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Oliver Brown: El escape y la mordida

Oliver Brown es un adolescente de dieciséis años que, junto a sus mejores amigos, descubre que es descendiente de una familia mágica de gran prestigio. Dando inicio a su aventura, pasando a ser un aprendiz de mago y su maestra será… ¡¿Su amor platónico?!

Confirmo_TIY · Fantasy
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9 Chs

Capítulo uno (Primera parte)

—Vamos Janna, ya estamos cerca… —Susurra la joven de veinticuatro años, de cabello y ojos café y tez blanca, hermana mayor de la adolescente nombrada.

—Sí… —Se limita a responder en voz baja la adolescente de dieciséis años de iguales características que su hermana, mientras mira con nostalgia el lugar.

Caminan ligeramente agachadas para cubrirse con los restos de lo que solían ser paredes de casas y edificios pero ahora solo quedan vestigios, recuerdos de lo que era una civilización en la que miles de personas vivían en paz. El cielo hace mucho que perdió su amable color celeste y sus nubes blancas, ahora todo eso ha cambiado a un rojo sangre y ceniza que deja en claro el apocalipsis de la humanidad.

«Pensar que en esta calle solía jugar con mis amigos cuando era niña…» Dice Janna en su mente, con tristeza al recordar los momentos felices antes de que ÉL y su ejército invadieran el lugar y comenzaran a matar a diestra y siniestra, sin importar género, edad o raza. Los únicos que no eran asesinados eran aquellos que lo ayudaron a entrar para comenzar con su reinado del terror o los débiles que sucumbían ante la oscuridad y dejaban que sus almas se corrompieran, dejando de ser humanos…

—¿Estás bien? —Interrumpe sus pensamientos la mayor de las dos, al notar que la joven Janna había dejado escapar una lágrima.

—No lo sé, tú dímelo… ÉL mató a nuestros padres, a nuestros amigos y conocidos. Lo hizo sin piedad y de las maneras más crueles que pueden existir. Lo hizo frente a nuestros ojos y ni siquiera con nuestras fuerzas juntas lo pudimos detener, ahora dime Johanna, ¿Crees que estoy bien?

Dejando que sus emociones se desborden, la niña grita sin pensar que pueden ser descubiertas por los demonios y monstruos sedientos por sangre.

—Entiendo tu furia y tristeza... —Contesta Johanna, mermando la velocidad de sus pasos para ponerse al lado de su hermana y mirarla a los ojos, pero sin dejar de caminar.

—Los extraño… —Alcanza a decir antes de romper en llanto ahogado y abrazar con todas sus fuerzas a Johanna.

—Yo también... —Responde, dejando escapar una lágrima —. Por eso hago esto, ellos se sacrificaron para que nosotras pudiéramos escapar y buscar la manera de volver y detener a este monstruo, tenemos que ir a buscar lo que nos encargaron y aniquilar a este animal que los mató, sino su sacrificio será en vano —Retoma la palabra e intenta dar algo de ánimo a su hermana mientras seca las lágrimas de la pequeña.

—Tienes razón… —Responde Janna y suelta una pequeña sonrisa de esperanza.

—¡Claro que la tengo! —Suelta una risa pícara mientras tinquea la nariz de Janna y se frena delante de la puerta de aquel galpón gigantesco —¿Lista?

Su hermana confirma con la cabeza.

Se adentran en aquel lugar silenciosamente, mientras lo analizan con la mirada: un lugar muy amplio, con el techo de chapa oxidado y despedazado por partes por donde se cuela la poca luz que dejan los espacios delgados de las nubes de ceniza que cubren el cielo, las paredes y el suelo igualmente desgastadas por la contaminación del ambiente. El lugar está vacío, a excepción del portal rojo sangre con raíces negras que está incrustado en la pared a unos metros de ellas, el cual tienen que atravesar lo antes posible.

—Lo logramos, Janna…

—Yo no lo creo… —Interrumpe su felicidad una voz detrás de ellas, proveniente de la espesa niebla negra que había comenzado a invadir el lugar sin que se dieran cuenta.

Su cabello es color ceniza al igual que las nubes, sus escleróticas son negras y tanto su iris y pupila son rojo sangre. Su piel es tan pálida como la de un muerto y viste un traje de gala totalmente negro.

—Johanna... ¿Puedes sentirlos?

—Son al menos unos cincuenta parásitos… —Se limita a responder, extendiendo su brazo derecho para hacer aparecer su espada.

"Demonios parásitos" el nombre que se les dio a las pobres personas que fueron asesinadas y convertidas en seres secos hasta los huesos, con hocico y garras de animal, perdieron su juicio propio para quedar a mando del demonio que se apoderó de este mundo.

—¿Es en serio? —Pregunta en tono burlón su adversario —. Sus amigos intentaron detenerme de la misma manera y ni siquiera pudieron hacerme un rasguño ¿Qué las hace creer que ustedes podrán? —Agrega y suelta una risa malévola que hace poner la piel de gallina a las niñas.

—Eres un cobarde, utilizas a tu ejército para que pelee tus batallas, seguro ni siquiera sabes empuñar esa espada que portas —Habla Johanna para provocar al monstruo frente de ellas.

—¡Vaya valor! Haremos algo: ustedes dos contra mí. ¿Qué les parece? —Sonríe.

—¿Y cómo sabemos que tus parásitos no se meterán en el combate?

—Porque si alguno se atreve a meterse lo aniquilo... —Hace aparecer por unos segundos una esfera de energía corrupta alrededor de su mano izquierda.

—Está bien —Se limita a responder y mira a su hermana para que ella también se ponga en posición de combate y le guiña el ojo.

Comienza el combate, los anillos de distintos elementos que porta Janna comienzan a brillar y hace aparecer alrededor de sus puños esferas de fuego, en cambio Johanna levanta su espada y apunta a ÉL. Se lanzan a atacar, ÉL desenfunda rápidamente su espada y bloquea el golpe de Johanna y con su mano derecha usando energía corrupta manipula el aire para desviar el fuego que Janna lanza. Las muchachas se dividen: Johanna va para la izquierda y se vuelve a acercar a ÉL para atacar, comienzan a chocar metales, chispazos salen de los impactos pero por más que lo intente no logra darle un golpe certero o por lo menos un rasguño, es como si fuera una novata que está peleando contra un experto en esgrima.

—Parece que eres igual de hábil y fuerte que los muertos de tus compañeros —Habla el monstruo, burlándose de la incapacidad de la joven para dañarlo y la empuja unos centímetros lejos de sí.

—Lo sé, pero mi intención no es lastimarte.

La sonrisa de ÉL se comienza a borrar ligeramente al notar que algo faltaba: ¡La mocosa!; de un disparo de plasma empuja a Johanna y fija su mirada en Janna, al hacerlo logra captar que la niña tenía la pequeña bolsa que contenía su mejor arma, la "Virtone Primus"

—¡Mocosa tramposa! —Grita a todo pulmón y hasta la tierra tiembla y cambia su dirección hacia Janna —. ¡Eso es mío!

—¡Era! —Lo interrumpe Johanna, que hace que carga su espada con magia y de un corte de plasma lo hace retroceder unos escasos metros.

—¡Deténgala! —Ordena ÉL y sus sirvientes se largan al ataque.

—¡No lo harán! —Dice Janna y con la presión del aire crea un muro después de lanzarle la piedra semicúbica a su hermana.

Johanna deja la piedra en el piso y con tres golpes certeros de su espada cargada de magia a más no poder logra dividir la piedra en cuatro, pero su arma se destroza en el proceso. Toma los trozos y susurra un conjuro para luego lanzarlos a través del portal.

—¡Ya basta! -Retumba la voz de ÉL y con un movimiento de su mano desarma el muro de Janna, haciendo volar a la adolescente detrás de su hermana.

—Janna, tienes que cruzar el portal...

—¿Pero tú que harás? —. Pregunta con voz temblorosa, temiendo lo peor.

—Un sacrificio…

De repente, un pentagrama de fuego se dibuja abajo de Johanna, una pared de energía roja bloquea el paso de sus atacantes y Janna es encerrada en un domo de energía verde.

—¡No lo hagas, Johanna! —Grita la adolescente, sabiendo lo que sucederá —. ¡No te atrevas!

—Ya sabes cuál es la misión, encontrar a nuestros tú y yo de esa realidad, juntar los trozos de la Virtone Primus y vencer a este desgraciado...

—Me dijiste que lo haríamos juntas… —Habla Janna entre lágrimas.

—Lo siento Janna, pero no hay otra opción, es la única forma en la que te puedo salvar y dar tiempo… —Responde seria y voltea ligeramente —. Oye enana, sabes que te amo hermana, hemos pasado por mucho para llegar a este punto, aunque no pueda estar contigo una parte de mí lo estará, perdón porque ya no te podré proteger, pero sé que podrás lograrlo… confío en ti….

—Por favor… no lo hagas... por favor...—Dice por lo bajo Janna entre llantos y cayendo de rodillas al suelo.

—Convoco a la muerte y vida —Johanna continúa el hechizo haciendo que las llamas del pentagrama se aviven —. Para que me den su energía —Pone su puño derecho frente su hombro izquierdo —. Para entregar mi magia —Hace el movimiento anterior pero esta vez con su puño izquierdo —. A mi Janna querida —Convierte su puño derecho en cuernos —. Para que ella siga en este puente —Repite la acción con su puño izquierdo —. ¡Yo me entrego a la muerte! —Grita y baja sus manos con fuerza a la altura de su cadera para concluir el hechizo.

De repente, la energía se concentra alrededor de Johanna y explota, haciendo volar por los aires el lugar; del impacto, los anillos de Janna se destruyen y la adolescente es impulsada dentro del portal seguida por una pequeña esfera blanca que se une al cuerpo de la adolescente, la cual queda inconsciente.

—¡Maldita estúpida! —Grita ÉL, haciendo un gesto con su mano para correr el polvo que impedía su vista.

Su rostro está quemado, le falta un brazo y su torso esta igual de dañado, mira hacia el portal y visualiza que está desapareciendo.

—¡Tú, crúzalo rápido! —Ordena al sobreviviente de sus parásitos, el cual corre en sus cuatro patas y atraviesa el portal antes de que se cierre.