64 El dios dragon Orsted parte I

Mientras tanto, dentro de la casa, Lilia, quien había venido junto con Zenith a cuidar a su nieta, estaba limpiando las ventanas cuando vio a estas dos figuras paradas ahí, le resultaron familiares pero no podía recordar de dónde, así que rápidamente fue a buscar a Aisha que practicaba magia en el patio trasero.

"Hija, ven aquí, hay dos personas en la entrada."

Cuando Aisha miró, reconoció de inmediato a Eris y rápidamente se puso a hacer té y bocadillos para recibirla, pero al cabo de ese tiempo Eris no golpeó la puerta y aún estaba parada ahí, así que salió a recibirla.

Cuando la puerta se abrió, Eris reconoció ese color de pelo y esa cara, era Aisha, la hermana de Rudeus. Esta llegó corriendo al lado de Eris y la abrazó, sorprendiendo a la pelirroja.

"Hermanita, ¡cuánto tiempo sin verte!"

"Hola, Aisha, ¿me recuerdas?"

"Claro que sí, tú estabas muy enamorada de mi hermano en Shirone aunque lo negaste jejejejeje. Y usted, señorita, ¿quién es?"

"Solo dime Ghislaine."

"Oh, ya veo, papá me habló de usted. Por favor, pasen."

Finalmente, cuando entraron, fueron recibidas por Lilia , Zenith estaba sentada en el sofá con Lucy en sus brazos. Cuando Ghislaine fue a saludarla noto que algo pasaba con Zenith.

Mi señora quedó atrapada en el laberinto de Lapam en un cristal. Paul, el joven amo, Rudeus y lady Roxy la salvaron, ella no habla pero entiende lo que pasa. En ese momento, Zenith se puso de pie y acarició a la mejilla de Ghislaine, dándole una sonrisa, luego volvió a sentarse, eso le bajo el animo a la gata, que recordaba mas alegre a su amiga.

Aisha ve a la universidad, busca a lady Silphy , lady Roxy, y a la joven ama Norm y dile que lady Eris ha llegado.

Mamá, deja los apelativos, sabes que mi hermano los odia.

¡Obedece, mierda!

Está bien, voy enseguida, y así partió rápidamente a buscar a las esposas de Rudeus.

Así que esta es la casa de Rudeus.

Así es, aquí vive con sus esposas ,Aisha, vive con ellos, y lady Nanahoshi.

¿Nanahoshi? Ese nombre me suena familiar.

Es una alumna de la universidad, es muy amiga del joven Rudeus y de sus esposas.

Mmmmmm, ya veo -dijo Eris con las mejillas algo infladas y tratando de recordar donde rayos escucho ese nombre. En ese momento, Zenith se puso de pie y le pasó Lucy a Lilia, al parecer tenía hambre.

¿Y esa niña?

Es la hija del joven Rudeus y lady Silphiette, saco el cabello de Rudeus y las orejas y ojos de su madre.

¿Le gustaría sostenerla mientras le preparo su mamadera?

No lo sé, nunca he sostenido un bebé.

Bueno, algún día tendrá uno, Lady Eris. Por favor, será solo un minuto.

Eris sostuvo cuidadosamente a Lucy, y pronto sus ojos se encontraron. Lucy le dio una hermosa risa de bebé a Eris, mientras esta la acunaba y la miraba.con una tierna sonrisa . En un momento, Lucy trataba de buscar una teta de Eris para alimentarse de ella.

"¿Qué quiere?", preguntó Eris.

"Oh, nada, no se preocupe. Silphy aún le da teta y ella hace eso cuando tiene hambre. Lo hace conmigo o con la abuela Zenith."

"Ya veo", dijo Eris sonriendo. Lucy parecía una niña muy linda, pero no pudo dejar de pensar, "¿Yo puedo darle un hijo a Rudeus, un hijo varón?" Finalmente, Eris terminó dándole el biberón a Lucy.

Mientras Eris sostenía a Lucy y se encendian todos sus instintos maternales llegaron Silphy, Roxy y Norm.

Cuando las chicas vieron a Eris, no pudieron dejar de notar el contorneado cuerpo de Eris, y Eris no pudo dejar de notar los hermosos rostros de las chicas y sus delgados cuerpos . Las tres se miraron algo preocupadas las unas de las otras.

Roxy fue la primera en romper el silencio.

Mucho tiempo sin verte, Eris. Veo que has crecido, te ves hermosa, y veo que le agradas a nuestra hija.

Hola, Roxy, ha pasado mucho tiempo. Sí, es una niña hermosa.

En ese momento, Eris y Silphy cruzaron miradas por primera vez.

Tú debes ser Silphy. Rudeus me hablaba mucho de ti, en Roa cuando era mi tutor y también en nuestros viajes juntos.

Sí, mucho gusto, Eris. Rudy también hablaba mucho de ti.

En serio, dijo Eris muy feliz por esto. Es que Rudeus es genial. Al principio lo odiaba, pero esa misma semana derrotó a unos secuestradores y me salvó tomandome en brazos. Desde ese día que lo amo, me enseñó magia sin recitar, y bailó conmigo en mi décimo cumpleaños. Él me cuidó cuando fuimos teletransportados y derrotó a un santo del norte. Él siempre sabía qué hacer. Él salvó a Aisha y Lilia en Shirone él solo y se hizo amigo de un príncipe. Él es el hombre más genial del mundo, dijo esto muy roja y con una gran sonrisa.

Silphy estaba algo avergonzada de las palabras de Eris. Era notorio lo mucho que amaba a Rudeus.

Y las dudas que tenía respecto a ella se disiparon.

Rudy dijo que estabas en el santuario de la espada.

Así es, fui ahí para ser fuerte y estar junto a Rudeus.

Y se ve que eres muy fuerte, Eris dijo Roxy.

Así es, hace poco me ascendieron a reina espada.

¡Wow, eso es increíble! -dijo Silphy. En ese momento, Lucy se durmió en los brazos de Eris y la llevaron a su cuna.

Gusto en verte, Eris -dijo Norm.

¿Tú eres Norm, cierto? Te recuerdo de Milishion.

Sí, estaba ahí con papá.

Si te recuerdo jugamos contigo cuando eras pequeña junto con Ruidjerd .

Norm sonrio al recordar esto

Por cierto, Silphy, ¿te puedo preguntar algo?

Sí, claro.

Creí que tu pelo era verde, Rudeus siempre decia que le gustaba tu pelo verde esmeralda.

Lo era, pero perdí ese color en el accidente de mana, usé toda mi magia y perdí el color.

Ya veo. Por cierto, ¿cuándo llega Rudeus he esperado mucho para verlo.

Él salió esta mañana para combatir al dios dragón.

Hubo un silencio muy incómodo hasta que Eris se levantó de un salto.

¿Ustedes son dementes? ¿Cómo lo dejaron ir , son sus esposas? Ese tipo es imposible de derrotar, lo va a matar. ¿Dónde se fue? ¿Dónde está ahora? Debo ir con él o ese maldito monstruo lo matara.

"Pero él nos dijo que no nos preocupáramos, que todo saldría bien", dijo Silphy con los ojos casi en lágrimas.

Eris se dio cuenta de que estas chicas no son guerreras como ellas, y sintió que ella era la única que podía salvarlo.

"¿Dónde está?

Te llevaré", dijo Roxy.

"No, Roxy, estás embarazada", dijo Silphy.

"¡Debemos ayudar, Silphy! ¡No podemos dejarlo morir! ¡Rápido, vamos por Homero Simpson y vamos a buscarlo!"

Las chicas, junto con Eris y Ghislaine, salieron corriendo hacia las caballerizas a buscar los corceles.

"¿Quién demonios es Homero Simpson?", preguntó Eris.

"Es el nombre del caballo de Rudeus".

"¡Ese es un nombre genial!" Dijo Eris

Cuando las chicas llegaron cerca de la batalla, Eris rápidamente saltó de su caballo corriendo por el bosque como una lunatica en búsqueda de sonidos de batalla, cuando una gran explosión llamó su atención.

"¡Ya voy, Rudeus! ¡No te mueras, resiste mi amor, ya estoy aquí!"

La batalla

Una vez dentro de la Mark I, me retiré lejos de Orsted, mientras le gritaba que era un maldito imbécil , que dialogaramos, pero podía ver al tipo atacándome. La rapidez de la Mark I me ayudó a esquivarlo, pero no tengo opción, así que le lancé un relámpago, pero el maldito usó distorsión mágica. ¡Es muy poderoso! Debo ir con todo, así que usé la ametralladora y le disparé miles de cañones de piedra de lleno al dios dragón. Cuando el polvo de los impactos se disipó, Orsted estaba de pie sin ningún rasguño.

Esto es impresionante, Rudeus Greyrat. Esa armadura es muy poderosa, una buena copia de la armadura del dios de la lucha, pero no llega ni a una fracción del poder de esta.

Maldita sea, Orsted, no quiero pelear contigo. Entiende, con un demonio debo proteger a mi familia. El hombre dios no puede verme porque eres tan terco.

Lo siento, los apóstoles deben morir.

En ese momento, lo vi atacarme, pero utilicé la magia de gravedad para aumentar la gravedad por 200 frente a mí, haciendo que Orsted cayera de rodillas , por la fuerza que puse en ese hechizo

Lo vi tratar de usar distorsión mágica con mi ojo, pero lo ataque con plasma relámpago, una variación de relámpago, donde lanzo miles de rayos con gran potencia ( si lo se plagie el nombre) . Orsted salió volando cientos de metros. Creo que gané, pensé. Cuando reapareció, su abrigo estaba hecho trizas y solo estaba en pantalones, con su torso desnudo. Tenía heridas por aquí y por allá, y algunas quemaduras, pero su cara horrible se veía aún más aterradora, tenía sed de sangre en sus ojos.

¡Mierda, ahora sí que lo hice enojar! Ya basta, Orsted, tú empezaste esto, yo solo quería aliarme contigo, por favor, escu...

Lo vi moverse tan rápido que apenas pude cubrirme. El golpe fue tan fuerte que rompió el escudo de mi armadura, haciéndome volar cientos de metros, destruyendo varios árboles en el camino y dejando un rastro de destrucción que parecía un camino. ¡Mierda, eso me dolió!, pensé, cuando vi a Orsted dirigirse hacia mí a toda velocidad. Le disparé con la ametralladora con todo el mana que tenía, haciéndolo retroceder.

Orsted estaba herido, sangraba profusamente de sus heridas, tenía moretones, pero su mirada casi hacía que me cagara de susto. Este maldito no muere con nada. Me elevé rápidamente con magia de gravedad y le lancé varios cañones de piedra, pero lo interrumpió con distorsión mágica y me hizo caer, recibiendo de lleno un tremendo golpe de puño que hizo que se trizara la armadura y me sacara volando, haciéndome estrellar contra una gran roca, pulverizándola con el impacto. Fue tan fuerte el golpe que me dejó mareado dentro de la armadura, a tal punto que debí lanzarme magia de curación. Me puse de pie rápidamente y le lancé tormenta de fuego en bola de fuego comprimida, como la que usé para matar a Atofe en el futuro (según lo que describía el diario). Orsted se vio envuelto por ella, pero no le pasó nada. Poco a poco, el hechizo se diluyó, tal como se diluyen los tornados al dejar de recibir aire caliente. ¡Maldita sea! ¿Qué hago? ¡Dios, por favor, qué debo hacer? ¡Este tipo es monstruoso, no razona, no escucha!

Por favor, Orsted Nanahoshi, me dijo que hablaría contigo. Ella puede confirmarte que todo lo que digo es verdad. Por favor, ya basta de esto.

Pero el tipo no respondía, de pronto sacó una espada. ¡Oh, mierda, esto sí que es malo! No sabía que usaba espada. En un momento desapareció a tal velocidad que no logré verlo. Cuando sentí un fuerte golpe en mi brazo derecho, me di cuenta de que había pulverizado el brazo de la armadura junto con mi brazo a la altura del hombro. Ondas de indescriptible dolor me inundaron. Además, me golpeó rompiendo la Mark I, dejándola inutilizada. Rápidamente me eyecté por la parte trasera y le envié la armadura con magia de gravedad, golpeándolo y lanzándolo unos metros. Rápidamente me regeneré el brazo con magia real de curación, recuperé mi brazo cercenado y recuperé el protector de la armadura pequeña que aún estaba con él, y rápidamente me lo volví a poner. ¡Debo huir! Pensé. Cuando Orsted reapareció, me miró fijamente y con cara de incredulidad.

¡Impresionante, Rudeus Greyrat, magia real de curación!

¿Cómo lograste robar los hechizos de Milis?

No los robé, me los enseñaron.

¿Quién? Solo yo sé hacerlos y esas copias están ocultas, sé que no las sacaste de ahí.

Me los enseñé yo mismo

Eso no tiene sentido.

Claro que lo tiene, si tan solo me dejaras explicar...

Vi a Orsted tratar de lanzarme una espada de luz, pero me elevé con gravedad, saliendo de su alcance. En ese momento, aprovecho para lanzarme un rayo, que alcancé a disipar su potencia con distorsion mágica. , dejándome algo aturdido. Tuve que lanzar magia de curación nuevamente y sacar mis espadas. ¡Maldita sea! No tengo oportunidad de ganarle, ese tipo es divino en esgrima, es el dios del cauce y el dios del filo.

Traté de alejarme lo más que pude mientras le lanzaba cañones de piedras. Cuando lo recordé, el veneno que me dio Ariel, lo saqué y lo mezclé con agua, luego lo metí dentro de un cañón de piedra que disparé contra Orsted. Este lo recibió de lleno y el veneno se esparció en microgotas. Vi cómo Orsted se arrodilló agitado.

Momento que aproveché para lanzarle meteoros de pegaso, que no es nada más que cañones de piedras imbuidos en fuego azul y se los lancé a quemarropa mientras con magia de viento me alejé de él. Lo logré, el veneno lo mató. Pero el desgraciado estaba ahí parado, muy herido pero vivo, de alguna manera el veneno no funcionó.

Nunca antes había tenido que sacar mi espada de dios dragón, Rudeus Greyrat.

Maldita sea, ¿qué hago? Ya casi no me queda mana.

Escucha, ¡Orsted tu comenzaste esta batalla! Yo no quiero matarte (en realidad sí he lanzado hechizos para matar) Por favor, te lo repito, no busco pelear contigo, solo quiero proteger a mi familia. Ya te lo dije.

Rudeus Greyrat, los apóstoles deben morir.

¡No soy un apóstol, maldito testarudo hijo de perra!

En ese momento, Orted se lanzó contra mí, golpeo haciéndome volar unos metros, cayendo como una marioneta. Cuando me miré, me faltaban dos piernas. Maldita sea, rápidamente Me lancé un hechizo para regenerar las piernas.

Sé que me queda menos de la mitad de mi maná y ese monstruo no se cansa. Con magia de gravedad atraigo las botas de mi armadura y me las pongo nuevamente. ¿Dios, qué hago? Saqué mi espada y utilicé la espada del engaño (no sé su nombre, es la técnica de Randolph).

Vaya, así que el dios de la muerte te enseñó una de sus técnicas, eso es impresionante, Rudeus Greyrat.

¡Maldita sea, este infeliz bastardo hijo de la gran puta conoce esta técnica! Al demonio, le lancé mis dagas y me abalancé sobre él, chocando nuestras espadas, me dio una patada de karate que le rompió las costillas y tuve que usar magia de curación nuevamente, mientras al mismo tiempo recuperaba mi postura con magia de gravedad. Recuperé mis dagas y se las lancé, incluida la espada de doble filo que me regaló Paul, mientras me lanzaba contra él. Él las rechazó con su aura de batalla y me las lanzó de regreso, pero las recupere con magia de gravedad.

Con las dos espadas en mano, me lancé para cortarle la cabeza.

Pero me rechazó usando técnicas del dios del cauce.

Es impresionante lo poderoso que eres, eres un rey del Norte y perfectamente podrías ser un rey del cauce sin contar tu gran cantidad de maná, pero es hora de terminar esto.

Rápidamente me tomó del cuello para matarme como la última vez, rápidamente le corte el brazo con mi sable y me alejé de él rápidamente, solo para ver cómo se ponía el brazo nuevamente. No tengo opción, es ganar o morir.

Convoque una variación de relámpago, el hechizo más poderoso que tengo, e imbuido de maná hasta donde más podía, creé una bola de plasma del tamaño de mi casa y la lancé con todo lo que tenía a gran velocidad. Rápidamente creé un muro de gravedad aumentado por 500 frente a mí para que no me matara la onda expansiva. Orsted lo recibió de lleno y hubo una tremenda explosión que destruyó la mitad del bosque. Fue una explosión tremenda. Caí de rodillas exhausto por el esfuerzo. ¡Habré ganado! Cuando de entre medio del polvo generado por la gigantesca explosión

Orsted venía caminando lentamente hacia mí. Maldita sea, grite fuertemente mientras tomaba mis espadas y mis dagas, ya no tengo fuerzas y mi armadura está destruida, salvo mis botas.

Voy a morir, maldita sea.

Eres un monstruo, traté de hablar contigo para hacer una alianza y te negaste. ¡Mira lo que pasó, imbécil!

Lo siento, Rudeus, estos eventos son nuevos, no tengo pruebas de que no se trate del Hombre Dios y uno de sus planes.

Traté de atacarlo, pero me cortó un brazo y me pateó haciéndome caer varios metros. Cuando lo miré, venía lentamente hacia mí. No tengo fuerzas, agoté mi maná, además me estoy desangrando, estoy muerto.

¿Me vas a matar?

Así es, no debo dejar apóstoles vivos.

Bien, al menos no dejes que el Hombre Dios mate a mis esposas y mis hijas.

Ese no es mi problema.

Por favor, solo hice esto por Silphy, Roxy y mis hijas Lucy y el bebé que Roxy trae en su vientre.

¿Silphy y Roxy? No puede ser, ellas no deberían tener hijos.

¿De qué hablas, idiota? Ellas son mis esposas.

¿Silphiette Dragonroad? ¿Y Roxy Migurdia? Esto no puede ser cierto, pensó Orsted. Ellas no deberían tener hijos, nunca tuvieron descendencia y terminaron su vida juntas como compañeras de vida jamas se enamoraron ni se casaron. Esto es imposible. Tal vez sea cierto que ese ser estaba evitando que este chico tuviera hijos con ellas. Ellas no tenían un destino fuerte. Ahora este chico, que se supone debía nacer muerto, cambió todo. ¡Mierda! Ahora ¿qué hago?, pensó el Dios Dragón. ¿Y si lo que me dice es , cierto, y los hijos de este sujeto son la clave para matarlo.? Estaría disparándome en los pies. Tal vez lo envió conmigo para que yo matara mi única posibilidad de victoria. Eso suena como una de sus retorcidas estrategias.

¿Por qué te quedaste callado de pronto? ¿Vas a matarme? Si vas a hacerlo, hazlo, pero por favor, que ese ser no toque a Lucy ni a mi hija que tendré con Roxy.

¿Cómo sabes que es una niña?

El Hombre Dios me dijo que esa niña ayudaria a matarlo, por eso trato de matar a roxy en Lapam y con esa rata contagiada.

Orsted estaba indeciso si matarlo o no, y Rudeus lo miraba con desdén, mientras perdía la conciencia lentamente por el desangrado.

"Voy a morir", pensé en mi yo del futuro. Lo siento viejo, no pude protegerlas, perdóname, perdiste tu vida en vano.

Pensé en mi familia: papá, mamá, Lilia, mis hermanas. Pensé en Nanahoshi , espero que pueda regresar a Japón y en las dulces noches que pasé con mis amadas esposas. Y sobre todo, pensé en mi Lucy, mi bella hija. En ese diario decía que sería una gran mujer. Perdóname, amor, ahora ni siquiera podré criarte. Al menos conocerás a tus madres. Te amo, Lucy, dije en voz alta mientras lágrimas salían de mis ojos. De pronto recordé a Eris, ni siquiera pude verla nuevamente. Ojalá encuentre la felicid...

De pronto, el Dios dragón miró a un lado abrio los ojos y retrocedió varios metros. ¿Qué pasó que lo asustó? De pronto, delante mío, estaba alguien. Empuñaba una hermosa espada, cabellera roja escarlata como la sangre. Cuando se dio vuelta, me dijo con una hermosa sonrisa: "Perdóname por llegar tarde, Rudeus". Era Eris Boreas Greyrat, que había venido en mi rescate.

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