Filia y Samson: Capitulo 4

El sol aparecía poco a poco, al igual que sus ojeras por dormir no lo suficiente. Pero Filia ignoro esos detalles para centrarse en su búsqueda, en las oscuras calles. Encontró unas pisadas marcadas cerca de una tienda de flores, noto que una de ellas fue robada del mostrador por la señal de que fue arrancada. Los pétalos marcaban un camino, si seguían allí es porque nadie más paso por la zona y el viento no se las ha llevado, una oportunidad de oro pensó ella para lograr su misión.

Little Innsmouth, un lugar donde criaturas de nombre Dagoniano residían, seres que compartían rasgos humanos con animales felinos y acuáticos, ellos eran tratados como cualquier persona normal que residía en la ciudad, en el centro del área se encontraba un restaurante manejado por uno de ellos.

El hambre rugió con fuerza en su estómago, la chica por suerte sabía que poseía dinero suficiente para comprar algo de alimento, el restaurante empezaba a abrirse poco a poco y espero a que el cartel lo indicara para entrar. Treinta minutos tuvieron que pasar para entrar. Mientras tanto, ella seguía el rastro de pétalos que culmino en medio de la calle, el viento actúa en su contra borrando las pistas, pero con aun así la esperanza no se terminaba.

—¡Ah! ¡Por fin abrieron, tengo hambre! —Dijo el compañero moviendo sus brazos de felicidad, no tardaron mucho en ser atendidos al ser los primeros clientes en llegar.

Una camarera, con un aspecto anfibio fue la encargada de tomar su orden, como no poseía mucho dinero pidió lo mas barato posible. La chica anoto la orden amablemente y le trajo unos panes que la casa invitaba, el parásito no tardo en devorar la mayoría. Su usuaria le ordeno que se calmara y no se delatara, que se mantuviera calmado debajo del gorro y que ella misma le pasaría un poco del plato.

Saco una libreta para anotar sus avances hasta el momento, armando un esquema con todos los datos obtenidos, y los posibles resultados que obtendría al tomar una decisión diferente de la otra.

—¡Disculpa señorita! Aquí tengo su pedido—Avisa la camarera estando al lado de ella

—¡Oh! Gracias, perdón por no contestarla

—Descuida, ¿Quiere que le traiga ya la cuenta para así irse cuando quiera?

—Por ahora no gracias. Aunque noto que están entrando gente. ¿Solo estas trabajando tu?—pregunto la Medici curiosa

—No. Tengo a una compañera que dentro de poco vendrá. Suele dormir mucho

—Pues pobre de ti, atender a mucha gente tu sola

—Jeje, no es tan complicado. Por cierto ¿Me permite ver ese cartel de "Se busca"?—pregunta la empleada al fijarse en la imagen del papel

—Bueno, si me permites preguntarte varias cosas

—Esta chica...la he visto antes. Dos veces, la última hace unas horas

Sin pensarlo se quito los lentes de sol para mirarla fijamente. Ella le informo que la desaparecida, ayer por la tarde, apareció de manera errática y agresiva, peleando con su amiga gatuna, terminando con las dos lastimadas y con la mascara dañada de la agresora, revelando parte de su rostro. El suceso más reciente fue cuando ella escucho un ruido proveniente de afuera, y era nuevamente esa persona. Por la poca claridad no se distinguió bien que es lo que agarraba con fuerza, pero el mismo se caía gradualmente.

—¿Dónde puedo encontrar a tu amiga? Necesito hacerles unas preguntas. ¡Por favor dímelo!—Pidió Filia suplicando, asustando un poco la empleada que se alejó, rápidamente al ver lo que estaba haciendo se disculpó y se calmó para pedírselo educadamente. Su duda fue contestada por la propia felina, que saludaba a su compañera al pasar recientemente por la puerta. Al verla en una postura defensiva se puso delante para defendedla y ser ella quien interrogue.

—Minette ¿Qué pasa? ¿Esta chica te está molestando?—mostraba sus garras la chica gato

—No Nadia. Solo trata de buscar a alguien. Al parecer conoce a la criatura que te ataco ayer

—Oh. Que interesante, si la buscas pierdes el tiempo, yo misma traté de encontrarla y perdí su rastro. No puedo ayudarte

—Da igual, solo quiero saber una cosa—Se acerca lentamente la chica— ¿Cómo era su apariencia? O mejor dicho ¿Es la de esta foto?

—Solo pude mirar la mitad de su cara, y si le agrego algunos elementos. Te diría que si

No lo pensó dos veces, después de agradecerles lo contado se dispuso a correr para seguir la búsqueda, una cosa estaba segura, Carol seguía convida...pero no como se imaginaba. Tomo un camino hacia el centro de la ciudad, la misma comenzaba a ser transitada poco a poco, para tener más visibilidad ascendió a los tejados.

—Compañero si ves algo o sientes algún peligro no dudes en avisarme. Cuento contigo —alienta a su compañero Samson que dormía después del desayuno y al despertarse respondió de forma enérgica y positiva.

Uso su tiempo, mirando forzadamente las calles y callejones, aquella tarea le cansaba mucho la vista y sumado al sueño, en cualquier momento cerrar los ojos significaría no abrirlos durante horas, pero su suerte cambiaba un poco. Su colega detecto a dos hombres en uno de los edificios con prismáticos, llevaban el logo de las garzas negras y él le sugirió pedirles prestados sus utensilios por el momento, propuesta que la chica no pensó en rechazar.

Las palabras no bastaron para convencerlos y recurrió a un plan B. Consista en robarlos sin que se dieran cuenta, lo termino llevando con éxito y los mismo cuando se percataron, ya su ladrona estaba muy lejos. Con una gran ayuda, ella lograba visualizar una gran cantidad de individuos interesantes, miro en todas las direcciones constantemente, dejándose llevar por la ansiedad.

"Pelo azul, mirada amenazante, creo que encontré a la secuestradora" pensaba Filia al ver la mujer saliendo de la gran catedral. Iba vistiendo un uniforme de enfermera bastante corto, sin lugar a duda era una mujer llamativa y pasar desapercibida quizá no se encontraba dentro de sus cualidades.

Atraparla ahora era su meta, de manera sigilosa se acercaba lo máximo que podía, su blanco se trasladaba en los tejados para hacerlo rápido. En un momento de la persecución nota que tomo un desvió después de ir recto durante varios minutos. La perdió de vista, pero una puerta se abrió y dedujo que entro por allí, siguió su rastro a pesar de que se trataría de una trampa, se trasladaba pegada a la pared hasta llegar a la base del lugar. Sus ojos recorrían todos los lugares, era imposible que esa pelo azul se haya escapado así sin más, sin dejar alguna huella...se dio cuenta del porqué de la peor manera.

—Es de mala educación seguir a alguien así —comento la dama atacándola, uso sus puños para dañar a la joven y luego arrojarla contra los muebles, cosa que funciono en parte si no fuera por su paraíso que contraataco, intentando agarrar las extremidades.

Samson termino lastimado por unos cortes, provocados por una sierra medica que portaba la enfermera. La misma se lanzó directamente a su blanco con intención de dejar una marca en su cara, pero tuvo que conformarse con una leve cortadura en su mejilla. Tanto parasito como usuaria, se veían sobrepasados, para más inri su rival lanzo unos kunais que al explotar genero una cortina de humo, dificultando verla y siendo víctimas de varios ataques no interrumpidos.

—Cometiste un error al seguirme. En vez de encontrarte aquí, deberías huir de la ciudad

—¡Ah! ¿Huir? No sin antes que me digas donde está mi amiga. Maldita enfermera —responde enfurecida la chica mostrando los puños

—Ja, ¿Acaso eres amiga de todas las personas que mi equipo y yo hemos secuestrado? Deberías elegir mejor tus amistades

—¡Tu secuestraste a esta chica! ¡Me vas a decir a donde la has llevado! ¡O tendré que obligarte a decírmelo! —dice la Medici mientras su compañero muestra el cartel

—Oh, pero si es el proyecto "Painwheel". Lamentablemente no puedo ayudarte. Ella desapareció. Quizás ande por algún lugar de la ciudad, matando a personas siendo manipulada por la ira. Oh ¿Y si ella ahora mismo está asesinando a sus propios padres? Sería interesante ver su reacción al hacerlo, seguro que...decida terminar con su existencia tras horrible acto —provocaba Valentine mientras se mordía con fuerza el tapabocas

—¡CALLATE ESTUPIDA! —Grita el Parasito harto de sus palabras