Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 482

Tsume tomo un cachorro cerca de la gran hembra ninken. Tenía el pelaje café y el pecho blanco igual que la madre. Sin embargo, diferente de sus hermanos, tenía un problema en sus patas y no las podía utilizar. Lo más lógico sería dejar que la naturaleza siga su curso y dejarlo morir, pero Tsume había hecho una apuesta con Kain y había perdido. La medicina del joven Uchiha había mejorado la salud de Tsume, pero la advertencia estaba dada. Ella no había rejuvenecido o extendido su vida. Solo era algo que la ayudaba a llegar a sus últimos días sin dolor y en buen estado.

Tsume le tendió el cachorro a Kain. Este último estiro sus manos y miró a la pequeña bola de pelos café. Sin embargo, también noto que la hembra ninken no le quitaba los ojos de encima. Kain tomo al cachorro, lo acercó contra su pecho y lo reviso. Solo tenía un par de días de haber nacido, pero al no poder utilizar sus piernas, estaba desnutrido y débil. Si seguía así, moriría.

Kain sostuvo el cachorro con el brazo derecho y se levantó la manga izquierda —activa unidades de apoyo— dijo

Al instante, Vástago y Segador salieron de los sellos en el brazalete de Kain en su antebrazo izquierdo. Las unidades de apoyo con forma de un pequeño diamante levitaron y eso altero a la hembra ninken y al resto en los cubiles laterales.

Kain no les prestó atención y se enfocó en el cachorro. Tenía las orejas paradas y atentas. Kain sonrió y le acaricio la cabeza, pero el pequeño ninken apartó su cabeza y le lanzó una mordido —vaya, alguien tiene mucha energía— dijo

El pequeño ninken comenzó a gruñir.

Kain soltó una risita y dijo —lleva a cabo análisis—

Kain vio como aparecía en su campo de visión una ventana tras otra enlistando diferentes procesos. El análisis se llevó a cabo y mostro las malformaciones musculares. Kain miró a la anciana Tsume y le dijo —necesitará una operación para corregir sus problemas, pero en un par de días estará sano. Como acordamos, me lo quedó—

La gran hembra ninken gruño mostrando unos largos caninos.

Kain miró a la hembra, tenía el pelaje café y el pecho blanco —entiendo que los ninkens tienen el suficiente desarrollo como para entender el lenguaje humano— dijo

La hembra no le quitaba los ojos de encima ni dejaba de mostrarle sus caninos.

—¿Este cachorro estará mejor contigo?—

La hembra se relajó, agacho las orejas y comenzó a gemir.

Kain mostro una amplia sonrisa, se acercó, le acaricio la cabeza y le dijo —todo estará bien, lo traeré para que te venga a ver— dijo

La hembra no le presto mucha atención a Kain, solo olfateo a su cachorro y lo lengüeteo.

Kain miró a la anciana Tsume y le dijo —bien, con esto estamos listos ¿Pensó en lo otro? No es por nada, pero soy bastante bueno con la medicina—

Tsume se mantuvo tranquila, pero los tres guardaespaldas de la anciana se pusieron tensos junto a sus ninken.

Kain sonrió y continuo —no es que necesite su ayuda, yo soy el que le está dando la oportunidad a usted de recibir ayuda. Yo puedo crear una medicina para este pequeño ninken— levantó al pequeño cachorro de pelaje café y pecho blanco —pero creo que podríamos tener una colaboración. Por otro lado, si le preocupa demasiado, puedo decirle que soy bueno guardando secretos—

Tsume miró a Kain y sonrió. Lo encontraba tan guapo y encantador. Sobre todo, esa sonrisa de bribón —en serio ¿No le gustaría casarse con una de mis nietas? Estoy segura de que muchas de ellas estarían más que felices— dijo

—okaa-sama, no andes ofreciendo a mis hijas— protesto la mujer del grupo que se veía bastante salvaje

—Cállate, tonta. Si tus hijas te escucharan, se enojarían contigo—

La mujer miró al otro tipo del grupo que se veía igual de salvaje que ella, le dio una fuerte palmada y continuo —tú, di algo, estamos hablando de tus hijas—

Sin embargo, un macho puede mostrar los dientes, pero nunca se lanzará a pelear contra el alfa, aunque no sea de su manada. Así que el tipo miró a Kain, frunció el ceño, pero no se atrevió a discutir.

Kain sonrió tranquilo y le dijo —muchas gracias, venerable Tsume, pero el amor debe nacer de forma natural. Forzar el amor, sería como forzar el florecimiento de una flor. No podría salir bien—

Tsume estiro su mano y le pellizco la mejilla a Kain, como si lo encontrara encantador. Ella apartó su mano, soltó un suspiro y pensó que era una pena no tener como yerno a Kain. Ella metió las manos a las mangas de su kimono y sacó una bolsita con píldoras.

—¡Anciana!— protestaron los dos hombres

La mujer grito —¡okaa-sama!—

Sin embargo, Tsume no les puso atención y le tendió la bolsa a Kain —aquí adentro están mis medicinas—

—Claro, no hay problema— respondió Kain, tomo la bolsa con la mano izquierda y el pequeño ninken de pelaje café acercó su nariz para olfatearlo. Kain miró la bola de pelos y añadió —oye, esto no es para ti—

El pequeño ninken ladro un par de veces en señal de protesta.

Kain quedó mirando al pequeño ninken. Era misterioso y maravilloso como el chakra había modificado la vida en este planeta. Kain sonrió, miró a Tsume y le dijo —en un mes le tendré noticias—

—Está bien, lo estaré esperando— respondió Tsume

Kain asintió y quedó mirando Tsume y al resto para que condujeran a Nawaki, Kurama y él hacia afuera.

Una vez que Kain, Nawaki y Kurama salieron del clan Inuzuka, caminaron por las calles de Konoha con el pequeño ninken de pelaje café y el pecho blanco en los brazos de Kain.

—Nii-chan ¿Qué nombre le vas a poner?— preguntó Nawaki.

—¿Qué tal?— preguntó Kain mirando hacia adelante, pero con una sonrisa astuta en los labios —Kurama 2—

Nawaki quedó congelado, lo encontró estúpido, pero al ver la sonrisa de Kain, supo que él se estaba burlando de él —vamos, nii-chan, no seas malo— protesto.

—Oye, yo hablo en serio— preguntó Kain, levantó el pequeño ninken y le preguntó —¿Qué tal? ¿No te gusta el nombre de Kurama 2?—

El pequeño ninken soltó algunos ladridos en señal de protesta.

El propio Kurama en los brazos de Nawaki agachaba las orejas como si no le gustara la idea de que alguien más tuviera su nombre.

Kain sonrió alegre y se divirtió con las expresiones de todos.

Durante todo el camino, Nawaki fue proponiendo un nombre detrás de otro, pero Kain nunca afirmo o negó a sus propuestas. Lo que hacía que Nawaki insistiera más en ponerle un nombre de su autoría.

Ellos llegaron a la puerta torii roja, a la entrada de los terrenos de su casa y el grupo de detuvo.

Kain miró a Nawaki y le preguntó —¿Me puedes hacer un favor?—

—Sí, nii-chan— respondió Nawaki levantando su rostro para poder mirar a Kain a la cara

—Puedes llevar Nawaki 2 a la casa, yo te veo adentro—

Nawaki quedó mirando a Kain, él no conocía a ningún Nawaki 2. Entonces él miró al pequeño ninken en las manos de Kain y entendió —¡nii-chan!— protesto

—Es broma, es broma, sensei le podrá nombre al cachorro— dijo Kain —llévaselo a ella. Ahora tengo cosas que hacer—

—Está bien— respondió Nawaki, miró a Kurama en sus brazos y le dijo —debes bajarte, tenemos que llevar a Kurama 2 al interior—

Kurama agacho sus orejas, no muy feliz de que llamaran al ninken de esa manera, pero Nawaki soltó una risita infantil al ver la reacción de su amigo.

—Es broma, Kurama. Kurama es el único en el mundo, mi mejor amigo— dijo Nawaki

Kurama levantó las orejas de color naranja con la gran mancha negra que empezaba desde sus ojos hasta la punta de las orejas. Él acercó su rostro y comenzó a lamer a Nawaki en la cara. Después saltó al suelo y se sentó en sus cuartos, en una postura de espera.

Nawaki se acercó a Kain y este último le tendió el ninken. Nawaki lo tomo, miró a Kain por última vez y le dijo —nos vemos más tarde, nii-chan—

—Sí, nos vemos más tarde— respondió Kain

Nawaki paso por debajo de la puerta torii roja, vio a dos de los guardaespaldas custodiando la puerta. Él los saludo y ellos lo saludaron de vuelta, pero se sorprendieron al ver al pequeño ninken. Para los shinobis experimentados era demasiado grande la diferencia. Los ninken tenía un aura diferente de los perros comunes y su mirada era inteligente.

Nawaki entró a la casa, avanzó por el pasillo y giro hacia la derecha, con dirección al comedor. Él se preguntaba si su abuela volvió de su viaje. Sin embargo, al escuchar su voz parecida, se detuvo porque se sintió extraño. Mito hablaba desde el comedor con alguien, pero se escuchaba ligeramente diferente. Era algo extraño. Sin embargo, Nawaki pensó que era su imaginación y fue al comedor.

Nawaki abrió la puerta y se encontró con dos muchachas pelirrojas. A ninguna de las dos conocía. Una tenía el cabello largo y la piel tan clara y suave como la porcelana. La otra mujer tenía el cabello corto hasta los hombros y la piel morena. Esta última era la niña más bonita que Nawaki hubiera visto en su vida. Nawaki se sintió tímido y trato de cerrar la puerta.

—Nawaki— dijo Mito al ver a su nieto, ella mostro una amplia sonrisa y continuo —justo estábamos hablando de ti. Ven aquí, te quiero presentar a alguien—

Nawaki se quedó congelado, se volvió tímido como nunca. Él miró a Mito y asintió. Nawaki camino hacia Mito, se detuvo al lado de ella y se sentó en seiza, pero realmente no le ponía atención, todo su interés estaba puesto en la muchacha morena.

—¿Y eso?— preguntó Mito al notar al pequeño ninken café con el pecho blanco.

—Es un ninken— dijo Nawaki con voz suave y débil, demasiado tímido para ser él —nii-chan dijo que era para la abuela—

Mito miró a la pequeña cosa peluda, era adorable, pero a simple vista podía decir que tenía un problema en las piernas.

Nawaki miró a Mito y le dijo —está enfermo, pero nii-chan dijo que lo podía curar. También dijo que la abuela le pondría nombre—

—Así es— dijo Kain entrando al comedor. Este era el Kain que anduvo con Mito todo el tiempo, así que iba vestido muy diferente del que andaba con Nawaki. Llevaba el haori blanco, el kimono verde y el hakama negro.

Nawaki miró a Kain, pero al estar tan nervioso, no noto la diferencia.

Kain se sentó junto a Nawaki y estiro sus manos. Nawaki le tendió al ninken, pero este último no lo reconoció y lo empezó a olfatear. Había una gran diferencia en su aroma. Para empezar, no tenía el aroma de la madre del ninken en sus manos. Así que él ninken comenzó a ladrar, pero Kain lo tomo en brazos y le acaricio la cabeza —tranquilo, amigo, soy yo—

Sin embargo, el ninken no paraba de olfatearlo y sentirse confundido.

Mito tosió y dijo —Kain, con Kurama ya tenemos suficiente—

—Oooh, está bien, este amigo es para ti— dijo Kain

Nawaki por fin noto algo raro, miró a la mujer, era parecida a su abuela, pero no lo era —pero nii-chan dijo—

—Ella es Mito, Nawaki—

Nawaki miró a la mujer que se parecía a Mito y quedó congelado.