la muralla blanca.

—Idiota— dijo Kain, negó con la cabeza y después miró a Mari —vamos a ir donde Aoi. Trae contigo a Sakumo y Reika—

—Sí, señor— respondió Mari Hatake

Kain entró a la casa y bajo a Nawaki —lo siento, Nawaki, pero nii-chan tiene cosas que hacer. Ve a busca a sensei—

—No quiero estudiar, así que voy a ir a ver a Rei-chan. Ella es la más divertida— respondió Nawaki

Kain asintió y el niño salió corriendo, pero entró con zapatillas y todo.

—Ey, Nawaki, las zapatillas— dijo Kain

El niño se detuvo a mitad de camino, miró sus pies y saco la lengua mientras sonreía como si fuera un pequeño error. Volvió al principio del pasillo de madera, se sentó, se quitó sus zapatillas y las dejo a un lado. Después corrió por el pasillo a pesar de que le han dicho que no corra en la casa y fue en dirección de la habitación de Rei.

Kain negó con la cabeza y avanzó hasta el principio del pasillo. Él andaba descalzo, así que no había problema, pero una vez que llegara al patio trasero iba a necesitar sus sandalias. Así que las tomo y las llevó en la mano derecha. Después camino al final del pasillo y escucho a Nawaki llamando en la puerta de Rei.

—Nee-chan, sabes, a Nawaki le llamaron Nawaki-sama, suena tonto ¿Qué significa?— preguntó el niño

Kain avanzo sonriendo y escucho la explicación de Rei sobre los honoríficos. Casi podía ver a Nawaki comiendo algún dulce mientras escuchaba a la afable Rei-chan.

Kain llegó frente a la puerta que daba al patio trasero y abrió la puerta dejando entrar el aire fresco y otoñal que acarreaba el aroma del bosque. Kain camino por el pasillo que bordeaba la casa, se detuvo en el borde del pasillo y se sentó. Se puso sus sandalias de madera y camino por el patio trasero hasta que se detuvo, se volteo y miró a sus guardaespaldas. Mari venía a la cabeza seguida por Sakumo y al final Reika. Kain siguió avanzando por el patio trasero con dirección al bosque. Hoy en día había un sendero de tierra que los llevaba al centro del bosque, a metros del lago donde él y su tío pescaban. Cerca de ahí había un gran árbol donde Kain le había construido una casa a Aoi Hyuga para que se recuperara de su operación de ojos. Como el lugar rezumaba un ambiente tranquilo, limpio y tecnológico con ventanales que se podían transparentar y dejar ver el cielo nocturno, Aoi se quedó a vivir ahí.

El caminillo de tierra los llevo por entre medio de los árboles, arbustos, matorrales y hojas. Muchos árboles estaban perdiendo sus hojas y tiñendo el camino de amarillo y naranja. Kain llego a lo que parecía ser una rampla de quince metros de largo que conectaba con la puerta de la gran casa del árbol. La casa tenía cuarenta metros cuadrados, así que se podía considerar una casa en todo el sentido de la palabra. La puerta era del estilo de los civiles, con manilla de esas que se giraban y la puerta se abría hacia adentro.

Kain se detuvo delante de la puerta mientras escuchaba el viento soplar y el ulular de los búhos —Aoi, soy yo— dijo Kain

—Ya voy, Kain-sama— respondió Aoi, ella avanzó con los pies descalzos y abrió la puerta. Ella era una versión más madura de Kaoru. El cabello castaño oscuro ordenado en una trenza que rodeaba su cuello y caía por delante sobre su abundante pecho. Los ojos almendrados y de color malva. El rostro con forma de corazón, la nariz fina y la boca grande con labios gruesos y sensuales. Ella tenía el mismo lunar que Kaoru, pero en lugar de tenerlo bajo el ojo izquierdo, lo tenía bajo el labio, cerca de la comisura izquierda. Llevaba un kimono holgado de color damasco que dejaba espacio para su abultado vientre.

—Kain-sama— dijo Aoi y se abrazó a Kain. Ella era un poco más baja que él.

Alguien tosió y Aoi apartó su rostro del pecho de Kain, miró a Mari Hatake y sonrió —tanto tiempo, Mari-san— dijo, después miró a Sakumo y Reika —tú también, mucho tiempo sin vernos Sakumo-chan. Y usted es una cara nueva ¿Su nombre?—

—Reika Uchiha, señora— dijo Reika con una sonrisa amigable. Por dentro se sintió extraña. Kaoru le había hablado de su relación con Kain y la de su madre, pero verlo por su propia cuenta se sentía diferente ¿Ella no era demasiado vieja para él? Por otro lado ¿Estaba teniendo una relación con el esposo de su hija? Entonces ese bebé era el hermano de Kaoru. Reika cerró los ojos y se sintió mareada.

—Reika, sí, Kaoru me hablo de ti— dijo Aoi con una sonrisa que no lo era. Ella leyó el rostro de Reika y casi podía escuchar sus pensamientos. Trato de ignorar la verdad, miró a Kain y sonrió —por favor, pase, tengo todo preparado—

—Lo siento por traer a los demás, espero que no te importe—

—No, no me importa, Kain-sama— respondió Aoi, tomo a Kain del brazo y entraron a la casa. Sakumo y Mari jamás habían entrado a la casa, pero se sorprendieron de cómo se veían los largos ventanales. Estaban un poco grises, pero si no fuera por el color, daba la impresión de que no había nada ahí. La arquitectura era simple, con un balcón y un comedor del tipo que tenían los civiles con cuatro sillas. Incluso había un televisor de esos que tenía Mito en el comedor para que ella y sus nietos vieran los programas juntos. Sin embargo, lo más significativo fue el ambiente. La luz era limpia, agradable, no como la luz de los focos normales que emitían una luz amarillenta. Por otro lado, la temperatura ambiente era la ideal.

Aoi llevo a Kain a la pequeña mesa cuadrada y se sentaron en las sillas. Solo Sakumo se quedó de pie y miró al resto.

Aoi tomo la mano de Kain y la puso sobre su vientre para que él lo tocara. Al mismo tiempo, ella miró a Mari y le preguntó —¿Cómo van las cosas? Veo que tu brazo está de vuelta ¿Cosa de Kain?—

—Sí, Kain-sama me ayudo en cuanto volví a la villa y de paso me ofreció este trabajo. No sé en qué clase de peligro se podría meter un muchacho tan tranquilo— respondió Mari de forma cordial, admirando el enorme vientre de Aoi.

Aoi sonrió y se acarició su vientre mientras Kain lo hacía también.

Por otro lado, Kain miró a Mari Hatake y le dijo —es un proyecto a largo plazo, como la mayoría de las cosas que hago. Por eso son ustedes dos, bueno, tres contando a Reika. A futuro será necesario. Ya te di la programación de esta semana, en dos días tendremos una reunión en el palacio del Daimio, en la capital Keishi. Ahí te darás cuenta de la real envergadura que tiene este proyecto. Después de eso conversaremos de verdad y me dirás si quieres continuar con esto. Necesito gente comprometida y que entienda mi visión de futuro. No me sirve alguien que lo tome a la ligera—

—Así es, el futuro con Kain-sama es algo complicado y lleno de proyectos que cambiaran el mundo— dijo Aoi, ella miró a Kain y él sonrió. Ella lo entendía a la perfección, después de todo, ahora estaba de prenatal, pero antes era su asistente.

Aoi miró a Reika y le preguntó —¿Cómo lo estás pasando Reika-chan?—

—Bien, señora— dijo Reika con seriedad, pero al final de su palabra mostro una pequeña sonrisa —es mi primer día, pero he podido atestiguar como vive Kain-sama—

—¿Qué piensas hasta el momento?—

Reika miró a los lados, después miró a Aoi y frunció los labios —una vida agitada y en movimiento. Ni siquiera almorzó—

Aoi miró a Kain y este último levantó las manos en señal de rendición.

—Tuve una reunión con Jin, hablamos del futuro proyecto, tú sabes— dijo Kain

Aoi soltó un suspiro y murmuro —a este paso vamos a añadir una cocina a Guardián—

—Solo es una comida, no es para tanto—

—Kain-sama— dijo Mari Hatake —¿Quién es esa persona? ¿Jin? ¿Es la persona de la reunión a la que no nos pudo llevar?—

—Aaaah, sí, Jin es su nombre real— dijo Kain con una sonrisa amistosa —ahora tomo el seudónimo de "A", es el tercer raikage—

Mari, Sakumo y Reika se quedaron congelados. Eso era en la otra punta del continente, pero él no desapareció por más de tres horas.

—Kain-sama, no puede ir a ese lugar sin protección. De lo contrario ¿Para qué nos contrató?— preguntó Mari Hatake levantándose de la silla y apoyando las manos en la mesa

—Tranquila, Mari, la situación no es tan simple como llegar y llevar a mis propios guardaespaldas— respondió Kain sin perder la sonrisa —la situación con Kumo y la nación del Rayo es de negocios y colaboración. Ellos me permiten ir, pero es bajo ciertas circunstancias. Por ejemplo, debo ir solo y en todo momento debo estar siendo vigilado por el raikage o por alguien de rango superior. No te preocupes, ahora tengo algunos negocios funcionando y voy a negociar llevar alguno de ustedes. Por otro lado, el único que me podría amenazar es Jin, el resto está muerto de miedo y trata de evitar cruzarse en mi camino—

—No es para menos, eras solo un muchacho y derribaste a dos kages— dijo Aoi con cierto nivel de orgullo. Kain negó con la cabeza y le continúo acariciando el abultado vientre. Como se esperaba de un Hyuga, pensó, el hijo de Aoi iba a tener un buen carácter y no iba a ser tan revoltoso como el Uzumaki ni como el Sarutobi.

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