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Pasión ilimitada

después de pasar toda su vida sin lograr realmente algo Josep se arrepiente de no haber podido convertirse en un jugador profesional. Muriendo apuñalado y sin haber podido ver a su selección campeona del mundo, Josep regresa en el tiempo a sus 15 años, está vez armado con una habilidad especial que le ayudará a cumplir sus sueños.

Osman8 · Games
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10 Chs

convocatoria II

El portero estaba incluso más nervioso que Josep por lo cual cometió tal error garrafal que podía costarles un gol.

Josep fue colocado en la barrera junto con la mayoría de los jugadores, un tiro libre desde esta distancia no era un juego incluso si era indirecto.

Los jugadores del otro equipo se pelearon un rato por quien patearia el balón antes de colocarse en sus posiciones. El pequeño toque de uno de los jugadores hizo que la barrera saltará cuando el otro chico disparó el balón.

Josep vio con su visión plus como esté disparaba rasante al suelo engañando a toda la barrera por lo cual no saltó y colocó su pie dónde iba a llegar el balón.

Cuando la pelota lo golpeó iban con tal fuerza que lo desequilibró un poco y lo hizo arrodillarse. La pelota salió del área pequeña pero quedó en los pies de un jugador rival que disparó de inmediato. Imponente en el suelo Josep observó como la pelota lo sobrepasaba y golpeaba contra el travesaño para quedar en una zona vacía a la derecha del campo.

Levantándose en un segundo Josep corrió como un loco a esa zona del campo, cuando escucho el golpe seco a su espalda sabía que la pelota ya había pegado en el travesaño y se dirigía en su dirección.

Cualquiera se sorprendería al ver la pelota cayendo directamente en frente suyo repentinamente pero Josep pico el baño con la punta y corrió detrás de él dejando atrás a varios jugadores sorprendidos por la repentina contra.

Mientras los demás estaban sorprendidos Josep corrió varios metros con el balón antes de que dos jugadores lo siguieran por la espalda. Uno de los defensas más cercanos también se se acercaba desde la izquierda.

Josep sabía que era el jugador más adelantado de su equipo así que no tenía ninguna opción de pase hacia adelante, si se detiene y manda un pase estará desperdiciando un increíble contraataque.

El no era un delantero que corría a toda velocidad a la puerta contraria, el era un creador de juego que lanzaba muy buenos pases(al menos por ahora) sus estadísticas eran claras, no era para nada el más rápido en la cancha, ni tampoco el más resistente.

Tenía que jugar con lo que tenía y sacar el mejor provecho de eso.

El defensor contrario no quería arriesgarse a una contra y entro con mucha fuerza a una plancha. Josep lo vio venir y con un suave toque levantó la pelota en un pequeño globo y saltó detrás de ella para evitar la falta.

Su saltó lo hizo perder la mayor parte de la velocidad que llevaba lo que llevo a qué los dos perseguidores a sus espaldas se le acercarán muy rápidamente.

"¡¡Mierda!! ¡Es todo o nada!" Josep apretó los dientes y se dispuso a controlar la pelota hasta el final, cuendo desde el rabillo de su ojo izquierdo visualizo la imagen en blanco y negro de un chico que corría a gran velocidad por la banda izquierda.

Todos los planes de resistencia de Josep se destruyeron en un segundo al levantar el pie y patear el balón con fuerza en dirección de la vacía banda izquierda.

Todos se sorprendieron por la repentina y aparente mala decisión, cuando un chico con el dorsal número 9 corrió como un loco para recibir el pase con comodidad.

La mayoría de los jugadores contrario habían corrido detrás de Josep lo que dejó al chico en una banda izquierda completamente vacía. Con el balón en los pies corto las defensas y se encontró cara a cara con el portero.

Un potente disparó dirigido a la parte inferior derecha del portero lo dejo vencido en el suelo.

¡¡¡¡¡GOOOOOOOOOOL!!!!

El chico corrió como un loco a la esquina para después acercarse en su dirección.

"¡¡Buen pase!!" El chico le dió un fuerte abrazo y un pulgar hacia arriba lo que hizo que la comisura de los labios de Josep se levantarán.

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"¡¡Oh!! ¡¡qué buena jugada!!" El entrenador Peñaloza se mostró sorprendido gratamente por la repentina jugada de gol del equipo con petos negro. "¿Quien es ese chico con el número 22? ¿que edad tiene?"

"Es Josep pertuz y acaba de cumplir 16 hace poco." Su asistente, Richard le respondió al revisar la planilla en sus manos.

"¡¡Que lastima!! Si tuviera 15 lo incluiría de inmediato a la sub-15." Peñaloza sacudió la cabeza un poco arrepentido. "Mantén un ojo en el. si sigue jugando a ese nivel, incluyelo en lo seleccionados no importa que tomemos algunos de más, siempre que sean buenos."

"Si señor."

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El partido prosiguió después de la celebración del gol con el equipo contrario atacando con todo lo que tenía. Quería demostrar de que estaban hechos frente a los reclutadores pero la defensa del equipo negro era muy apretada.

Josep también se destacó mucho al no dejar pasar a nadie que lo quisiera pasar en un 1 vs 1. Tenías que encontrar a alguien para hacer un pared antes que pudiera pasarlo pero con la defensa tan apretada era muy difícil.

"¡¡Oye 22!! Eres un mediocampista ofensivo no uno defensivo, sal más al ataque." Uno de los entrenadores al lado del campo le gritó.

Josep se sorprendió por un segundo antes de asentir de acuerdo. Cada vez que tomaba la pelota formaba una pared con ambos mediocampista pero casi no se adelantaba al ataque como la primera jugada.

Cuando el jugador de peto negro con el dorsal 7 presionó a un defensa con la pelota, este trato de pasarlo al mediocampista defensivo de su equipo pero Josep se metió en medio del camino y lo interceptó.

El campo en frente de él estaba vacío ya que el chico con el número 7 estaba atrayendo la defensa hacia él. Josep se aprovechó de esto y corrió por la banda derecha acercándose al banderín.

Los defensas dejaron al delantero con el número 7 y lo persiguieron pero ya era demasiado tarde. Josep levantó la pierna y centro el balon un hermoso globo que pasó por encima de la cabeza de los defensores para encontrarse con la cabeza del número 9 de su equipo.

El balón se dirigió con fuerza a las puertas pero lamentablemente el portero la salvó con una rápida reacción.

"¡¡Uffff!!" Josep se tomó la cabeza con decepción.

El juez del encuentro señaló el banderín de tiro esquina y allí se dirigió. Pero el jugador con el dorsal 7 ya tenía el balón en las manos.

"Amigo déjame patear el tiro de esquina, tengo una buena pegada." Dijo Josep extendiendo las manos.

"¡¡No!!" dijo el chico tajantemente.

"¿Que?" Preguntó Josep sorprendido por la respuesta tan cortante.

"¡Dije que no! Ya te luciste lo suficiente, ahora es mi turno."

Josep bajo los brazos un poco avergonzado e incómodo. No sentía que había demostrado todo lo que podía hacer, quería darlo todo para después no arrepentirse.

Siendo que los pases precisos y los buenos centros eran su fuerte, realmente quería cobrar este tiro de esquina. Pero la armonía del equipo era más importante que sus deseos, Josep asintió con la cabeza y se colocó en posición.

El número 7 centro el balón muy corto, por lo que fue muy fácilmente despejado por un defensa con un cabezazo. El balón salió del área y cayó detrás de la media luna.

Josep se salío del área, manteniendo la mirada fija de la trayectoria de la pelota corrió al lugar donde caerá la pelota un poco antes de ser despejado por el defensa.

La pelota parecia llegar en cámara lenta mientras Josep dejo de respirar, flexionó un poco las piernas, se inclinó un poco hacia atrás antes de recibir la pelota con una potente volea.

La pelota en blanco y negro se convino con la pelota amarilla al conectar con sus guayos brindándole una de las más bonitas sensaciones que podía sentir un jugador: ¡¡un tiro perfecto!!

El balón salió disparado en una línea recta hacia el ángulo superior derecho del portero. Todos los jugadores solo pudieron observar como el balón los sobrepasaba antes de acercarse peligrosamente a su portería.

Pero una sombra en blanco y negro apareció repentinamente en la visión de Josep. Extendiendo las manos en una tarea que parecía casi imposible, el portero alcanzó a tocar el balón con la punta de los dedos, desviando un poco la pelota que golpeó el travesaño y salió de nuevo al tiro de esquina.

Josep colocó ambas manos en su cintura indefenso, su mirada estaba fija en el portero que desde el suelo le devolvía la mirada.

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