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Pequeña señorita diablita: la esposa traviesa del presidente

—No me llevarás a la cama. Nunca. —¿Quién dijo que tenía que ser en la cama? —¿¡Qué!? No te atreverías a sacarme de la cama, ¡y no la compartiré contigo! —La única razón por la que te forzaría a salir es para poseerte en el piso. Apretó los dientes y fulminó con la mirada a su sonriente marido. —¡Que te den por culo! —refunfuñó. Luego de que los tabloides publican un artículo afirmando que el magnate de negocios Shen Yi es homosexual, su familia lo fuerza a tener citas y entablar una relación para desmentir las falsas acusaciones. Después de varios encuentros fallidos, Shen Yi conoce a Lu Xinyi, una huérfana que no tiene hogar luego de que su novio le traiciona con su mejor amiga. Con todo perdido Lu Xinyi aborda un crucero donde conoce a Shen Yi y hacen un pacto: ella fingirá ser su esposa a cambio él le cumplirá todos sus anhelos. Al convertirse en la joven señora de la poderosa familia Shen, Lu Xinyi se transforma en una mejor versión de sí misma. No solo para vengarse de aquellos que la lastimaron, sino también para intentar cumplir con el sueño frustrado de su padre: asistir a la escuela culinaria más prestigiosa del país, la Academia Silver Leaf. A través del amor y apoyo de Shen Yi, soñaba con salir victoriosa en cada batalla que le propusiese la familia que había abandonado tiempo atrás. Oh, ¡pero el amor por la comida puede ser, sin duda, peligroso! Mientras que Lu Xinyi y sus amigos luchan por sobrevivir a la competencia y los programas, más y mayores desafíos le esperan, poniendo su amor (por la comida y por Shen Yi) a prueba.

anjeeriku · Urban
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Capítulo 5: ¿Tienes novio?

Translator: Nyoi-Bo Studio Editor: Nyoi-Bo Studio

A la mañana siguiente…

Shen Yi se puso a pensar en si algún día el padre y la abuela dejarían de tratar de jugar a casamenteros con él. Esa era la tercera vez en un mes y se estaba quedando sin paciencia.

Cuando el padre le dio el boleto para las vacaciones en el crucero, su abuela lo amenazó al decirle que no volviera a casa a menos que esté dispuesto a salir con una mujer. Ya se deshizo de Xia Yuhan ayer, la mujer que su abuela había asignado para él. Claramente, esa era la manera que tenía la familia para hacerle saber que querían que se casara pronto.

Esa mañana, Shen Yi se sentó en silencio con la mujer que había obligado a acompañarlo. Realmente, deseaba que esas vacaciones se terminaran pronto para poder irse a casa. La atmósfera de la cena estaba llena de parejas que coqueteaban y provocaban entre sí mediante susurros y murmullos, que causaban que el estómago se le revolviera con irritación.

Ayer, había tomado la decisión de que iba a pedirle ayuda a la señorita Panqueques para poder sobrevivir a esas desastrosas vacaciones. Miró alrededor para asegurarse de que Xia Yuhan no lo había seguido ese día.

Lu Xinyi miró al hombre que estaba enfrente de ella. Trató de escaparse antes, pero falló, ya que se encontraba sentada enfrente del raro extraño que seguía llamándola señorita Panqueques.

—¿Necesitas algo? —Lu Xinyi ya había tenido suficiente.

—Quiero hablar sobre un trato contigo —dijo Shen Yi.

—¿Qué trato? ¿No puedes pedírselo a alguien más? Vera, estas arruinándome las vacaciones.

Shen Yi inclinó la cabeza a un lado, los oscuros ojos la miraban, lo cual causaba que Lu Xinyi se sintiera incómoda en el asiento.

—No es como si tuvieras un novio —dijo él.

Lu Xinyi hizo un gesto de dolor ante sus palabras, ya que recordó a su ex novio que la engañó. No le gustaba este extraño y, al mismo tiempo, no quería que le recordaran lo estúpida que había sido.

Esas vacaciones en el crucero eran para parejas, por lo que no era una verdadera sorpresa encontrarse y conocer a alguna mientras estaban allí. Shen Yi se sorprendió al descubrir que señorita Panqueques pasaba las vacaciones sola en ese crucero.

—No es de tu incumbencia. Yo elijo pasar sola las vacaciones.

El tono de la voz hizo que Shen Yi se arrepintiera de lo que había dicho antes. Quería su ayuda y, sin embargo, ahí estaba él, actuando como un tonto hombre que causaba que ella se sintiera triste.

La señorita Panqueques se veía miserable en ese momento y Shen Yi se regañó a sí mismo mentalmente por ser un estúpido.

—Señorita Panqueques...

Lu Xinyi lo fulminó con la mirada. Estaba pensando cómo podía empujarlo del crucero o estrangularlo hasta matarlo sin que nadie notara su ausencia.

—¿Qué panqueques? ¡Tengo un nombre señor! —dijo entre dientes.

Shen Yi contuvo la risa. Esa mujer era diferente al resto, sin duda alguna.

—¿Cuál es tu nombre entonces?

Lu Xinyi dudó y se mordió el labio inferior ¿De verdad tenía que relacionarse con ese hombre?

—Lu Xinyi —dijo finalmente.

—¿Quieres decirme lo que te molesta?

—No. —Eran prácticamente extraños ¿Qué le hizo pensar que ella iba a contarle sobre los problemas que tenía?

—¿Alguna vez habías estado en uno de estos cruceros? —preguntóél.

—No.

Corrió el plato y se puso a jugar con la comida que había en el. Se le había ido el apetito por culpa de ese raro extraño.

—¿Ah? ¿Entonces, sí tienes novio?

Bueno, si iba a pedirle ayuda, primero debía saber si estaba comprometida con alguien, si no...

Lu Xinyi paró y se preguntó por qué le estaba pregunto eso. No era como que él estuviese interesado en ella o algo así, ¿no?

—Ya no —dijo— rompimos porque él jamás usó la cabeza correcta para salvar la relación.

Shen Yi contuvo las ganas de reírse. Lo sabía. Ya había supuesto que señorita Panqueques había dejado al novio por culpa de un tercero.

—Entonces, supongo que estamos los dos atrapados en este infierno —suspiróél.

—¿Lo estamos? —le preguntó Lu Xinyi con una ligera sonrisa. Era raro sentirse relajado y en paz al estar con ella. Para alguien como Shen Yi, que no le gustaba interactuar o estar cerca de otras personas, ya era sorprendente verlo hablando de cerca con una mujer en la misma mesa.

—En efecto. Mi familia me junto con aquella mujer, a pesar de que saben que no me interesa.

Lu Xinyi resopló¿Era tan narcisista que no podía considerar hermoso a otro ser humano a parte de a sí mismo?

—Eh, quién querría salir contigo —masculló ella.

Shen Yi casi se cae de la silla cuando escuchó lo que acaba de decir.

—No sabes quién soy, ¿cierto? —preguntó, porque si lo sabía, tendría que parar y dejarla sola. No quería a otra mujer ojeando la fortuna de su familia.

—¿Debería? —preguntó Lu Xinyi.

Shen Yi se encogió de hombros, antes de recostar la espalda contra el asiento.

—Depende.

Él parecía tranquilo y sereno, pero en la mente gritaba "sí" una y otra vez. Ella no lo reconocía. Señorita Panqueques de verdad no sabía quién era él. Le gustaba que no lo conociera. Su compañía era como aire fresco que lo calmaba.

Lu Xinyi arqueó una fina ceja, mientras se preguntaba qué le pasaba a él, al mismo tiempo que Shen Yi sonreía con suficiencia internamente. Este trato con señorita Panqueques iba a ser divertido.

El teléfono de Lu Xinyi vibró dentro del bolsillo. Al sacarlo para ver quién le había enviado un mensaje, lo abrió sin ver el nombre de quien se lo había enviado. Parpadeó mientras que miraba la pantalla del celular.