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CAPÍTULO 30: ESTÁS LOCO!!!.

Alexa.

Me estoy arreglando para irme a la oficina cuando alguien toca la puerta.

- Adelante. - Respondo mientras me termino de maquillar.

- Tengo que hablar contigo. - Dice Damián al entrar y cerrar la puerta tras él.

- Buenos días Damián, cómo amaneciste?, yo... muy bien gracias... - Le digo sin mirarlo y con evidente sarcasmo.

- Discúlpame... buenos días. - Dice algo avergonzado mientras se acerca al tocador donde me encuentro maquillando.

- Además Damián, creo que las cosas quedaron claras anoche, no hay nada más de que hablar.

- No me estoy refiriendo a lo qué pasó ayer entre nosotros, aunque para mí, ese tema no está concluido, terminado, como le quieras decir. Sobre ese tema vamos hablar más tarde que temprano, eso te lo puedo garantizar. - Me dice al bajar su cabeza hasta apoyarla en mi hombro derecho, mirándome por el espejo y antes de levantarse corre un poco mi cabello hacia un lado para dejar una parte de mí cuello al descubierto para depositar un beso en mí piel. Me quedo completamente sin palabras, sus labios en mí cuello se habían sentido tan bien que por un momento se me corto la respiración.

- Bueno... y sobre qué tema quieres que hablemos?. - Le pregunto tratando de que no vea mí nerviosismo mientras me giro en la silla para verlo.

- Necesito que vengas conmigo, hay una información que es hora de que conozcas y para eso tengo que llevarte a un lugar que absolutamente nadie debe saber que existe. - Me dice al arrodillarse para quedar a mí nivel y poder mirarme a los ojos.

- Qué sucede?. - Le pregunto muy seriamente porque al observar sus facciones, de inmediato sé que es algo muy importante y delicado.

- Ya lo sabrás... pero esto va a llevar algunas horas.

- Entiendo...

Me vuelvo a girar en la silla para coger el celular que está encima del tocador, marco el número que necesito y me lo pongo en la oreja.

- Buenos días Kelly, me surgió algo y necesito que canceles todas mis citas y reuniones del día de hoy, no iré a la oficina.

- Está todo bien?, sucede algo?. - Pregunta algo preocupada y seria desde el otro lado de la línea.

- No, no te preocupes que todo está bien. - Le contesto en tono despreocupado.

- Sabes qué cuentas conmigo incondicionalmente... y te quiero mucho amiga. – Me dice Kelly en forma de apoyo.

- Lo sé, créeme que todo está bien y yo también te quiero, hablamos después. - Le digo después de sonreír un poco porque Kelly siempre ha sido un poco sobreprotectora conmigo.

Me giro de nuevo con el celular en la mano.

- Muy bien... ya cancele todo. - Digo al levantarme de la silla porque ya había terminado de maquillarme.

- Quiero que dejes tu celular acá. - Me dice mientras él coloca el suyo encima del tocador.

- Está bien... - Hago lo mismo que él al colocar el mío al lado del suyo.

- Listo, ahora soy toda tuya... - Digo al acomodarme la ropa y haciéndome la tonta, no puedo creer lo que he acabado de decir.

Al parecer, él ha comprendido el motivo de mi sonrojo porque de inmediato dibuja una sonrisa en su rostro.

- Vamos, no lleves bolso, de hecho… no lleves nada. – Me dice y luego hace un movimiento con la mano, señalándome en dirección hacia la puerta, indicándome que es hora de irnos.

Me acerco a uno de mis cajones del tocador que mantengo con llave para sacar dinero en efectivo, me lo escondo en la ropa y luego vuelvo a cerrar el cajón con llave.

Cuando comienzo a caminar hacia la puerta y paso al lado de Damián, él de repente me toma por la cintura y me jala hacia él, quedando a unos pocos milímetros de su rostro. Yo sólo puedo mirarlo con absoluta sorpresa y perdiéndome en sus ojos verdes mientras él sonríe al ver mi expresión, colocando al mismo tiempo un mechón de mí cabello atrás de mí oreja.

Mis ojos viajan directamente a sus labios y en un momento después, él se acerca y comienza a besarme muy dulcemente, con ternura, pero sin dejar de explorar el interior de mí boca. Después de unos minutos más, nos separamos porque nos falta el aire y estamos un poco agitados.

- Necesitaba mi beso de los buenos días... y con respecto a que eres toda mía... te tomaré la palabra y así será... te lo puedo asegurar. - Me dice al colocar su frente con la mía, apretando un poco más sus brazos alrededor de mí cintura.

Me quedo de una sola pieza sin poder moverme, él se ríe un poco al ver mí cara y me da otro beso corto en los labios antes de separarse de mí.

- Te espero abajo. - Me dice al irse.

Pero que le está sucediendo a ese hombre que acaba de salir de mi habitación, no es el Damián que yo conozco desde hace un par de años.

- Alexa, estás ahí?. - Pregunta mi prima al tocar la puerta desde el otro lado.

- Si Gisselle... pasa. - Le contesto en el momento en que salgo de mis pensamientos y de mi asombro, recomponiéndome un poco y colocándome más brillo en los labios.

- Primis, has estado muy perdida últimamente. - Me dice Gisselle al entrar en mí habitación, sentándose en mí cama totalmente despeinada y con una pijama bastante sensual.

- Buenos días Gisselle, qué puedo hacer por ti?, aparte de que te acabo de pagar un crucero de un mes... - Ella solo se ríe.

- Y déjame decirte que me divertí muchísimo, pero vine a decirte que me invitaron a una súper fiesta de disfraces y necesito dinero para comprar uno nuevo.

- Gisselle... ya tienes bastantes. - Le digo mirándola seriamente.

- Pero ya no están a la moda, se lo pedí a papá y me dijo que no, pero tú que eres una prima tan linda, tan amable, tan genial, la más buena...

- Ya ya Gisselle... está bien... - Me volteo, saco efectivo de mí bolso y se lo entrego.

- Toma y te advierto Gisselle, que no te daré más dinero para ese tipo de cosas, ya tienes muchísimos y si no los vas a usar más, pídele a mí nana que los done por favor.

- Claro que se lo diré, eres la mejor prima del mundo, te quiero, bye. - Me da un abrazo y luego sale de inmediato de mí habitación con el dinero en la mano.

Salgo finalmente de mí habitación después de dejar todo en orden y bajo llave, sobre todo los dos celulares para que nadie se dé cuenta de que no los hemos llevado con nosotros, bajo las escaleras y Damián no está por ninguna parte. De un momento a otro, siento que me cogen de la cintura por detrás con una mano mientras que con una mano tapan mi boca.

- Tranquila, soy yo. – Me dice en un susurro Damián en mi oído.

Me giro y le doy un golpe con mi mano en su pecho.

- Me asustaste Damián. - Él sólo se ríe.

- Ven por acá, nadie puede vernos salir y no puedes hacer ningún ruido. - Me dice algo divertido por mi reacción, cogiéndome de la mano para que lo siga.

Cuando logramos salir de la casa por el jardín, evitando toda la seguridad. Caminamos unos metros alejándonos de la casa hasta llegar a un camino de tierra en dónde hay una motocicleta, Damián coge uno de los cascos que están colgados en el manubrio y me lo ofrece.

- Póntelo por favor. - Me pide mientras que con la otra mano enciende la motocicleta.

- Te volviste loco, verdad?, yo no me voy a subir a esa cosa y mucho menos si no estoy vestida de forma correcta, por qué no me dijiste que me cambiara de ropa?. - Le digo muy molesta mientras me miro la ropa.

El día de hoy, se me había ocurrido la brillante idea de colocarme una falda negra que me llega un poco arriba de las rodillas, unas botas elegantes negras de gamuza con cordones en la parte delantera que me llegan a los tobillos y una blusa blanca de manga sisa con boleros, pliegues cruzados al frente que forman un escote en "v".

- Yo creo que así estás perfecta, en el camino voy hacer el hombre más envidiado. - Me dice mirándome de arriba abajo, con los brazos cruzados y levantando una ceja.

Yo sólo trago saliva al ver que sus ojos me examinan toda, pero hago un sonido al carraspear mi garganta, tratando de disimular y de no darle importancia a la situación.

- Damián, ponte serio y deja tus bromas para más tarde. Si crees que me voy a subir a esa cosa y con esta ropa, te vuelvo a decir que estás completamente equivocado.

Me giro y comienzo a caminar de regreso por donde habíamos llegado, inmediatamente escucho a Damián reír y luego correr hasta alcanzarme, me levanta por las piernas para colocarme en su hombro.

- Damián!!!, bájame!!!, es una orden. - Le digo bastante disgustada, tratándome de tapar el trasero con las manos.

Llegamos nuevamente en donde está la motocicleta, Damián me deposita en el suelo con cuidado y al terminar de arreglarme la falda le doy un golpe en el hombro, pero evidentemente no le hago ni cosquillas.

- Te estás pasando Damián, que no se te olvide que soy tu jefa. – Le digo muy enojada.

- Entonces deja de comportarte como una niña, ponte el casco y súbete a la motocicleta, por favor... - Me dice al ofrecerme el casco de nuevo.

- Y cómo se coloca esto?. - Le pregunto con evidente molestia en mí voz.

Damián se acerca muy divertido, parece que el día de hoy se está divirtiendo mucho a mis costillas. Al hacerlo, me quita el casco de las manos, giro la cabeza bastante enojada mirando hacia otro lado, pero él la vuelve a girar hacia donde él se encuentra parado, me jala hacia él cogiendo un poco mi falda, me da un beso corto en los labios y me coloca el casco.

- Ya estás lista...

Damián se sube a la motocicleta y yo me quedo estática del susto.

- Tranquila, yo te cuido, no tengas miedo, confías en mí o no?. - Me dice al tenderme su mano para que me suba y sin ninguna vacilación la tomo, subiéndome en la parte trasera de la moto.

Damián se coloca el casco, acelera la motocicleta y antes de iniciar la marcha, él coge mis manos haciéndome abrazarlo en su totalidad y luego salimos hacia la carretera.

En el transcurso del recorrido tenemos que detenernos en un semáforo, Damián se hace al lado de una camioneta negra que está ocupada por dos hombres. Los dos miran hacia nuestra dirección y cuando observan mi pierna y parte del muslo que está expuesta, comienzan a realizar comentarios un poco salidos de tono.

Damián voltea a verlos, pone su mano en mí muslo y comienza a acariciarlo, haciendo que me acerque más a él. Yo ni corta ni perezosa me acerco más, disfrutando la sensación de sentirlo cerca. Cuando el semáforo se pone en amarillo, Damián acelera la motocicleta y en el instante en que la luz verde del semáforo brilla, Damián se adelanta interponiéndose en el camino de la camioneta, realizando una maniobra para quedar al frente de esta. Los hombres frenan la camioneta bruscamente y antes de que se bajen del auto o hagan otra cosa, Damián saca su arma y le dispara a los neumáticos de la camioneta, luego hace otra maniobra y continuamos nuestro recorrido.

- Por qué hiciste eso?. - Pregunto muy sorprendida.

- Sólo estoy marcando territorio. - Me responde sin ningún titubeo.

Todo esto me parece un poco extremo pero al mismo tiempo me hace feliz, porque al parecer soy algo importante para él. Damián conduce un rato más hasta llegar a una especie de chatarrería o un cementerio de automóviles.

En el momento en que escucharon la motocicleta, un par de hombres abren el portón para dejarnos entrar. Cuando él aparca la motocicleta un poco lejos de la entrada, me bajo como puedo, luego Damián también se baja, se quita el casco y por último me quita el mío, colgando los cascos en el manubrio.

- Qué lugar es este?. - Pregunto al observar los alrededores.

- Alexa... escúchame por favor. - Me dice obligándome a mirarlo, colocando ambas manos en mí cara.

- Hoy vas a saber cosas que te van a lastimar mucho, pero quiero que sepas que estoy a tu lado, nunca te voy a dejar sola. – Me dice algo ansioso y preocupado.

- Eso me basta. - Le respondo con una media sonrisa y con mi mano tocándole el rostro.

Damián coge mi mano dulcemente y la besa, luego se acerca y me besa más apasionadamente que antes. Una vez que separa sus labios de los míos, me dice:

- Esto sí es pasarse, además te dije que sería la envidia de todos cuando te vieran en la motocicleta conmigo. – Me dice después de besarme y de una manera algo picara.

Sólo puedo mentalmente preguntarme mientras lo observo, sobre qué tiene este hombre que me está volviendo loca y que evidentemente provoca cosas en mí que se están apoderando de mí y de mi voluntad, sin poder hacer nada para cambiarlo.