webnovel

Skullgirls: El Pecado de los Medici

Marie, an orphan girl, manages to escape from her captors who traffic in children as slaves. After surviving she has been given an artifact whose power will serve her to carry out her revenge against the Medici family. Unfortunately for her, in her quest for justice, she is hampered by certain individuals who seek to destroy the Skullhearth to prevent further disaster or obtain it to satisfy their own ambitions. In Spanish: Marie una niña huerfana logra escapar de sus captores que trafican con niños como esclavos. Después de sobrevivir se le ha entregado un artefacto cuyo poder le servirá para llevar a cabo su venganza contra la familia mafiosa de los Medici. Para su desgracia, en su camino de búsqueda, de la justicia se ve entorpecida por ciertos individuos que buscan destruir el Skullhearth para evitar un mayor desastre u obtenerlo para satisfacer sus propias ambiciones.

heraklito96 · Video Games
Not enough ratings
10 Chs

Filia y Samson: Capitulo 7

Abrir un hueco al sótano, cubrirse con los cuerpos no fue una idea que se le hubiese ocurrido. Pero Filia siguió las indicaciones de su compañero con la esperanza de sobrevivir un tiempo más. La explosión llego por toda la casa, en donde terminaron. Consiguieron evitar grandes daños. Pero las manchas de quemaduras por algunas zonas de su cuerpo, comenzaban a manifestarse.

Al llegar al exterior, las nubes mandaban sus últimas gotas. Comprobaba sus cosas y la radio que le fue otorgada se estropeo, no podía comunicarle a Parasoul su hallazgo. Aquello no la iba a detener. Sabiendo la importancia, tomo la decisión de buscar una forma alternativa de hacerlo.

—¿Qué vamos a hacer ahora Filia? Somos un desastre jeje—comentaba nerviosamente el socio

—Me preocupa que eso ande suelto. Tenemos que hacérselo saber a la gobernante

—Ya, con un poco de suerte encontraremos a un soldado por aquí

—Creo que no hace falta esperar mucho, se acercan patrullas—aviso la joven al oír las sirenas

—¡Ocultémonos rápido! ¡Podemos robar una radio!

—¿Sabes cómo usarla?

—Eh...no. Pero improvisaremos

—Déjame intentar...hacer algo

Cayo al suelo a propósito y quedo dormida. Cuando la vieron los enfermeros y policías la llevaron a una camilla para tratarla, por sus leves quemaduras en parte de su cuerpo. Dejo que los doctores la trataran para sanarla y vendarla.

Cuando despertaba, los mismos le hicieron algunas preguntas básicas de lo que ocurrió con exactitud en ese lugar. Les engaño diciendo que la persona responsable de los asesinatos, hizo su labor en aquella casa. Cuando la vio pasar por allí, dejo el gas abierto para destruir toda evidencia posible y que la explosión la matara, sin embargo, salió del todo bien.

Le creyeron, aunque fue gracias a su mirada seductora. Pedía que le permitieran hablar con la princesa por un asunto urgente, argumentando que trabajaba para ella.

Fue acompañada a un teléfono. Al marcarle el numero, una chica le solicito algunos datos para comprobar y la razón de su llamada, al obtenerlos puso en línea a la solicitada.

—¿No te había dado una radio para comunicarte? Ah...en fin. ¿Qué es lo que tienes?

—Pido disculpa de ante mano. Fuimos víctimas de un intento de asesinato por una...cosa

—¿Cosa? Se más específica por favor

—Es difícil de explicar. Pero es una mujer que se hace pasar por monja. Que puede cambiar su apariencia, imitando a cualquier persona—informo la chica tratando de hacer que la creyera

—Cuéntame más, lo que dices es extremadamente importante. No quiero que se te escape ni un detalle—respondió la pelo escarlata, imponiéndose

—Princesa, soy el parásito. Si bien esa criatura imita el aspecto de cualquiera comete un ligero error en su truco. El color de cabello se torna algo rosado

—Eso es malo, si se le ocurre pasar por mi puede crear un coas. Pero si hace lo mismo contigo no seré alguien fácil de engañar gracias a usted.

—Oh de nada. Por cierto ¿Tienes algo de la joven que andamos buscando?

—Aun no, denme tiempo. Mis tropas están trabajando duro para ello. Calculo que como mucho...

—Me estoy impacientando princesa—vuelve a tomar la llamada Filia frustrada— ¿Cómo sé que no me estas engañando?

—No es ningún engaño. Buscar a alguien por más características únicas que posea, en una ciudad como esta es complicado. Aprende a...

—¡Aprende tu a manejar mejor a tus estúpidos soldados! ¡El chófer que me acompañaba me dejo abandonada en Maplecrest, luego fui atacada por la criatura y por poco soy asesinada! Nuestro trato se cancela...buenas tardes

Colgó el teléfono furiosa. Salió del hospital quitándose del camino al personal que querían evitar la acción. Cuando volvió al exterior no tuvo ninguna duda a donde ir, a la torre de su familia.

Requiso una bicicleta para acelerar el paso. Pedaleaba ansiosa e ignoraba los semáforos, esquivaba todo lo que se ponía en frente. Se le ocurrió ir por la vereda llena de gente, pero solo pudo ir un poco más rápido.

El majestuoso edificio estaba a la vista, por fuera parecía ser un edificio común y corriente para gente importante. Infiltrarse en un lugar como ese, sin llamar la atención, era imposible a simple vista. Pero una solución se les apareció a los dos tras mirar algunos uniformados, con equipo de limpieza.

Solo uno de ellos tenia un uniforme compatible con su físico, lo siguió hasta los baños masculinos para noquearlo y robarle la ropa. La misma le quedaba perfecta y el hecho de que todos llevaran un pañuelo en la cabeza y tapabocas ayudaba bastante. Lo dejo encerrado y puesto como si estuviera usando el servicio. Un miembro del equipo la llamo para que subiera rápido al ascensor, porque tenia mucho que limpiar. Fue corriendo con su escoba y tarro de agua hasta ponerse al lado de ellos.

—Apresúrate compañera, no me gusta ir muy apretado —murmuraba Samson atado y cubierto por el pañuelo. El líder del grupo asigno los lugares para cada uno, indicándoles como llegar a ellos y no excederse de los límites de la privacidad. Fingió hacerle caso, recorrió los pasillos del décimo piso para buscar algo que le indicara la ubicación de las cámaras de seguridad.

El lugar iluminado, el aroma de los perfumes que se olía en el aire y las personas vestida elegantemente. Convertía el entorno, en algo asignado para la élite social. Durante el trayecto varios solicitaron sus servicios para que le ayudaran a limpiar algunas cosas.

Perdió mucho tiempo, poco mas de una hora. La ultima que la necesito se le acerco por tener una pequeña duda. Como nunca la había visto trabajar en el edificio, opto por hacerles unas preguntas. Las respuestas le generaban mas dudas que certeza, llevándola a tomar la idea de presentarla ante su jefe Vitale al tratarse de una desconocida.

Utilizo varias excusas, pero nada cambiaba de opinión a la chica. Al final los dos infiltrados tuvieron que generar un plan de huida brusca. Si se cumplía con éxito seguirían vivos de caso contrario, su viaje terminaría aquí.

Al subir por el ascensor llegaron a las puertas de la oficina. La escolta se retiro porque tenía sus propios problemas. Dejándola sola con un pequeño lote de cinco individuos. Normalmente a uno le invadiera los nervios, mas estando frente a la cabeza de la familia, un viejo senil que solo sabia hacer una cosa bien y era gritar a los presentes.

—¡¿Eres un empleado nuevo?! ¡Acércate bien para que te pueda ver! —exigía el anciano

—Señor quizás debería relajarse un poco. Si quiere yo me ocupo de esto

—¡Cállate Dahlia! ¡No te metas en mis asuntos! ¡Quédate al lado de Ottomo con la boca cerrada!

—Mil disculpas señor

—¡Ya! Ahora bien ¿Cómo te llamas muchacho y desde cuando te contrataron?

—Samson señor. Hoy mismo

—¡Ah! ¡Que nombre mas feo! ¡¿Por qué no muestra tu rostro?!

—No creo que debería hacerlo. De echo prefiero que tus socios sean los que lo hagan

—¡Ja! ¡Ustedes dos, ya escucharon, muéstrenme su cara!

"Perfecto, cuando se acerquen les arrebatare sus armas y nos desharemos de ellos" Pensaba el artífice del plan, preparándose para actuar

Dos hombres comunes se acercaron, cuando uno de ellos comenzó a sacar el pañuelo fue sorprendido por la criatura que residía en él. Samson abatió a ambos de un puñetazo, ocasionando que perdieran sus armas. Las utilizó contra sus propios dueños, habiéndose dos pesos menos de encima se concentro en los restantes, los cuales se disponían a dispararlos sin ningún tipo de duda, hasta llenar su cuerpo de balas.

Arrojó la escopeta cerca de sus pies, para consiguiente rodar sobre sí. Filia, envuelta por su compañero, se aproximo a ellos, provocando desacierto en sus acciones. Cuando recuperó su herramienta, la utilizo para desarmarlos, dejándolos parcialmente vulnerables. Pero aún, faltaba mucho, al ver que usaban los restos como arma de combate cuerpo a cuerpo. Ambos acabaron atrapados por el parásito que estrujo con fuerza sus brazos, antes de mandarlos a la puerta de entrada. Cayendo por el agujero profundo, dejado por el ascensor ausente.

La breve calma se rompió, cuando su abuelo saco una pistola de su cajón para utilizarla contra su nieta sin saberlo. La misma esquivaba las balas fácilmente, hasta llegar a el y tenerlo con sus propias manos, a total merced suya.

—Vas a ayudar a tu linda nieta, diciéndome dónde está la habitación de las cámaras.

—¡Ah! ¡Es imposible que sigas viva! ¡Vitale me dijo que te... habían asesinado! —decía el hombre sorprendido al ver a su familiar frente suyo —. ¿Qué quieres de mí?... ¿Quieres vengarte?

—No busco hacerme mala sangre. Solo quiero que contestes mi pregunta y luego te soltaré.

—No sé qué ganas al saber eso, pero te lo diré si me bajas primero.

—Tu hijo y su sicario no tuvieron piedad conmigo, ni mis padres. Yo mucho menos lo tendré contigo. ¡Así que habla! ¡¿Dónde está la habitación de las cámaras?! —exigió la nieta, apretándolo aún más.

—Tres... trigésimo piso. Al fondo del pasillo delante del ascensor.

—Filia, ¿si matamos a este viejo? Sé que no quieres ensuciarte las manos, pero yo no puedo quedarme de brazos cruzados al tenerlo a mi merced —sugirió el parásito.

—¡Ja! ¡Si haces eso serás igual que nosotros! ¡Fría y desalmada! ¡Al final estás haciendo la labor de una auténtica miembro de la familia! Tomar la vendetta contra tu propio abuelo.

—No seré yo quien te mate... pero no pienso irme sin darte un recuerdo permanente de mi parte —contestó la joven, pidiéndole a su socio que le rompiera las piernas.

Lo arrojo a un lado de la sala. Cuando los refuerzos llegaron al salón, ella abrió un hueco en la ventana tras arrojar el escritorio. Con romper aquella barrera de cristal, pudo ejecutar la segunda parte de su plan.

Se arrojo sabiendo lo que hacia, contando los pisos hasta llegar al objetivo, o cerca del mismo. Samson obtuvo la peor parte de su estrategia, atravesar con su cara un cristal, romperlo y recibir torsos en el rostro o en los ojos...No le hacía nada de gracia.

—Piso treinta dos, uf. Terminamos muy cerca ¿Eh compañero? —Comentaba la Medici corriendo por el pasillo. Al fondo del mismo una puerta llevaba a unas escaleras de emergencia, descendiendo por allí, terminaron en su destino en mente. Un solo paso restaba, seguir las indicaciones para hallar el elevador.

Un hombre salió de una puerta con unos auriculares puesto, supuso que por donde apareció era el lugar que tenía que ir. Llego justo a tiempo antes de que la puerta se cerrara rodando como pelota, noqueando a los pocos trabajadores presentes con los que se encontró.

Quizás aquello no era algo aconsejable, porque no poseía conocimiento para utilizar la consola de mando. Improvisando a base de ensayo y error, colocando imágenes que llamaban su atención...Pero no en el mejor de los sentidos.

Cambio de imágenes sin parar. Hasta que, algunas relevantes aparecieron. La chica felina, con la que entablo una pequeña charla hace unas horas, saltaba de casa en casa cargando con cosas muy pesadas. No entendía la razón de su accionar, hasta qué desvió su mirada a la siguiente pantalla, observando algo que le altero.

—¡Carol! ¡Maldita sea, esa cambia formas la esta ahogando! —Expreso ella, su amiga tenia la cara sumergida en el agua siendo ahorcada por su agresora que adopto la apariencia de Filia. La desesperación se volvió cada vez mas grande hasta que la mujer de rasgos felinos la salvo de una muerte segura.

No pudo contener una sonrisa y tomar un suspiro, la acción de la felina le lleno de tranquilidad y seguridad al saber que era alguien de confianza...arrepintiéndose de no haberle pedido ayuda en su momento.

La calma antes de la tormenta termino. El sicario toco la puerta del lugar en donde estaban, buscaba echarlo a bajo a pesar de estar bloqueado por los cuerpos de los empleados. Miraron todas las direcciones, la única respuesta que obtuvieron fue abrirse paso a fuerza bruta para evacuarse del edificio, una bajada larga les esperaba.