Ignis se destacó desde su infancia, de entre todos sus hermanos era el más capaz, hábil con la espada, con su mente y las palabras. Era incluso demasiado atractivo que parecía injusto que fuera bueno en todo lo demás. Más era el papel que debía interpretar, el actor principal de una comedia que su padre insistía en protagonizar. Sus suspiros no eran en valde cuando miraba a su padre traer a otra mujer al Palacio, significaba que había más competencia, y más hermanos que preferiría no matar. Deseaba poder vivir sin destacar, más había decidido (desde la muerte de su hermano mayor) que si deseaba vivir en paz él mismo se debía alzar y tomar la corona. "En un mundo donde lo más irreal ya no podría sorprenderle, Arles sonrió, era su nueva vida, y creyó ingenuamente que la felicidad duraría para siempre. "