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Salvé a una esclava sexual y será mi nueva amiga.

Después de derrotar al Rey Demonio, lo único que quiero es vivir una vida tranquila. Una vida normal... Aunque es más difícil de lo que pensé. Mi sueño es tener una novia y tener amigos. Mientras consiga cumplir uno de esos sueños, moriré feliz. Un día, maté a un grupo de bandidos y rescaté a una esclava sexual. La convertí en un Vampiro y le di una nueva vida. "¡Serás feliz de nuevo, te lo prometo!"

Hector_Angel · Fantasy
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35 Chs

CAPÍTULO 6- Un día de compras. Parte 3.

CAPÍTULO 6- Un día de compras. Parte 3.

—Bienvenido, Dreimo. ¿Y quién es la señorita que te acompaña? No sabía que tenías novia.

—Ella es Yuik, una amiga.

Llevé a Yuik a la tienda en donde compro toda mi ropa.

La dueña de esta tienda es una mujer mayor de unos 50 años. Es muy agradable, y su esposo es el maestro del gremio de esta ciudad.

—Yuik, puedes llevarte todo lo que quieras, el dinero no es problema.

—Ah… Ah…

Ella intentó escribir, pero la detuve.

—No, ya sé lo que dirás. No te preocupes, no es una molestia. Quiero comprarte la ropa, y el dinero no es problema, no te preocupes. Puedes llevarte todo lo que quieras… Mmm… Creo que yo también me llevaré algo de ropa.

No necesito, pero no quiero que ella se sienta incómoda. Tal vez piense que se está aprovechando de mi bondad.

Si compro mucha ropa, ella no se sentirá tan mal.

—Me llevaré esto… Y esto… También esto… Esto no, es muy pequeño… Esto sí… Y esto… Y también esto.

Dejé más de 30 prendas de ropa sobre el mostrador.

—… Oye, Dreimo, ¿no estás exagerando?

—Mmm… No creo… Se me hace poco, pero está bien por ahora.

—¿Te alcanza con tu sueldo de bibliotecario?

—No se preocupe, tengo el dinero suficiente.

Alguien puso su mano sobre mi cabeza… Reconozco esta enorme mano.

—Fufu. Hace tiempo que no te veía, Dreimo.

—Hola, Reik.

El maestro del gremio.

… ¿Debería cambiarme el nombre a Dreimok? Todos los que conozco pertenecen a esa religión.

… Aunque yo maté a… Ah, mejor no pienso en eso.

—Ten cuidado cuando salgas de la ciudad, un monstruo atacó al famoso grupo de bandidos "Selcon" y los mató. El líder de los bandidos era un famoso ex aventurero de clase S, así que el monstruo debe ser de clase S… Tal vez un comandante del Rey Demonio siga con vida.

—¿Eh? ¿En serio?

… ¿Esos bandidos eran famosos? Mierda, no lo sabía, solo los maté por costumbre… ¡¿Y el líder era un aventurero de clase S?! Qué decepcionante. Lo maté de un solo golpe.

Qué raro… Estoy seguro de que yo era solamente más fuerte que un Orco… Mi poder mágico no ha aumentado… ¿Calculé mal?

Bueno, no importa.

—Viajas mucho, debes tener cuidado.

—E-ese monstruo debe ser aterrador… Debo tener cuidado.

—¿Y por qué no solicitas la protección de un aventurero?

—Prefiero ahorrar dinero.

—Espero que no te arrepientas de esa decisión… Por cierto, ¿quién es la chica? ¿Tu novia?

—Es mi amiga. Se llama Yuik.

Volteé a mi derecha y vi a Yuik, escogiendo su ropa.

Me aseguré de poner un campo de insonorización alrededor de nosotros. Ella no escuchó nada de lo que dijimos. Lo mejor es evitar que ella escuche algo sobre los bandidos por algún tiempo. Escuchar algo sobre ellos le traerá malos recuerdos.

Me acerqué a ella y desactivé el campo de insonorización.

—Mmm…

Tomé un vestido y se lo di a Yuik.

—Creo que este vestido rosa se vería muy bien en ti… Y también esto… Y esto…

Comencé a tomar varias prendas y las puse en sus manos.

—¿Quieres probarte la ropa?

Ella asintió lentamente y sonreí.

—El probador está detrás de ti. Te estaré esperando.

Ella entró al probador y me acerqué al maestro del gremio.

—¿Puedes pagarlo?

—Puedo.

Saqué una bolsa con monedas de mi bolsillo.

Saqué dos monedas de oro de la bolsa.

—Ya hice los cálculos correspondientes. Me alcanza.

—¿O-oro?

—Dreimo… ¿Cómo conseguiste tanto dinero?

—Es una herencia de mis difuntos padres… Ella es mi hermana y vino a dejarme mi parte de la herencia… Ella es muda y tiene problemas para comunicarse con las personas, por eso vivirá conmigo.

—Oh… Ya veo… Lo siento.

Una pequeña mentira. No quiero que la investiguen. Si digo que es la hermana de un aburrido bibliotecario como yo, no se interesarán en saber su pasado.

Yuik salió del probador y se acercó rápidamente a mí.

—¿Te gustó?

—S-sí… Sí.

—Ya te dije que no te esfuerces tanto… ¿Eh?

Ella… está asustada… No… Sorprendida y confundida… Ah, los efectos secundarios ya se presentaron.

—Nos llevaremos todo esto. Más tarde vendré a recoger la ropa. ¿La puede guardar en cajas?

—Sí, no te preocupes.

—Gracias. Vámonos, Yuik.

Salimos de la tienda y ella seguía nerviosa.

—Oye, no te preocupes, no eres un monstruo.

Volteé a verla y sonreí.

—Yo también tengo alas.

Ella me observó confundida.

Entramos a un restaurante y nos sentamos en la mesa más alejada.

Después de ordenar la comida, puse un campo de insonorización.

—Ya te dije que te convertí en un Vampiro. Los Vampiros son inmortales, pero también pueden renunciar a su inmortalidad después de los 100 años. Cada 100 años, los Vampiros tienen la oportunidad de escoger si seguir siendo inmortales o no… Yuik… Si te cuento mi historia, ¿prometes no decirle a nadie?

Ella escribió en la libreta: "No te preocupes, no se lo diré a nadie".

Si quiero que ella confíe en mí, debo contarle todo sobre mí.

Quiero tener un amigo que confíe en mí y yo confiar en ese amigo.

… Y también quiero un amigo fiel, que no me traicione… Quiero saber si ella puede convertirse en mi mejor amigo.

Aparte, que yo la haya convertido en un Vampiro es algo muy extraño para ella. No quiero que me tenga miedo ni desconfíe de mí… Si quiero ganarme su confianza, debo contarle mi historia para que no piense que soy un demonio.

—¿Sabías que el Rey Demonio fue derrotado?

Ella dijo sí y escribió: "El héroe Dreimo lo derrotó".

—¿Por qué crees que yo me llamo Dreimo y fui capaz de convertirte en Vampiro?

—…

Ella se quedó en silencio y comenzó a temblar.

—Ah… Ah…

Intentó escribir, pero su mano estaba temblorosa.

Finalmente logró escribir y escribió: "¿Eres el héroe Dreimo?"

No quiero tener secretos con ella. Quiero conseguir su confianza… Me prometí que sería feliz, y eso haré.

Usé magia de ilusión para que los demás clientes no vieran lo que estoy a punto de hacer.

—Las personas no pueden ver lo que haré, ellos solamente pueden ver que yo estoy hablando.

Cancelé la magia de transformación y volví a mi forma normal.

—Mi nombre es Dreimo, el héroe que derrotó al Rey Demonio.

Ella no dejó de observarme sorprendida.

Volví a mi nueva forma y sonreí nervioso.

—Perdí el 99% de mi poder cuando lo derroté, así que ahora soy una persona normal… Bueno, sigo siendo fuerte, pero no tanto como antes… Por favor, no me trates diferente… Quiero ser un humano normal… Quiero vivir un vida tranquila y feliz… ¿Me podrías tratar como un humano normal?

Ella asintió rápidamente… Ah… Está muy nerviosa.

—… Por favor, sígueme tratando como un amigo… No me trates como alguien superior… Odiaba cuando las personas se arrodillaban ante mí… Solo quiero una vida normal y tranquila.

Le extendí mi mano y sonreí.

—Me presento nuevamente. Mi nombre es Dreimo, soy un bibliotecario aburrido y me gusta leer. Es un gusto conocerla, señorita Yuik.

Ella me tomó de la mano.

—Y-Yuik.

—Es un placer, Yuik. Espero que logremos ser grandes amigos.

Ella asintió.

Espero que esto no cambie nuestra relación.

Una pequeña niña está observando a Dreimo y a Yuik por medio de un espejo mágico.

Está sentada en el suelo de una habitación blanca, comiendo una barra de chocolate.

Ella tiene los ojos completamente rosas, cabello rosa y largo, y usa un vestido negro con figuras de ojos. Usa unos brazaletes dorados... Y lo más raro es que está descalza, pero usa zapatos en sus manos.

—Mmm... Eso fue decepcionante. Pensé que guardaría el secreto por más tiempo... Pero conociendo la personalidad de Dreimo, era obvio que se lo diría para evitar que ella desconfíe de él por su habilidad... Aunque esperaba que se lo dijera más adelante y no tan pronto.

Dos ángeles aparecieron al lado de ella y se arrodillaron.

—Diosa suprema, los Dioses siguen quejándose.

—No quieren que ese humano siga vivo.

—Mmm... Ya veo...

Chasqueó los dedos y más de 7 Dioses aparecieron al lado de ella.

—¡¿Diosa suprema?!

Todos se arrodillaron.

—Les dije que mi decisión no cambiaría, pero siguieron quejándose. Desaparezcan.

Los Dioses comenzaron a volverse polvo.

—¡No lo haga, por favor!

—¡Lo sentimos!

—¡Cometimos un error!

—¡No se volverá a repetir!

—No quiero Dioses inútiles.

Todos se volvieron polvo y desaparecieron.

—Dreimo, eres el humano más interesante que he conocido. No me aburras con tu nueva aventura.- Dijo sonriendo.