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Sábado, 9 a.m.

Buenos días, José. ¿Cómo va todo, carnal?

—¿Qué pasa, Reese? Llegó el carro que compraste. Ya le di una checada, está bueno. Solo necesita unos cambios y ajustes, y quedará como nuevo —dijo José mientras caminaba por el taller.

—Sí, justo por eso lo compré. No necesita mucho trabajo. ¿Puedo trabajar en él hoy? No hay problema, ¿verdad? —le pregunté a José.

—No hay pedo, carnal. Tú usa el taller como si fuera tuyo —respondió José.

Había llegado a la parte trasera del taller, donde estaba un carro que compré hace unos días: un Mazda RX-7 FD de 1993. Lo encontré varado en una casa donde vivían unos ancianos. Les ofrecí comprarlo y aceptaron. El carro en sí no tenía muchos detalles. Bueno, a empezar —dije mientras tomaba una manguera y comenzaba a lavar el coche.

Después de una hora y media de lavar el exterior, bien, ahora era turno del interior. Aquí sí, quité todos los asientos, tapetes y le di una lavada a fondo. Quería que quedara como nuevo. Si bien el carro necesitará un cambio de pintura, eso será en el futuro. Lo que más tardó fue el lavado de los asientos. Lo bueno del interior es que no estaba tostado por el sol. Bueno, una cosa menos que arreglar, pensé.

Ahora tocaba mirar cómo estaba ese motor y qué tocaría cambiar, pensé, mientras abría el capó. Cuál fue mi sorpresa al encontrar un motor intacto, era como si nunca hubiera sido usado; completamente nuevo. Por lo que pude ver, tenía un "large street port" de Pineapple Racing; un turbocompresor individual de 68 mm; válvula de descarga TurboSmart; codo de admisión GReddy; kit de intercooler V-mount personalizado, tubo de bajada de 3 pulgadas y sistema de escape; válvula de descarga HKS SSQV; inyectores primarios de 550 cc agrandados, inyectores secundarios de 1,200 cc; bomba de combustible Garage Life reconfigurada; bomba de combustible Walbro 255 lph; silenciador y resonador de titanio Vibrant; radiador Koyorad; kit de encendido IGN1A.

Al ver que el motor no necesitaba trabajo, decidi revisar las llantas. Al agacharse para inspeccionarlas, note que estaban desgastadas y decididamente necesitaban ser reemplazadas. Busque por el taller las herramientas hasta encontrar el equipo necesario para cambiar las llantas.

Con destreza, levante el automóvil y quite las ruedas desgastadas una por una. Decidi invertir en un nuevo juego de llantas deportivas que no solo mejorarían el aspecto del Mazda RX-7 sino que también contribuirían a un mejor rendimiento. Tras instalar las nuevas llantas, Reese dio un paso atrás para admirar el cambio visual.

El siguiente paso en su proyecto de restauración sería pulir y detallar la carrocería del automóvil para devolverle su brillo original. Con cada mejora, el Mazda RX-7 comenzaba a transformarse en la bestia que Reese había imaginado.

Decidí hablar con alguien del taller para que pintara el Mazda RX-7 de color rojo cereza. Quería que fuera llamativo, que las personas voltearan a verlo y apreciaran la transformación que estaba experimentando. Mientras discutía los detalles con el pintor del taller, me di cuenta de que ya eran las 3 de la tarde y el hambre empezaba a hacerse presente.

Dejé al profesional encargado de la pintura y me dirigí a la zona de descanso del taller, donde estaba jose y sus chalanes. les comenté sobre los avances en el proyecto del RX-7. Mientras compartíamos algunas bromas, recordé la hora y me di cuenta de que necesitaba algo más que solo hablar de autos: ¡necesitaba comida!

Decidí dar un paseo rápido hasta la tienda de comida más cercana para comprar algo para comer. La idea de un sándwich o algo ligero me pareció perfecta para recargar energías y seguir con las mejoras en el Mazda. Mientras esperaba mi pedido, no podía dejar de emocionarme por cómo luciría el auto cuando estuviera completamente renovado y reluciente lo bueno de la pintura es que no tardaria mas de 3 horas en secar asi que para la noche estaria lista.

Una vez habia terminado de comer el Sandwich decidi pedir unos mas para los muchachos del taller.

Había llegado al taller y me dirigí a ver cómo iba la pintura. "Hey, Jorge", le dije mientras le entregaba un sándwich. "¿Cómo va todo?" pregunté después.

"Bien, apenas va la primera capa", respondió Jorge mientras mordía su comida.

"¿Crees que estará lista para esta noche esa belleza?" le pregunté.

"Sí, diría que sí, no te preocupes. Por cierto, ese motor, ¿de dónde lo sacaste?" preguntó Jorge.

"Ni idea, amigo. Venía con el auto. Además, ¿viste también los frenos? Quien haya construido este carro sabía lo que hacía, pero ¿por qué lo dejaría abandonado?" dije mientras miraba la hora en mi reloj.

"Bueno, amigo, me tengo que ir, pero gracias por la ayuda", le dije a Jorge mientras le entregaba 500 dólares por el trabajo.

"No, Reese, no es necesario, carnal. Así déjalo", dijo Jorge, no queriendo aceptar el dinero.

"¿Cómo que no es necesario? Toma, anda", dije mientras metía el dinero en su bolsillo y me iba.

"José, me voy. En la noche paso a recoger el carro, ¿no te molesta, verdad?" le pregunté.

"¿A qué hora?" preguntó José.

"A las 7, estoy aquí por él", le dije a José.

"Sí, no te preocupes, estaremos aquí todavía", dijo José mientras le daba un trago a la cerveza.

"Está bien, nos vemos."

5:30 pm

Había llegado a casa para darme un baño y alistarme; hoy a las 8 tenía una cita con Jade. Aunque era solo una caminata por el parque, para mí era una cita. Acababa de terminar de arreglarme cuando Malcolm entró al cuarto.

"Reese, hoy hay maratón de películas. Las veré...", Malcolm no pudo terminar lo que quería decir.

"¿Por qué estás arreglado? Vamos a salir", preguntó Malcolm.

"Yo sí, tú no", dije mientras me reía. "Hoy tengo una cita. ¿Sabes si mamá está en casa?" le pregunté a Malcolm.

"Espera, ¿tú una cita? ¿Es en serio?" preguntó Malcolm sorprendido.

"Sí, es en serio. Y bien, ¿dónde están mamá y papá?" le pregunté nuevamente a Malcolm.

"Mamá tomó el turno de noche, y papá está en la cochera escuchando música", finalmente dijo Malcolm.

"Bien, será fácil con papá en vez de mamá", dije en voz baja.

Me dirigí a la cochera donde se escuchaba la música a todo volumen del tocadiscos. "¡Papá!" grité, pero no fue suficiente. Le lancé un guante que había en la mesa para llamar su atención, y una vez que me vio, bajó el volumen.

"Reese, ¿qué pasa, hijo?" dijo Hal.

"Voy a salir, tengo una cita", le dije a Hal sin rodeos. "Trataré de no llegar tarde", añadí.

"Mira, Reese, es hora de que tengamos 'la charla'", comenzó Hal, pero justo antes de que pudiera terminar, lo corté a media oración.

"No es necesario esa charla, ya lo sé. Ahorrémonos la vergüenza, ¿quieres?" le dije a Hal.

"Bien, bien, pero si tu mamá pregunta, le di la charla. ¿De acuerdo?" dijo Hal. "Y ¿necesitas dinero o que te lleve al lugar?" agregó.

"No es necesario, descuida. Solo vine a avisar", le dije a Hal mientras cerraba la puerta, y a los pocos segundos, la música volvió a estar a todo volumen.

Me despedí de mis hermanos y fui al taller a recoger el carro; esperaba que estuviera listo.

"Hey, Jorge, ¿qué pasa? ¿Ya está lista?" le pregunté emocionado.

"Jajaja, sí, ya está. Quedó hermosa, la verdad", dijo Jorge.

"Bien, llévame a verla", le dije.

( foto del carro aquí)

"Ahí está, todo tuya. También le cambié el radio, puse uno de los que le vendiste a José. Dijo que se lo pagarás luego", mencionó Jorge mientras se recargaba en la puerta del garaje de pintura.

(foto del carro aqui)

"No hay problema, gracias", le dije mientras le daba la mano y lo abrazaba.

Apenas el carro salió del taller, capturó la atención de la escasa gente que transitaba por ahí; era una belleza que se mostraba por primera vez en las calles. Ansiaba descubrir qué tan rápida podía ser, deseaba experimentar todo el poder del motor y no pude resistirme. Manejé hasta llegar al freeway y, sin vacilar, aceleré hasta el fondo, sintiendo cómo el Mazda respondía con una agilidad excepcional. Cada cambio de velocidad era como una sinfonía mecánica, y la sensación de velocidad se mezclaba con la euforia de explorar los límites de esta máquina única. El rugido del motor se fusionaba con el viento, creando una experiencia inolvidable.

El corazón latía a mil por hora; esto era genial. Llevé el carro a su límite durante unos 20 minutos y decidí bajar del freeway para dirigirme a la tienda de una vez; aún quedaban unos 20 minutos, pero mejor llegar temprano que tarde, pensé.

Estacioné afuera, esperando a Jade. Dieron las 8 pm exactas y salió.

"Hola, preciosa", dije apenas la vi.

"Reese, ¿viniste?", dijo Jade algo sorprendida.

"Claro que iba a venir, ¿qué esperabas?", le pregunté.

"¿Quién es él, mija?" Escuché que alguien preguntó justo detrás de Jade.

"Nadie, mamá, solo un amigo", dijo Jade nerviosa.

"Hola, señora, soy Reese, el novio de su hija", dije con una sonrisa mientras Jade se ponía roja de vergüenza y trataba de negarlo.

"Así que su novio, bien, ya era hora de que tuviera novio", comentó la mamá de Jade.

"Bien, yo solo dejo que disfruten la noche, no la lleves tarde a casa, Reese, ¿okay?", dijo la mamá de Jade mientras me miraba.

"Sí, señora, la llevaré a casa temprano", le dije.

Una vez se fue, volteé a mirar a Jade, que solo me miraba con una mirada furiosa.

"¿Qué pasa?", le pregunté.

"¿Por qué le dijiste que eres mi novio?", dijo, fingiendo su enojo.

"Y acaso no lo soy, ¿olvidaste la apuesta?", le dije mientras me acercaba a ella y le daba un beso en los labios.

"Vamos a dar una vuelta, adelante, sube", le dije mientras abría la puerta del carro. "Vamos", le insistí una vez más.

"Sí, está bien", fue todo lo que dijo Jade, al parecer aún estaba en shock por el beso.

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La historia no esta abandonada es solo que no eh tenido tiempo ni de leer ni escribir asi que tardare mas sorry

FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO Disfrunten la fiesta y cuindense mucho