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Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Urban
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Capítulo 20: Un día siendo actriz (2)

Poco después, salió del balcón y decidió que por ahora lo mejor sería prepararse enseguida. Sin dudarlo, se puso una hermosa camisa blanca con una falda negra que provocaba que su cintura se marcara perfectamente, como si aquél conjunto estuviera diseñado a su medida.

Nada más terminar, se encaminó al dormitorio de su esposo, el cual estaba rodeado de carpetas llenas de papeles.

No pudo evitar pensar que ella sería incapaz de rellenar todo ese trabajo, es más, para ella era importante.

—Seong-Jin—dijo su nombre casi susurrando para evitar que él se enfadara por molestarle.

Inmediatamente su esposo elevó la cabeza para poder observar a la mujer frente a él, la cuál vestía un conjunto simple pero capaz de llamar la atención de cualquiera fácilmente.

—¿Qué?—finalmente respondió él curioso.

—En verdad... creó que no deberías trabajar tanto, no tienes porque estar sentado durante tantas horas.

Creo que sería mejor que descansarás un poco, aunque no sea demasiado. ¿Realmente es tan importante lo que estas haciendo?

—Sí—respondió él con frialdad.

Las respuestas de Seong-Jin lograban enfadar a Sun Hee, realmente no lograba comprenderlo. ¿Porqué se había casado con ella si iba a ser así, qué motivo tenía él?

Sin nada más que decir, dejo nuevamente a su esposo con todo ese trabajo, tampoco insistiría si él decidía no hacerle caso, simplemente ella dijo aquello por la salud de él.

***

Milagrosamente había llegado la hora.

Sun Hee ya estaba de pie, estaba apoyada en la pared y mantenía sus piernas cruzadas.

Cuando finalmente observó la hora, decidió ponerse en marcha y ir al lugar de la grabación.

Varios guardaespaldas intentaron seguirla en el momento que vieron como ella comenzaba a caminar en dirección a un auto negro que estaba en la entrada, ninguno de los guardaespaldas pudieron reconocer aquél vehículo, por lo que enseguida se alarmaron.

Una vez dentro del auto, Sun Hee levantó su brazo para indicarle a los guardaespaldas que dejarán de seguirla, los cuales ya se habían preparado en vano para derribar aquél auto desconocido.

Mientras tanto, Seong-Jin se levantó para ir al baño, todos esos papeles provocaron que finalmente Seong-Jin sintiera un fuerte dolor recorriendo su cabeza.

Durante unos pocos segundos de arrepintió por no haber escuchado el consejo de su esposa, la cual solamente tenía buenas intenciones.

Sun Hee ya había llegado al lugar de la grabación, un gigantesco edificio frente a ella la dejó asombrada.

Con pasos seguros y los puños cerrados se dirigió al edificio, una vez dentro no sabía hacia donde dirigirse.

Afortunadamente, una voz que enseguida se le hizo familiar captó de inmediato toda su atención.

—Sun Hee, estoy aquí—dijo esa persona alegremente.

Hye estaba apoyada en una puerta, agarraba un pequeño maletín y llevaba un conjunto de trabajo bastante elegante, nada que ver con la Hye qué Sun Hee había visto anteriormente.

Claramente, Sun Hee estaba muy impresionada, rápidamente se acercó a ella.

Sin embargo Hye solamente hizo una señal con su mano para indicarle que la siguiera de inmediato

Sun Hee sin negarse, siguió a Hye por todo el edificio hasta que finalmente lograron llegar a una espaciosa sala, estaba llena de cámaras, personas, el director del anuncio estaba sentado en una silla y señalaba lugares de la espaciosa sala para qué los trabajadores colocaran objetos llamativos.

Cuando el director de percató de la presencia de Sun Hee, de inmediato se quedó cegado frente a tal belleza.

Casi no tenía palabras para expresar aquélla maravilla, Sorprendentemente logró recuperar la respiración y casi al instante ordenó que alguien la llevará al camerino.

Habitualmente, Sun Hee no era de las personas que solía maquillarse, pero esta vez pensó que no habría ningún problema si hacía una excepción.

Se sentó en una cómoda silla frente a un espejo, varias maquilladoras aparecieron y empezaron a maquillarla, mientras que una de ellas le arreglaba su largo cabello.

Aquellas personas parecían hacer magia a la hora de hacer su trabajo, Sun Hee nunca hubiera podido imaginarse que iban a terminar tan rápido.

Nuevamente, algunas personas la llevaron a un vestidor, le dieron un hermoso vestido blanco con una bonita cinta roja en la parte de la cintura del vestido y unos tacones de aguja rojos.

Cuando pudo ponerse aquél hermoso vestido de encaje salió velozmente del vestidor, inmediatamente se encaminó hacia donde estaba el director.

No fue tan difícil de imaginar, todas las personas se quedaban mirándola detalladamente, como si realmente aquella mujer fuera un tesoro que había que

guardar.

Admiraban su belleza, la describían como "un ángel caído del cielo"

Cuando arreglaron su hermoso cabello le dieron mas volumen y con ese conjunto le daba un aspecto tierno y puro, también hacía resaltar sus curvas, y sus largas pestañas resaltaban sus ojos verdosos.

Después de qué terminaran de mirarla, le ofrecieron un pequeño guión y a continuación le indicaron los pasos qué debía hacer.

Realmente a Sun Hee le pareció bastante sencillo, afortunadamente aquello incluso logro calmar sus nervios.

Repentinamente, la voz de Hye resonó en toda la sala.

—¡Sun Hee¡ Ese es mi jefe, Bon Hwa—dijo Hye mientras señalaba a un hombre.