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Pétalos de sangre: Un destino.

Las reencarnaciones no es algo de lo que usualmente se habla, incluso cuando lo puedes ver con tus propios ojos. Liu BingWei solía pensar que algo como eso era un mito, hasta que vio como aquella flor se tiñó de rojo y su mundo se destruía con el último suspiro de su amado; sin embargo, siglos después vuelve a encontrarlo. Aquella dulce flor carmesí.

LinYingYue · Fantasy
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7 Chs

Prólogo

Desde tiempos inmemorables los seres de la mitología a lo largo de la historia nos han llegado; pero ¿cuál es la verdad detrás de todo esta mezcla de mito y realidad?

Desde la Grecia Clásica hasta nuestros días se conoce la leyenda nacida en la antigua Persia: el registro más antiguo que documenta la existencia de los vampiros fue un vaso con el dibujo de un hombre luchando contra una extraña criatura que parecía intentar succionar su sangre.

Pero, aquel descuido fue la causa de su extinción plena hacía los humanos.

Si algo tenían en cuenta todos era: Jamás salir cuando el sol se ocultaba, evitar los bosques a toda costa. Si rompían alguna de estas dos cosas, lo más probable es que al día siguiente encontrasen su cuerpo.

O sencillamente, desaparecía la persona.

Se sabía que, los vampiros, detestaban a los humanos y solamente los veían como una fuente de alimento, y de ahí llegaba el profundo terror hacia ellos. Además, agregando el hecho de que evitaban el bosque, no tanto por los vampiros, sino que dentro de esos habitaban enormes lobos que por la noche se les escuchaba aullar.

A este punto, varios vampiros se encontraban en un pequeño pueblo a altas horas de la noche por una razón, alimentarse. Los gritos de los humanos llenaban el lugar y las risas de algunos vampiros se mezclaban con estos, para ellos mismos, la escena era tan gloriosa, además de que lo mejor era la sangre de los más jóvenes del lugar.

Era tan dulce y exquisita.

Uno de ellos pateó el cuerpo inerte de un niño y dijo, ─Humanos débiles e inservibles. Terminen con esto, el amanecer vendrá pronto ─Ordenó.

Dio media vuelta caminando lejos de donde su clan se hallaba, pero su mano derecha le detuvo, se acercó a su oído susurrando: ─Los lobos están cerca, señor.

BingWei maldijo entre dientes mirando hacia el bosque donde dos grandes criaturas de pelambres negros se asomaron saliendo de forma amenazante seguido por más lobos de la manada.

─Será mejor irnos, ahora ─demandó serio haciendo que todos los vampiros cumplieran su orden.

El lobo que parecía ser más grande que los demás dio tres pasos al frente gruñendo, mostrando lo afilados que estaban sus dientes.

─Todos regresen, tengan cuidado con los lobos ─habló intranquilo, al ver que la manada del Este estaba en el lugar, sabía que de una u otra forma debería salir con al menos una herida.

Todos los vampiros recibieron la orden, de inmediato comenzaron a alejarse en dirección opuesta a los lobos, estos al ver sus acciones, comenzaron a correr tras de ellos. Tres de ellos se fueron contra BingWei, sin embargo, logró lanzar a uno de ellos contacto un árbol.

Los demás lobos corrieron hacia él gruñendo, BingWei se preparó para lo que venía, esquivó varias mordidas hacia él, saltando entre los árboles donde no podían llegar aquellos lobos, corría en dirección opuesta a su territorio.

Después, uno de ellos logró alcanzarle causando que cayera al suelo con un sonido sordo. Se levantó de inmediato poniéndose en guardia. Los lobos se acercaron violentamente, BingWei los lanzaba contra el suelo o hacia los árboles, seguidamente el lobo de pelambres negros como carbón logró atrapar su cuello causando que diera un gran gritó de dolor.

En su desespero, movió las manos y pies intentando quitarse los grandes colmillos que cada vez se enterraban en su cuello, puso sus manos en su hocico abriendo poco a poco, liberándose de aquello que sería su muerte. Pudo quitarlos de forma definitiva, con las pocas fuerzas que tenía empujó al gran lobo para luego llegar a ponerse de pie comenzando a correr de nuevo, necesitaba encontrar un escondite lo más pronto posible o realmente moriría por aquellos enormes lobos que lo perseguían para darle su fin.

Uno de los lobos dio un aullido que resonó por todo el bosque, ahí se había dado cuenta de algo.

Pensó angustiado, "¡¿No era toda la manada?!"

Por primera vez en sus trescientos años de vida temía por esta misma, se encontraba solo con una gran herida que no sanaría por el veneno que aquel lobo le introdujo en su mordida, y a eso hay que sumarle el hecho de que era seguido por la manada que, sorpresa, había más.

Estaba en un jodido lío, lo sabía mientras corría angustiado, no supo el tiempo que pasó corriendo, pero logró llegar a un pueblo que yacía en un pulcro silencio.

Volteó hacia atrás viendo como los lobos detenían su andar a los límites del bosque, aquello era bueno, pero ahora necesitaba sangre o moriría por las heridas que aquella manada le había hecho.

Caminó entre el pequeño pero suficiente espacio que daban casa por casa intentando encontrar a un ser humano, pero el pueblo parecía estar abandonado. Sin más, se recargo sobre la madera de una casa dejándose caer al suelo con fuerza cerrando sus ojos, ya no le quedaban fuerzas para seguir, dejó que la noción del tiempo diera con él para hacer su muerte menos dolorosa.

Porque si bien, eran inmortales pero los lobos tenían un especie de líquido en sus colmillos que los debilitaba a tal punto de morir.

─Oh dios, ¡¿Está bien?! ─una voz lejana se escuchó, BingWei abrió sus ojos encontrando a un chico con una expresión preocupada sosteniendo sus hombros.

El chico, que parecía ser castaño, habló alterado, ─¡Estás sangrando! ─el chico observó como el pelinegro se encontraba con unas enormes heridas en todo el cuerpo en las partes rasgadas de su ropa.

BingWei logró oler el atrayente dulzón que destilaba la sangre de aquel chico, quería probarlo, necesitaba de su sangre. Quiso acercarse, pero no podía, el chico le miró y dijo, ─Necesita sangre, ¿no es así?

BingWei algo asombrado levantó la cabeza mirando los ojos verdes del chico castaño sintiendo una conexión al instante, pero si realmente sabía que era un vampiro, entonces ¿por qué no se aleja y simplemente lo deja morir?

El chico castaño sacó un pedazo de metal filoso entre sus solapas, con sus manos temblorosas descubrió su cuello e hizo un corte a lado de este dejando que la sangre brotará de manera rápida. Aquel olor de la sangre le hizo perder sus sentidos cuerdos de BingWei, rápidamente tomó al chico clavando sus colmillos donde se había hecho la herida, el castaño soltó un alarido de dolor e instintivamente quiso alejarse, pero las manos del vampiro detuvieron las acciones, y mordió aún más fuerte su cuello.

Sin poder evitarlo, murmuró, ─D-duele...

Sentía como su cuerpo poco a poco se iba debilitando, la fuerza que había empleado para empujar al otro de había ido, su cuerpo terminó siendo sostenido por el vampiro, después este se separó del cuello del castaño.

BingWei miró la herida que hizo, por lo que comenzó a lamer la herida haciendo que sanará aún más rápido dejando ver una simple marca de una cortada. El castaño se sentía demasiado débil dejándose sostener por las manos del vampiro.

Murmuró como una queja, ─Bebió mucho...

Parecía que estaba soñando el vampiro aunque ya no durmiera, pero el humano no parecía tener miedo de él aún sabiendo que era un vampiro y, que no hace más de unos dos minutos, bebió sangre de él, aunque gracias a eso él recobró las fuerzas que había perdido.

En respuesta, el vampiro acarició su cuello, sintiendo la calidez que el humano daba, ─Tú sangre es tan dulce, bastante tentadora...

El humano soltó una ligera risa, se separó del vampiro despacio logrando sostenerse por sí mismo. Luego contestó, ─No me lo dicen a diario, pero gracias. Soy Xu FengLiang, ¿Cuál es tu nombre?

BingWei pensó, "Qué humano más extraño..."

─Mejor agradece que no moriste aquí ─contestó, pero FengLiang le sonrió. Iba a decir algo, pero el castaño se tambaleó en su lugar, BingWei lo atrapó antes de que cayera al suelo.

El castaño se sostuvo de los hombros del vampiro, ─Wow, he caído en los brazos de un hermoso chico.

El azabache frunció el ceño, después lo soltó dejando caer al suelo a FengLiang quien soltó un jadeo de dolor. Se alejó del humano, debía regresar a su territorio antes de que antes amaneciera.

─¡Al menos dime tu nombre! ─exclamó FengLiang.

El vampiro se detuvo, lo volteó a ver y murmuró, ─BingWei.

FengLiang sonrió, ─BingWei, ¿Nos volveremos a encontrar?

Liu BingWei lo miró por un momento, y después se alejó corriendo del lugar, dejando a un humano con la esperanza de volverse a encontrar con él.

Y ese fue el comienzo de su destino, dos almas, bajo la luz de la luna, sellaron algo hermoso pero peligroso para su futuro; un vampiro y un humano.