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Sangre en la escuela de danza

Los crímenes contra las estudiantes de una academia de danza rompen con la tranquilidad de la ciudad de Montecristo. César y sus amigos llegan para resolver el misterio, pero durante su investigación comenzarán a destapar la corrupción que esconden sus habitantes.

SamCisneros_19 · Urban
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44 Chs

Prueba de paternidad

Al ver que su hijo se desmayaba, el alcalde se levantó para llamar a las enfermeras. Clarissa también estaba preocupada por la salud de Mario, sin embargo necesitaba ir con Marcos para mostrarle el audio que había grabado, así que salió apresurada de la habitación.

En el camino se cruzó con el personal médico que corría hacia la habitación de Mario, así que se hizo un lado para cederles el paso. Cuando pasaron, ella continuó con su camino hasta llegar donde se encontraba Marcos. A primera vista parecía bastante estresado.

—Vamos, vamos, César, ¡sal de ahí ya! —Marcos hablaba solo, sin imaginar que Clarissa estaba detrás de él.

Al escuchar esto, preguntó asustada.

—¿Qué pasa con César?

Marcos volteó a verla con una expresión de preocupación.

—El último mensaje que recibí de él fue hace media hora, pero de ahí, perdí la señal del dispositivo. Sospecho que está en un lugar que bloquea las señales de telefonía, así que me resulta imposible rastrear a César.

Clarissa se acercó a la pantalla y pudo ver que un punto que mostraba la ubicación de César antes de desaparecer del radar.

—No te preocupes, debe estar cerca de aquí —señaló un área en el mapa alejado de cualquier zona urbana.

—Pero si esa zona es un bosque —replicó Marcos, pero en ese momento sintió que había sido iluminado por un rayo, así que comenzó a buscar una aplicación en la computadora— aunque si tu teoría es cierta, es probable que ese lugar sea el verdadero escondite de "El Águila".

—Lo supuse porque esa zona me parece más cercana al punto que marcas— señaló Clarissa con modestia.

Marcos estaba tan concentrado ajustando los parámetros y hackeando programas gubernamentales, hasta que al final pudo conseguir una imagen más cercana a esa zona, donde se mostraba una enorme residencia en medio de una zona boscosa.

—¡Eres una genio! Ahí es donde debe estar César, pero... no sé si debamos ir.

—No creo, apenas ha pasado media hora desde que se fue —reflexionó Clarissa— mejor esperemos hasta que él se ponga en contacto.

—Tienes razón, sin embargo sigo preocupado, quería escuchar lo que hablarían —suspiró decepcionado.

En ese momento, Clarissa recordó el audio que grabó de Mario e inmediatamente buscó el archivo para reproducirlo.

—¡Cierto! —dijo apurada— grabé lo que dijo Mario cuando despertó. Escucha.

"Ese día... Alberto me... envió un mensaje... Dijo que... él sabía... dónde estaba... Lisa... Nos vimos... en un lugar... cerca de... la estación... Ahí me mostró... una cartulina... que decía... que ella estaba... en el campo... (bip)", el audio se cortó y Clarissa continuó hablando.

—Esto confirmaría que Alberto está implicado, ¿no?

El joven detective se rascó la quijada mientras meditaba lo que acababa de escuchar.

—Es probable, pero aún así esto no confirma que él tenía en su poder a Lisa. No entiendo por qué Alberto le daría una cartulina que podría ser una prueba crucial para ese caso.

—Quizá era parte de la trampa, para deshacerse de Mario y debilitar al alcalde.

—Pero es increíble que ataquen con tanta saña a don Andrés —señaló Clarissa.

—Creo que la respuesta la tiene Claudia.

Mientras reflexionaban sobre esto, en ese momento escucharon la notificación de correo electrónico, haciendo que Marcos volviera a la realidad e inmediatamente abriera el mensaje que acababa de llegar. Clarissa sintió curiosidad y se acercó para observar.

Cuando terminaron de leer, ambos se miraron sorprendidos.

—Es significaría... —comenzó a decir Clarissa.

—Entonces... —Marcos también estaba sin palabras.

De pronto, el teléfono de Marcos comenzó a sonar, por lo que inmediatamente tomó la llamada sin fijarse quién era.

—¿Bueno?

—Marcos, ¿alguna novedad? —dijo César al otro lado de la línea.

Al escuchar la voz de César, Marcos respiró de alivio y luego hizo una seña a Clarissa de que se trataba de su amigo.

—Pues acaba de llegarme el correo con la prueba de paternidad, a que no sabes...

—Salió negativa, ¿verdad?

—¿Cómo lo supiste?

—Por intuición —comenzó a relatar César—, ese día que nos entrevistamos con Claudia, noté que no se parecía físicamente a don Andrés, sin embargo, hoy que hablé con "El Águila" me llamó la atención que tenía las mismas cejas que ella.

Su amigo se atragantó al escuchar esto, ya que no esperaba que las cosas dieran ese giro.

—Vaya, eso podría significar que Claudia podría ser una víctima y quien estaría detrás de esto es en realidad su madre, Sofía.

—No estoy seguro de eso, por eso fui a hablar con Abraham para pedirle que nos ayude a encontrar a Sofía. Su declaración nos ayudará a acomodar las piezas del rompecabezas.

—Definitivamente —añadió Marcos—. Por cierto, Claudia consiguió la declaración de Mario.

—Excelente, ahora que llegue la escucharé y te daré el aparato que me diste, espero que haya podido grabar algo —dijo un tanto desanimado César— cuando llegué a casa de "El Águila", mi teléfono móvil perdió la señal.

—No te preocupes, ese dispositivo puede grabar aunque no esté conectado a una red —aseguró Marcos.

Cuando terminaron de hablar, Marcos se levantó y comenzó a caminar. Clarisa lo siguió.

—¿A dónde vas?

—Con el alcalde.

—Pero, ¿qué te dijo César?

—Ahora lo sabrás.