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Reverend Monarch of Falsehood

El viaje hacia la eterna longevidad es largo y solitario. Ante las adversidades, hay que sobrevivir y permanecer inflexible. Solo entonces uno podra avanzar y continuar su viaje hacia la cima para convertirse en la existencia más fuerte. El Monarca de la Falsedad vaga por la existencia misma fingiendo y adueñandose de las identidades y razas de otros, asesinando y sembrando el caos a donde sea que vaya, cometiendo incluso toda clase de actos sin escrúpulos en su camino con tal de conseguir estar siquiera un paso mas cerca de cumplir su tan ansiado objetivo...

Feng_Yinyang · Eastern
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85 Chs

Cultivadores de los Tres Continentes

"Está bien, haremos lo que dices."

"Cuando sientas que no puedes más, avísame para cubrirte y retirararnos." Dijo Yang Ying Feng con algo de entusiasmo en sus ojos mientras desenfundaba y empuñaba su espada.

Al escuchar las palabras de Yang Ying Feng, Feng Yang asintió mientras miraba hacia el ejército de demonios que se acercaba a ellos.

¡Este ejército estaba formado aproximadamente por cuatrocientos demonios!

Dos contra mas de cuatrocientos...

Aunque estaban mentalmente preparados, tanto Feng Yang como Yang Ying Feng no pudieron evitar sentir que se les tensaba el cuero cabelludo. Por una décima de segundo sintieron algo de duda y ganas de huir.

Pero al pensar en esos valiosos recursos de cultivo... su codicia era mucho más grande que sus dudas y deseo de huir.

Como decía el dicho; mientras que los pájaros mueren por comida, los hombres mueren persiguiendo la riqueza.

Tanto Feng Yang como Yang Ying Feng sentían que no podían desperdiciar la oportunidad de volverse rápidamente más fuerte... tal vez no habría otra oportunidad para ellos.

¡Por lo que debían de exprimir al máximo los beneficios en esta misión!

Pensando en esto, una resolución absoluta apareció en sus corazones.

Aunque ambos tenían diferentes personalidades y puntos de vista, en este momento, ambos solo deseaban aumentar su base de cultivo.

¡En este momento nada era más espeso que su deseo de volverse más fuertes!

En tan solo un momento, ambos lados se encontraron y la feroz batalla de dos contra cuatrocientos comenzó...

Feng Yang y Yang Ying Feng tomaron la iniciativa y mientras fortalecían sus cuerpos al máximo con su Qi, se dispararon con sus espadas hacia el ejército de demonios.

El espeso Qi cubrió sus cuerpos y sus figuras parecían moverse con el viento mientras cortaban con sus espadas hacia los demonios más cercanos.

En tan solo un momento, ¡las cabezas comenzaron a volar por donde sea que pasarán sus espadas y la sangre comenzó a salpicar como lluvia mientras los cadáveres caían uno tras otro...!

Donde quiera que pasara uno de los dos jóvenes humanos en medio del ejército de demonios, sus afiladas espadas atravesaban y cortaban sin parar las cabezas y cuerpos de los demonios. Simplemente estaban comenzando una masacre ante los irracionales demonios que los atacaban ferozmente.

Los gritos y el nítido sonido de la espada cortando atraves de los huesos se hizo presente en la batalla... solo el sonido nítido de las espadas hacia que el corazón de uno se apretara y el cuero cabelludo se tensara.

La escena era espantosamente sangrienta...

Con cada corte ejecutado por los jóvenes humanos, la sangre salpicaba y las extremidades volaban por todas partes.

Habían muchos demonios, pero su fuerza era demasiado desigual. La mayoría de ellos eran demonios con bajos niveles de cultivo, solo en las primeras etapas del Reino Refinamiento de Qi. Sólo un pequeño número de ellos estaban en entre la quinta y séptima etapa del Reino Refinamiento de Qi.

Los demonios ordinarios en las primeras etapas del Reino Refinamiento de Qi simplemente no pudieron resistir ni siquiera un corte bajo las afiladas espadas de Feng Yang y Yang Ying Feng. Por otra parte, el resto... como mucho resistían cuatro cortes antes de caer completamente muertos con más de una extremidad cortada.

Solo uno que otro demonio en el séptimo orden pico podía darles algo de pelea, pero en el instante que aparecía un demonio con tal fuerza, era rápidamente atacado por Feng Yang y Yang Ying Feng al mismo tiempo.

Naturalmente, ante tantos enemigos, ambos no eran completamente ajenos a trabajar en equipo para acabar rápidamente con los fuertes y seguir masacrando a los débiles.

Orgullo... simplemente ninguno de los dos tenía siquiera una misera gota de orgullo... solo la codicia y hambre de poder cubría sus corazones y mentes. Nada más era importante. Aumentar su fuerza y posibilidades de volverse el heredero del llamado Soberano Inmortal de las Cuatro Direcciones era lo único que les importaba.

Incluso si tuvieran que aprovecharse de los mas débiles para alcanzar su objetivo, ninguno de los dos dudaría en lo más mínimo.

Pero sin importar cuantos matarán, ambos sentían que los enemigos no tenían fin... como una marea que se abalanzaban sin parar hacia ellos.

Matar... matar... y matar... no importa cuanto mataran, siempre aparecían más y más cabezas y cuerpos los cuales faltaban de cortar.

Mientras sus cuerpos y espadas estaban completamente teñidas en la sangre negra carmesí de los demonios, todo su ser desprendía una horrorosa y espantosa intención asesina que parecía consumirlos.

Su situación no era muy optimista y ambos estaban comenzando a agotarse a una velocidad visible a simple vista.

Sus espadas y cuerpos parecían pesar cada vez más con cada corte y movimiento que realizaban... sus cuerpos estaban llenos de heridas. Porque aunque sus enemigos no eran demasiado fuertes, eran simplemente demasiados y no pudieron defenderse de todos y cada uno de ellos.

Lo único que hizo que ambos se sintieran un poco mejor fue que los demonios eran completamente irracionales e impulsivos y no trabajaban en equipo para intentar matarlos. Si trabajarán en equipo... no hacia falta decir que les faltaría vidas para morir en sus manos.

Pero como ese no era el caso, en éste caótico campo de batalla en el que estaban completamente rodeados, las figuras de Feng Yang y Yang Ying Feng se entrelazaban y movían rápidamente masacrando demonios a su paso.

Aunque era la segunda vez que trabajaban juntos para matar al enemigo, ambos estaban extremadamente cerca y parecían poder leer los movimientos de su compañero, trabajando en equipo sin necesidad de comunicarse, avanzando y retrocediendo mientras realizaban una masacre la cual no parecía tener fin.

Desde que comenzó la batalla, ninguno dijo una sola palabra, sus miradas y expresiones eran frías como el hielo mientras mataban a sus oponentes. En sus ojos, debajo de toda la sangre e intención asesina que cubría sus cuerpos, se podía ver claramente que si por algun motivo su compañero de equipo se volviera un obstáculo, no les importaría en lo más mínimo el también asesinarlo.

Simplemente la cooperación estaba bien, pero si uno de los dos se volviera una carga en medio de la batalla... el otro sin duda alguna lo mataría sin la más mínima consideración o tristeza. Las palabras anteriores de avanzar y retroceder juntos eran meras palabras vacías las cuales no estaban destinadas a ser cumplidas.

A personas como Feng Yang, que solo se movían por sus propios intereses y beneficios, siempre que algo los beneficiará estaba bien... pero si se volviera una carga y no los beneficiará, no les importaba el deshacerse de ello.

Esto aplicaba a todo, tanto a objetos como a personas. Todo y todos eran reemplazables, por lo que solo los beneficios eran importantes.

Uno por uno... Los demonios fueron cayendo uno tras otro mientras la sangre corría como ríos y los cadáveres e incluso extremidades cubrían completamente el suelo del campo de batalla hasta donde alcanzaba la vista.

En este momento Feng Yang y Yang Ying Feng luchaban ferozmente contra el más fuerte de ellos, un octavo orden, mientras se defendían del resto de demonios. Con Feng Yang y Yang Ying Feng trabajando juntos, era solo cuestión de tiempo para que tal demonio fuera asesinado.

De hecho, si estuvieran en su mejor estado, solo uno de ellos podría matarlo brutalmente a golpes. Pero como ambos estaban exhaustos le tomó bastante esfuerzo el acabar con tal demonio.

En tan solo un momento, Feng Yang y Yang Ying Feng entrecerraron los ojos con algo de disgustó y alivió al mismo tiempo mientras miraban en cierto dirección del campo de batalla... sus emociones eran bastantes contradictorias entre sí. Estaban algo aliviados porque habían aparecido repentinamente dos cultivadores en el noveno orden, pero estaban disgustados por que estaban tomando sus logros de batalla...

Ni siquiera se comunicaron y se unieron a la batalla... sin siquiera decir sus nombres.

Pero en este campo de batalla en el que no faltaban enemigos, Feng Yang y Yang Ying Feng no tuvieron tiempo para preocuparse por tales cosas y comenzaron rápidamente a seguir masacrando enemigos.

Luego hablarían con esos tipos tan desvergonzados.

Con la ayuda de dos cultivadores en el noveno orden, la velocidad a la que eran masacrados los demonios aumento considerablemente. La sangre fluyó incontrolablemente por el suelo y el olor a acre de la sangre envolvió el campo de batalla.

Incluso si veían como sus compañeros eran masacrados uno tras otros, los demonios, los cuales habían perdido completamente la cabeza y todo rastro de racionalidad, seguían avanzando sin el más mínimo miedo.

Con el rápido paso del tiempo, la cantidad de demonios de pie gradualmente se volvieron escasos. Por otro lado Feng Yang y Yang Ying Feng se sentían entumecidos de tanto agitar y cortar con su espada. Sus respiraciones eran extremadamentes fuertes y rápidas.

Estaban llegando a su límite...

...

Finalmente, luego de unos momentos, el caótico campo de batalla se calmo y todos los enemigos yacían como cadáveres en el suelo. Feng Yang sostuvo su afilada espada mientras recorría con su turbia mirada sus alrededores.

En su borroso campo de visión solo solo vio sangre y cadáveres mutilados, simplemente parecía el purgatorio y él, parecía estar en el centro de éste purgatorio.

Extrañamente, Feng Yang se sentía extremadamente famialiarizado con esta vista similar al purgatorio.

Mirando al campo de batalla, Femg Yang vio que los únicos en pie, eran tres figuras cubiertas de sangre... pero estos eran al igual que él, cultivadores de la Ciudad del Norte Azure.

Sin nada más, luego de ver que no había más demonios. Feng Yang y Yang Ying Feng miraron fríamente hacia los invitados no invitados y preguntaron al mismo tiempo;

"¿Quienes son ustedes?"

Los dos invitados no invitados sonrieron y dijeron: "También de los Tres Continentes."

Al escuchar sus palabras Feng Yang entrecerro los ojos.

Al ver las miradas de Feng Yang y Yang Ying Feng, uno de los dos cultivadores dijo; "No es difícil para nosotros ver que son de los Tres Continentes... además de nosotros, cultivadores de los Tres Continentes. No hay muchos cultivadores humanos que luchen tan vigorosamente contra tantos enemigos... en este mundo el límite de cultivo es bajo y tienen una especie de restricción que les impide avanzar sin importar cuantos recursos de cultivo tengan..."

"Por lo que solo nosotros, cultivadores de los Tres Continentes estamos tan desesperados por conseguir logros de batalla e intercambiarlos por recursos. Después de todo, nosotros no tenemos esas restricciones y siempre cuando tengamos recursos, en nuestro actual reino de cultivo, todavía podemos avanzar con facilidad luego de refinar las suficientes perlas mundiales."

Al escuchar esto, Feng Yang reflexiono rápidamente y se dio cuenta de que este era realmente el caso.

Los cultivadores de este mundo no tenían tanto deseo por los recursos de cultivo. Después de todo, sin importar cuantos tuvieran, no podrían avanzar mucho por las restricciones de su mundo. Pero los cultivadores de los Tres Continentes no veían esta situación catastrófica simplemente como; tratar de resistir a los demonios y salvar al mundo por el bien de la raza humana.

Los cultivadores de los Tres Continentes veían esta situación como una gran oportunidad de obtener grandes cantidades de recursos y aumentar sus propias fuerzas.

Por lo que mientras los cultivadores nativos de este mundo luchaban y pensaban únicamente en una forma de sobrevivir y salvar a su mundo.

Los cultivadores de los Tres Continentes solo querían masacrar demonios para obtener logros de batalla y intercambiarlos por recursos de cultivo, además de eso solo les importaba cumplir la misión recibida por parte del sistema.

Mirandolo desde cierto ángulo, mientras que para los cultivadores de los Tres Continentes habían muchos beneficios que ganar y era solo una misiónla cual debían de completar, para los cultivadores nativos de este mundo no era así y solo querían sobrevivir un día más al trágico evento que envolvía su mundo.

Para ellos no había tal cosa como una misión en busca de recursos y de obtener buenos resultados para heredar una gran herencia que los llevaría a la supremacía, ellos solo querían sobrevivir contra los demonios que querían masacrar a su raza.

A diferencia de los cultivadores de los Tres Continentes, ¡Ellos realmente se encontraban en un verdadero estado de desesperación por sobrevivir y salvar sus familias!