Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 479

Mientras Kain estaba con Mito en la fortaleza flotante, también se dirigía a la habitación de Kaoru en la casa de Konoha.

Kain avanzaba por el pasillo con tranquilidad, llevaba puesta una camisa blanca, pantalón de tela y calcetas oscuras. Llevaba los tres primeros botones desabrochados mostrando su clavícula, parte del pectoral y, sobre todo, los dos sellos pintados sobre su piel como tatuajes. Prácticamente, solo su rostro estaba limpio. El cabello blanco peinado hacia atrás con una expresión relajada en la mirada.

Kain doblo por el pasillo a la izquierdo, avanzó por el corredor, las puertas de corredera con cuadritos de papel en ambos lados. Él se detuvo y miró a la puerta de la derecha —Kaoru ¿Estás lista?— preguntó

—Sí, Kain-sama, ya voy— respondió Kaoru desde el interior. Después se escucharon sus pasos y la puerta de corredera se abrió.

Kain miró a Kaoru, hermosa, de baja estatura (1.5 mts de estatura). Llevaba un adorno hecho de oro en su cabello oscuro, tenía la forma de un fénix. Dos mechones de cabello oscuro a los lados de su rostro. Los ojos color malva, la expresión tranquila y la sonrisa cándida en los labios. Ella llevaba puesto un haori purpura y un hanfu rosa pastel con bordes dorados. Se veía especialmente adorable. Ella era naturalmente hermosa, pero lo que más destacaba ahora, era su vientre abultado.

—Ya estoy lista, Kain-sama— dijo Kaoru

Kain asintió, le tendió su mano y ella puso su mano sobre la de Kain. Este último dijo —transpórtanos al laboratorio de cultivación—

Al instante, ambos desaparecieron de la casa y aparecieron en una amplia habitación con cien metros cuadrados. El piso de madera estaba barnizado al natural, murallas blancas y techo alto (a 3 mts del suelo).

—¿Y todas estas cosas?— preguntó Kaoru, el suelo era diferente, pero además, había una amplia cantidad de estanterías con libros y otros estantes con cajas de madera. Su espacio de cultivación ahora era ocupado por un cojín y cuatro lámparas de piedra a su alrededor. Así ella no podría practicar su técnica de cultivación del fénix divino.

—Es un pequeño cambio, Kaoru— dijo Kain con tranquilidad sin soltar la mano.

Kaoru lo miró a la cara, los ojos de Kain tenían una calma absoluta.

Kain sonrió y la condujo —ven, sígueme—

Kaoru asintió y Kain la condujo a lo largo del laboratorio.

—Las estanterías fueron repletas con todos los libros que te recomendé— dijo Kain —y, además, el proceso de cultivación y la fabricación de píldoras—

Kaoru asintió y fue escuchando todo lo que Kain le había preparado. El proceso duro media hora y cuando Kain termino, Kaoru preguntó —pero ¿Por qué?—

—Bueno, la cultivación es una arte que no quiero introducir en este mundo— respondió Kain —así que solo tú y yo vamos a tener acceso a ese conocimiento. Por eso, ningún libro de este piso puede salir del laboratorio—

—Yo pensé—

—No, es peligroso— dijo Kain sin dar lugar a ideas —la gente ya cuenta con chakra, eso es más que suficiente—

—Pero hay una parte de la población que no tiene chakra—

—Eso se está solucionando— respondió Kain

Kaoru se quedó callada por un instante y pensó en el significado detrás de esas palabras.

Kain sonrió al ver a Kaoru preocupada y sonrió —por otro lado, ahora el largo proceso de cultivación no es necesario— dijo

—Pero usted desarrollo ese traje y la nueva técnica de cultivación para mi— dijo Kaoru

Kain miró hacia los estantes con puertas de vidrio. En el interior había varias cajas de madera. Él miró a Kaoru y la guio —por aquí, por favor— dijo.

Kaoru lo siguió mientras admiraba la habitación. Era cálida y agradable, diferente de la anterior habitación de cultivación con nada en especial porque el frio que emitía Kaoru al practicar su cultivación destrozaba las cosas.

Kain y Kaoru se detuvieron frente al estante con puertas de vidrio. Él soltó la mano de Kaoru y se acercó a las puertas. Las abrió y sacó una caja. Después cerró las puertas y camino a un escritorio. Kaoru lo siguió de cerca y se detuvo a su lado. Kain puso la caja de madera sobre el escritorio. La caja no tenía más de diez centímetros de altura, cincuenta de largo y veinte de profundidad.

Kain abrió un pequeño pestillo dorado que cerraba la parte superior e inferior de la caja. Él levantó la tapa y el interior quedó expuesto. Había treinta espacios cubiertos de terciopelo rojo con una pepita de oro en cada espacio. Kain tomo una pepita y se la tendió a Kaoru. Ella la reviso y se la acercó a la nariz. No pudo oler ningún aroma en especial, pero cuando la llevo a su boca y la lamio, sintió algo en su cuerpo similar a una descarga eléctrica.

—¿Esto es?— preguntó Kaoru, ella levantó su rostro y miró a Kain a los ojos.

Kain asintió a la pregunta y le dijo —sí, es la mejora sustancial de las píldoras de cultivador. Estuve pensando en cómo saltarme el molesto proceso de cultivación y cree una píldora que mejora todo tu cuerpo un 0,3% con cada píldora. Solo debe consumirse una al día. No parece mucho, pero después de un año desarrollaras la fortaleza necesaria para que tu cuerpo acepte una divinidad, pero esto último es un proceso aparte y una vez que alcances la fortaleza necesaria, te enseñare el siguiente paso. No es muy diferente de este, pero lo importante es que ya no necesitaras cultivar. En su lugar, podrás enfocar toda tu atención en tus artes de hielo y el combate—

Kaoru parpadeo un par de veces sin saber que decir. Ella había pasado miles de años viajando y luchando para poder obtener su técnica de cultivación divina, pero ahora, estaba obsoleta.

Kain observo a Kaoru, vio que ella ponía una expresión complicada. Kain sonrió y le dijo —no es necesario que te preocupes, esto también pasara en el mundo de la cultivación si la gente no se destruye antes. Se llama acumulación del conocimiento y tecnología. Ambas cosas buscan que todo lo que antes era difícil sea más fácil—

Kaoru asintió, ella miró a Kain, después miró la pequeña píldora dorada y volvió a mirar a Kain —¿Puedo comerla?—

—Sí, claro, no afectara a nuestro hijo. Incluso lo volverá un poco más fuerte que la media, pero tampoco será tan exagerado— dijo Kain con tranquilidad. A él no le preocupaba que su hijo se volviera muy fuerte, esa sería la señal de que era el hijo de Kaoru y suyo. Ella ya era más fuerte que la gran mayoría, así que solo sería lo natural.

Kaoru asintió, llevó la píldora a su labios y se la echo a la boca. Ella la saboreo, pero no pudo sentir ningún sabor en especial. Sin embargo, la sensación de que estaba ingiriendo débiles corrientes eléctricas se movió por su lengua. Ella trago la píldora y dejo de sentir. Ella miró a Kain como si buscara una sorpresa. Le daba la impresión de que no pasaría nada.

Kain vio la duda en su mirada y sonrió —tranquila— dijo —de aquí a un mes podrás sentir la diferencia. Redondeando, será una mejora de un 8% en tu fuerza. No es malo ¿Verdad? Ni siquiera vas a tener que cultivar—

Kaoru se sintió extraña al escuchar esas palabras. No tenía que hacer nada para poder ser fuerte. Solo, vivir, y todo estaría bien.

—Ahora, hablando en serio. Hay algunos temas que tenemos que hablar— añadió Kain con una voz suave y profunda. Kaoru lo miró y él continuo —por ejemplo, cuanto es el tiempo que te quedaras en este mundo. Si vas a volver algún día y cuáles son tus aspiraciones. Todo se ha mantenido como una promesa, pero debemos hablar las cosas—

Kaoru quedó mirando a Kain, ella tomo una profunda respiración y asintió.

Por otro lado, mientras Kain estaba con Kaoru, también estaba con Naomi en la mansión de la nación del Rayo.

Kain llevaba puesta una camisa blanca, pantalón y botas negras. Muy parecido a su yo que vivía en Orario, pero sin las facciones andróginas y las orejas puntiagudas de elfo.

En estos momentos, Kain cargaba a Izuna en sus brazos mientras miraba a Naomi arreglarse frente a un espejo de cuerpo completo. Ella llevaba un vestido blanco. El cabello rubio ordenado en una trenza que se arremolinaba en un moño en la parte superior de la nuca. La piel lechosa y los ojos verdes, muy diferente de su yo como la diosa Hera. Ahora más glamorosa y voluptuosa. Sin contar que no acarreaba en su cuerpo todas las pérdidas que le hizo sentir Zeus.

—Mami es bonita ¿Verdad?— preguntó Kain

El pequeño Izuna, aquella alma que fue modificada por la fuerza del alma de Kain, miraba a Naomi desde el regazo de Kain. Había una diferencia estructural, pero el cabello blanco y los ojos azules lo hacían ver parecido a Kain. Al punto de que no sería extraño que confundieran a Izuna con su hijo de sangre.

Naomi miraba su figura en el espejo, pero al ver a Kain e Izuna por el reflejo, sonrió. Ella se dio la vuelta y camino hasta Kain. Este último se puso de pie y quedó delante de ella. Kain llevaba a Izuna en los brazos y Naomi a su hijo en su vientre. Ella tenía más meses que Kaoru, pero al ser un poco más alta, se le notaba menos el embarazo.

—¿Vamos?— preguntó Naomi

—Sí, vamos— respondió Kain

—De verdad ¿Eres tú?— preguntó Naomi con dudas.

Kain cerró los ojos y asintió. Él movió a Izuna a su brazo derecho, extendió su mano izquierda, tomo la mano de Naomi y la llevo a su pecho.

Naomi miraba a Kain, era el mismo, incluso utilizaba esa ropa de cuando era Kain Dragonroad. A Naomi le daba lo mismo, eso ya había pasado y estaba en paz con eso. Como diosa, Naomi podía sentir y ver el alma. Ella sintió con su alma, el alma de Kain. Estaba ahí, cálida, poderosa y rebosante de energía. Ni siquiera ella, una diosa de la creación tenía un alma tan fuerte.

Kain miró a Naomi a los ojos, mostró una sonrisa cándida y le preguntó —¿Conforme?—

—Es que, es que, es muy extraño Kain. No lo sé— dijo Naomi con preocupación

—Naomi, yo no te mentiría. Este es mi cuerpo original y el contenedor de mi alma y mis divinidades. Aunque los otros no contienen mi alma, también soy yo, son una extensión de mí y mi divinidad—

—No quiero que uno de tus otros cuerpos me abrace, se siente extraño— respondió Naomi

—Lo sé, por eso te explico todas estas cosas— dijo Kain con tranquilidad —puedes estar tranquila, solo yo, Kain, te abrazare—

Naomi asintió, se acercó a Kain y lo abrazo. Desde que supo que él podía utilizar varios cuerpos al mismo tiempo, todo se ha sentido extraño.

Naomi se apartó de Kain y levantó su rostro, lo miró a los ojos y le preguntó —¿Y si vivimos en ese mundo? Solos tú y yo. Nadie más—

—¿Por qué crees que vamos a ese mundo? Es Para ver los alcances de mi divinidad de pensamiento múltiple— dijo Kain, él acercó su rostro y sin aplastar a Izuna entre él y Naomi, le dio un beso en los labios —¿Eso te gusta?—

Naomi sonrió feliz, estaba emocionada. Ella era tolerante, pero el ver al resto de las esposas de Kain nunca le agrado, incluso si podía congeniar con algunas de ellas. Sin embargo, ella sabía que él tenía una promesa y le dijo —cuando llegue su momento ¿Me llevaras contigo?—

—Por supuesto, tú viniste por mi todo el camino. Sería un despropósito que nos alejáramos. Yo conozco el valor de una promesa y el anhelo. Te amare y te mantendré a mí lado, es una promesa—

Naomi sentía cierta angustia de solo pensar en separarse de nuevo de Kain. Ella fue muy feliz con él, pero igual de infeliz cuando él se fue a otro mundo. Ella pensaba que todavía tenían tantas cosas que hacer juntos. Ella, de forma inconsciente, llevó su mano a su vientre y acaricio a su hijo en su interior. Ella también sintió la alma de su hijo y frunció el ceño.

—No pongas esa cara— dijo Kain, él llevó su mano al vientre de Naomi y lo toco. En cierto sentido, ella tenía razón. Este bebé tenía un alma demasiado débil para ser el hijo de una diosa. Sin embargo, Kain había aprendido que el karma tenía su propia gravedad, atrayendo a las almas a destinos, como si fuera una recompensa o un castigo. Él continuo —una cosa es que sea poderoso y otra cosa es que haya acumulado tanto buen karma que sea digno de ser el hijo de una diosa ¿Qué prefieres? ¿Un hijo poderoso o un hijo digno de ti?—

Naomi miró a Kain con cierta soberbia y asintió. Por supuesto, como diosa de la creación y alguien que siempre ha cuidado de los humanos talentosos, con valores y dignidad, ella prefiere a alguien digno. Naomi solo espera que este hijo o hija no sea tan dignos como Dorian y se quiera sacrificar por otros.