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Capítulo 51: Regaño. 

— Solo les pido que no me dejen sola con él, es todo - pidió amablemente Agatha.

— No lo haremos— prometió Japeth - solo digo que, si estuvieras más cerca, te estaría usando como chaqueta.

— No seas tan dramático - restó importancia Agatha.

— Agi, te abrazaste a él en cuanto lo viste y no lo ha soltado en los últimos 10 minutos - intentó razonar Sophie.

Abrazar no sería el término correcto.

Agatha se aferraba a Japeth como si fuera una cuerda de salvamento y ella estuviera en medio del océano sin salvavidas.

Aric sabía que no había nada de que estar celoso, pero Sophie notaba que empezaba a molestarle.

— Escucha - trato de arreglar Sophie - sí, sujetar a uno de nosotros, como si fuéramos la única rama del precipicio, es la solución que encuentras para estar tranquila, puedes hacerlo.

Aric y Japeth la miraron con reproche.

— Pero - se apresuró a aclarar Sophie - al menos tienes que hacerlo por turnos, es verano, hace calor, demasiado contacto físico, no es agradable para nadie en esta época del año.

— A mí me gustan los abrazos y hoy no estoy de humor – ayudo Adam.

Hoy los cuatro amigos vestían de un prístino blanco.

Agatha volví a usar un vestido de verano de un rosa tan claro que podría pasar por blanco, pero lo suficientemente rosa para complacer a las hadas, era ligeramente acampanado hasta las rodillas y descubierto en la espalda, de pieza entera por el frente que se ataba al cuello, un modelo bastante fresco.

Sophie por su parte, habría conseguido hacerse una cómoda Camiseta blanca manga corta que decía «si eres bueno en algo, jamás lo hagas gratis», junto con un short gris de estilo desgarrador y unas zapatillas.

Aric, Japeth y Adam llevaban pantalones grises y camisas blancas.

¿Cómo habían conseguido librarse de los uniformes de la escuela sin romper las reglas?

No lo habían hecho.

Sophie había aprovechado los 3 días libres para arreglar la mayor parte de la ropa de todos.

Después de desteñir repetidamente con pociones, consiguió que las ropas negras quedarán de un gris muy claro y luego de teñirlas con la ayuda de otras pócimas, consiguió blancos prístinos.

Dado que era el mismo uniforme de la escuela, solo que desteñido obviamente podían utilizarlo.

Parecían un grupo de adolescentes rumbo a la playa más cercana.

Siendo esa la última clase del día, Sophie había planeado fugarse con los chicos y Agatha a uno de los lagos que poblaban los diferentes jardines de la escuela del bien.

Se juró a sí misma, que cuando tuviera magia iba a dejar inmaculadas las aguas del lago del mal y adelantar la construcción de la que en el libro se había conocido como la playa de Sophie.

No veía ninguna razón por la que esperar cuatro años para construir una estructura tan conveniente.

Jacob llegó corriendo hacia ellos, el pobre niño se deprimió al ver lo fresco que estaban todos los demás.

Sophie le sonrió al pequeño y lo acercó para quitarle el chaleco y la chaqueta.

Una vez el niño se quedó solo con la blanca camisa, se parecía bastante a la ropa de todos los demás y estaba mucho más fresco.

— Guárdalos en el inventario - aconsejo Sophie devolviendo las prendas - dado que a tus compañeros se les permite ir a todos lados sin camisa, no creo que a ti te digan nada solo por no usar chaleco y chaqueta en pleno verano.

A Jacob se le iluminó la cara con una sonrisa de esperanza.

Asintió y guardo en su inventario las prendas extras.

De pronto Sophie vio como Agatha, que por fin se había soltado de Japeth, parecía que el chico la había convencido de que estaba exagerando un poco, volvía a caer en pánico.

Esta vez trepo como gato asustado sobre la espalda de Aric, de quien se sujetó de pies y manos.

Japeth había dado un paso al frente y se había colocado ligeramente frente a ellos.

Indiferentemente de que tan mal le cayeran el resto de los príncipes, Sophie sabía que solo había uno en estos momentos que podía causar esta reacción en su amiga.

Le dio un beso en la coronilla a Jacob y preparó su expresión más fría.

Cuando Tedros se acercó, seguido de Rhian y Chaddick, fue recibido por una mirada glacial por parte de su rubia favorita.

Al chico le recorrió un escalofrío por la espina dorsal, recordó que la última vez que había visto esa mirada, un profesor había tenido que dejar la escuela para preservar su vida.

Se preguntaba qué habría hecho para enojar a esta chica.

Noto que Jacob tampoco se le acercaba, pero no esperaba que eso se extendiera a su hermana.

Se aclaró la garganta y saludó cortésmente a Sophie, esta asintió el reconocimiento.

Los dos chicos detrás de él también saludaron y estos sí fueron recibidos con un corte «Hola» por parte de la chica y una mirada un poco menos fría, siendo Rhian el que fue mejor recibido.

Este aclaro la garganta y se arriesgó a preguntar si había algún problema.

— Aparentemente, a tus amigos aquí presentes - dijo Sophie señalando a Tedros y Chaddick - les gusta practicar tiro con arco con muñecas pelinegras.

Tedros abrió mucho los ojos y boqueo como un pez; Chaddick se sonrojó y apartó la mirada; y Rhian le dio una mirada de disculpa, aparentemente él sí que sabía de las prácticas de tiro con arco de Tedros aunque no se unió a ellas por lo que Agatha alcanzó a ver.

— Yo… — consiguió por fin empezar a decir Tedros, pero Sophie lo corto.

— Si te parece una hazaña heroica, casi haber matado a un niño inocente, tú y yo no tenemos nada de que hablar, mucho menos si, luego de eso, lo único que hiciste fue culpar a mi mejor amiga por haber sido incapaz de pedir un deseo egoísta como las otras superficiales sin corazón en tu escuela.

— Eso no fue lo que… — comenzó de nuevo, pero una vez más fue cortado.

— Eso fue lo que pasó - declaró firmemente - y si no me crees pregúntale a la profesora Dovey, cualquier otra cosa que te hayan dicho es solo un rumor, no lo que pasó en realidad, para saber la verdad tienes que hablar con un maestro, no con los chismosos.

Tedros se sonrojó, pero un con poco de ira pregunto.

— ¿Por qué habrían de mentirme?

— ¿Por qué una chica te mentiría, para que no hables con otra? No lo sé, dedúcelo tú mismo - dijo Sophie alzando una ceja y con mucho sarcasmo.

Tedros volvió a boquear como un pez y luego se sonrojó a un más, porque sabía que era muy probable que ella tuviera razón.

Sophie se dio la vuelta y lo dejó con la palabra en la boca, volviendo con sus amigos.

Tedros espero ver a los chicos recibiéndola con un choca los 5, como siempre lo hacían cada vez que, hacía una gran escena, pero los dos muchachos solo estaban frente a Agatha en actitud protectora.

Le dedicaban una mirada de tal odio que, si hubiera podido morir por ellas, estaría 1000 veces muerto y faltando por pagar deuda.

Eso solo sirvió para hundir más al chico.

— ¿Me ayudas con esto? - pregunto Tedros a Rhian.

— ¿Eso depende?

— ¿De qué?

— ¿Sabes que hiciste mal?

— … ¿Asuste a Lady Agatha? - contesto Tedros con duda.

Los 3 príncipes dirigieron su mirada hacia el grupo de Sophie.

Agatha se negaba a soltar a Aric, mientras Japeth trataba de calmarla y Sophie la intentaba soltar con cosquillas, pero la pelinegra no cedía.

— En parte, pero creo que el mayor problema es el "como" la asustaste.

—Que no! - escucharon quejarse a Agatha – ese psicópata me estaba haciendo vudú con un muñeco tamaño real.

— Vale, no le hizo gracia, pero no pensé que estuviera viendo – trato de defenderse.

— ¿Tú en su lugar notarias la diferencia? - escucho preguntar tras él.

— Visto así, creo que no – admitió.

— Hay otra forma "correcta" de verlo? - escucho a la voz de Rhian preguntar – se supone que una "buena persona" es empática por definición.

— Bien, ya entendí Rhian no tienes que regañarme.

— Ted, hermano, aquí – Tedros vio que Rhian estaba al otro lado.

Se volteó rápidamente para ver con quien había estado hablando y perdió el color al ver al Director del mal de pie tras de él y a pocos pasos se hallaba su gemelo del bien.

— Creo que a hora – continuo Rafal – es cuando vas, te disculpas con la princesa por asustarla y con los villanos por quitarles el trabajo, obligándolos a hacer el tuyo.

— Académicamente, no sé cuál es peor – se quejó el director del bien.

— Lo mismo que moralmente en mi opinión – contesto el gemelo del mal.

Tedros asintió y se dirigió hacia el grupo de Sophie.