El miserable tío Wu

Por mucho que el tío Wu no quisiera creerlo, el dolor de su cuerpo era insoportable.

Lo llevaron al hospital. Sin embargo, el examen médico resultó infructuoso. Los médicos no pudieron averiguar la causa de su dolor. Todas las pruebas mostraron que estaba sano. 

—Esto... ¿Cómo puede ser esto? —el tío Wu tenía una expresión sombría, y el dolor constante le hacía sudar profusamente. Eso le hizo pensar de nuevo en Qin Yu. 

—¡Conduce a la mansión de la Familia Yan! —ordenó. Aunque no quería creerlo, su dolor le impedía pensar en otra cosa.

El coche se dirigió rápidamente hacia la mansión. Yan Ruoxue estaba sentada tomando té mientras disfrutaba de la brisa de la tarde.

—Señorita Yan, ¿no es bastante imprudente pelearse con el señor Wu por Qin Yu? —la secretaria no pudo resistirse a advertirla.

Yan Ruoxue le lanzó una mirada y dijo con una sonrisa: —¿Por qué es imprudente? Él es el que sufrirá una pérdida, no yo.