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CAPÍTULO 56: UNA PEQUEÑA LUNA DE MIEL.

Una semana después...

Me encuentro en la oficina cuando alguien toca la puerta, miro la hora en el reloj de la laptop y son las diez de la mañana.

- Adelante...

- Alexa, perdóname por molestarte... pero hay un cliente nuevo y pidió que fueras hoy al hotel donde se está quedando porque no puede otro día, ya que sale hoy nuevamente del país.

- Y que cliente es Kelly?.

- Es el señor Graham y tú sabes que llevamos varios meses detrás de él y nunca habíamos podido concordar una cita porque es un hombre muy ocupado y se mantiene de viaje y bueno... para nuestra buena suerte está hoy en la ciudad pero se va a la una de la tarde.

- Salgo ahora mismo entonces, avísale a Damián que debo salir por favor. 

- De inmediato jefa. - Me mira divertida cuando ve mi cara de desagrado por decirme jefa.

Kelly sale de mi oficina y yo corro al baño para darme una retocadita. Me concentro en verificar el estado de mi maquillaje y cabello que esta suelto pero con ondas, mientras me coloco un poco de brillo en los labios.

- No necesitas hacerte nada, estás perfecta... - Dice Damián desde la puerta del baño de mi oficina.

- Amor, eso lo dices porque me amas y cuando uno está enamorado se vuelve un poco cegatón. - Le respondo con una sonrisa mientras me termino de acomodar el cabello y de quitarme el exceso de brillo, me giro para verlo y le guiño un ojo mientras él me mira serio. Supongo que es la actitud que tomó por mi comentario.

- En cambio tú... estás tan guapo. - Le digo riéndome de sus gestos mientras me acerco, lo rodeo con mis brazos por el cuello y le doy un pequeño beso en los labios.

- No te enojes, estoy jugando, además te vas a volver viejito pronto si sigues haciendo esos gestos. - Le digo riéndome con toda la gana, dándole otro pequeño beso para luego soltarlo.

- Mejor vámonos antes de que me sigas provocando y perdamos a tu cliente. - Me dice con cierta frustración en su voz al seguir mirándome desde la puerta del baño mientras me ve recoger mis cosas del escritorio.

Unos minutos después, llegamos al hotel y la recepcionista nos informa que el señor Graham nos espera en la suite de lujo en el último piso. Nos subimos al elevador los dos solos porque Damián les hizo una señal a los demás agentes para que se quedarán, algo que no le di importancia. Mi esposo sabe hacer muy bien su trabajo y no me iba a meter en el, ahora me tenía que concentrar era en el señor Graham.

- Amor... ya te dije que estás perfecta. Deja de mirarte tanto y de acomodarte el cabello porque me voy a poner celoso... te estás preocupando mucho por tu apariencia y solo por un cliente...

- Mi vida, es un futuro cliente muy importante, hemos estado detrás de él por meses y tengo que causar una muy buena impresión, nada más, yo sólo tengo ojos para ti. - Le digo mientras sigo viendo mi apariencia en el espejo del ascensor.

- Más te vale... - Me responde serio y con los brazos cruzados.

Llego a la entrada de la suite y toco la puerta pero no hay respuesta. Damián llega a mi lado.

- Permíteme... - Damián saca de uno de los bolsillos de su pantalón una tarjeta, la pasa por el lector de la puerta y luego está se abre.

- Porqué tienes la llave para entrar en la suite del señor Graham?. - Le pregunto a Damián con mucha confusión porque la verdad es que no estoy entendiendo nada y cuando la puerta se termina de abrir por completo, me quedo en completo silencio y con la boca abierta cuando veo un camino de pétalos de rosas por la suite

.

Sin responderme nada, Damián me levanta del suelo, cargándome en sus brazos.

- Me puedes decir que está sucediendo?, no estoy entendiendo nada... y dónde está el señor Graham?.

- Buenoooo, me imagino que en este momento el señor Graham debe de estar firmando el contrato con Kelly en la oficina antes de irse de viaje nuevamente. – Me dice Damián y yo lo miro aún confundida mientras él cierra la puerta de la suite con el pie.

- Porqué me miras así?. - Me pregunta al avanzar despacio por la suite conmigo en brazos.

- Porque no estoy entendiendo nada...

- Qué no entiendes amor?, que tu esposo te acaba de raptar con la ayuda de tu mejor amiga para estar solos y tener una pequeña luna de miel... - Me dice mientras me coloca en el suelo con cuidado en la habitación de la suite.

Observo con cuidado y todo está lleno de rosas color violeta. El camino de pétalos de rosa que llegan hasta la cama de la habitación son del mismo color y hay velas por todo el lugar. No puedo imaginar que todo esto sea para mí pero me siento tan feliz que no puedo evitar que los ojos se me humedezcan.

- Te gusta?... - Me pregunta Damián abrazándome desde atrás.

- Me encanta, cómo sabes que el violeta es mi color favorito y más en las rosas?... Qué pregunta tan tonta, verdad?. – Digo al caer en cuanta con quien estoy hablando.

- No es tonta. - Me responde y luego me besa el cuello.

- Cuando me di cuenta de que estaba perdidamente enamorado de ti... decidí que quería saber absolutamente todo sobre ti. 

- mmmm como el chocolate. - Le comento al girarme para quedar frente a él y no puedo evitar sumergirme en sus ojos, en los que me veo completamente reflejada.

- Debo confesarte que todo esto tiene otro motivo oculto y algo oscuro... - Me confiesa Damián con una sonrisa pícara al comenzar a quitarme el bolso del hombro.

- aaaa siii... y cuál es ese motivo oculto y oscuro que tiene todo esto?... - Le digo mientras le ayudo a quitarme el abrigo.

- Pues con esto... te estoy diciendo que me tendrás que aguantar hasta que la muerte nos separe porque nunca te voy a dar el divorcio. – Me dice con una enorme sonrisa.

- Menos mal que me lo dices... porque yo tampoco pienso dártelo... - Le digo devolviéndole la sonrisa y desabrochando los botones de su camisa.

Damián me levanta y yo enredo mis piernas alrededor de su cintura. Me acuesta en la cama y él queda encima de mí, lo observo y peino su cabello con mis dedos, él me mira y con su pulgar acaricia mi mejilla.

- Perdóname por tantas dudas e inseguridades mías, pero mi autoestima como mujer se perdió mucho con lo que Ryan me hizo y luego cuando pensé que estabas con Kelly pues... además, nuestro matrimonio no se dio de la mejor manera y como la primera noche no dormiste conmigo en la misma cama... eso tampoco me ayudó mucho y por último aparece tu despampanante ex novia con quién estuviste tres años de novio y quisiste casarte con ella y bueno... que un hombre como tú se pudiera fijar en mí, aún es algo que no me lo creo. - Le confieso mientras lo sigo peinando con mis dedos pero evitando encontrarme con sus ojos. Damián me besa y luego me obliga a mirarlo.

- Tú me salvaste y me diste vida de nuevo, me mostraste lo que es amar realmente a alguien, me volviste a dar una familia y eres completamente hermosa por dentro y por fuera. Tú eres única para mí y ni Tatiana ni nadie se compara contigo ni te llega a los talones.

- Eres un tonto. - Le respondo riéndome y dándole un pequeño golpe en el pecho.

- Un tonto que está completamente loco por ti y nunca me voy a cansar de decírtelo. – Me dice y de inmediato nos comenzamos a besar, terminando de desabrochar nuestras camisas al mismo tiempo cuando alguien llama a la puerta de la suite.

- Servicio a la habitación. - Dice alguien al otro lado de la puerta.

- Maldición... porque Kelly ordenó tan rápido el almuerzo... - Dice Damián con algo de frustración por lo que no puedo evitar reírme de nuevo.

- Yo tengo hambre... - Comento y me rio más al ver su expresión.

- mmm… está bien, vamos a comer. Definitivamente Kelly es la mujer indicada para Andy... igual de inoportunos los dos... - Dice rodando los ojos y levantándose. Al escucharlo, no me puedo controlar y sale de mi boca una carcajada. Damián se vuelve abotonar la camisa, se acerca a la maleta y saca un arma.

- Qué estás haciendo?. - Le pregunto al levantarme de la cama.

- Estoy tomando mis precauciones. - Me responde mientras se la coloca atrás en la espalda baja.

Abre la puerta y varias personas que al parecer trabajan en la cocina del hotel, entran a la suite, incluyendo a uno de los chefs que comienzan a organizar todo para luego servir la comida. 

Después de comer, nos sentamos en la sala bastante satisfechos, encendemos la televisión y comenzamos a ver un programa de remodelación de casas, pero la verdad es que ninguno presta atención, ya que comenzamos a contarnos cosas de nuestra vida, más bien de nuestra infancia mientras el personal del hotel limpia y recoge todo.

Cuando ellos terminan y salen de la suite, yo le estoy contando a mi esposo algo de mi época en la universidad, pero al percatarme que no había movimiento ni respuesta en Damián, quien está acostado en el sofá con la cabeza en mis piernas, miro hacia abajo y lo veo completamente dormido.

Me da mucha ternura verlo completamente dormido como un niño pequeño en mi regazo porque sé que los últimos días no había dormido muy bien, planeando la misión del club y con este momento de calma, el cansancio lo ha vencido por completo.

Me levanto despacio para no despertarlo, le coloco debajo de su cabeza una almohada que traigo de la habitación junto con una cobija para colocarle encima. Salgo de la sala y me voy para la azotea en donde se encuentra la piscina panorámica privada de la suite. El lugar es hermoso, la piscina es espectacular y la vista es preciosa.

Me entran unas ganas de nadar por lo que decido entrar en la habitación con el cuidado de no hacer ruido y despertar a Damián, busco en la maleta que mi nana me preparó y saco un vestido de baño de dos piezas color blanco de un solo hombro y del mismo brasier salen dos tiras que amarran a un lado de la cintura y una tanga de tiro alto con listones a los lados para amarrar. 

Me cambio y salgo a la piscina, dejando la salida de baño en una silla de mimbre que hay al lado. 

Hago ejercicio en la piscina como por media hora y después me dedico a disfrutar de la vista de la ciudad y del puerto. Una paz y tranquilidad me llenan, me siento feliz y plena mientras más observo al horizonte y más me sumerjo en mis pensamientos.

Unos minutos después, siento unos brazos que me rodean la cintura por debajo de la piscina, luego siento unos labios que comienzan a besar mi cuello y a jugar con mi oreja derecha.

- Perdón por quedarme dormido... 

- No te preocupes amor, sé que estás cansado y es normal que te pase, además… a mí me encanta velar tu sueño y cuidarte.

- Te parece si... seguimos en donde nos quedamos?... - Me susurra en el oído.

Me giro y lo beso con ansiedad, Damián comienza a acariciar mi piel muy lentamente comenzando por mis hombros, luego baja por mi cintura demasiado lento.

- Sabes… me encanta tu cuerpo... es adictivo, es hermoso... y tu piel es tan suave... - Damián me dice mientras besa mi cuello y clavícula. Yo solo puedo tirar un poco mi cabeza hacia atrás para no golpearme con el borde de la piscina.

- Nunca había deseado tanto a una mujer como a ti... - Me dice mientras coloca sus manos en mis glúteos para levantar mis piernas y acomodarse entre ellas.

- Y tú haces que pierda el razonamiento cada vez que me tocas, mi mente se pone en blanco cuando estoy contigo y nada más importa. - Le digo entre jadeos mientras él tiene las manos dentro de la tanga de mi vestido de baño.

- Bueno... pues tú me estropeaste para otras mujeres porque ya no puedo mirar a nadie más que a ti y como castigo... voy hacer que se te olvide hasta tu nombre. – Me dice Damián mientras me desamarra las dos piezas del vestido de baño, dejándome completamente desnuda. Solo cobijada por su cuerpo y por el agua de la piscina. 

- Te amo Damián... 

Al momento siguiente, Damián está completamente dentro de mí y los dos nos perdemos con cada embestida suya.

- Porque pierdo el control contigo?... que me hiciste Alexa Lennox?... estás jodidamente estrecha y muy mojada, esto hace que esté llegando a mi limite... - Me dice mientras aumenta el ritmo, provocando gemidos en los dos.

- Soy completamente tuya Damián... - Le digo mientras con mis manos cojo su rostro, por lo que Damián se abalanza a mi boca y me acerca más a él como si aún fuera posible, llevándome al éxtasis. Dejando de nuevo mi mente en blanco hasta que los dos llegamos al orgasmo al mismo tiempo.

Nuestras respiraciones están agitadas y junto con el sonido del agua chocar en el borde de la piscina, es el único ruido que se puede escuchar.

- Jamás me cansare de esto... - Me dice Damián mientras me besa con lentitud y ternura absoluta.

- Yo tampoco... porque yo estoy hecha para ti, yo nací para ti… para amarte y pertenecerte por el resto de mi vida y más...

- Y yo para ti... Alexa Lennox de Evans...

Como Damián no ha salido de mí, le es fácil volver a moverse en mi interior de nuevo.

- Espero que tengas mucha energía, porque me estas llevando a la perdición y vamos a estar mucho tiempo acá. – Me dice mirándome a los ojos mientras se mueve.

- Haz conmigo lo que quieras Damián... - Le digo con la poca voz que me queda a la vez que él me hace suya de nuevo.