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Capítulo 7- La vida sigue

En medio de un camino de tierra iban dos personas a caballo. Una de ellas era Lilia, que por su estado de ánimo se podía decir que estaba triste. Pensó que perdió su oportunidad, pero no es que haya sido su culpa. La persona que dirige el caballo esta algo decaída por la actitud de su hermano, así que no hay el estado de ánimo adecuado, piensa ella. En estos momentos están a dos horas de Ars, capital de Asura. Los caminos poco a poco empiezan a mejorar, la gente empieza a ser visible en las carretera y muchos de ellos van al mercado central a vender sus productos. Los cuales en su mayoría vienen de la naturaleza. Kain lleva el caballo en un suave galope, pero también afirma la cintura de Lilia en el proceso. Él siente su estado de ánimo apagado, quisiera disculparse por ser un aguafiestas, pero no está de ánimos. Aún sigue preguntándose si su hermano tiene algún recelo contra él. No puede dejar de preocuparse. Sin embargo, Lilia no tiene la culpa de la situación, así que tomando un gran respiración, se arma de valor y le dice -lo siento-

Lilia a su vez es sacada de sus pensamientos y responde -¿Por qué te disculpas?-

-Yo, quería que este viaje fuera especial para los dos, pero las cosas no salieron tan bien-

-No te preocupes Kain, yo se que te preocupas por tu hermano, ya habrá otra oportunidad para los dos-

-Gracias- dijo Kain y le dio un beso en la mejilla. Lilia a su vez se sonrojo y le acaricio la mano con que lo sostenía.

Después de eso el viaje fue tranquilo y cuando llegaron a la tienda se encontraron con una gran sorpresa. El lugar había sido convertido en una bodega y la responsable no podía ser otra que Victoria. Que miraba con una aire de superioridad al haber completado tamaña transacción. Kain por otro lado, miraba los productos y le pregunto -¿y esto?-

Victoria sonrió como si hubiera estado esperando la pregunta y le respondió -son el segundo mejor producto de la tierra de Asura-

-Ya pero, ¿Por qué lo trajiste? ¿no acordamos que sería en unos meses mas?-

-Sí, es verdad, pero la oferta estaba ahora. Si lo llego a vender todo en Millis, descontando lo que gaste, mi ganancia será del trescientos por ciento, en vez de comprarlo en unos meses mas y que sea solo del doscientos-

Kain se acariciaba la cabeza. Todo el lugar estaba lleno de sacos de trigo. La recepción, la cocina, el patio, el corredor que daba al segundo piso. Lo único que se salvaba de tener sacos, eran las vitrinas, que eran de vidrio. Kain tomo un pequeño respiro y mientras hacia esto, Lilia le acariciaba la espalda. Ella miro a Victoria le pregunto -las habitaciones no están con sacos ¿cierto?-

-Para nada- respondió Victoria -tengo algo de sentido común-

Cuando Kain escucho esto, sintió que la ceja izquierda le palpitaba, pero tratando de tomar las cosas con calma dijo -voy a ir a descansar. También descansa Lilia, el viaje no fue duro, pero dormir a la intemperie no es para nada cómodo-

-Sí, vamos. Victoria, ve las cosas por favor-

-No hay problema- dijo Victoria ensimismada por su aparente ganancia. Ya estaba contando las "notas reales" de Millis por millones. Se reía con una actitud algo siniestra.

Cuando Kain subió al segundo piso, Lilia lo siguió a su habitación. Él entro y se tumbó en la cama, después escucho la puerta cerrarse y un cálido cuerpo se apoyó sobre su pecho. Le dio una mirada de soslayo, era Lilia ¿Quién más?. Ella se sonrojo, lo miro a los ojos con una mirada febril. Entonces Kain sonrió y sintiendo que el ánimo estaba mejor, la beso. Lilia a su vez lo siguió en medio de un intercambio apasionado y cuando las cosas se acaloraron, Lilia le empezó a pasar su dedos por debajo de la camisa. Kain por otra parte disfrutaba del suave tacto de los senos. La besaba con pasión, entrelazaban sus lenguas y sentían la respiración del otro. Ambos empezaron a respirar de forma errática, una cosa llevo a la otra y se empezaron a desnudar. Cuando podían sentir el tacto de la piel del otro, Kain le pregunto en un suave tono -¿Estas segura?-

Lilia asintió y abrazo a Kain. Ella trato de ser activa, le paso las manos por la espalda mientras le daba besos en el pectoral, subiendo por la garganta hasta llegar a los labios. Kain a su vez, bajaba sus manos por las pronunciadas caderas hasta llegar a las generosas nalgas y las masajeaba. Le pasaba los dedos por la entrepierna, pero sin llegar a la piel de forma directa. Él podía sentir como Lilia tensaba su abrazo. Ella gemía mientras lo trataba de besar. Después Kain subió sus manos sintiendo su firme estomago hasta llegar a los suaves senos. Bajo su rostro y empezó a comer las dos grandes masas de carne blanca y apetitosa. De repente Kain levanto la vista, la miro a los ojos, se acercó a su oído y le susurro -no me detendré después de esto-

Lilia con una mirada febril asintió y Kain tomo esto como "adelante".

-o-

Lilia estaba mirando por la ventana, se pasaba la mano por su estómago y de vez en cuando miraba a Kain. Este le sonreía y le daba pequeños besos. Ella también sonreía y trataba de procesar todo lo que paso. Después lo abrazaba, seguía pasando sus manos por su abdomen y sentía el calor en su entrepierna. Aunque le dolía mucho estaba ese sentimiento a logro, de haber cumplido un deseo, no importando lo que haya tenido que pasar. Su madre le había contado de estas cosas, pensó que sería más terrible por todas las cosas que le dijeron, pero no fue tan aterrador, se preguntó porque.

Kain por otra lado la abrazaba, de algún modo la visita a su hermano paso a otro lugar en la escala de importancia. Ahora en este momento solo estaba Lilia. De repente se acordó de algo, estiro su mano a la mesita junto a su cama y tomo su anillo. De él saco una pequeña crema, miro a Lilia y le dijo -déjame ayudarte, esto te ayudara a soportar el dolor-

-No me duele tanto-

-Por ahora que estas acostada, pero no será lo mismo cuando camines. Ven, abre tus piernas-

Lilia se sonrojo y le dijo -es cierto que no me duele tanto, pero deberíamos esperar a la noche-

Kain sonrió, le dio un profundo beso y le respondió -no es para eso, esta crema te ayudara. La colocare por ti-

Lilia asintió mientras se colocaba roja como un tomate, abrió sus piernas y de su vagina salió un poco de semen y sangre. Kain agacho la mirada, su amigo estaba tenso, pero se dijo así mismo que no era el mejor momento. Lilia debería descansar de su primera vez. Así que tomando una profunda respiración, se calmo y empezó a esparcir la crema por el interior de Lilia. Ella a su vez sintió un frio y agradable tacto. Su respiración se hizo errática, miro a Kain con ojos febriles, pero justo termino y las cosas no llegaron mas allá. Por supuesto Lilia que fue criada en Asura, así que no pediría nada, sería poco femenino de su parte. Solo una mujerzuela se lanzaría a la lujuria, o al menos eso le enseño su madre.

-No te preocupes- dijo Kain -sanaras luego y podremos hacerlo mucho mas-

Lilia trago saliva y le pregunto -¿q-quieres un hijo?-

-Por ahora no-

Lilia soltó un par de lagrimas y le pregunto mientras se le apretaba la garganta -¿no quieres que te de hijos?-

-No es eso. En unos tres meses entenderás. Por ahora disfrutemos de nuestra juventud. Yo tengo diecinueve y tu quince. Ser padre es una gran responsabilidad, consume mucho tiempo y quiero que disfrutemos de nosotros mismo por ahora-

-¿De verdad?-

-Por supuesto, ahora eres mía Lilia. A menos que te vayas por tu cuenta, jamás te dejare-

-o-

La siguiente semana paso en un tranquila rutina. Kain guardo los sacos de trigo en su anillo. Una vez hecho esto, la tienda retomo su rumbo normal y solo se siguió atendiendo los lunes y viernes, el resto del tiempo pasaba cerrado. Dentro de todo este proceso, una comerciante se veía ansiosa. Victoria miraba como Lilia pasaba sus días acaramelada con Kain. Como ella ya ni siquiera iba a dormir a la habitación. Dentro de su mente pasaban imágenes de Kain y Lilia en una danza obscena. Donde ella rogaba para ser rellenada y él reía mientras la atormentaba. Se imaginaba como Kain abusaría de ella, como la tomaría entre sus brazos y no la soltaría hasta que Lilia cayera exhausta en la cama. Esto le hacía hervir la sangre, pensaba en colarse en la habitación, pero venían los miedos. Victoria se preguntaba: ¿Y si la cago?¿si tengo una urgencia de ir al baño?¿y si no puedo recibirlo?. Después de todo ella solo media un poco más de uno cincuenta.

Entre medio de estos desvaríos, Lilia entró a la habitación y vio como a Victoria se le caía la saliva de la boca y soñaba con cosas, que solo un pervertido haría. Después de pensarlo un poco, Lilia se asustó y considerando el estado de las cosas, decidió tomar cartas en el asunto.

-Vicky, Vicky- la llamo Lilia -¿me estas escuchando?-

-¡Eh! Oh, Lili, ¿Qué necesitas?- respondió Victoria mientras de forma disimulada se limpiaba la saliva de la boca.

-Acompáñame esta noche, te estas demorando mucho-

-Pero acordamos que no nos meteríamos en el camino de la otra-

-Yo obtuve lo que quería, ahora es tu turno. No creo que sea saludable que sigas manteniendo esa actitud de pervertida armario-

-¡Oye!-

-Lo siento, pero es la verdad. Vamos, no te preocupes, ya tengo experiencia y te ayudare-

-¿Qué hacemos primero?-

-Empecemos por un baño, sigamos con la ropa y al final terminamos con un perfume-

-¿Y si me equivoco en algo?-

-No te preocupes, cuando este pasando vas a estar tan nerviosa que ni siquiera te acordaras de las otras partes de tu cuerpo-

-Bueno- asintió Victoria

-o-

Kain estaba fumando y bebiendo como todas las tardes. Miraba el cielo que empezaba a tomar tintes naranjas mientras bebía una copa de vino, fumaba tabaco y comía alguna que otra carne. Pensaba en si sería buena idea vivir en Millis, de repente se le cruzo por la cabeza irse a vivir a Roa o a Buena Villa. Pero como no sabía cómo su hermano fuera a reaccionar, dejo esos pensamientos. No quería que su hermano se aburriera de él. Se sintió cansado. Después pensó en su madre y se preguntó en donde andará, se rio entre medio y se preguntó qué joven incauto habrá caído en sus garras. Conociendo a su madre, debe estar aventurándose en algún lugar. A lo mejor haciendo amigos y tratando de cambiar su reputación. Kain aspiro la pipa, soltó el humo y dijo -ojalá estés bien, Ma-

-Kain- lo llamo alguien. Kain giro la cabeza y miro en dirección a la casa. Vio a Lilia. Ella llevaba un hermoso camisón rojo mientras se cubría con una bata blanca. A través de la parte frontal se traslucían los sostenes y calzones. La parte de los senos era abundante, grande y carnoso. Kain trago saliva y Lilia lo vio reaccionar. Ella se sonrojo pero sonrió viendo que sus cuidados tuvieron algún efecto. Kain camino hasta ella y la comenzó a besar. Él paso sus manos por debajo de la bata, llego a la carne lujuriosa y empezó a bajar. Cuando Lilia empezó a sentir que las piernas le flaqueaban, lo detuvo y le dijo -vamos a la habitación, es algo temprano, pero quiero mostrarte algo-

Caminaron a paso lento, iban de la mano, de vez en cuando se besaban, pero Lilia regañaba a Kain cuando quería llegar más allá de los besos. Kain por otro lado estaba deseoso de llegar a la habitación. La tensión estaba en su máximo, pero trato de tranquilizarse. Claro que, cuando llego a la habitación se encontró un espectáculo inusual. Victoria llevaba un camisón transparente igual que Lilia, era de un blanco que la hacía ver aún más inocente. No llevaba ropa interior, por lo cual su delgada cintura contrastaba con sus enormes senos. Era una maravilla y un misterio en sí mismo. Kain se preguntó como esta mujer podía tener un figura tan delicada y perturbadora a la vez. Es como que te llama a caer en la lujuria. Él miro a Lilia y ella se explicó -bueno, cierta persona es incapaz de avanzar por sí misma. Es un poco tímida, así que la estoy ayudando-

Kain asintió, le dio un beso a Lilia y después camino hasta Victoria. Ella estaba tímida y aunque su camisón era transparente, no se cubría. Ella miraba a la cama mientras se tiraba los bordes de la ropa, pero de repente Kain apareció delante de ella. Victoria levanto la mirada, sus ojos estaban llorosos, parecía asustada, pero se dio ánimos. Era el gran momento, se dijo así misma.

Por otro lado, Kain sonrió, le dio un abrazo y le susurro al oído -si no te sientes lista, prefiero esperar. No hay nada malo con tomarse su tiempo-

-Pero Lilia- dijo Victoria con una voz entrecortada

-Cada quien tiene su propio ritmo para hacer las cosas. Si aceptas avanzar ahora, no me detendré-

Victoria tomo una gran respiración, se paró sobre la puntilla de los pies y tiro a Kain del cuello para darle un beso. Después dijo -yo creo que estoy lista, solo un poco ansiosa, pero solo un poco, así que adelante-

Kain asintió, empezó a besar esos tiernos labios, paso sus manos por las delgada cintura. Movió su mano lentamente, jugando siempre entre la espalda y la columna. Como era la primera vez de Victoria, trato de mantener las cosas a raya, sin presionarla demasiado. Por otro lado, Victoria se puso roja, sintió que le picaba la entrepierna, se sintió mareada, como cuando das muchas vueltas sobre un mismo lugar. Miro a Kain, busco sus labios con codicia. Ella quería que él la tocara, tomara todo de ella y fueran uno. De repente se preguntó ¿Por qué era tan tímida?,¿acaso él no fue paciente?, ¿acaso él no tuvo paciencia cuando ella desperdigo su información?. Él era el mejor amigo de su hermano, así lo había jurado Robert. Incluso su padre lo tenía en alta estima por nunca haber abandonado a Robert. Este hombre, Kain Dragonroad era bueno, se dijo. Era el mejor en muchos aspectos, no había nada que temer.

-o-

Al otro día, Victoria se levanto con un nuevo yo. Se sentía diferente, era la misma persona, vestía la misma ropa, se peinaba igual que ayer, pero se sentía diferente. Era una extraña sensación. Se reía mientras caminaba o conversaba con Lilia. A veces se reía en medio de una conversación de negocios. Sentía que su mente estaba en otro lado, le costaba hilar ideas y solo pensaba en estar cerca de Kain. Era como la primera vez que vio al recio elfo de pelo blanco. Sentía mariposas en su estomago, se le quito el hambre y solo quería pasar abrazada a él.

Lilia la vio y cuando Victoria estuvo a punto de caer por las escaleras, se enojó. Así que tomo un paño, lo enrollo y lo estiro igual que como se estira la cuerda de un arco, junto fuerza y le pego un sonoro golpe en las nalgas. Victoria grito tan fuerte que se escuchó por toda la casa. Se dio la vuelta y miro a Lilia indignada, pero esta última mantuvo su rostro estoico y le dijo -yo también estoy enamorada, pero espero que controles los síntomas. ¿Te diste cuenta que casi te caes por las escaleras?-. Victoria negó mientras trataba de recordar que había pasado, pero ese suceso esta fuera de su memoria. Así que Lilia continuo -Vicky, espero que controles esa cabecita, sobre todo en la calle. Te puede pasar algo-

-Lo siento Lili- respondió Victoria

-Esta bien, somos socias-

-Así es-

-o-

Después de ese día, no se abrió la tienda durante dos semanas. Nadie salía o entraba a menos que fuera necesario. Fue una vida llena de lujuria durante este periodo. Era levantarse para comer, hacer el amor, salir al patio, hacer el amor, bañarse, hacer el amor, etc… Todos los días fueron así. Hasta que llego una carta para Kain. Y quien fue a dejársela fue su "amiga" Reída, quien se sorprendió por el increíble olor que había por toda la casa. Parece que habían tenido una orgia. Ella miró a Kain, quien solo andaba con unos pantalones. Su cabello estaba todo revuelto y su cuerpo apestaba a sexo y a otros fluidos.

-¿Para que es esto?- pregunto Kain mientras bostezaba

Reída frunció el ceño y le dijo -es una carta del rey, pide tu ayuda-

-No lo creo, toma- respondió Kain mientras le devolvía la carta

Por supuesto, Reída no se la recibió y le dijo en un tono solemne -no puedes devolverla, tienes que ir. Es mañana, así que espero que por lo menos te bañes-

Kain soltó un suspiro, dejo colgando su cuello y le pregunto -dime ¿Por qué tengo que ir?-

-Porque es una buena oportunidad para ti-

-Dame mas información-

-No puedo, es un secreto de estado-

Kain tomo a Reída en sus brazos, le dio un largo beso. Ella lo pateo en las canillas, pero él no la dejo y después le pregunto -¿Qué tengo que hacer para que me digas?-

-Nada- respondió Reída en un tono molesto, ella volteo su rostro y le dijo -no tienes a dos muchachas jóvenes para que calienten la cama-

Kain soltó un risita y le susurro al oído -Oh, es por eso, bueno, tu dijiste que éramos solo amigos-

-Eso…-

Kain se acerco mas a Reída y le susurro -no te preocupes, en mi cama siempre hay espacio para ti. Después de todo eres la que aprieta mas fuerte-

Reída lo miro molesta, le pego una patada en las canillas y se aparto -pervertido- le dijo y trato de salir. Pero Kain la tomo por las caderas, la beso y de alguna forma la convenció para llevarla a una habitación vacía.

-o-

-Qué vergüenza- dijo Reída mientras le daba la espalda a Kain. Estaban en la cama y este ultimo la abrazaba

-¿Por qué?- pregunto Kain

-¡¿Por qué preguntas?!- dijo Reída mientras se daba la vuelta y lo miraba con unos ojos llenos de reproche -porque soy la dios del agua, pero viene un cochino orejas largas como tu y me engatusa-

-Oye, no recuerdo que te resistieras cuando acababa en tu interior-

-Tan pervertido- dijo Reída mientras le daba palmetazos en el pecho

-Ok, ok, sin violencia por favor. Ahora dime ¿Qué pasa?-

-Ya te dije que no puedo decirte-

-Reída- dijo Kain en un tono serio. Se quedaron mirando durante un instante y Reída soltó un suspiro y le dijo -se trata de un dragón en Millis-

-¿Un dragón real o ustedes creen que es un dragón?-

-Por supuesto que es un dragón real-

-Ok, les creeré por ahora. Ustedes tienen una concepción rara de lo que es un dragón-

-Tan pretencioso-

-No lo soy- dijo Kain en un tono serio -un dragón es un fuerza devastadora, no un wyvern que solo creció más de la cuenta-

-Oh y él gran señor sabelotodo- dijo Reída en un tono jocoso mientras se subía sobre Kain -¿Cómo es un dragón?-

-Un dragón tiene cuatro patas además de sus alas. Escupe fuego, es más inteligente que un ser humano. Podría volverte su mascota, pero nunca te escucharía a menos que tengas algo interesante que decir. Sabe magia y conoce todas las lenguas, como las actuales y las olvidadas. Después de eso vienen los dragones eternos y los archidragones-

Reída se rio y le dijo -creo que haz estado leyendo muchas fabulas-

Pero Kain no se rio, Midir fue real, los dragones del mundo pintado fueron reales y el archidragon que botaba montañas de dos golpes de una de sus patas también lo era -piensa lo que quieres, pero eso es un dragón- aseguro

-o-

Solo después de tener su cuarta ronda y haber dormido una hora, Reída se bañó y se preparó para irse a casa. Por otro lado Kain la esperaba en la cocina. Tomaba un café, Lilia cocinaba y Victoria la ayudaba. Reída se presentó delante de las chicas algo avergonzada, pero ellas solo la veían como una competencia. Al final nadie dijo nada de lo que paso entre ella y Kain, pero se sentía la animosidad en el aire. Kain por otro lado estaba tranquilo comiendo. Palmeo la mesa ofreciéndole asiento y Reída dejo de mirar a las chicas.

-¿A que hora mañana?- pregunto Kain mientas engullía un trozo de pan

-Temprano, a las siete paso por ti. No lleves armas, solo te traerá problemas-

-No te preocupes, si le quiero romper el cuello a tu rey, son innecesarias-

Reída frunció el ceño, le pellizco el muslo y le dijo -y tampoco digas esas cosas, no quiero que andes peleando con nadie-

-Ok, lo que tu digas-

-Ahora me voy. Recuerda que la fecha limite de las espadas es la próxima semana-

-Sí, tranquila, ya las tengo casi listas-

-Eso espero-

Reída salió de la casa, Kain se quedó en su asiento y fue cuestionado con un par de miradas. Lilia tenía el ceño apretado pero Victoria era directamente hostil. Kain les dio una mirada de soslayo y les dijo -si tienen algo que decir, díganlo. No he desarrollado ninguna habilidad para leer la mente-

-¿Qué pasa con la señora Reída?- pregunto Lilia en un tono cortante

-Sí ¿Qué pasa con la señora Reída?- la secundo Victoria

Kain tomo un sorbo de café y les respondió -ella es mi amiga, al menos ella quiere que sean las cosas así. Hemos tenido sexo varias veces-

-¿Y nosotras?- pregunto Lilia

-Una cosa no tiene que ver con la otra- respondió Kain -ella me gusta, es una mujer fuerte y me siento atraído por ella, pero ella no quiere llegar mas allá-

-Yo no quiero que la sigas viendo- contesto Lilia

-¿Por qué Lilia?¿Cuál es la diferencia con Victoria?-

-No lo sé, pero no me gusta- dijo Lilia con los ojos llorosos. Victoria también asintió de la misma manera

-Si no me das una razón lógica no te puedo prometer nada-

Lilia derramo algunas lagrimas y dijo -es solo una relación corporal, ella no se preocupa por ti. No me gusta-

-Ok- dijo Kain mientras soltaba un suspiro. Se paro, abrazo a Lilia y Victoria y les respondió -no volveré a dormir con ella ¿bien?-

Lilia asintió y le dio un beso en los labios. Después lo siguió Victoria y los tres se sentaron a comer. La tarde fue algo triste, pero hay que elegir entre la diversión o la familia. Y lo ultimo siempre esta primero.

-o-

A la mañana siguiente, Lilia se levantó temprano para preparar las ropas de Kain. Este último le dijo que no era necesario, pero ella insistió en que las ropas del marido hablan mucho de la esposa. Así que Kain acepto. Después de desayunar, espero a Reída que vino a recogerlo en una gran carroza. Las chicas (Victoria y Lilia) la quedaron viendo con malos ojos, pero Reída mantuvo su compostura y se mantuvo tranquila.

Una vez que la carroza partió, Reida vio a Kain mirando por la ventana y le pregunto -¿Por qué esas dos niñas me miran así?-

-Ellas me dicen que tu solo me quieres por mi cuerpo- respondió Kain -ayer me hicieron prometer que si esto era solo una relación física nunca mas me acostaría contigo-

Reída apretó el dobladillo con sus manos por un instante, se tranquilizó y soltó un suspiro -nosotros somos solo amigos- dijo en un tono cortante -nada más-

Kain asintió y le dijo sin molestarse en mirarla -lo tendré en cuenta desde ahora-

Reída se sintió mal por alguna razón, pero ignorando la causa, hizo lo mismo que Kain y siguió mirando por la ventana mientras el carruaje avanzaba por las calles de Ars.

-o-

En medio de un gran castillo de un color blanco prístino, Kain y Reída avanzaban por los pasillos. Ninguno dijo nada mientras observaban los floridos jardines que rodeaban el camino. Todo estaba en completa armonía y todo hubiera sido perfecto si en los alrededores no hubieran estado los molestos nobles. Susurraban a espaldas de Kain. Algunos más osados ponían malas caras al ver a un elfo caminando por los preciosos pasillos del castillo. Pero como estaba Reída, nadie tuvo la valentía de expresar su molestia. Kain revisaba las esquinas, pudo detectar por lo menos diez personas que lo iban siguiendo durante todo el trayecto.

Reída torno lo ojos al cielo y le dijo -no hagas nada. Solo toman las precauciones respectivas. Les dije que no había que ser tan molestos con la seguridad, pero insistieron en los protocolos-

-¿y estos son los protocolos?- pregunto Kain en un tono bajo

-Sí, cuando un espadachín superior a santo viene a ver a su majestad, sí-

-Entonces no hay problema, mientras no me ataquen, no los matare-

Reída frunció el ceño y le dio un codazo, pero Kain no se vio alterado. Por alguna razón esto le molesto a Reída y su rostro se conservó molesto hasta el final del pasillo. Caminaron hasta unas elevadas escaleras, subieron al segundo piso, giraron y siguieron subiendo por la escaleras hasta el tercero. Llegaron a un gran pasillo, donde habían por lo menos, veinte soldados apostados a los lados. Por su sola presencia, Kain pudo decir que eran santos de la espada. Al final del pasillo había una gran puerta, de tres metros de ancho por dos de alto. Estaba diseñada en un medio punto y a sus lados estaban apostados, dos personas a las que Kain conocía.

Kain y Reida caminaron hasta la puerta. Kain miro a Clark que estaba firme, con un rostro estoico, sin prestarle la más mínima atención. Kain sonrió, después miro hacia el otro lado de la puerta. Ahí estaba Lara, también mantenía un rostro estoico sin prestarle la más mínima atención. Kain volvió a sonreír y se acercó a Clark. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, le susurro -cuerdas-

El rostro de Clark se deformo en un sonrisa y apretaba sus labios para no reírse. Lara por otro lado camino hasta Kain y le piso el pie derecho. Ella le dijo en una voz baja -cállate pervertido orejas largas-

Kain se rio de tal manera que su risa reverbero por el pasillo. Entonces les pregunto -¿parece que las han ocupado?-. Y Lara respondió poniéndose roja como un tomate. Clark se sintió incomodo y Reída regaño a Kain -vamos, deja de molestar a los guardias, ellos están haciendo su trabajo-

-Ok- respondió Kain, después miro a Clark y le dijo -pasa por la casa a la tarde. Tomemos algo y conversemos-

-Él no tiene permiso- respondió Lara

-Lo que tu digas- contesto Kain y siguió a Reída

Una vez que la puerta se abrió, una lujosa habitación quedo a la vista. En ese lugar habían seis personas. Cuatro guerreros apostados en cada esquina y dos hombres conversando detrás de un gran escritorio. Uno de ellos llevaba una sotana blanca, mostraba un sonrisa afable, pero esos ojos mentían y tramaban. Por otro lado, el otro sonreía, pero sus ojos no lo hacían. Este último llevaba una gran capa purpura y una corona. Una vez que entro Kain los dos detuvieron su conversación y lo examinaron. Kain podía leer varios pensamientos en su mirada, algunos que le dieron razones suficientes para cortarles la cabezas, pero la voz de Reída deshizo el ambiente tensó -su majestad, como me pidió he traído a Kain Dragonroad-

-Gracias Reída- respondió el rey -puedes retirarte-

-Entendido-

Una vez que Reída se fue, el ambiente pesado continuo hasta que el rey dijo -Buenas días joven, no sé como te habrán educado, pero la gente por lo usual, hace una reverencia y se presenta-

-Ok- respondió Kain haciendo una leve reverencia y diciendo -Kain Dragonroad-

El rey suspiro y le dijo -deberías ser mas educado ¿no lo crees?-

-Lo siento, no puedo. Tu país no trata muy bien a los como yo, a pesar de que gran parte de tu población tiene sangre de semi humano-

-Entiendo- respondió el rey sin plantearse discutir -He sido bastante amable cuidando de que los nobles no te molesten ¿no se si aprecias eso?-

-Lo aprecio-

-Bien. Entonces el arzobispo aquí necesita pedirte algo. Por supuesto, los tres nos beneficiaremos de eso-

-Habla-

El arzobispo puso unos ojos molestos ante tal actuación, pero teniendo en consideración la fuerza de este semi humano, no lo expreso y dijo -mi país, junto con los países vecinos han estado siendo atacados por un dragón. No tenemos la fuerza necesaria y no queremos perder a todo un ejercito. Por lo tanto te pedimos que intervengas. Por supuesto, no te lo pedimos gratis. Te daremos la ciudadanía de Millis y te pagaremos un millón de notas reales-

Kain frunció el ceño y se cruzo de brazos. Comenzó a pensar en lo que quiere hacer. Que es lo que no están diciendo estos ladrones de finas ropas, pero teniendo la certeza de que puede vencer todo lo que se pare en frente, asintió y le dijo -esta bien. Viajare a finales del verano y llegare a Millis después del invierno-

-Gracias- dijo el arzobispo. Por su sola mirada Kain tuvo la urgencia de matarlo, pero considerando lo listillo que se creía esta gente, lo dejo ser. El rey por otra parte estaba agradecido. Tener a un monstruo deambulando por la capital ya era un peligro. Ahora le pasaría el problema a otro y ganaría una buena cantidad de dinero.

-¿Eso es todo?- pregunto Kain

-Eso es todo- dijo el arzobispo, camino hasta Kain y le paso dos cosas. Un sobre y una insignia -con esto tendrás libre el paso hasta Millis y nadie se interpondrá en tu camino-.

-Ok, entonces nos veremos en Millis- después de decir esto, Kain hizo una reverencia y salió de la habitación sin preocuparse por el rey.

-¿Esta seguro arzobispo?- pregunto el rey -es un monstruo que puede competir con Reída-

-Sí, estoy seguro. El dragón le dará prestigio, lo casaremos con alguna niña de una familia de prestigio y será el escudo de Millis. Es una apuesta grande, pero hay que hacerla. El mundo esta cambiando y poco a poco aparecen nuevas amenazas-

-Lo que tu digas viejo amigo. Espero que no te equivoques-

-Yo tampoco-

-o-

Una vez que Kain termino su reunión, converso un rato con Clark y después se fue a casa. Cuando llego lo recibió una ansiosa Victoria y una enojada Lilia y lo desnudaron para revisarlo por completo. Por supuesto, Kain no las dejo salir indemnes y las "castigo". Después de hacer el amor, durmieron hasta la tarde. Recién a las cuatro se levantaron y comieron una buena comida mientras Kain les contaba lo que le habían ofrecido. Lilia se puso nerviosa, pero Kain la tomo de la mano y le dijo que no se preocupara. Incluso si iban a Millis, él trataría de llevar a sus padres a Millis o se las arreglaría para que ella los pudiera venir a visitar. Lilia sonrió algo preocupada, pero ya había tomado una decisión. Seguiría a este hombre hasta el fin del mundo de ser necesario.

El último mes de estadía en Ars, Kain se despidió de sus amigos. Clark y Lara le contaron que tendrían un hijo. Lo cual fue algo alegre, así que Kain les regalo una de sus mejores espadas. Ellos le agradecieron y le contaron que si era niño se llamaría Clark, igual que su padre y si era niña se llamaría Isolte. A Kain no le cuadro, pero una vez que Clark le dijo el nombre su madre, le hizo sentido. Kain le pregunto ¿Por qué habían decidido tales nombres? A lo que ellos respondieron que les gustaba. Seguramente debe haber habido algo más de por medio, ya que Lara miraba con una mirada acusatoria a Clark, pero ellos nunca le dijeron a Kain.

Después de eso estuvo el viaje express de Kain a Buena Villa y se despidió de su hermano. Lo obligo a tomar cinco monedas más y le entrego una espada y un amuleto. Le dijo que si tenía hijos tenía que enseñarle el arte de la espada o no se lo perdonaría. Rawls acepto a regañadientes, pero cuando se despidieron ambos hermanos lloraron como si nunca más se fueran a ver. Celia los regaño porque estaban haciendo un espectáculo, pero también lloro al verlos tan tristes.

Una despedida fría fue lo que paso entre Kain y Reída. Esta última ni siquiera salió de su mansión. Kain la estuvo esperando por una hora, pero viendo que ella no quería salir, se fue. Fue algo triste, pensó Kain, pero no había ningún sentimiento de por medio, al parecer solo fue un contacto carnal. Camino por las atestadas calles de Ars, de vez en cuando miraba hacia atrás, pensando que a lo mejor ella vendría a despedirse, pero eso nunca sucedió. Cuando llego a la casa, se sentó en el patio, debajo del naranjo. Fumo y bebió como de costumbre, se sintió un poco amargo, pero pensando en el futuro, se dijo así mismo que tenía que dar vuelta la página. Así que ya no pensó más en Reída.

-o-

El resto del tiempo fue preparar las cosas, vender todo lo que no se llevarían a Millis. Dentro de eso estaban los muebles y todas las vitrinas que usaba en la tienda. Solo conservo una cama, una mesa y una silla, para el uso diario. Después de eso está la idea de Kain. La cual consistía en no vender la propiedad. Le conto a Victoria y Lilia que podía crear un disco de transferencia, esto se demoraría, pero una vez que estuviera listo. Podrían venir a Ars, cuando ellos quisieran, así que la idea fue muy bienvenida.

Al final del verano, casi un año después de instalarse en Ars, Kain dejaba la ciudad. Victoria le dijo que necesitaba pasar por su hermano. Ella le contó que le faltarían manos para mover el negocio, así que no pudo pensar en nadie más confiable. Kain acepto de buena gana, también quería ver a Robert y golpearlo por darle tantos problemas. Ahora también estaba el hecho de que le gustaba Victoria, pero igual quería golpear a Robert.

La única triste con este viaje fue Lilia, que se tuvo que ir a despedir de sus padres. Estos últimos amenazaron de muerte a Kain. Le dijeron que si les pasaba algo a su niña, lo lamentaría. Ni cuando se enfrento al rey, Kain se sintió tan presionado. Era la presión que emitía una bestia cuando amenazaban a sus crías. Kain les juro por los cielos que nada le pasaría, pero hasta el final, nunca le dieron el beneficio de la duda.

Una vez que dejaron la casa, cabalgaron por Ars, visitaron diferentes calles y plazas. Kain recordó donde conoció a Lilia, conversaron que les parecía cada uno y como se enamoraron. La única aburrida fue Victoria, que dentro de su castigo, conoció a Kain y se enamoró. Pero esa historia no salió, era muy poco romántica para decirla. Así que Victoria soñó despierta con sus propias fantasías.

Cuando Kain llegó a las puertas de la ciudad, tuvo una sensación familiar. Miro hacia atrás, pero como no había nada, solo pensó que fue su imaginación. Kain negó con su cabeza y escucho a Lilia preguntando -¿Pasa algo?-

-No, nada- respondió Kain

-Vamos, tenemos que llegar al puerto del Este antes del invierno-

-Sí, vamos-

Y así continuaron cabalgando mientras una mujer rubia los miraba desde la distancia. Una sonrisa melancólica y una lágrima la acompañaban. Estuvo sola todo este tiempo, y decidió permanecer así. El destino hizo que se cruzaran en el camino, pero fue solo eso, un repentino cruce que duro cuatro estaciones. Es hora de seguir su viaje y dar vuelta la página.

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