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CAPÍTULO 50: NO TE ATREVAS...

Los disparos no cesan, mis oídos están aturdidos pero puedo escuchar los sonidos del metal y de los cristales crujir con cada impacto de bala que choca contra el automóvil. 

No sé cuánto tiempo pasa pero de un momento a otro, los disparos dejan de sonar, luego escuchamos pasos que se acercan a nosotros. 

- No quiero que por nada del mundo salgas del auto, sin importar lo que escuches o veas, me entendiste?. - Me dice Andy. 

- No te arriesgues, estoy segura de que no demorarán los refuerzos, no te expongas, no salgas del auto, es peligroso. - Le digo a Andy muy preocupada y nerviosa. 

- No te preocupes que tengo chaleco antibalas y sólo trataré de ganar tiempo mientras Damián llega. - Me responde Andy mientras veo que de su espalda saca un arma. 

Andy comienza a levantarse lentamente para poder mirar por lo que queda del parabrisas del auto. En el momento en que él se logra sentar, puedo escuchar cuando en un susurro dice una maldición. Al momento siguiente, escucho cuando el seguro del automóvil es quitado, luego Andy respira profundamente y abre lentamente la puerta del automóvil para salir. Cuando Andy comienza a salir del automóvil, se escuchan los frenos de unos automóviles al llegar, rodeándonos a todos y luego se vuelve a escuchar una lluvia de disparos. 

No sé cuánto tiempo pasa otra vez, si fueron segundos o minutos pero los disparos vuelven a cesar y luego alguien abre la puerta de mi lado del automóvil. Siento las manos de alguien sobre mí y luego yo empiezo a forcejear, las manos intentan abrazarme pero yo sigo peleando. 

- Amor tranquila, soy yo Damián... todo está bien, estás a salvo. 

En cuanto escucho sus palabras y reconozco su voz, dejo automáticamente de pelear para girarme hacia él y mirarlo a los ojos. Cuando nuestras miradas se cruzan, inmediatamente lo abrazo y él hace un suspiro de alivio. 

- Damián, qué quieres hacer con los que aún están con vida?. - Le pregunta Hunter. 

- Necesitamos información acerca de Hall, decide lo que quieras hacer con ellos. - Le contesta Damián sin mirarlo aún abrazado a mí. Hunter sin decir nada se aleja de nosotros. 

- Definitivamente contigo la vida no es para nada aburrida y monótona. - Me dice al sacarme del auto para luego dejarme rodearlo con mis brazos por su cintura. 

Lo observo mientras él habla con uno de los agentes y puedo ver algo extraño reflejado en su rostro, de inmediato sé que algo le sucede. 

- Amor estás bien... te sucede algo?. - Le pregunto preocupada. 

- Tranquila, estoy bien. - Me responde pero sin mirarme y sigue hablando con el agente. 

Miro a mi alrededor y todo es un caos, cuerpos tirados por todos lados, todos los automóviles y las camionetas destrozadas. Hago un movimiento de mis manos en la cintura de Damián cuando siento su camisa mojada en uno de sus costados, inclino un poco mi cabeza para poder observar, cuando de repente me encuentro con una mancha roja en su camisa. 

- Oh Dios mío, Damián estás sangrando... - Hablo en un susurro porque el miedo me invade por completo. 

Al parecer, Damián ha escuchado mi susurro porque al momento siguiente, él inclina su cabeza para observar su cintura. Con una de sus manos se toca la tela mojada y dos de sus dedos quedan manchados de sangre. 

- Andy, Hunter, vengan rápido, Damián está herido!!!. - Grito un poco asustada.

Hunter y Andy llegan casi de inmediato a nuestra ubicación. Andy saca un pañuelo de su saco y me lo entrega para que haga presión en la herida. 

- Te duele Damián?. - Le pregunta Andy. 

- No, ni siquiera me di cuenta cuando me hirieron. - Responde Damián algo confundido. 

- Ya viene la ambulancia. - Dice Hunter. 

- Estoy bien amor… no llores, no es nada grave, solo es un rasguño. - Me dice Damián al limpiarme una de las lágrimas de mi mejilla con los dedos y regalándome una dulce sonrisa. 

- Si algo te pasa yo… - No pude seguir hablando. Miro hacia el pañuelo que tengo en la mano para hacer presión en la herida y prácticamente está pintado de rojo. 

– No me va a pasar nada… no te preocupes… - Intenta decirme con toda la calma que puede mantener.

- Hunter!!!!, Damián está perdiendo mucha sangre, en dónde diablos está la ambulancia?. - Grita Andy. 

- Ya llegaron!!!. - Responde Hunter. 

En los minutos siguientes, los paramédicos toman el mando y nos alejan de Damián. Después de hacerle los primeros auxilios, lo montan en una camilla para llevarlo en la ambulancia hacia el hospital, luego ingreso en ella para irme junto a él. 

- Nos veremos en el hospital. - Me dice Andy antes de cerrar la puerta de la ambulancia. 

Damián me tiende la mano y yo la agarro para estrecharla entre las mías, luego le sonrío para tranquilizarlo un poco y esconder el miedo y la angustia que estoy sintiendo. Él solo me observa porque no puede hablar por la máscara de oxígeno que los paramédicos le han colocado. Menos mal llegamos rápido al hospital y en cuanto entramos, Damián es llevado de inmediato a cirugía y yo me quedo en la sala de espera con el corazón en la mano, llena de angustia y miedo. 

Luego de unos minutos, llegan los demás para quedarse conmigo en la sala de espera, aguardando por noticias de Damián. 

Las horas pasan y pasan y yo ya me he bebido un barril de té para calmar mi ansiedad. 

Después de un tiempo más, sale el cirujano a informarnos que Damián está fuera de peligro, que la herida no había afectado ningún órgano vital y que en un momento lo pasarían a una habitación. 

Un gran alivio me invade y luego Andy, Kelly y yo, nos damos un abrazo grupal de felicidad. Al poco tiempo, una enfermera nos avisa que ya han ubicado a Damián en una habitación y que ya podemos pasar a verlo pero por muy poco tiempo, ya que él se encuentra dormido aún por la anestesia y por los sedantes y hay que dejarlo descansar, ya que también la pérdida de sangre que había sido significativa lo tiene algo débil. 

Después de que todos pasaran a verlo por un minuto, yo puedo quedarme con él al final y una vez que estoy sola con él en la habitación, lo observo mientras duerme. 

- No te atrevas a dejarme Damián Evans... no creo que pueda soportar más pérdidas en mi vida y mucho menos la tuya... - Le digo mientras le doy un beso en la frente mientras él sigue profundamente dormido.