Ch 131.2: Me enferma no poder hacer nada para cambiar las cosas...

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Ganamos 15 monedas de oro con las apuestas, ya que nadie imaginaba que un avian sin alas desconocido pudiera vencer a un orco. Kaelion me dijo que la suma que ganamos principalmente se debía a que, como los esclavos avian son tan raros, es prácticamente impensable el que sus amos los utilicen como entretenimiento en el coliseo, y por eso durante mis combates el público apostó mucho.

Casi maté a mi rival en mi primer combate, al darle un único golpe con mi nuevo tatuaje activado. El puñetazo que le di en el pecho lo dejó sin conocimiento en los primeros segundos del combate, y los trabajadores del coliseo tuvieron que llevarse al puesto 100 del ranking en una camilla, aparentemente con varias costillas rotas.

Tan pronto como vencí a mi primer rival de un golpe, enseguida me apresure a desafiar al puesto 96, que también cayó inconsciente tras un puñetazo, que aparentemente le destrozó la mandíbula.

Entonces desafíe al puesto 92, pero se negó a aceptar mi reto, así que tuve que conformarme con enfrentar al puesto 93, que cometió el error de decir una estupidez enfrente mía.

El tipo me dijo que me mataría y que disfrutaría comiendose mi carne para hacerse más fuerte, lo que me parecio ridiculo y asqueroso de su parte, así que se ganó el primer tajo que di el dia de hoy con mi espada, que cortó limpiamente el cuerpo de mi rival desde su hombro derecho hasta su cadera izquierda, partiendo su cuerpo en dos mitades.

'Es una suerte que haya decidido no usar mi espada en los primeros combates, porque probablemente habría matado por error a la mayoría de mis oponentes...'

El efecto de incremento de fuerza del tatuaje es una cosa bastante más notoria de lo que imaginaba. Aunque, visto en retrospectiva, debería habermelo esperado, teniendo en cuenta que casi puedo duplicar mi estadística de Fuerza, con lo que mi fuerza física casi alcanza al nivel de mi estado en la fusión espiritual.

'Pero no es nada fácil de controlar en los combates... Además, ser muy fuerte físicamente no alcanza si tus reflejos no pueden seguir la velocidad de tu cuerpo... Es algo bastante obvio... Debería haberme dado cuenta desde el principio...'

Cada tanto tuve que esperar a que se desarrollarán otros combates entre dos puestos del ranking antes de poder continuar con mi racha de victorias, ya que muchas de las personas del ranking se disputaban los puestos constantemente, como ya me había comentado el anciano. Pero fui de lejos el que más veces combatió hoy.

Y así seguí hasta tener el puesto 45 del ranking, venciendo a todos mis rivales de uno o dos golpes, y matando a varios de ellos que fueron lo suficientemente estúpidos para decir que intentarian matarme.

Gracias a este desempeño me gane un apodo en el público, y muchos empezaron a vitorearme con el apodo de 'El destructor' cada vez que volvía a vencer a un nuevo oponente. Lo que al principio me pareció un sobrenombre estupido y vergonzoso, pero pronto dejé de prestarle atención, ya que me di cuenta de que me viene como anillo al dedo para no tener que revelar mi verdadero nombre, o inventar uno falso.

Después de eso Kaelion me llamó de vuelta a las gradas, y me dijo que lo mejor sería que me detuviera por hoy, ya que lo ideal es darle tiempo al público para que asimile lo que presenció y que se corra la voz. Puesto que eso haría que tal vez el campeón viniera a ver mis combates, con lo que existiría la posibilidad de que quisiera retarme, y eso me permitiría saltearme todo el proceso escalar en el ranking.

Asique nos dedicamos a ver a los luchadores combatir por el resto de la tarde, mientras la gente que estaba alrededor nuestro no paraba de murmurar entre sí y de señalarme a la vez que me nombraban como 'El destructor'.

Actualmente está oscureciendo y estamos yendo por primera vez al alojamiento que conseguí hoy a la mañana.

Kaelion está de muy buen humor, supongo que debido a la cantidad de dinero que ganamos en las apuestas, lo que parece haberle hecho olvidar su enojo de hoy a la mañana, cuando se enteró de que había alquilado sin consultarle previamente un lugar mucho más cerca del laberinto. Esa debe ser la razón de que todavía no haya hecho ningún comentario sobre el hecho de que yo lo esté guiando hacia una posada que él no conoce.

"Ahora que lo pienso... Si hay esclavos que luchan en el coliseo ¿Porque los esclavos que son fuertes no se rebelan contra sus amos?" pregunto, recordando algunos de los combates que presenciamos hoy, en los que había como participantes miembros de la raza therian y reptiliana.

"Por una razón muy simple ¿a dónde irían? Estamos en el centro de la capital, chico. Y la gran mayoría de las personas de mi raza están convencidas de que nuestra raza es superior a las demás. Si alguna persona esclavizada intentara escapar o revelarse, sólo conseguiría que le pongan restricciones mucho más pesadas... En el sentido literal. He visto casos en los que han mutilado salvajemente a personas esclavizadas por el solo hecho de hablar mal de sus amos... Creeme, es prácticamente imposible que una persona esclavizada pueda cambiar su situación... Yo... Yo lo sé muy bien..." dice el viejo y mientras habla se nota una profunda tristeza en su voz "Además, es muy difícil que las personas esclavizadas alcancen un buen nivel, pero ese es otro tema del que no tengo estómago para hablar ahora mismo..."

'Es cierto... De todos los combates en los cuales participaban esclavos que vimos, ninguno estaba en un ranking superior al 70... Es raro, porque vi claramente que en el laberinto había esclavos que luchaban en los pisos que estuvimos explorando... No... Vi cadáveres de esclavos, pero nunca vi a personas de la raza therian o reptiliana luchar realmente... Es cierto que Kaelion me había dicho que solo los utilizaban de cebo... Supongo que todavía no quería creerlo... Que cultura de mierda... Me enferma no poder hacer nada... Kaelion probablemente tiene razón al decir que una sola persona no puede cambiar las cosas, pero todo depende de qué tan fuerte sea esa persona. A fin de cuentas, según la cultura orca, gobierna el más fuerte. Solo tengo que volverme más fuerte que ese maldito emperador que lleva no sé cuantos años vivo... Si... Solo eso... Estoy bastante jodido'

***

Ya llevamos 8 horas en el laberinto y estamos en el piso 81, esperando sentados afuera del umbral de una sala de desafío a que el grupo de dentro la limpie o muera en el intento.

La principal diferencia que vi al llegar a este piso con respecto a los anteriores es que la piedra que compone sus pasillos es de un color más claro y liso. Lo que refleja mucho más la luz de las antorchas, que ya no tienen flamas azules, sino blancas.

Los enemigos que aparecen desde el piso 80 en adelante son armaduras animadas elementales, como la que habíamos encontrado con Deirdre hace tanto tiempo en el Bosque de la Colina. Pero solo dejan caer muy de vez en cuando un trozo de oricalco como botín, a diferencia de aquella vez.

'Pero es bastante lógico... teniendo en cuenta que estamos en el laberinto'

El grupo que está intentando limpiar la sala de desafío está compuesto por 6 personas, entre las cuales está Jackal, el amigo de Rinka que nos ayudó a llegar al piso 78.

Mientras estábamos en la búsqueda de una sala segura o de desafío para poder salir al exterior, vimos enfrente de una sala de desafío al grupo de Jackal luchando encarnizadamente contra un grupo de 10 personas que estaban intentando acorralarlos para deshacerse de ellos, y así quedarse con el privilegio de entrar al desafío.

Cuando notamos la situación, el grupo enemigo estaba a punto de fusilarlos gracias a su superioridad numérica, pero yo me lance automáticamente en su ayuda, y Kaelion me siguió la corriente, con lo que el número de ambos bandos se equilibró un poco.

Pero aun sin ayuda yo podría haberme deshecho de los diez enemigos sin ayuda, gracias a que el tatuaje me permite realizar hazañas de fuerza que antes solo eran posibles con la fusión espiritual, como el cortar limpiamente con mi espada a personas que llevan armadura de mithril, como si fuera el accionar de un cuchillo caliente sobre un trozo de mantequilla.

Jackal y su grupo obviamente vieron nuestros tatuajes mientras los ayudamos, pero no dijeron nada al respecto y, cuando terminamos de eliminar el grupo enemigo, Jackal nos agradeció debidamente en nombre de su grupo. Pero nos dijo que es mejor que no hagamos ese tipo de cosas en el laberinto, ya que podemos ser fácilmente traicionados por las personas a las que salvamos.

Yo lo acepte como un buen consejo, pero Kaelion dijo que ya lo sabía, y que solo se había sumado a la pelea porque yo me había lanzado a ayudar al grupo de Jackal sin consultarle.

'En retrospectiva, no debería haber sido tan impulsivo... Ni siquiera sé si el grupo de Jackal es de confianza... Podrían haber sido ellos los que iniciaron la pelea... Pero es un amigo de Rinka, que actualmente es nuestra principal fuente de dinero... Aunque es cierto que con las 15 monedas de oro que conseguimos ayer en el coliseo ahora estamos mucho más relajados sobre el tema.... a todo esto...'

"Viejo, una pregunta ¿qué pasa si alguien me desafía mientras estoy en el laberinto?" pregunto, dandome cuenta de que ayer no me dijo nada sobre lo que sucede con las personas del ranking que escalan habitualmente el laberinto.

"¿En el coliseo? Nada. Se supone que cuando te retan tienes hasta 7 horas para llegar al desafío, y recién ahí se interpreta como que la persona que fue retada no aceptó el reto. Lo que en nuestro caso no representa ningún problema, siempre que venzas a una persona nueva del ranking cada cuatro días." dice el viejo distraído, ya que desde hace rato ha estado mirando con rostro inexpresivo la ficha de acero en la que se reflejan sus niveles y clases.

"Ahh ¿qué tanto le miras a esa ficha de acero? los datos que ahí aparecen no van a cambiar por más que los mires fijamente durante varios minutos" digo, burlándome del viejo por la concentración con la que está mirando la pequeña ficha que tiene su información.

"Ya se... Estaba viendo que ya llevo 10 niveles subidos el día de hoy. Es un nuevo récord… y es una sensación extraña" dice el viejo, y guarda la ficha en su bolsa, tras lo cual suspira y se queda callado.

'¿Qué?...'