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Capítulo 20: Alto

Translator: Adrastea Works Editor: Adrastea Works

El aire se precipitaba contra sus alas como el agua corriendo en los rápidos de un río. Rápido, brusco, pero al mismo tiempo de alguna forma maravilloso y hermoso. Corrientes desconocidas se movían en diferentes direcciones, tirando y arrastrando.

Dorian se río con euforia mientras planeaba a través del cielo, mirando hacia el mundo abajo. El mar de hojas que se movían con la brisa se veía cálido y cómodo a la luz tranquila de la tarde.

—¡Guau! —su único pensamiento era la sensación pura y sorprendente de volar por el aire.

Por supuesto, no estaba volando realmente. Estaba simplemente planeando, al usar sus alas para mantener la gravedad bajo control. Los dragones myyr no eran capaces de volar por completo. Tampoco se atrevían a practicar esto en las montañas, donde las bestias de clase Magnus Magister se desbocaban.

Según William, casi todas las bestias de clase Magnus Magister vivirían o en regiones montañosas o en áreas especiales con una alta concentración de hierbas mágicas. Las montañas Nebra, como Dorian supo que se llamaban, eran un excelente ejemplo de estas regiones montañosas.

Los bosques, como el bosque de los mil robles que no solo rodeaban las montañas Nebra, sino que también se extendían mucho más al sur, eran habitados por bestias peligrosas, pero por lo general sólo estaban en el límite de la clase Magister.

Dorian había aprendido de William un poco más sobre las verdaderas divisiones entre las clases, en su extensa conversación. Si bien Ausra tenía una gran cantidad de información acerca de las especies de tipos de criaturas, la genio no estaba muy informada del mundo en sí mismo.

La razón por la que Dorian no había visto ninguna bestia de clase Dominus, la clase superior a la Magnus Magister, era debido a su extrema rareza.

Las bestias de clase Dominus en la naturaleza eran una ocurrencia en exceso infrecuente.

Casi todas las bestias de clase Dominus en los 30.000 mundos, se originaban en clanes inteligentes. Los dragones del fango negro de clase Dominus, las hidras de los torrentes de clase Dominus, había varias especies que tenían la capacidad de llegar a la clase Dominus, aunque alcanzar esa clase no estaba garantizado, incluso con el linaje correcto.

Estos clanes tenían la tendencia de agruparse y, por lo tanto, cuando una bestia ingresaba en la clase Dominus, lo haría dentro del clan, o en las tierras controladas por dicho clan.

Las leyes de este universo, según Ausra, lo hicieron de manera que era posible, aunque raro, que una bestia mutara al nacer en linajes poderosos o raros que poseían un rastro de ello en su linaje original. Esto parecía ocurrir más a menudo cuando se vivía en un área donde crecieran hierbas mágicas, una de las misteriosas leyes de la existencia.

Al menos algunas de las bestias de clase Magnus Magister que Dorian había visto, probablemente surgieran como resultado de esto. Una bestia que mutara y obtuviera un linaje de clase Dominus era teóricamente posible, pero extremadamente raro.

Esto arrojó un poco de dolor a los planes de Dorian para volverse más fuerte.

Si los linajes de clase Dominus eran tan raros, era poco probable que pudiera ser capaz de encontrar incluso un rastro de uno en una bestia común. Era posible que pudiera encontrar rastros en bestia Magnus Magister más fuertes o con más poder. Pero ¿ese rastro sería suficiente como para utilizarlo o se degradaría como el linaje de dragón myyr?

No era como si pudiera cazar manadas de una misma bestia de clase Magnus Magister, hasta donde podía decir. Nunca había visto a más de una bestia del mismo tipo de clase Magnus Magister.

Cuanto más fuerte fuera su clase o linaje, más difícil sería concebir un hijo. Era posible que fuerza capaz de encontrar una bestia que tuviera un compañero de la misma raza, ¿pero toda una familia?

Algunas bestias de clase Magnus Magister poseían un poco de inteligencia y algunas incluso realmente eran conscientes de su propia inteligencia, aunque no había visto ninguna hasta ahora. Se limitó a no pensar en cazar una bestia como esa, incluso si era por el bien de volverse más fuerte. Si era atacado, entonces se defendería e iría de allí, pero por lo demás…

Dorian sacó estos pensamientos de su mente mientras se enfocaba en planear, elevándose hacia adelante. Estiró los músculos de sus alas, aleteando con fuerza para mantenerse tan alto como fuera posible mientras planeaba hacia adelante.

Gradualmente, fue acercándose hacia la cubierta de hojas. Observándose a sí mismo descender poco a poco, elevado sobre las copas de los árboles, Dorian sintió una sensación increíble. Había estudiado Ingeniería Aeroespacial como estudiante universitario, y sabía bastante sobre las matemáticas y la física de cómo funcionaba el vuelo.

Pero ¿el experimentarlo realmente él mismo, a través de su propio cuerpo? No había sensación como esa en el mundo. El control de sus alas, el movimiento de su cuerpo en vuelo, todo era algo natural para él.

Cuidadosamente se guio hacia una pequeña abertura entre un par de árboles grandes, controlando su cuerpo con precisión. Se las arregló para surcar a través del espacio en las hojas sin ningún problema, deslizándose hacia el bosque.

—¡GRAAAWWWRR!

En el instante en que llegó bajo la cobertura de los árboles, Dorian fue lo suficientemente desafortunado de encontrarse de inmediato con una bestia.

Detuvo su planeo forzosamente, se detuvo y estrelló fuertemente contra el suelo mientras miraba a la corpulenta bestia que tenía delante, con los ojos estrechos.

Había aterrizado en lo más espeso del bosque, en una pequeña sección elevada. Había árboles por todas partes, lo que oscurecía gradualmente su visión.

Justo en frente de él, por debajo, había una gran criatura de dos metros y medio de altura que parecía un toro con piel de color verde oscura. Había un par de firmes colmillos blancos que sobresalían de su boca salvaje, sus ojos pequeños y brillantes lo miraban. Golpeó con sus patas en el suelo varias veces, con sus músculos moviéndose.

—Hola —dijo en voz alta, mirando a la criatura con consternación.

—¿Ausra…? —preguntó mentalmente, continuando con el estudio del jabalí.

—Un jabalí del bosque. Criaturas apreciadas por sus duros cuernos y deliciosa carne. Su crecimiento máximo lo sitúa en la clase Caelum —una fría respuesta resonó en su cabeza.

Dorian se encogió de hombros, la diminuta perla de preocupación desapareció de su corazón. Su cuerpo actual, justo en ese momento, estaba en la etapa temprana de la clase Magister. Si bien podía no tener los instintos de lucha de un dragón myyr, Dorian podía sentir los músculos densos y rizados y las duras escamas que ahora poseía. Se preguntaba cuán más fuerte sería en la clase Magnus Magister.

—Grrr…

El jabalí emitió un gruñido más bajo, con su cuerpo temblando. Miró hacia abajo desde la pequeña colina en la que estaba, sacudiendo su cabeza.

—Se acabó, jabalí del bosque. Tengo la ventaja del terreno.

Sacudió sus garras, mientras que sus ojos emitían un brillo amenazador.

—¡GRAAAWWRRR!

El jabalí lo ignoró y cargó contra él, con sus colmillos apuntando hacia su pecho. Cada paso que daba arrojaba tierra y rocas, pisando fuerte su camino hacia la pequeña colina.

Los ojos de Dorian se convirtieron en rendijas mientras tomaba una respiración profunda. Sentía una sensación de calor dentro de su cuerpo mientras activaba la habilidad que acababa de aprender. Le tomó una simple fracción de segundo para que una gran cantidad de símbolos en su alma salieran disparados de su matriz de hechizos del alma.

Después de esa fracción de segundo, una poderosa cascada de llamas verdes brillantes brotó de su boca, bombardeando directamente hacia el jabalí del bosque. Estas llamas ardían de forma brillante, hirviendo como una cascada imparable.

Cuando Dorian las soltaba, se percató de que, aunque podía ver las llamas quemando a través del aire, el calor que emitían las llamas no parecía afectarlo mucho. La habilidad que estaba usando parecía no solo crear esas poderosas llamas, sino también protegerlo de ellas.

De manera abrupta cerró su boca, cancelando la habilidad cuando sintió que se le agotaba. Cada habilidad que se usara, como cada hechizo que lanzara un mago, crearía un drenaje físico y mental, en el cuerpo y en su alma. El usarlo demasiado podría causar que colapsara, e incluso dañarse físicamente a sí mismo.

ZUMBIDO

RUIDO SORDO

El jabalí del bosque cayó al suelo, asado completamente. Su cuerpo entero estaba chamuscado, cocinado directamente hacia el interior. Las llamas esmeralda menores que Dorian había creado eran potentes, con la fuerza para asar directamente a una bestia de clase Caelum de un solo golpe.

Parpadeó con fuerza al considerar esto. Las habilidades, parecía, eran herramientas extremadamente valiosas para adquirir.

Justo ahora tenía dos. Su habilidad de garras de fuego de la salamandra roja y sus llamas esmeralda menores del dragón myyr.

A medida que continuara evolucionando, tomando más y más formas, obtendría más y más habilidades. Una sonrisa apareció en su rostro al darse cuenta de esto. Aun si no pudiera encontrar un linaje de clase Dominus, eso no significaba que no podría volverse más fuerte.

Un hipnótico olor interrumpió sus pensamientos. Miró hacia abajo, hacia el jabalí asado.

El delicioso aroma de la carne cocida estaba flotando en su nariz, la grasa y el músculo del cuerpo del jabalí estaban esperando a ser devorados. Debido a que lo había cocinado de pies a cabeza se dio cuenta con tristeza de que no sería posible absorber su linaje, aunque tampoco lo había estado planeando.

Su estómago retumbó, y Dorian se dio cuenta de que no había comido nada hoy, no después de intentar comer ese ciervo asado y luego ser interrumpido bruscamente.

Sonrió. Parecía que lograría comer carne asada hoy, al final. Caminó hacia el fuego y cortó varias partes escogidas, metiendo algunas de ellas en la bolsa espacial que había amarrado alrededor de su cuello.

Luego se giró hacia el sur, con su sentido innato de dirección que lo guiaba. A continuación, avanzó y siguió su camino, masticando una pierna de jabalí asada mientras atravesaba el bosque a toda velocidad, bailando una pequeña danza ante el delicioso sabor del jabalí cocido.

..

—¿Debería pensar en la magia de luz… como un dao de luz?

William se rascó la cabeza ante el pensamiento, su mente estaba ocupada en desempacar la herencia de magia que el estimado mago le había dejado.

Estaba más que a mitad de camino de regreso a la ciudad Yor, volando suavemente sobre el bosque de abajo. Había decidido echarle un vistazo a la magia que había recibido, intentando comprenderla.

No obstante, el proceso de pensamiento del mago era extremadamente complejo. En lugar de un método ortodoxo de estudiar magia, enfocándose en aprender un hechizo a la vez, avanzando cuidadosamente con cada paso, el mago caído de clase Angelus, Horhavil Candor lo trataba como si estuviera llegando a su propia comprensión de cómo funcionaba la magia de luz. Se alejó de la simple memorización, y más a la comprensión de los patrones y símbolos que representaban la magia de luz, y los conceptos detrás de ellos.

Era un nivel demasiado alto para William para entenderlo verdaderamente, pero lo dejó sintiéndose impresionado, impresionado y pequeño. El universo era mucho más grande que él, y su comprensión de éste era demasiado, demasiado insignificante.

Siguió revisando la extraña magia de luz, interesándose cada vez más y más. Paulatinamente, comenzó a centrarse en el primer hechizo. Magia de luz: toque curativo. Era un hechizo que se enfocaba en curar a otro individuo, extrayendo energía del aire que te rodea.

La magia de luz tenía poderosos hechizos curativos y poderosas capacidades destructivas. Su única debilidad sería su falta de hechizos defensivos poderosos. Tenía algunos, pero faltaba un nivel superior en comparación con otras ramas de magia.

Estaba en medio de sus pensamientos, agregando esos conceptos en su cabeza, cuando un fuerte y molesto ruido lo interrumpió. Un segundo después su embarcación de madera se detuvo, casi haciéndole caer cuando se tropezó hacia adelante.

William levantó la cabeza, con los ojos muy abiertos por la sorpresa. Levantó sus manos hacia adelante y se preparó para lanzar un hechizo, con su cuerpo tenso.

Un momento después las bajó, al reconocer lo que había delante de él.

La nave transparente de aspecto corriente en la que él originalmente había volado hacia las montañas Nebra, del hechizo del mago real Aymon. Varias cadenas transparentes y flotantes se habían enganchado a su embarcación de madera, bloqueándolo en el lugar. Se golpeó mentalmente por perderse una nave tan obvia acercándose a él. El estar absorto en sus pensamientos de esa manera era peligroso.

—¡Salve, joven mago! ¿Estás bien? —gritó una voz bruscamente.

Un hombre musculoso con cabello negro largo, y una barba corta le hizo una seña. Detrás de él, William pudo distinguir varias otras figuras que no reconocía, pero sí una. El mago real Aymon.

También pudo sentir una increíble concentración de energía en las personas en ese barco, e instantáneamente supo que no solo eran personas con las que no podía cruzarse, sino también personas que era necesario no ofender. La mayoría eran magos poderosos, aunque podía distinguir algunos guerreros con ellos. Guardias de hierro negro, poderosos guerreros de la capital.

—Sí, estoy bien. ¿Puedo ayudarle? —preguntó cortésmente, sintiendo como si ya supiera la respuesta a esa pregunta.

—Sí, sí puedes. Eres William Robel, ¿verdad? ¿El mago que fue herido y perdido aquí antes cuando intentaba capturar una criatura que causaba una perturbación en el destino?

Una mujer de aspecto severo caminó adelante, con su largo cabello rojo atado con un moño apretado, y sus penetrantes ojos que parecían perforar su alma.

—Sí… —respondió William, asintiendo con la cabeza, aunque él no diría que estaba 'perdido', sino más bien abandonado.

—Excelente —ella le hizo un gesto con su mano—. Ya he hablado con el jefe de tu familia. Serás recompensado de manera justa por los sufrimientos que has pasado. Además, él te ha asignado para que nos ayudes a localizar a ese… dragón —su voz no dejaba cabida para la negociación, con sus ojos fríos.

William suspiró en su interior, al sentir una profunda falta de voluntad alzarse en él, además de un sentimiento aún mayor de impotencia. Caminó hacia la embarcación transparente y la abordó, desechando la suya.

—Ahora —comenzó la mujer mientras él abordaba, caminado delante de él. Algunos de los magos en los alrededores se voltearon para mirarlo. El mago de aspecto musculoso, mientras tanto, se volteó hacia el frente del barco, ignorándolos. De cerca, William notó varias líneas tenues y negras de energía que flotaban alrededor del hombre—. Dime exactamente lo que recuerdas, o sabes, sobre la perturbación en el destino, y cómo exactamente sigues vivo.

..

El rey mago Telmon suspiró, frotándose la frente. Sus ojos violetas perforaban hacia adelante, mirando a la distancia, como si estuviera mirando toda la existencia.

En lugar de su gran salón del trono, en ese momento estaba sentado en un pequeño pilar gris, en el medio del claro de un bosque. Varios árboles pequeños estaban dispersos en el área, oscureciendo parcialmente un conjunto de ruinas antiguas de piedra, cubiertas con misteriosos jeroglíficos.

En vez de su habitual túnica blanca, vestía una simple bata marrón, y un conjunto de pantalones de cuero marrón. Ropas que llevaría un campesino ordinario. La corona que normalmente llevaba en la cabeza no estaba a la vista.

A la distancia, a unas veinte millas, se podía ver un norme edificio flotante. Un descomunal círculo de piedra blanca, soportado por miles de corrientes de luz blanca, flotando varios cientos de metros en lo alto del cielo.

Sobre este círculo de piedra había decenas de miles de construcciones, palacios y todo tipo de estructuras. Una ciudad expansiva y caótica, volando en el cielo. Decenas de miles de figuras se podían ver, volando en el cielo desde y cerca de la ciudad.

La ilustre capital flotante de la Autarquía Borrel, la Ciudad Heavenseeker. La tierra sagrada de los magos, donde los conjuradores de hechizos iban a buscar los cielos.

—Cassiera —su voz era cálida y amable mientras hablaba, señalando a un lado.

De inmediato una figura borrosa apareció, el mundo que la rodeaba se deformaba cuando ella se inclinó. Su rubio y sedoso cabello y sus ojos verdes le añadían cierto fuego a su sonrisa entusiasta, haciendo de su apariencia una belleza. Estaba delgada y en forma, las curvas de su cuerpo eran visibles a través del vestido azul ajustado que usaba.

—Su Alteza —la adoración en su tono de voz era notable.

—Tu informe.

El rey mago le dio un tranquilo asentimiento.

—Hemos obtenido una comprensión más profunda de las criaturas que causaron una perturbación en el destino. Al menos, de los treinta y dos mundos bajo nuestro control—. Ella comenzó, moviendo su cabello hacia atrás de ella, mientras aplaudía con sus manos. Apareció una pequeña cubierta de notas que comenzó a revisar.

El rey mago la interrumpió.

—Las bajas primero —preguntó, con su voz firme.

Cassiera miró hacia abajo, mientras su sonrisa de entusiasmo iba desapareciendo.

—Tres magos de clase Dominus, más de treinta magos de clase Magnus Magister, y aproximadamente doscientos veinte magos de clase Magister. Se espera que el número de civiles o de personas en una clase inferior asesinadas en acción sea de cientos de miles como resultado de la destrucción generalizada—.

Un indicio de tristeza llenaba su tono de voz. El rey mago se sentó con calma, su voz no mostraba una sola emoción mientras escuchaba el informe.

—Ya veo—. La inmediatez de esta amenaza parecía ser mucho mayor que lo que se había pensado anteriormente.

—Veintisiete de las treinta y dos anomalías, como las hemos llamado, poseen una clara fuerza de clase Dominus, que van desde la etapa inicial hasta el apogeo de la clase Pseudo-Rex. Todas poseen linajes increíblemente poderosos, muchos de ellos antiguos y que se creían extintos. Algunos, quizás todos, poseen la capacidad de transformar su cuerpo físico —dijo, frunciendo el ceño—. No solo son increíblemente fuertes, sino que el destino mismo parece distorsionarse a su alrededor, generalmente a su favor. Esto ha hecho excepcionalmente difícil para cualquiera de los equipos que enviaron los Departamentos el capturar a cualquiera de ellos. Los hechizos resultan ser ineficaces, ocurren coincidencias, la suerte parece girar justo para ellos —continuó—. Desafortunadamente, es extremadamente difícil rastrear a personajes de clase Dominus a través del destino por un periodo prolongado de tiempo, y como resultado varias de las anomalías han escapado de nuestra vista. En este momento estamos trabajando para rastrearlos—. Movió sus manos hacia adelante mientras seguía explicando la situación—. La manera en que llegaron aquí provocó ondas débiles a través del destino, y estamos intentando localizar sus ubicaciones de esta manera, aunque estimamos que esas ondas se extinguirán en aproximadamente una semana.

—¿Ni una sola ha sido capturada, a pesar de las bajas? ¿Alguna de ellas fue aniquilada?

La voz de Telmon era peligrosamente tranquila.

—Sí señor. El mago volcánico de clase Dominus pereció eliminando una anomalía que tenía el linaje de un antiguo gigante de madera goorakian, también de clase Dominus. El cadáver de la bestia está siendo transportado actualmente hacia la capital—. Cassiera volvió a inclinar la cabeza, temblando.

Telmon simplemente le echó un vistazo, tomando la información antes de agitar su mano—. ¿Los otros cinco?

Cassiera se mordió el labio mientras respondía,

—De tres de ellos no hemos podido encontrar anda en absoluto, y creemos que o están inactivos o decidieron ocultarse y tuvieron éxito. No estamos muy seguros de la fuerza de uno de ellos. Los informes que hemos obtenido de nuestros magos del destino en el área indican que se trata de una bestia dracónica de clase Dominus… una increíblemente extraña. Pero… De mi propia investigación sobre el Destino…—se encogió de hombros—. Detecté vestigios de un aura de clase Rex intermedia.

Telmon frunció el ceño al escuchar esto,

—¿Qué era tan extraño al respecto? ¿Estás segura de los remanentes del aura?

Una bestia de clase Rex intermedia… Eso podría resultar problemático incluso para algunos de los líderes de Departamentos. Las bestias que tenían linajes poderosos eran muy difíciles de tratar.

—Sí, absolutamente segura. En cuanto a por qué era extraño… aparentemente cuando lo descubrieron, fue encontrado cantando una canción en un idioma desconocido mientras bailaba alrededor de una fogata…

El Rey mago la miró fijamente por un breve momento, parpadeando varias veces.

—¿Bailando alrededor de una fogata…?

—Sí señor, bailando alrededor de una fogata —respondió prontamente.

—¿Mientras cantaba…?

—Sí señor, mientras cantaba —respondió de nuevo, tan pronto como pudo.

Se frotó la frente de nuevo, cerrando los ojos, suspirando profundamente

—¿Qué equipo está en el área de esa anomalía particular?

—El mago de clase Dominus, Hadrion, la estrella en ascenso del Departamento del rayo negro. Están todos en el camino hacia el mundo exterior de Hasnorth, señor. Se espera que lleguen dos equipos adicionales para ayudarlo, desde el Departamento de Dispersión y el Departamento de Oscuridad —respondió con prontitud.

Telmon cerró sus ojos, y luego los abrió, con una luz mortífera brillando en ellos.

—Envía una orden a través del destino cuando hayamos terminado de hablar. ¿Qué mago del destino tiene a su lado? Lo recuerdo. Era… Larah, ¿verdad? ¿La quinta discípula de tu tercer discípulo? —el rey mago se frotó la frente de nuevo, con una expresión cansada apareciendo en su cara—. Dile que debe retirarse, de inmediato. Ordena lo mismo a todos los equipos que están intentando enfrentar esta amenaza. Ningún mago de clase Dominus irá tras cualquier anomalía sin al menos otros cuatro magos de clase Dominus para que lo ayuden. En cuanto al de clase Rex potencial, solo los jefes de departamento pueden interactuar con él—.

Sus palabras estaban tan llenas de autoridad, que agitaban el mismísimo aire.

—Es posible que mi mensaje no llegue a tiempo, debido a lo lejos que está —dijo Cassiera, inclinando la cabeza.

Telmon agitó su mano, indicando que no era un problema. Luego se volteó, y miró a Cassiera con una pregunta en sus ojos.

—¿El último?

La boca de la hermosa mujer de cabello rubio se torció,

—El último… fue encontrado en el planeta mayor de Norra, cerca de nuestra frontera con la Alianza Graal. Dos magos de clase Dominus, Antdre del Departamento de gravedad y Ormon del Departamento diamante, fueron a enfrentarse a él de manera simultánea —se detuvo brevemente—. Ambos fueron asesinados en acción. La anomalía allí parece ser una bestia de clase Rex que está en la cima, casi en la clase pseudo-Angelus, con el linaje de un león dorado divino.

Ella lo miró. El rey mago parpadeó lentamente, y luego juntó sus manos poco a poco. Sus ojos se estremecieron con emoción ante la mención de la palabra 'divino'.

—Prosigue.

—Dejó un mensaje después de matarlos, declaró con una fuerza tal, que aproximadamente diez mil civiles cercanos murieron por causa solo del grito —movió con sus manos las notas que sostenía—. Dijo: "Díganle al Primogénito que yo, el segundo nacido, vendré por mi título legítimo". Inmediatamente después de eso, atacó y mató a miles de bestias en la naturaleza. No se está seguro de sus actividades después de eso, salvo que abandonó Norra en dirección hacia los planetas controlados por la Alianza Graal.

Telmon tomó unos instantes para pensar, con sus ojos fríos.

—Informa a los jefes de departamento que tienen que tomar medidas inmediatamente para abordar a estas amenazas y eliminarlas. Cada departamento debe evitar filtrar información y causar pánico. Además, diles a los caballeros reales que se presenten ante mí en la sala del trono —suspiró, sacudiendo la cabeza—. Iría personalmente si pudiera… Tengo un mal presentimiento sobre esto.

El rey mago se volteó, mirando hacia la distancia a algo que no era visible.

—Envía tus mensajes primero, y luego continúa tu informe. ¿Cómo han reaccionado las tribus dracónicas y la Alianza Graal? ¿Han hecho algunos movimientos las sombras o los nobles?

N. de la T.: Heavenseeker podría traducirse como: “Buscadora de cielos”.

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