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Pequeña señorita diablita: la esposa traviesa del presidente

—No me llevarás a la cama. Nunca. —¿Quién dijo que tenía que ser en la cama? —¿¡Qué!? No te atreverías a sacarme de la cama, ¡y no la compartiré contigo! —La única razón por la que te forzaría a salir es para poseerte en el piso. Apretó los dientes y fulminó con la mirada a su sonriente marido. —¡Que te den por culo! —refunfuñó. Luego de que los tabloides publican un artículo afirmando que el magnate de negocios Shen Yi es homosexual, su familia lo fuerza a tener citas y entablar una relación para desmentir las falsas acusaciones. Después de varios encuentros fallidos, Shen Yi conoce a Lu Xinyi, una huérfana que no tiene hogar luego de que su novio le traiciona con su mejor amiga. Con todo perdido Lu Xinyi aborda un crucero donde conoce a Shen Yi y hacen un pacto: ella fingirá ser su esposa a cambio él le cumplirá todos sus anhelos. Al convertirse en la joven señora de la poderosa familia Shen, Lu Xinyi se transforma en una mejor versión de sí misma. No solo para vengarse de aquellos que la lastimaron, sino también para intentar cumplir con el sueño frustrado de su padre: asistir a la escuela culinaria más prestigiosa del país, la Academia Silver Leaf. A través del amor y apoyo de Shen Yi, soñaba con salir victoriosa en cada batalla que le propusiese la familia que había abandonado tiempo atrás. Oh, ¡pero el amor por la comida puede ser, sin duda, peligroso! Mientras que Lu Xinyi y sus amigos luchan por sobrevivir a la competencia y los programas, más y mayores desafíos le esperan, poniendo su amor (por la comida y por Shen Yi) a prueba.

anjeeriku · Urban
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Capítulo 21: ¿Y mi beso de bodas?

Translator: Nyoi-Bo Studio Editor: Nyoi-Bo Studio

—Toma —Shen Yi deslizó por la mesa un plato con dos rebanadas de sándwich a Lu Xinyi.

Lu Xinyi se reincorporó y dejó de jugar con sus nuevos bebés peludos. Se lavó rápidamente las manos en el fregadero antes de unírsele a su esposo en la mesa. Su estómago rugía al mirar el delicioso sándwich que él le había preparado.

Se sentó silenciosamente y saboreó la comida que le habían servido. Quizá el hambre era tan potente que hacía que el sándwich fuese más delicioso y placentero.

Ver a su esposa disfrutando la comida que él había preparado, hacía que sus ojos se enternecieran y sonriese con satisfacción.

—Si no te molesta que te pregunte, ¿por qué vives aquí solo con tus perros? —preguntó Lu Xinyi mientras masticaba su comida—. Pensé que vivías en un penthouse o algo por el estilo.

Como no tenía hambre, Shen Yi simplemente la acompañaba mientras ella comía. Apoyó la barbilla en las manos y se inclinó hacia la mesa.

—¿Por qué? ¿Quieres vivir en un penthouse? —preguntó.

Ella sacudió la cabeza. No le importaba si él elegía vivir en una casa o en un penthouse.

—No. Solo pensé que te gustaba la privacidad, así que supuse que vivirías en un penthouse…

—¿Como los otros? —terminó la oración por ella.

—Hmmm…

Shen Yi miró a los perros, quienes le meneaban la cola por su nueva dueña.

—Si nos mudamos a un penthouse, no podrás llevarte a tus bebés peludos.

—¿Qué? ¡De ninguna manera! No abandonaré a mis bebés. Por favor, Shen Yi, quedémonos aquí, ¿sí? No te atrevas a cambiar de opinión y mudarte a un penthouse —suplicó Lu Xinyi como una niña.

Shen Yi rió.

—Mi esposa tendrá cualquier cosa que desee.

—¡Trato hecho! —levantó los pulgares en su dirección.

Bebía algo de jugo de fruta después de terminar de comer, cuando Mallows, uno de los perros, le dio un empujoncito. Se le desparramó todo el jugo en el pecho, haciendo un desastre.

—Oh, no —Lu Xinyi intentó limpiar el vestido con toallas de papel, pero la mancha ya había arruinado su ropa. Tenía mucha pereza y no quería desempacar sus maletas. Frunció el ceño. ¿Qué iba a hacer ahora?

—¿Necesitas ayuda?

Pensándolo bien, podía simplemente pedirle una camiseta prestada a Shen Yi para dormir esa noche.

—Sí, ¿podrías prestarme una camiseta o algo para ponerme?

Levantó una ceja—¿Acaso no trajiste tus cosas cuando dejaste el apartamento de tu ex?

Ella miró hacia un lado y tosió sobre su mano.

—No realmente. Tomé algunos documentos importantes y otras cosas. No quise quedarme allí mucho tiempo.

Shen Yi asintió, entendiéndola. Si Lu Xinyi se quedaba en aquel lugar por mucho tiempo, su ex pudo haberle hecho algo. Se paró de la silla y dejó a su esposa y a los perros en la cocina.

Mientras esperaba que su esposo regresara, Lu Xinyi tomó los platos y los lavó en el fregadero. También se aseguró de que los perros tuviesen agua fresca en sus bowls por si les daba sed en el medio de la noche.

Cuando se dio vuelta, vio a Shen Yi inclinado en la pared, mirándola.

—Toma —extendió el brazo y le ofreció una camisa blanca y limpia.

Lu Xinyi cogió la camisa y revisó la etiqueta. Parecía una camisa de él, basada en la talla y el leve aroma que provenía de ella.

—Gracias.

—Siente mi camisa. ¿Crees que está hecha con material para casarse?

—¡Tú! —Lu Xinyi le golpeó el brazo—¡No tienes remedio! ¡Ya no sé qué hacer contigo!

—Bueno, podrías besarme para hacerme callar —sugirió.

—¡Ja! ¡Como si fuese a caer! ¡Solo te aprovecharías para obtener más besos!

—Touché.

—Shen Yi, ¡eres un idiota! —dijo entre dientes mientras cubría su cara con la camiseta.

—Este idiota es tu esposo. No hay vuelta atrás —se burló.

Lu Xinyi se dio cuenta de que este matrimonio era una montaña rusa. Él cada vez mejoraba más en el asunto de coquetear y provocar.

—Xinyi, ¿acaso no crees que estás olvidando algo? —preguntóél en un tono serio.

Quitándose la camisa de la cara, Lu Xinyi le dio una mirada curiosa.

—¿A qué te refieres?

—El día está por terminar y hoy fue nuestro matrimonio. ¿No me darás mi beso de bodas? —Shen Yi se acercó, lo que hizo que ella se inclinara hacia la puerta. Sus brazos se reposaron casualmente encima de su cabeza. Sus ojos la estudiaron.

Sus labios se separaron, intentando decir algo, pero fallando. Las palabras se quedaron en su garganta.

Él soltó una risita—¿No me honrarás con un beso, esposita?

La vio tragar saliva. Aún no podía decir nada. ¿Acaso ella le tenía miedo? Él esperaba que no fuese así.

Lu Xinyi estaba parada frente a él con los ojos muy abiertos. Su pulso se aceleró y sus mejillas estallaron en rojo.

Tomó una decisión. Se tragó las dudas y le hizo frente. Shen Yi estaba esperando a que ella reaccionara.

Ella reposó una mano en su hombro, se puso de puntillas para darle otro besito. Esta vez en los labios. Se sonrojó aún más cuando se separó de él.