1 Capítulo 1 - Preámbulo

BIIP…. BIIP… BIIP

La alarma sonó sacándome de mi estado de sueño. Cansado por haberme quedado hasta tarde estudiando, solo quería dormir quince minutos más. Aunque sabía que eso no iba a calmar el terrible cansancio que tenía por haber trasnochado. Aun renuente y con pesadez en los parpados; apago la alarma y me levanto de la cama.

Caminé hacia el baño y vi mi reflejo mientras me cepillaba los dientes. Trataba de recordar los puntos importantes para la prueba del día.

Leo: ¡FUAP!

Escupí la pasta de dientes e ingresé a la ducha, cuando abrí el grifo una corriente agua fría cayó sobre mi despertándome por completo.

Leo: ¡AHHH! Esta helada

Recordando que se me olvido comprar un tanque de gas nuevo para el boiler solo me quedo maldecir a mi yo del pasado por olvidarse de algo tan importante. Terminando mi baño cojo la toalla y regreso a la habitación con la intención de coger algo de ropa. Sin embargo, me quedo apreciando mi figura en el espejo de cuerpo completo en la puerta del armario. Un six pack de abdominales, un cuerpo tonificado sin ser muy musculoso, pero con lo justo, mis rasgos varoniles como pómulos definidos y mi manzana de Adam junto a mis ojos verdes y cabello castaño marcan aún más mi aura de chico guapo.

Leo: JEJE

No pude evitar darme una risa irónica a mí mismo. A pesar de tener este cuerpo solo siento la soledad. Desde la muerte de mis padres a manos de un sicario tuve que hacerme cargo de mí mismo y mi hermana pequeña por lo que no tenía tiempo para vivir lo mismo que los adolescentes normales, nunca me enamoré o tuve novia. Ya que estaba marcado. Estuve presente cuando paso el crimen, solo tenía 13 años y vi todo el suceso escondido entre una pila de bolsas de basura en un callejón donde mi madre me tiro para protegerme. Aunque me presente como testigo solo descartaron mi testimonio por ser menor. Luego cuando estaba en el baño del juzgado me entere que el juez desestimo mi testimonio por que fue sobornado por el criminal. Indignado por la falta de justicia me quede llorando en silencio por un par de horas.

Descartando esos pensamientos me terminé de vestir con ropa deportiva, acaricié a mi gato y salí de la casa con rumbo a las calles a trotar. Siempre me levanto a las 5 AM para recorrer 5 kilómetros y comprar pan para mi desayuno y el de mi hermana Melissa. Esto no es más que una rutina que adquirí en mis tiempos de bombero.

De camino a la panadería salude a un vecino que paseaba a su perro. Siempre quise tener un perro, pero mi hermana es alérgica a ellos. Solo pude suspirar ante mis ganas de salir a correr junto con un husky siberiano. Aunque siento que se moriría de calor acá con todo ese pelo.

¡Ding! ¡Ding!

Las campanas que estaban por encima de la tienda sonaron y alertaron a la chica de la panadería para atenderme.

Julia: ¡Bienvenido!

Julia es el nombre de la chica que junto a su padre atiende esta panadería. Ellos fueron de gran ayuda para mi hermana y yo. Ya que aquí fue el primer trabajo que pude conseguir para mejorar en algo nuestra calidad de vida. Mis padres nos dejaron algunos bienes, pero como niño no podía realizar nada con esas propiedades así que estuvieron vacías hasta que cumplí dieciocho. Ya que era la única forma en la que podía sacarles algún provecho. Sin embargo, aparte de no apoyar a las víctimas el estado se apropió de algunas propiedades. Supuestamente por pagos de impuestos a la herencia. De todas las edificaciones que teníamos como fuentes de ingresos solo pude asegurar dos. Mi casa en la que vivimos actualmente Melissa y yo y la antigua casa de nuestros padres que puse en alquiler.

Leo: Buenos días Julia, lindo cabello.

Julia vestía un jean junto con una blusa mangas largas de color blanco sobre ella había un mandil rosa muy característico de ella, su tono de piel era claro con pecas en el rostro y una cola de caballo como peinado. Todo en conjunto la hacían lucir muy linda sobre todo por dos razones que no podía esconder, aunque llevaba el delantal puesto.

La cara de Julia estaba roja de la vergüenza y cuando iba a decir algo una voz vino de la trastienda.

Roberto: ¿Viniste a seducir a mi hija o a comprar pan?

Julia: ¡Papá!

La cara de julia que ya estaba algo sonrojada se convirtió en un rojo tomate. Roberto era de contextura gruesa y tenía una barba abundante como si fuera un motociclista. El me enseñó a ser pan y aparte fue como un padre para mí.

Leo: JAJAJAJA

No pude evitar reír ante el intercambio padre e hija.

Julia: ¿Lo mismo de siempre?

Leo: Si por favor

Julia: Toma, salúdame a Melissa y nos vemos más tarde.

Guiñándome un ojo Julia me entrega la bolsa de papel con el pan. Julia estudia conmigo en la misma universidad por lo que la llevaba todos los días a clases. Recuerdo que cuando éramos pequeños ella quería ser abogada, pero por falta de dinero no pudo ingresar a la carrera y se resignó a estudiar conmigo.

Regresando a la casa me vuelvo a bañar y preparo el desayuno. Era algo sencillo, pan tostado, huevos revueltos y un buen café. Subí al cuarto de mi hermana y la levante.

Leo: ¡Oye! Despierta se hace tarde

Melissa: ¡Déjame dormir…! ¡Tengo sueño!

Agarre la manta con mi mano y se la quite. En la cama yacía una adorable niña con un pijama de fresas. Su cara que estaba con los ojos cerrados y saliva saliendo por su boca, rodando por su mejilla me provocaba ganas de reír a todo pulmón. Se veía increíblemente graciosa como si fuera una escena sacada de un manga.

Me aseguro que se despierte y bajo de vuelta para alimentar al gato y terminar de desayunar. Mientras tomo mi café prendo el televisor y enfoco las noticias.

Presentadora: Cinco personas han sido asesinadas en menos de 6 horas

Todos los días prendo el televisor con la esperanza de que no sucedan casos como este, pero una vez más la realidad me golpea y destruye mis esperanzas. En otras partes del mundo estos casos casi no suceden, pero acá en el tercer mundo es el pan de cada día. Terminando de desayunar mi hermana baja y se une conmigo. Vestía un típico uniforme de escuela privada, falda y camiseta blanca. Aunque simple si se mezcla con su largo cabello café y sus rasgos finos la hacen lucir linda e inocente.

Presentadora: Casos de desapariciones y muertes inexplicables han aumentado en las últimas horas.

Dejando de prestar atención a la televisión seguí desayunando. No pude evitar alabarme a mí mismo por comprar este magnífico café del país C. Los sabores, matices y aromas son de primera calidad.

Presentadora: En las últimas horas múltiples denuncias de criaturas han sido recibidas y compartidas en redes sociales…

Terminando de desayunar recojo mi casco, enciendo la moto y llevo a mi hermana al colegio.

avataravatar
Next chapter