Como crecen con el tiempo...

-Salto de tiempo-

-6 meses-

8 meses ya en este cuerpo… Es sorprendente lo rápido que pasa el tiempo; claro, la mayoría de los días me aburría bastante, aunque tener a Toba y la naturaleza para observar me ayudó a distraerme. Hablando de la naturaleza, es bastante tranquilizante observar el paisaje, mirar las nubes... o una pelea a muerte entre dos animales pequeños.

Otro aspecto relacionado con la naturaleza son las plantas que estaban cultivando, por lo que pude observar, fue bastante bien la cosecha; si la gran cantidad de plantas que estaban trasportando significa algo... Aunque también vi a alguien caer al suelo mientras gritaba de dolor, mientras transportaba cierta planta... Por si acaso evitaré tocar las plantas, al menos hasta aprender los usos y efectos que tiene.

Cambiando a otra noticia... ¡La temporada de Okada terminó! Hace unos 2 meses, si no me estoy equivocando... Me enteré de esto en una conversación entre mi madre y Chane, aunque más que enterarme fue a partir de mi deducción; pues de la conversación simplemente entendí el nombre de Okada y un número junto a la palabra mes, además de la obvia decepción en el rostro de mi madre.

Ahora... En cuanto a mis avances físicos y mentales, voy por buen camino; obviamente no soy capaz de pararme sobre mis dos pies todavía y es bastante difícil mantener el equilibrio; ¡PERO! Ya puedo gatear; hace dos meses aproximadamente, por lo que prácticamente estuve explorando todo el lugar y tratando de experimentar con lo que tuviese a mano... Excepto las plantas; no quería morir todavía.

Mentalmente, trataba de realizar ejercicios mentales; pero era bastante complicado... También estuve tratando de entender el idioma; por suerte, pude comprender algunas palabras más, pero todavía no era capaz entender cuando hablaban durante largos periodos de tiempo, pues perdía el hilo de la conversación en algún punto.

Volviendo a mi capacidad de gatear y explorar, pude confirmar que era más fuerte de lo que aparentaba, al parecer puedo levantar 1~2 kilogramos, si tengo que estimar algún valor, además, no sé exactamente cuánto pesa una piel de Camelu. Sabiendo cuanto peso soy capaz de levantar, decidí probar con una espada de juguete que encontré por ahí; la cual pude manejar y decidí jugar con ella... Sin embargo, no me di cuenta que mientras me divertía, mi madre me observaba con una evidente felicidad por mi decisión.

Pero bueno, eso es todo sobre lo que puedo comentar de mis avances. Bastante bien se podría decir, pero se puede mejorar en algunos aspectos.

AH! Cierto, me olvidaba. Conseguí un amigo, bueno, amigos; el primero de ellos es un niño; es el menor de nosotros por un mes creo; la otra persona es una niña, tenemos la misma edad o eso pienso, ya que pude verla en mi primer ritual. Ahora, mis compañeros a la hora de la diversión son bastante... Activos. Claro, es normal que los bebés lo sean, pero a veces prefería estar sentado y ver la naturaleza a estar divirtiéndome, pero un cambio viene bien en ciertos momentos, por lo que recurría a pasar el rato con ellos.

Oh... Ya es hora de los juegos... Bueno, supongo que tocará volver a la rutina, al menos es reconfortante no tener que preocuparme por otra cosa que no sea vivir.

-Chane POV-

Felicidad. Eso es lo que sentía en este momento ¿Por qué? Simple, habíamos obtenido una muy buena cosecha de Manzanilla, Caléndula y Adelfa; principalmente Manzanilla, lo cual era más que bienvenido. Lastimosamente, alguien de la tribu no tuvo cuidado con la Adelfa y terminó envenenado, por suerte, el idiota no murió... Apenas. Como sea, volviendo a las buenas noticias, esperamos recolectar las plantas tres veces antes de que transcurran los dos años planeados, junto a una cosecha similar a la primera, asegurándonos un suministro que durará bastante tiempo.

Otra noticia; aunque esta nos brinda un sentimiento mixto, si tengo que ponerlo en palabras. La temporada de Okada terminó. Según nuestra aproximación fue entre uno o dos meses; pero tendemos a creer que fue hace dos meses. Lo forma en que pudimos descubrirlo fue de dos maneras. La primera, la ausencia de Okada, pues la ausencia de uno; sea uno joven o adulto nos indica que redujeron su tiempo de caza y están buscando lugares para invernar nuevamente. La segunda, un aumento en los animales pequeños en el área, ya que en estos tiempos suelen esconderse y evitarán salir lo más posible hasta que termine la temporada.

Lo bueno de que haya terminado, no tendremos que estar moviéndonos todo el tiempo para evitar ser rodeados por Okadas, además de que menos de nuestros guerreros morirán, por lo que podrán nutrirse de experiencia en la caza de otros monstruos y estar mejor preparados.

Ahora lo malo, de lo cual tenemos varios puntos negativos. El primero, el aumento de animales, claro, en parte es bueno, ya que significa el fin de temporada, sin embargo, esto implica que también aumente la cantidad de animales grandes, haciendo que los ataques al asentamiento sean recurrentes. Segundo, la falta de Okada no nos permite honrar nuestras costumbres, además de que dispondremos de menos experiencia en la caza del animal; ocasionando que en la próxima temporada los guerreros novatos tiendan a morir más seguido. Tercero, el final de la temporada de Okada nos indica que estamos a un par de años de que empiece la tormenta de arena a gran escala, por lo que tendremos que buscar un lugar que sea fácil de defender, pues la falta de visibilidad en las peleas es un gran problema.

Pero bueno, tendremos que adaptarnos a los nuevos animales o mejorar nuestras formas de cazar que ya tenemos, además de que tendremos que pasar más tiempo buscando alimentos.

Como sea... Así es la vida. Ahora es más importante la defensa del asentamiento.

-Lule POV-

'Hoy es un buen día para desgarrar algunos animales' Pensó Lule, mientras veía en el horizonte una gran nube de polvo levantándose.

Volteando para mirar a uno de los exploradores, Lule preguntó "¿Fallaron las trampas colocadas?"

"No. Las revisamos el día anterior y todas andaban correctamente, incluso había algún que otro animal en algunas trampas" Dijo el explorador, con un expresión sombría mientras miraba al horizonte.

"Bien. ¿Identificaron a que nos enfrentamos?"

"No... Nadie había visto a ese tipo de animal antes." Dijo, mientras soltaba un suspiro porque nada salía como esperaba.

"Sigh... Hoy no es nuestro día de suerte. Como sea, simplemente ataquen por los laterales mientras nosotros defendemos el frente; si llegan a pasar sobre nosotros, tendrán vía libre para atacar el campamento, aunque tengamos algunos guardias, no podrán evitar la masacre."

"Bien. Le deseo suerte en el frente." Dijo el explorador, mientras extendía el brazo para un saludo.

A lo que Lule respondió con el propio. Una vez terminado el saludo, volteó hacia los guerreros que iba a comandar, los cuales se estaban preparando para la batalla. Algunos de ellos rezaban, otros revisaban su equipamiento y unos pocos afilaban sus armas.

Observando que todo estaba en orden, decidió dedicar unas palabras.

"ATENCION!!! ¡Hoy va a ser una gran batalla! Pues de nosotros depende la protección de nuestra tribu, así que recuerden dar lo mejor de sí para vivir un día más" Dijo Lule, mientras recorría el frente, observándolos a los ojos; viendo lo que esperaba... Determinación.

"Recuerden llevar a cabo el plan. Habrá tres columnas de guerreros distribuidas por todo el lugar. La primera columna se encargará de detener la carga de la mayor cantidad de bestias posibles; aquellos que fueron designados a la primer columna deben prepararse con la mayor protección posible" Dijo Lule, en forma de recordatorio, recibiendo el asentimiento de la gran mayoría de personas.

"La segunda columna servirá como respaldo de la primer columna. Finalmente, la tercer columna, su trabajo es eliminar a los agazapados y reforzar los lugares en donde se abra una brecha. ¿¡ENTENDIDO!?"

"¡¡SI!!" Dijeron al unísono.

"¡¡POR LA TRIBU!!" Dijo Lule, mientras levantaba el brazo.

"¡¡¡POR LA TRIBU!!!" Respondieron todos, mientras levantaban el puño.

Una vez terminado el discurso, todos se posicionaron en su lugar.

Mientras esperaban, Lule pudo observar desde la primer columna los animales que se acercaban; aunque se podría decir que no eran animales, más bien sería monstruos. Su aspecto era raro; eran pequeños con un color canela; tenían cuatro patas, cada una acompañada con 4 dedos con garras afiladas; pero lo más destacable era su cabeza, la cual comenzaba y terminaba en punta, tenían dos grandes cavidades a sus costados en la parte trasera, en el frente se encontraba su boca, la cual partía la cabeza en dos partes y mostraba todos sus afilados dientes; tampoco era visible algún ojo, simplemente un cráneo liso.

Estos monstruos parecían estar desenfrenados, pues corrían completamente sin ningún orden, incluso algunos eran pisoteados por sus compañeros. Viendo el estado en el que se encontraban, Lule estaba segura que la batalla iba a ser un caos total.

Desviando la mirada de la horda, saca su colgante del Aquila Aurea para rezar "Aquila Aurea, creador del cielo, la tierra, el agua y la naturaleza. Bendíceme para esta batalla, pues tengo un hijo al que cuidar y un honor que brindar a nuestra tribu para enorgullecer a nuestras futuras generaciones."

Terminando de rezar, se levanta y recoge su espada. Viendo que se acercaban, enciende su arma; generando el reconocible rugido del motor, buscando la sangre de sus enemigos. Preparándose para la carga de la horda, se alza un muro de escudos, mientras los portadores bajaban su centro de gravedad, con el fin de evitar el mayor daño posible.

Una vez chocaron ambos bandos, los Humanos retrocedieron unos pasos, mientras que los monstruos estrellaron sus cuerpos contra la barricada, ocasionando que cayesen al suelo y fuesen pisoteados por sus compañeros. Sin embargo, este muro no duró mucho tiempo, pues aquellos que no murieron pisoteados, se encargaron de derribar a los portadores de escudos, provocando que la línea se rompiese, por suerte, esto duró solo un momento, ya que la segunda línea de escudos estaba preparada.

Mientras la segunda fila de muros se encargaba de soportar a la horda, aquellos que fueron derribados estaban luchando a muerte contra los monstruos que se les abalanzaban. Algunos lograban levantarse y volver de alguna manera con sus compañeros, mientras que otros eran destripados en gritos de agonía; pero a pesar de esto, peleaban con el fin de reducir la cantidad de monstruos, mientras que aquellos que murieron rápidamente, eran devorados en cuestión de minutos.

Cuando vieron que una gran cantidad volvía a acumularse, Lule ordenó que todos se preparasen para cargar entre la horda. Una vez preparados, el muro de escudos empujó hacia adelante, haciendo que todos los monstruos cayesen al suelo.

Estando en el suelo, comienza la masacre, en donde muchos de los monstruos mueren ya sea por un corte en el cuello, un corte en la cabeza o una apuñalada en el corazón.

En cuanto a Lule, mientras balanceaba su espada horizontal, lograba cortar el cuelo de tres monstruos fácilmente, sin embargo, no tuvo mucho tiempo de ajustar su postura, pues debió saltar hacia atrás, evitando a dos que intentaban atacar sus piernas; a las que respondió con un corte a la altura de la cabeza, esparciendo sus sesos por todo el suelo.

Mientras se limpiaba la sangre de la cara, rápidamente echó un vistazo a su alrededor, tratando de averiguar la situación de la batalla; por suerte, vio que iban por buen camino.

Volviendo la mirada, cargó contra el siguiente enemigo, cortando toda su cintura; partiéndolo a la mitad, pero tuvo que voltearse hacia otro que cargaba contra ella, a lo que respondió con un ataque a su cabeza. Sin embargo, no pudo reaccionar a tiempo para esquivar un ataque que perforó a la altura de su pecho, ocasionando que afloje por un segundo el agarre de su arma, pero por fuerza de voluntad, recobró su agarre y cortó el brazo, para luego rematar a la bestia; lamentablemente, el descanso no era una opción, así que continuó peleando.

Viendo a un guerrero en el suelo, luchando con sus manos y contra una de las bestias, Lule va corriendo hacia ella y la decapita, logrando liberar a su compañero, el cual se levanta y vuelve a la pelea.

Lule, ladeando hacia un lado su cabeza, logra esquivar el ataque; aunque no sin rasguños, pero logrando vivir y responder con su espada, aunque, tuvo que saltar rápidamente, pues una bestia cargó contra ella con sus cuatro patas.

En otro lado del campo de batalla, se podía observar a guerreros con heridas leves; como rasguños o cortes pequeños, hasta heridas graves; como heridas profundas en el abdomen, perforaciones en el brazo o falta de dedos. En cuanto a las bestias, la gran mayoría estaba muriendo rápidamente, pues los guerreros, a pesar de nunca haberlos visto, poseían experiencia en la caza de animales; sin embargo, enfrentarse a un grupo de 6 monstruos no podía salvarlos aún con la mayor experiencia posible.

Volviendo a Lule, se enfrentaba a un grupo de 6, por lo que tuve que pelear cuidadosamente. Mientras esperaba el próximo movimiento, dos atacaron desde el frente y el resto buscaba rodearla. Mirando sus movimientos, decide luchar contra el grupo de la derecha, logrando matarlos en un parpadeo, pero a cambio, deja descubierta su espalda, recibiendo un ataque, afortunadamente, lograr mover su espalda lo suficiente para dejarle marcas superficiales y no perforarla, volteándose para evitar mayores daños, destripa a la bestia y procede a retirarse, quedando a cara contra las 3 restantes. Decidida a eliminarlos, corre hacia ellos, mientras los monstruos responden de la misma manera, pero, cuando estaban a punto de chocar, Lule se desliza por el suelo y las bestias saltan, a lo que responde con un corte horizontal sobre el estomago, destripándolas.

Terminada la pelea, Lule cae de rodillas por el dolor en su espalda, además de las heridas que recorren a lo largo de su cuerpo. Por suerte, la gran mayoría de las bestias ya están muertas y solo quedan aquellas que están combatiendo con los guerreros.

Al final, la batalla fue una victoria, sin embargo, hubo una gran cantidad de muertos, además de heridos. Entre los muertos, el recuento llegó a 54 personas, mientras que las bestias fue un total de 179. Una cantidad dolorosa de números, a pesar de haber eliminado a casi 200... Pero la vida avanza, ya que en los próximos días, se retirará la carne de los monstruos y se realizará un ritual de honor a los guerreros muertos, pues la batalla que libraron lo amerita.

-Salto de tiempo-

-6 horas después-

En medio de una gran tienda, se podía observar a algunos guerreros durmiendo, otros acostados para relajarse y algunos pocos sentados; lo común era que todos estaban vendados a lo largo de todo el cuerpo. Pero en una esquina de la tienda, se podía observar a Lule, que se encontraba sentada con varias heridas; por suerte, no eran graves, lo que le permitía volver a luchar en el futuro.

Mientras se relajaba, vio que Kolla y Toba con su hijo se acercaban.

"Sabes... Cada vez que hay una batalla, la cantidad de heridas que tienes aumenta; claro, es normal, eres un guerrero, pero a este paso no vas a durar hasta la edad de Chane siquiera" Dijo Kolla, en forma de burla, pero con una notable preocupación en el fondo.

"OYE!!! No digas eso, estoy segura que viviré tanto como Chane; además, con sus 96 años todavía es el segundo mejor guerrero de la tribu" Dijo Lule, con un poco de irritación.

"Bueno, en eso tienes razón, pero no niegues que tienes 30 años pero las heridas de alguien de 60 casi" Kolla dice, mientras hecha un vistazo al cuerpo de su amiga.

"Ugh... Bien, no puedo llevarte la contraria; pero soy lo suficiente resistente para soportar muchas más heridas. Pero da igual, puedes pasarme a mí bebé, quiero relajarme con él un rato" Declaró Lule, mientras extendía los brazos para recibirlo.

Toba, escuchando su pedido, se lo pasa, sin embargo, en medio del trayecto, Omagu se agita y extiende sus brazos en direccion a la Chainsword, que se encontraba a un lado de Lule. Viendo el interés que tenia Omagu en su espada, Lule le dice a Toba que lo acerque hacia su arma.

Una vez dejado en el suelo, Omagu gatea lo más rápido que puede hacia la Chainsword con un brillo de emoción en sus ojos. Obviamente, no es lo más reconfortante existir en un universo donde todo puede matarte, sin embargo, siempre le cautivó disponer de algunas de las armas o armaduras de 40k, pues para él, siempre se vieron grandiosas de usar.

Imaginándose con una Power Armour, una Chainsword en una mano y una Bolt Pistol en la otra, no pudo evitar reírse de felicidad; sin embargo, inconscientemente, trató de levantar la Chainsword, la cual logró levantar unos centímetros, para luego volver a caer, produciendo un ruido que fue audible para las tres. Volteando su mirada a Omagu, las chicas vieron como reía feliz con las manos en el mango del arma.

Lule, reconociendo el sonido, no pudo evitar estallar en una carcajada de felicidad; pues sabía en lo que su hijo estaba interesado, incluso siendo un bebé. Moviéndose con gran esfuerzo, le quita el arma de las manos y lo agarra, buscando acunarlo. Viéndose a los ojos, Lule con una gran sonrisa besuquea toda su cara, mientras que Omagu ríe feliz mientras agita los brazos y las piernas.

Mientras tanto, Kolla y Toba se ven sorprendidas de que un bebé pudiese levantar un arma; aunque sea un poco, pues requiere una fuerza que no tendrían hasta dentro de los dos años de nacido. Pero una vez terminase la charla, Kolla meditaría en su tienda sobre la posibilidad de que Omagu sea el más fuerte, al menos físicamente, que su tribu habrá visto en mucho tiempo.

Volviendo a Lule, dejó de jugar con su hijo y se levantó su strophion para alimentarlo, mientras volvía a hablar con Kolla.

"Jeje... ¿Viste Kolla? ¿Viste lo fuerte que va a ser mi hijo? Estoy segura que será un gran guerrero en el futuro"

"Si si, ya lo vi. Aunque me sorprende su fuerza a su edad" Comentó Kolla mientras miraba a Omagu.

"Si... Me pregunto lo mismo, pero mientras lo ayude a sobrevivir, no veo ningún problema" Dijo Lule, volviendo a sonreír.

"Je, al menos puedo estar de acuerdo con eso, sin embargo, me preocupa los posibles problemas que llegue a tener debido a su fuerza"

"Pero más importante ¿Char no te visitó todavía?"

"Ehm, no, todavía no, pero debe estar ocupado explorando el terreno; vi que algunos monstruos escaparon, por lo que deben estar buscandolos" Dijo Lule, con una cara molesta.

"Seguramente, aunque si soy honesta, me preocupaba que esos monstruos entrasen en el campamento... Algunos guerreros dijeron que vieron a otros compañeros ser devorados... Vivos" Comentó Kolla, con un ligero miedo.

"Mmmmmm... Es posible que haya sucedido, aunque no estoy segura, por la cantidad que había no pude observar" Aclaró Lule, mientras hacía una cara dubitativa.

"Aunque eso sí que fue una batalla, siendo sincera, pero tendremos que ver cómo haremos el ritual, considerando que no podemos conservar tantos cráneos, probablemente elijamos los más grandes" Planteó Lule.

"Lo más seguro es que suceda eso. Aunque hay que mirar el lado bueno, más tarde vamos a desollar al monstruo y ver si existe alguna debilidad que podamos aprovechar; aunque más que monstruo, le dimos un nombre precario, Hemogoblin, pero nos quedaremos con ese nombre para siempre, seguramente" Dijo Kolla, mientras se notaba su entusiasmo por desollarlo.

"Sabes... Cada vez que hablas de sacar los intestinos de algo, me da miedo pensar qué harás con mi cuerpo una vez que muera"

"EY!!! Simplemente me gusta descubrir y saber cómo funcionan los nuevos monstruos que encontramos" Habló Kolla, con leve irritación.

"Da igual, no hables de degollar y descubrir el funcionamiento de las cosas enfrente de Omagu, quien sabe si terminará por el mismo camino" Comentó Lule en tono de broma, mientras alejaba levemente a Omagu.

Cruzándose de brazos, Kolla volteó hacia otro lado con un puchero en su rostro.

Sin embargo, fueron interrumpidos por Char, el cual se encontraba en su armadura de explorador, además de algunos parches de cuero que servían como vendas.

"Lule, que bueno verte mejor sana y salva; creí que iba a ser el fin de la mejor guerrera, especialmente cuando vi que te lanzaste al frente de la pelea" Dijo Char, a modo de burla pero con algo de preocupación.

"No te preocupes, soy lo suficiente dura como para vivir hasta mis 300" Comentó con una sonrisa orgullosa.

"¿300? Sabes que el más viejo que alguna vez vivió en la tribu fue hace 500 años, además, solo llegó a los 300 a duras penas por lo que dicen los textos" Expresó Char, volviendo completamente a su cara burlona.

"Je, tu no te preocupes, ya verás"

"Si... Veré si es cierto o no. Pero cambiando de tema, pensábamos realizar un ritual mañana y como siempre, serás la encargada de llevarlo a cabo" Dijo Char, volviendo a su expresión seria.

"Genial. Además, yo tambien tengo algo importante que decir... Omagu intentó levantar mi espada; y lo logró por unos centimetros, lo cual es impresionante, ya que su físico no lo debería permitir. Por lo tanto, estoy segura que decidirá ser un guerrero, por lo que necesitamos preparar un plan de entrenamiento adecuado" Respondió Lule, con una expresión sería y de convicción a sus palabras.

"Bien, aunque es interesante que pueda levantar tu arma a esa edad, estoy de acuerdo en cuanto al plan de entrenamiento, deberíamos discutirlo después del ritual de mañana, además, hemos aplazado la conversación desde que Omagu nació" Asintió Char, mientras se acercaba para saludar a su prima.

"Hasta la próxima Lule, cuídate" Dijo, extendiendo su brazo y recibiendo la misma respuesta de Lule.

A lo que Kolla aprovecharía el momento y haría lo mismo, para dirigirse hacía el almacén de bestias y proceder destripar a varios Hemogoblin.

~Fin~