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Sangre en la escuela de danza

Los crímenes contra las estudiantes de una academia de danza rompen con la tranquilidad de la ciudad de Montecristo. César y sus amigos llegan para resolver el misterio, pero durante su investigación comenzarán a destapar la corrupción que esconden sus habitantes.

SamCisneros_19 · Urban
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44 Chs

Colaborando con el capo

La declaración de Abraham confirmaba al fin las sospechas de César, así que se dirigió a su interlocutor con otra pregunta.

—¿Recuerda cómo era físicamente Manuel?

Esta pregunta tomó por sorpresa a Abraham, que frunció el ceño y comenzó a tallar su quijada con tal de recordar el rostro de aquel sujeto.

—Solo lo recuerdo por una foto. Le encargué a uno de mis hombres más confiables que lo matara, así que nunca lo vi físicamente.

—¿Qué prueba te dio tu hombre de que cumplió con el trabajo?

—Confiaba en Julián, así que no consideré necesario pedirle pruebas —aseguró, pero su rostro se cambió como si hubiera recordado algo—. Ahora que recuerdo, a él también le encargué resguardar el dinero, pero fue atacado por supuestos hombres de un grupo rival, quienes le robaron el dinero. Cuando lo encontramos, estaba severamente golpeado.

Mientras escuchaba a Abraham, César tomó una servilleta que estaba en la mesa y comenzó a tomar apuntes. "El Águila" sintió curiosidad por lo que estaba escribiendo, así que al acercarse, abrió los ojos al leer lo que estaba escrito. César se detuvo y le preguntó.

—¿Julián sigue trabajando para usted?

—¡Ese maldito! —resopló Abraham— En realidad dos años después del robo, él me dijo que abandonaría el negocio. En un principio no estaba de acuerdo, pero después lo dejé ir.

—De eso, ¿supo a dónde se fue?

—No. Él tenía la habilidad de desaparecer sin dejar rastro.

—Entonces, con esta nueva pista, sospecho de que Manuel de alguna forma convenció a Julián de no matarlo, éste le reveló que ibas a hacer una enorme transferencia y que juntos podían tomarlo para volverse millonarios. Manuel lo ayudó a fingir el ataque, de tal forma que te hicieran creer que fue un grupo rival. Luego escondieron el dinero un tiempo y después Manuel se lo entregó a Claudia, para que ella lo transfiriera a otro lugar.

—Pero a todo esto, ¿qué tiene que ver este robo con los crímenes?

Ante esto, César volvió a buscar en su celular, después le entregó el teléfono al capo para mostrarle una imagen comparativa.

—¿Nota usted algo en estas dos fotografías?

Abraham entrecerró los ojos para encontrar similitudes. Tras unos minutos, dijo asombrado.

—¿No me digas que Manuel y Alberto son la misma persona?

César asintió con la cabeza.

—Es posible que Alberto se haya hecho cirugía plástica para cambiar su apariencia. Lo noté un día en que mi compañera tomó una foto de su rostro, el cual mostraba una leve cicatriz detrás de sus lóbulos.

—Pero, cómo es que...

—Sospecho que Julián hizo lo mismo y se cambió el nombre al de José Martínez, ¿lo recuerda?

Abraham estaba tan impactado con la noticia, que se quedó sin habla. Entonces César continuó hablando.

—¿No le parece sospechoso que los casos no avancen a pesar de que ya son tres víctimas, y cuatro con Lisa? Sospecho que ellos están detrás de todo esto y ocultan al verdadero asesino.

"El Águila" resoplaba de ira ante el hecho de que esas ratas fueron capaces de burlarse de él.

César se alegró al ver que Abraham estaba irritado, lo que significaba que su plan había funcionado.

—Señor —dijo César— sé que ahora es muy difícil de asimilar todo esto, pero aún me faltan pruebas contundentes para atrapar a los sospechosos.

—No soy un hombre que suele actuar impulsivamente —afirmó Abraham—, como te dije, tengo métodos para comprobar lo que tú dices.

—En realidad estoy seguro de que usted hará pagar a los criminales, antes de que la verdadera justicia llegue.

Abraham sonrió maliciosamente ante el comentario de César.

—Ten la seguridad de que me encargaré de ellos.

—Pero antes de eso, me gustaría pedirle otro favor.

El capo se reclinó sobre su espalda y meditó un poco antes de aceptar la petición del intrépido detective. Entonces, sonrió y dijo:

—Con gusto te ayudaría, pero antes de aceptar, me gustaría preguntarte algo.

César sospechó a qué iba la pregunta, así que terminó de tomar el café y después contestó tranquilamente.

—Supongo que quieren saber qué le pasó al cuerpo de Lisa.

—Así es, ¿ustedes la tienen?

El joven detective sonrió y continuó hablando.

—Efectivamente, nosotros tenemos a Lisa y ella está viva.

—¿Qué?

—Como el asesino pensó que Lisa había muerto de inanición antes de completar con su tortura, decidió abandonarla cerca de su rancho para inculparlo. Sin embargo, no contaba con que ella estaba en un estado catatónico y llegamos antes para rescatarla con vida. Al enterarse de que ella aún vivía, el asesino intentó matarla en varias ocasiones, por eso la tuvimos que hacer pasar por muerta para salvarla de una muerte segura —explicó.

Esta respuesta no fue suficiente para "El Águila", que insistió.

—Pero cómo supiste que ella aún seguía con vida, si el cartel sólo decía que estaba en el campo, pero no decía el lugar exacto.

—Sospeché que aún seguía viva porque aún no se había cumplido el tiempo de su desaparición. Además Mario estaba yendo a buscarla cuando fue acribillado, así que el asesino usó a Lisa como sebo para atacarlo.

—Ya veo, pero lo que no logro entender es por qué mataron a esas niñas inocentes —cuestionó "El Águila".

—Ellas eran un chivo expiatorio, parte de una venganza.

—¿Venganza? ¿Hacia quién?

—Sospecho que la venganza es hacia el alcalde, pero aún no hallo la relación entre las víctimas para tal macabro plan. Por eso necesito que me ayude con algo.

—Esta bien, dime qué puedo hacer por ti.

—Quiero que me ayude a localizar a Sofía, la madre de Claudia —respondió con seguridad—. Ella podría darnos otra pieza de este puzle.